Capítulo Doce

🍂𝕴𝖗𝖊𝖓𝖊🍂

📱Señora bonita, ¿cómo te fue con el abogado? ¿Te encuentras bien con todo mi amor?

📲Sí, Jafet, lloré mucho, pero al menos ya no estoy ciega. Sí, me duele mucho, pero voy a salir de esta. Por mi hijo y por su hermanito lo voy a hacer.

📱¿Y por mí no? 😔

📲Claro, por ti y por Manuel que me han ayudado tanto. Ahora solo queda hablar con mi hijo y esperar a que sea lunes para llevar las demandas a radicar, y de ahí poner todo en manos de Dios. Solo queda tener fe de que todo salga bien.

📱Todo va a salir bien, mi bonita. Nos hablamos mañana. Un besito, mi amada señora bonita. Te voy a mandar una canción para que me pienses hasta mañana.

🎶Señora de las cuatro décadas

Y pisadas de fuego al andar

Su figura ya no es la de los quince

Pero el tiempo no sabe marchitar

Ese toque sensual y esa fuerza volcánica de su mirar🎵

🎶Señora de las cuatro décadas

Permítame descubrir

Que hay detrás de esos hilos de plata

Y esa grasa abdominal

Que los aeróbicos no saben quitar🎵

🎶¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor

¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor🎵

🎶Porque nótelo usted, al hacer el amor

Siente las mismas cosquillas, que sintió hace mucho más de veinte

Nótelo así, de repente

Que es usted amalgama perfecta

Entre experiencia y juventud🎵

🎶Señora de las cuatro décadas

Usted no necesita enseñar

Su figura detrás de un escote

Su talento está en manejar

Con más cuidado el arte de amar🎵

🎶Señora de las cuatro décadas

No insista en regresar a los treinta

Con sus cuarenta y tantos encima

Deja huellas por donde camina

Que la hacen dueña de cualquier lugar🎵

🎶¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor

¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor🎵

🎶Porque nótelo usted, al hacer el amor

Siente las mismas cosquillas, que sintió hace mucho más de veinte

Nótelo así, de repente

Es usted amalgama perfecta

Entre experiencia y juventud🎵

🎶Cómo sueño con usted señora, imagínese

Que no hablo de otra cosa, que no sea de usted

Qué es lo que tengo que hacer, señora, para ver si se enamora

De este diez años menor🎵

🎶¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor

¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor🎵

🎶¡Señora!

No le quite años a su vida

Póngale vida a los años, que es mejor

¡Señora!🎵

¡Hermosa canción de Ricardo Arjona! Y tal como imaginé, antes de terminar de escuchar la canción llega Manuel. Abre la puerta del copiloto, espera a que me suba y, como todo un caballero, la cierra para así subirse en el asiento del conductor.

—Irene, ¿quieres comida italiana, oriental o mexicana? —Me pide que escoja.

—¡Mexicana! Hace días que no la como, ya la extraño —se me hace agua la boca.

—¡Entonces vamos por la comida mexicana! —Genial, a Manuel también le encanta.

Llegamos al restaurante y charlamos muy a gusto. Me encanta la compañía de Manuel, él hace que olvide mis penas, siempre tiene tema de conversación sin dar tiempo a pensar en alguna cosa que me ponga triste. La comida es excelente, veo también que a él le gusta, y no le hace nada el picante.

—¿Sabes, Manuel? Debo pedirte disculpas, pues al principio tenía un mal concepto de ti. Pero ahora que te conozco, más puedo decir que estaba equivocada, hasta decía que no parecías hijo de don Samuel y mamá Mariana. Es que al principio sí que me sacabas rabias —me sinceré con él.

—Al contrario, Irene, el que debe pedir disculpas, soy yo. Reconozco que me porté como un patán, no tengo excusa, pero me encantaba verte enojada. Más adelante te darás cuenta por qué lo hacía —«Lo hacía para alejarme de ti, y mira, causó el efecto contrario, pensaba Manuel mientras seguía conversando con Irene» —Esta comida estuvo excelente. Voy a pagar la cuenta para que vayamos al lugar que te comenté.

—Claro, Manuel, mientras tanto voy a ir al tocador. —Me levanté de la silla y Manuel fue a pagar.

Salimos nuevamente al auto, y vamos al mismo sector donde queda la pastelería donde vimos a Fernando. Aunque le aseguré a Carla que ese no era Fernando, a partir de ese momento empecé a sospechar de él.

Nos bajamos del auto, y caminamos hasta una peatonal donde hay varios restaurantes. Manuel me hizo poner la capucha del abrigo y me puse gafas oscuras. Nos acercamos a un restaurante y desde la puerta los vimos.

—Irene, perdona por traerte acá. Pero una cosa es que los veas en fotos y otra es que los veas en vivo y en directo. Lo siento —Me mira preocupado, pero tengo una extraña calma en este momento.

—Tranquilo, Manuel, sé por qué lo haces. Con esto me motivo aún más a voltear la página. —Cuando íbamos saliendo, vi entrar a Emmanuel con Carla directamente a donde estaba Fernando.

¡Mi niño iba a encarar a su papá! No me reconoció, pero Manuel lo alcanzó a coger del brazo y lo sacó del restaurante. Carla nos siguió al reconocer a Manuel. Ya afuera, en el callejón, me quité la capucha de la chaqueta. Emmanuel me vio y se me colgó del cuello como cuando era un niño y se puso a llorar.

—Mamá, ¿por qué nos hizo eso? Él tiene otra familia, hasta un niño de casi tres años. Yo lo iba a enfrentar, ¿por qué no me dejaste? —Me sorprendo al ver a Emmanuel aquí.

—Ya, mi niño, vamos a la casa, ahí te cuento todo lo que sé de tu papá. —Tengo que calmarlo antes de que haga una locura.

—Vamos, mamá. Carla tiene el auto a dos cuadras, lo dejamos ahí para no levantar sospechas. Ella me contó que ayer lo vio con esa señora, y que días antes le pareció haberlo visto con la misma señora y un niño pequeño, de no más de tres años.

—Tranquilo, mi niño. Esperemos llegar a la casa, y ahí te cuento qué vamos a hacer de ahora en adelante. —Me despido de Manuel y sigo con ellos hasta el auto de Carla.

Ya en la casa, y con mi niño más tranquilo, le pongo la grabación que hice cuando me reuní con mi abogado. El pobre sigue llorando mientras Carla y yo lo consolamos. Él ama a su papá, así no haya sido tan cariñoso con él, lo cuidó hasta que entró en la universidad y se volvió más independiente.

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