Capitulo 4

Ya habían pasado varios días desde aquel momento, Roger estaba estable pero aún necesitaba descansar, con Athanasia habían acordado que en cuanto Roger estuviera bien de nuevo, Mei por fin se enteraría que sería la próxima emperatriz de la familia imperial, creían que esta aún no era capaz de tener tal responsabilidad como emperatriz, esposa y madre, pero realmente quienes no estaban preparados para ver a su hija con esa responsabilidad era la pareja. Con respecto a la magia negra, muy pocas personas lo sabían, y a estas se les fue dada la orden de no decir palabra alguna.

- ¿Princesa? - Liliana habló con voz suave tratando de entender los pensamientos de Mei.- ¿Se encuentra bien?

Asintió dejando salir un brillante y hermosa sonrisa.- Quiero dar un paseo, creo que iré con Lucas.

- Entiendo.- Asintió Liliana un poco más aliviada.

Por el lado de la familia imperial todo siguió como comúnmente era, a excepción del emperador.

- ¿Me llamabas?

- Así es.- Habló el frío hombre.- Pannellope preguntó muchas veces por ti después de que bailarán, ¿Podría saber a dónde diablos te fuiste? - Preguntó seriamente.

Hubo silencio, lo que demostró que no habría respuesta alguna a esa pregunta.

- Vete, no vuelvas a cometer una tontería como esa.

Nuevamente reinó el silencio hasta que los sonidos de pasos empezaron a abandonar el lugar.

Roger ya estaba bien completamente de salud, o eso es lo que parecía. Por otro lado Roger y Athanasia se rindieron y hablaron con Mei, pero solo hablaron de matrimonio, para su sorpresa esta no tuvo una reacción como la que ellos esperaban. Mei ya sabía que llegaría el momento en que tendría que casarse, incluso desde pequeña, aunque siempre respondió con un “me quedaré con mi papá para siempre y me casaré con él, y viviremos con mamá”, sus padres sabían que en cuanto creciera eso no sería así, muchos amigos de la familia que tenían hijos ya se había atrevido a pedir la mano de Mei en matrimonio, ella estaba al tanto de todo, aunque su padre fuera el que los terminara rechazando, no tuvo problema con eso, no conocía a ninguno de esos chico de todas formas, no habría por qué preocuparse.

- Que pequeña tan hermosa Roger.

- Vamos Mei, saluda.

- Hola señor, feo.- Dijo Mei abrazando el cuello de su padre mientras este la tomaba en brazos.

- Lo siento.- Dijo Roger disculpándose por las palabras de su hija, además también por las pequeñas risas que escaparon de él.

- Oh, no se preocupe.- Respondió el señor. Pequeña, ¿Te gustaría tener amigos? - Preguntó a la niña.

- Tengo a Liliana, Hannah, Maazh, Diana y a Lucas.- Nombró Mei contando con sus pequeños dedos.

- Oh, pero me refiero a amigos de su edad princesa.- Volvió a decir el señor.

- No gracias.- Se volteó nuevamente para abrazar a su padre.

- ¿No? Verás pequeña, yo tengo un hijo de tu edad, creo que se llevarían muy bien, podrían ser grandes amigos y quizás en un futuro puedan llevarse mucho mejor y contraer matrimonio.

- Ya fue suficiente, nos tenemos que ir. despídete Mei.- Está vez habló Roger con cierta expresión seria.

- Adiós señor, feo.- Se despidió Mei en un susurro.- Papi, ¿Qué es matrimonio? - Preguntó la pequeña curiosamente mientras iba en brazos de su padre.

- Cuando dos personas se quieren mucho y se apoyan, y también tienen una florecilla como tú.- Respondió el padre la pregunta de su pequeña hija.

- ¿Así como tú y mamá?

- Así es, así como tu madre y yo.

- Yo no quiero casarme.- Dijo de repente la niña.

- Eso lo dices ahora, cuando crezcas encontrarás a alguien y te casarás.

- No, ¡Yo quiero casarme con papá y vivir con mamá! ¡Papá es muy guapo, es perfecto para casarme con él! - Dijo la niña empuñando sus bracitos hacia adelante.

El padre solo se limitó a reír, después mostró una sonrisa de felicidad a su hija.

- Está bien.

Mei siempre espero tener “sentimientos especiales” por alguien, para poder casarse, sin embargo, esto no solo se trataba de ella, sino también de su familia, así que aceptó el matrimonio con madurez. Sus padres sintieron culpa de ello, después de todo querían que Mei eligiera a su prometido por si misma, por otro también estaban preocupados, quizás ella estaba lista para contraer matrimonio sin amor, pero no sabría cómo lidiar con el hecho de ser madre.

- Hija, ¿Te gustaría algún día ser madre? - Preguntó su madre con una sonrisa.

- ¿Una madre como mamá? - Preguntó también la pequeña princesa.

- Si, eso, una madre como yo, pero de un niño o una niña parecidos a ti.- Respondió la madre.

- ¿Parecidos a mi? - Preguntó la niña confundida.

- Si, serán minis Mei.- La madre sonrió.

- ¿Minis Mei? - La pequeña se quedó pensativa por un rato.- ¿Podré jugar con ellos? - Preguntó la niña nuevamente con una sonrisa emocionada.

La madre también se quedó pensativa por un momento, pero luego respondió la pregunta de su hija.

- Claro que podrás jugar con ellos, pero para ese entonces ya serás mucho más grande que ellos.

- Oh, entonces si quiero.- Dijo con una sonrisa.

- Pero para eso tendrás que casarte.- Habló la madre.

- Entonces no quiero, ¡Me casaré con papi!

La madre estalló de risa en ese momento, mientras que la dulce niña solo la vió con confusión, pero después termino uniéndose a su risa.

Mei siempre tuvo una buena relación con los niños, siempre quiso ser madre, pero con este matrimonio ya sería totalmente diferente, sería la o el próximo heredero después de su futuro padre.

Algunos días después planearon reunirse con Anastacius y el futuro esposo de su hija, Mei también iría, quería conocer a su prometido al menos unos meses antes de casarse. Liliana, Hannah y Lucas eran los únicos que estaban enterados aparte de sus padres.

En el camino a la familia imperial, hubo un gran silencio, por lo menos para Mei, su expresión cambio a una cara de felicidad al ver un gran lago y jardín. La chica sonrió alegremente hasta bajar de dónde se encontraba.

- Bendiciones para la familia imperial.- Saludó la familia.

- Es bueno tenerlos aquí de nuevo.- Habló el viejo emperador.

En un minuto ya estaban caminando hacia dentro del palacio, los nervios envolvieron a Mei, pero su expresión demostraba seriedad e inteligencia. El palacio estaba casi totalmente hecho de oro y reliquias. Los pasos de Mei se detuvieron en una bonita sala en la que no faltaban las cosas hechas de oro y cosas que de verdad parecían que estuvieran mil años en ese lugar, sin embargo, de verdad eran reliquias muy bonitas, el lugar era muy bonito, era muy bueno que ese lugar le agradará, era el lugar en el que viviría en cuanto se casara de todas formas.

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Comments

~√{©£¢%}✓¶🌟💖

~√{©£¢%}✓¶🌟💖

Algo no está bien en esa familia.. .

2022-05-22

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