Capítulo Diez

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Sale Irene de la oficina y me da curiosidad porque pregunta si tengo otro nombre. Su carita triste volvió, pero no creo que es porque ame a Fernando, sino porque le duele su traición y eso que aún no sabe lo más fuerte que le hizo. Por eso la voy a llevar a Italia, para que se distraiga.

Casualmente, el viernes es el evento de aniversario de las empresas socias, pero quiero que estemos todo el fin de semana en varios sitios de Italia. La voy a llevar a Roma, a Venecia y a Verona. Sé que se va a divertir porque le gusta la cultura y conocer diferentes sitios turísticos.

—Manuel, ¿puedo pasar? Ya está acá el doctor Álvarez, el abogado —me dice Irene después de tocar la puerta de mi oficina.

—Claro, pasen —entra Irene con el abogado y se sientan en la sala auxiliar. Irene le sirve un café al abogado, ella se hace una aromática para controlar los nervios que tiene, pues no sabe a qué se va a enfrentar.

—Señora Irene, estos folios contienen las pruebas contra Fernando Suárez. Como son tantos folios, yo le saqué un resumen, y con base en eso entablaremos la demanda de divorcio y la demanda penal. —Nos explica el abogado.

—Señor Álvarez, ¿estos folios son de lo que me ha hecho Fernando? No lo puedo creer —pregunta Irene, mientras me siento a su lado y paso mis brazos por detrás de sus hombros, dándome paz y tranquilidad.

—Tranquila, Irene, yo seré tu apoyo. Por favor, no te quiebres, debes ser fuerte. Señor abogado, puede proseguir. Irene, te recomiendo que grabes la conversación, porque por lo que veo es demasiada información —inmediatamente sacó su celular del bolso, y activó la grabadora.

—Señora Irene, el engaño de su esposo viene desde antes de que se casara —empezó a narrar el abogado —. Él se propuso enamorarla, ya que se dio cuenta de que, a pesar de que usted era una mujer muy rica, también era vulnerable. Sabía de sus inseguridades generadas por años de bullying en el colegio y en la universidad por parte de sus compañeros y algunos profesores. Por eso hizo lo que nadie había llegado a hacer con usted… hablarle bonito, tener detalles, eso la deslumbró y enamoró. Pero eso no quedaba ahí, él la embarazó a propósito, aprovechando su inexperiencia, para así poderse casar. Sin embargo, no contaba con la reacción de su familia a desheredarla si se quedaba con él. En ese momento, como usted sabe, su suegra se enfermó, por lo que él se tuvo que resignar a lo que usted aportaba con su trabajo. Aunque el señor Suárez siempre tuvo un as bajo la manga para poder ir reuniendo dinero, y hacerse a una pequeña fortuna para así poder tener a la mujer que quisiera a su lado, y eso lo logró visitando a su padre, el señor Joseph Lancaster.

Irene lloraba sin parar, pero no dejaba de prestar atención a lo que el abogado le decía.

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Estaba en shock, escuchando de boca del abogado, todas las barbaridades que me ha hecho Fernando, sin que yo me diera cuenta. 

—Él iba ocasionalmente donde su padre, el señor Joseph, para pedirle supuestamente dinero para su hijo Emmanuel, que se encontraba “enfermo”, pero que usted no estaba de acuerdo a que le pidiera ayuda. Su papá le generó varios cheques, pero con la condición de que usted no se debía enterar, al igual que la señora Grace, su madre. Con este dato, el señor Suárez, al no poder justificar más enfermedades de Emmanuel para pedir dinero, empezó a chantajear al señor Joseph con enterarla a usted y a su mamá de los cheques entregados. Así pasaron casi cinco años, pero todo paró cuando su papá, contrató unos matones para darle una lección, con la amenaza de que si lo seguía chantajeando, lo iba a matar. Pero en esos casi cinco años pudo recibir una pequeña fortuna —siguió explicando.

—Yo recuerdo eso, él dijo que lo habían robado. Duró como una semana en el hospital, ese día había ido a retirar mi sueldo del banco para pagar las facturas mensuales y le robaron todo. A mí me tocó hacer un préstamo expreso para poder pagar las deudas —mi voz tiembla de la rabia.

—Pues, señora Irene, él le robó a usted todo el sueldo de un mes. Además, como usted tenía asegurada la tarjeta en caso de robo, y como duró una semana hospitalizado, le creyeron el supuesto robo y le dieron el 100% del seguro al demostrar que era su esposo, y que era su apoderado en el manejo del dinero —me pasó el documento que avala el pago de este seguro.

—Bastardo, él me dijo que nos habían negado el pago del seguro porque él no era el dueño de la cuenta, y que yo sepa, nunca autoricé que él fuera mi apoderado —digo mientras veo el documento.

—Pues, al parecer, usted firmó ese papel o clonó su firma y falsificó el documento. Él lo hizo, no para cobrar el seguro, pues ese documento ya estaba cuando su papá lo mandó a atacar. Lo más probable es que lo haya hecho para que, en el momento en que usted comprara su casa, él pudiera sobre hipotecarla. Pero como el proyecto de compra se pospuso por varios años, y cuando la pudo comprar, la escrituró con la figura de afectación al patrimonio familiar, él no pudo hacer nada salvándose su casa de otro fraude. Otras cosas que ha hecho el señor Suárez es retirarle cada mes durante veintidós años una suma de dinero que usted no note que falta, y lo enviaba hasta una cuenta de paraíso fiscal. Amasando durante este tiempo una gran fortuna, pues con ese dinero ha invertido en la bolsa de valores y ha abierto cdts que le generan grandes dividendos cada año sin pagar por eso ningún impuesto. —Me pasó estos recibos para que, observara todas las pruebas que tenía en contra de Fernando.

—Y dígame, señor Álvarez, ¿cuál es la cereza del pastel? ¿Matarme para poder disfrutar de su fortuna, para no tener que disfrutarla con esta pobre mujer que alguna vez fue rica? —Mi voz se vuelve a quebrar, ese maldito es millonario a costa mía, mientras que yo siempre he trabajado sin cansancio para conseguir lo que tenemos.

—Pues eso es una sospecha, pero aún no tenemos pruebas. Todo esto lo conseguimos porque se le pagó una gran suma de dinero a su “gran amigo” Eduardo Jones. Además, él la aprecia y no está de acuerdo con todo lo que ha hecho el señor Suárez, pero que no había dicho nada por miedo a que le pudiera hacer algo a él o a su familia. —Confirmó la declaración que le dio el señor Jones.

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