Qué debo hacer...

El taxi arrancó y yo me obligué a no voltear para ver a Leonell, iba con la cabeza hecha un rollo y el corazón apretado de emociones que no entendía, estaba aturdida y necesitaba hablar con Meche, necesitaba desahogarme, así no podía llegar a mi casa, le dije al chofer la dirección exacta y cerré los ojos recostando mi cabeza en el asiento hasta llegar a la casa de mi amiga.

Me esperó en la puerta, bajé del carro y corrí a donde ella estaba abrazándola fuertemente y comenzando a llorar sin poder evitarlo.

-Amiga, qué hiciste? -me dijo Mercedes, -vamos a tomarnos una taza de café y me cuentas todo lo que pasó, si quieres llama para tu casa y diles que te estás levantando para que dejen de preocuparse, tu mamá y tus hijos han estado llamando alternadamente preguntando por tí y se les nota preocupados.

-Si voy a llamarlos primero, pero también quiero darme un baño, por favor préstame algo de ropa para cambiarme y luego vamos a tomarnos esa taza de café que dices.

-Está bien, anda a mi cuarto y puedes llamar de allá mismo, puedes utilizar cualquiera de mis ropas, búscala tu misma, mientras tanto voy a mandar a preparar el desayuno y a darle una vuelta a mi hija que también está deprimida, después te cuento eso.

Subí directamente al cuarto de Meche, dejé mi cartera sobre la cama y tomé el teléfono de la mesita marcando inmediatamente.

-Aló, madre?, soy yo Lya, llamó para que no se preocupen por mí, ya desperté y dentro de un rato Mercedes va a llevarme, tiene un pequeño inconveniente con su hija y al resolverlo me lleva a la casa, -dije atropelladamente para no darle oportunidad a mi mamá de que me hiciera muchas preguntas.

-Hija estamos muy preocupados por tí, por lo que pasó ayer en la oficina del Doctor Simone.

-No te preocupes madre, cuando esté allá hablamos, ya estoy más tranquila, hasta luego.

Colgué el teléfono rápidamente, no quería hablar mucho, en realidad lo que me tenía más preocupada ahora era lo que había pasado con Leonell anoche, no lo que había pasado en el despacho de abogados, eso había pasado a segundo plano en mi cabeza y la verdad ni tiempo había tenido de pensar en eso desde esta mañana. Fuí al baño y me dí una larga ducha, luego tomé ropa del vestuario de mi amiga para ponerme, allí noté que había adelgazado porque nosotras éramos de tallas iguales, siempre habíamos podido compartir la misma ropa, aún cuando a mi esposo no le gustaba mucho que estuviera mucho tiempo en compañía de mi amiga, porque era de la opinión que las mujeres casadas se debían al hogar y no debían andar en casas ajenas, sobretodo porque Mercedes era una mujer divorciada y profesionista, pero a pesar de su criterio nunca pudo romper los lazos de amistad que yo tenía con mi amiga y con el tiempo prefirió dejarnos tranquilas, terminé de arreglarme y bajé dirigiendo mis pasos a la terraza porque Meche me llamó desde allí.

-Vamos a desayunar aquí, mi hija aún no se levanta y hace una mañana fresca y hermosa para disfrutar. -Me sirvió un café en cuanto me senté, -Come algo, todo está delicioso, has adelgazado bastante, come por favor y cuéntame todo.

Así fue, le conté todo lo que había pasado, todo lo que hicimos a partir del momento en que ella salió del bar dejándonos solos, no me guardé nada, ella escuchó en silencio y cuánto más yo hablaba más sorprendida quedaba Mercedes, cuando finalice mi relato sentía que era otra persona la que había vivido todo eso, que no era yo quien se atrevió a tanto por que dos días atrás yo no me hubiera creído capaz de semejante acto, al terminar de contarle me quedé callada y ella también lo hizo por unos momentos.

-Y ahora Lya, cómo te sientes con respecto a eso que pasó?, por que esas no son las cosas que tú normalmente harías, yo ni puedo creer que te hayas atrevido a tanto, creo que todo lo que pasó fué el resultado de lo que descubriste ayer, la traición de tu marido, pero que te hayas atrevido a irte con un hombre y estar con él sin conocer bien quien es? no es propio de ti.

