Soy Leonell Zambrano, empresario en la rama inmobiliaria, de treinta años de edad y voy saliendo de la oficina de mi mejor amigo y abogado que representa los intereses de mi compañía en la compra y venta de activos, al salir al pasillo mientras me despedía de mi amigo veo venir corriendo hacia mí una hermosa mujer que tiene dibujada en su cara un rictus de angustia y corre con los ojos cerrados, me detuve sin saber que hacer y ella tropezó conmigo abriendo sus ojos y mirándome por primera vez con gesto suplicante, estiró sus brazos para evitar el contacto directo pero cuando quise detener su carrera sentí que se desvanecía y solo atiné a detener su caída, porque se desmayó en mis brazos cerrando los ojos más hermosos que he tenido el placer de ver en mi vida.
Mi amigo salió al pasillo inmediatamente al ver lo que ocurrió y al momento aparecieron corriendo dos adolescentes, un señor mayor y el Doctor Simone, uno de los socios principales del bufete, quienes se sorprendieron al verme cargando a la hermosa mujer, y sin dilación trataron de quitármela, no obstante no lo permití y con mi preciada carga entré nuevamente al despacho de mi amigo para depositarla con cuidado en un sillón y tratar de reanimarla.
-Armando por favor, -le dije a mi amigo, -no tienes algo para reanimarla, como alcohol o un perfume?.
-No tengo alcohol a menos que sirva el de tomar, tengo una botella de tequila aquí, servirá?, -respondió.
-Si, dámela. -Y tomándola la destapé y la acerqué a su nariz.
Mientras tanto los dos adolescentes, el señor y el Doctor estaban expectantes, al principio los chicos trataron de acercársele, pero yo no lo permití y el Doctor Simone los tranquilizó asintiendo con la cabeza y pidiéndoles calma mientras ella se recuperaba.
Al tener cerca la botella destapada el fuerte olor hizo que la mujer volviera en sí abriendo poco a poco sus hermosos ojos enmarcados por unas pestañas largas y oscuras que deben ser el sueño de cualquier mujer porque desde mi perspectiva eran naturales y estaban en un rostro de facciones perfectas y delicadas, inmediatamente de esos espectaculares ojos comenzaron a brotar lágrimas y ella se incorporó sollozando y llevando sus manos hasta el rostro se lo cubrió, inmediatamente los jóvenes se abalanzaron sobre ella dejándome de lado y para mi gran sorpresa la llamaron mamá, abrazándola.
-Hija, estás bien o necesitas ir a un médico?, -preguntó el señor.
-No necesito ir a un médico padre, pero creo que ya no estaré bien en lo que me queda de vida, -contestó la bella mujer.
-En ese caso debemos regresar a la oficina para terminar con todos los trámites señora Palacios, -les dijo el abogado, -puede tomarse un momento para calmarse en la sala de mi oficina, pero debemos salir de aquí ya que estamos interrumpiendo el trabajo del colega que labora en este despacho.
-No se preocupe, -contestó mi amigo, -puede tomarse un tiempo aquí hasta reponerse, ya nosotros habíamos terminado nuestra reunión.
-Está bien, -contestó ella, -terminemos rápido todo, solo quiero salir de aquí e irme a casa, -y se levantó de la silla poniéndose de pie con ayuda de sus hijos encaminándose a la salida de la oficina, al dar dos pasos se detuvo y volviéndose a mí, me dijo, -gracias por todo, disculpen las molestias causadas.
Todos salieron de la oficina dejándonos a Rogelio y a mi viéndonos la cara.
-Sabes quien es ella? -pregunté a Rogelio.
-No, pero imagino que su asunto pendiente tiene que ver con herencia, Simone es el especialista en Derecho testamentario del bufete, solo ese tipo de asuntos trata porque las comisiones de esos casos son altas, nadie hace testamento sino tiene nada que legar, aquí lo apodamos el enterrador pero sin que él se entere claro.
Me despido de Rogelio en ese momento y salí nuevamente al pasillo cerrando la puerta de la oficina de mi amigo, pero no fuí hasta el ascensor, sino que dirijo mis pasos hacia el mostrador donde se sienta la asistente del Doctor Simone y poniendo mi más entusiasta sonrisa le pregunté
-Hola, me quedé sorprendido, cuando escuché el apellido Palacios asociado a la lectura de un testamento, me podría dar el nombre del difunto, es muy posible que sea conocido mío.
-Déjame ver, Esteban Palacios, es todo lo que puedo decirle, -me contestó la mujer.
-Gracias, es todo lo que quería saber, afortunadamente no es mi amigo, -respondí y salí.
Mientras me dirigía a mí oficina pensaba en la hermosa mujer que había visto, en el dolor que reflejaban sus ojos, me había dejado intrigado y quería conocerla, saber de ella.
Entré a mi oficina y mi asistente fué inmediatamente detrás de mí con unas carpetas en la mano para informarme sobre las novedades.
-Buenas tardes señor, le llamó el señor Belutini para confirmar... -En ese momento la interrumpí levantando mi mano y haciéndola callar con un ademán.
-Por favor señorita Salazar necesito hablar con el señor Pedro García
-El detective?
-Si es muy importante que hable con él a la brevedad, deje las carpetas sobre el escritorio y los pormenores de su conversación con el señor Belutini me lo informa luego, antes que nada me pasa la llamada del señor García.
Mirna, así se llama mi asistente, salió de mi oficina cerrando la puerta tras de sí y mientras esperaba la llamada me recosté en el sillón y cerré los ojos, vinieron a mí las imágenes de lo acontecido, recordando nitidamente el hermoso rostro de la mujer que sostuve en mis brazos, su olor, su piel blanca, en ese momento sonó el teléfono.
-Su llamada señor, -me dijo Mirna al levantar el auricular.
-Bien, -se hizo una pausa del otro lado del teléfono mientras me comunican la llamada, -buenas tardes señor García, -dije al oír la voz contestando al otro lado del auricular.
-Buenas tardes señor Zambrano, es un placer hablar con usted, en qué puedo servirle?
-Necesito de sus servicios para tener información sobre una persona que falleció recientemente, específicamente necesito información sobre los que lo sobrevivieron.
-Me puede indicar los datos que tiene?
-El fallecido es Esteban Palacios, es todo lo que sé, quiero saber todo sobre su familia y herederos.
-Tendré su información lo más pronto posible, algo más?
-No, eso es todo, hasta luego.
-Hasta luego señor Zambrano.
Al colgar me levanté del escritorio y voy hasta la ventana, mirando hacia afuera me quedo intrigado, por qué me afectó tanto esa mujer? Nadie me había impactado tanto en mi vida, y yo no he sido un monje, todo lo contrario, la prensa me tilda de mujeriego y Playboy, yo no diría que tanto, pero es verdad que disfruto mucho los favores del sexo opuesto y trato de ser generoso siempre, solamente que procuro distanciarme cuando veo que la dama en cuestión se está encariñando mucho conmigo, pero nunca he perseguido a ninguna mujer, sin embargo ella me dejó cautivado, siento que necesito volver a mirar esos ojos y oler ese aroma a manzanas y tentación que se me impregnó en mis sentidos. Tocan la puerta y allí está Mirna dispuesta para trabajar.
-Señor, terminamos con los pendientes o necesita algo más antes de seguir?
-No Mirna, traiga un café y revisemos todos los pendientes, gracias, -respondió sentándome nuevamente en mi sillón y tomando una de las carpetas en mis manos para disponerme a trabajar.
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Comments
Kyana Goyo
Hummm que no se decaiga más de lo que estaba 🙏🙏🙏
2024-07-15
0
Teresa Villarreal
va interesante
2023-01-18
4