-Si lo sé Meche, pero sabes qué?, es extraño, pero no me siento mal, apenada sí, no se como reaccionaré si vuelvo a ver a Leonell, pero lo que viví con él fué mágico para mí, nunca había sentido tanta satisfacción al hacer el amor con mi marido, siempre sentí que faltaba algo cuando estábamos juntos con el tiempo me fuí acostumbrando, pero anoche todo estuvo perfecto, no se que hacer con esto, me digo a mí misma que no puede ser amor porque es muy rápido para sentirlo pero está sensación de plenitud, de ser una mujer completa sólo la sentí anoche con Leonell Zambrano y no me arrepiento de ello, es algo que llevaré conmigo siempre y será mi secreto.

-Y con respecto a los problemas en tu casa Lya, qué piensas hacer?

-No lo sé Meche, eso deberé hablarlo con mis hijos para que juntos tomemos una decisión, con respecto a lo estipulado en el testamento para ellos por supuesto que lo respetaré pero no se que querrán hacer mis hijos con sus hermanos, porque al fin y al cabo son sus hermanos, pero no quiero inducirles a tomar alguna decisión, ni imponerles nada, dejaré que ellos tomen sus decisiones libres de apremio, aún no se que hacer con todo esto hermana pero si estoy decidida a llevar las riendas de mi vida de hoy y adelante, se acabó la Lya sumisa que siempre permite que los demás tomen las decisiones de su vida, ahora iré a casa para hablar con mis hijos, no se que decirles, la verdad, pero debo sentarme a conversar con ellos para tomar acciones con respecto a los negocios de Esteban, no puedo permitir que mi papá se agote llevando toda la carga él sólo, debo comenzar a trabajar, ver qué camino tomar y aceptar ayuda para aprender pero no quedarme tranquila mientras otros resuelven.

-Bravo, esa es mi amiga, -dijo Mercedes aplaudiendo, -esa es la persona que siempre esperé que saliera a flote, cuando éramos jóvenes tenías muchas y buenas ideas de lo que querías para tu futuro pero una vez que tú papá arregló tu matrimonio con Esteban y te casaste te convertiste en una persona que dependía de las decisiones de tu esposo, dejaste todo en sus manos y te dedicaste a vivir la vida que él te trazaba, pensé que eras feliz así y nunca lo cuestioné.

-Si ya lo sé, me sumergí en una niebla cómoda y me quedé en ella, lo estuve pensando, sabes?, -anoche mientras hablaba con Leonell y le contaba sobre mi vida reflexioné sobre ello, y creo que parte de lo que conllevó a mi ceguera sobre la relación extramatrimonial de Esteban fué esa sensación de comodidad en que yo vivía en mi matrimonio, sin sobresaltos, sin sorpresas aparentes, siempre respeté sus acciones, nunca puse obstáculos y por eso él pudo hacer todo de manera tranquila y sin reparos, no estoy justificando sus acciones pero si asumo mi culpa en lo ocurrido, yo me volví muy predecible y aburrida y el se aprovechó de eso.

-Si, de todas maneras a mi me parece que fué una canallada lo que hizo y la forma en que te enteraste, según yo es una ofensa de parte de él, había otras formas de que él asegurara el futuro de sus hijos y de esa mujer sin que tú te enteraras, así que si él en vida lo mantuvo oculto bien podría dejarlo así y ahorrarte la humillación de estar en el mismo sitio con ella.

-Bueno viéndolo así, creo que tienes razón, el pudo ahorrarme esa humillación. Ahora hablando de otra cosa, puedo contar contigo para aprender cosas referente a los negocios de Esteban? Necesito enfrentarme a éso y sobre todo necesito prepararme para ello.

-Por supuesto, siempre puedes contar conmigo, -y con respecto a Leonell Zambrano que le digo si me pregunta por tí?.

-Aun no se cual es mi próxima acción con él, por lo pronto lo pondré a un lado mientras sigo con mi vida familiar. Él es demasiado perturbador y no quiero pensar en él ahora mismo.

-Bien, voy a ver si mi hija despertó y después tú me dices cuando quieres regresar a tu casa, no hay apuro, tómate todo el tiempo que quieras en mi casa.

-No, en cuanto puedas me llevas, ya te dije necesito hablar con mis hijos y debo hacerlo ahora que me siento con fuerzas suficientes.

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