Ella cree que me quedaré con esto. Pero se equivoca, Daniel le va a encantar saber dónde está la mujer que ama. Desde que conocí su existencia me he dado cuenta de que ella se lleva la mejor parte. Ya estoy cansada de ser marginada por su presencia.
_ Disculpa Elena, demore mucho. Mis amigas no querían dejarme ir -se ríe despreocupada. Al notar mi distracción su expresión cambia -¿todo está bien?
_ No, nada -, susurré despacio -solamente pensaba que sería buena idea ir de compra. La semana que viene es feriado por ser el cumpleaños de su Alteza. Así que creí en hacer una parrillada en casa.
La señora Salvatore me dedico una sonrisa fascinada. Por su cambio repentino de humor parece que le gusto mi idea. Solo quiero crear una situación en la cual Daniel esté en casa y darle la noticia que di con su enamorada y así me dejaría libre al fin.
Pasamos toda la tarde comprando las cosas para hacer la dichosa parrillada. Ya me había metido en esto así que debía seguir con todo el teatro de ser un matrimonio feliz y una esposa interesada en complacer a su marido.
Al llegar a casa Daniel estaba tomando el té con un hombre al parecer de su misma edad. No podía detallar su apariencia porque estábamos aún algo lejos. Su madre al verlo casi de inmediato me arrastra hasta ellos.
_ ¡Hijo! Acabamos de llegar de hacer unas compras -Daniel me dedica una mirada de no poder creer las palabras de su madre.
_ ¿Y se puede saber que compraron? -sonrió descaradamente. Se estaba burlando de mí.
_ Tú esposa se le ocurrió una brillante idea. Hacer una parrillada con la familia, ya que la semana que viene es feriado.
El hombre frente a él alzó la mirada que tuvo en su celular desde que llegamos. Me miró curioso y algo sorprendido.
_ ¿Esposa? - su madre se cubrió la boca al ver que había dicho. Daniel suspiro agotado he hizo una seña para que
me acercará a él. Lo cual no dude hacerlo.
_ Elías, ella es Elena mi esposa -Sonreí ligeramente para hacer una leve reverencia. Él me observó sin inmutarse.
_ No sabía que te has casado - dijo ignorándome descaradamente -no está mal. Es joven y ¿qué tal es en la cama?
La señora Salvatore deja salir una queja para darse la vuelta e irse.
Daniel lo miró sin ninguna expresión y sin importarles mi presencia seguía hablando.
_ La verdad el único momento que disfrute fue cuando lo hicimos por primera vez. Después no tiene nada especial.
Mi mirada se clavó en él. Me sentí tan humillada al oírlo hablar de nuestra intimidad con este hombre. Sentí la mirada fría de ese hombre sobre mí, para mirarme de pies a cabeza.
_Creo que necesita un buen maestro - su mirada aterradora se posó en mi cuerpo. Lo cual me ocasionó un escalofrío -si quieres te la entreno.
Daniel dejó salir una carcajada y dejó la taza en su sitio.
_ ¿Podrías? Mira que es una llorona. No creo que puedas con ella. Pero si quieres te la puedes llevar.
_ Es una broma ¿verdad Daniel? Soy tu mujer.
Elías sonrió y su mirada se fue a mis pechos. Me sentí tan asqueada.
_ Me parece bien. Se ve tierna y muy dulce.
Di un paso hacia Daniel para sujetar su hombro que al tacto se podía sentir lo bien trabajado que estaba su cuerpo.
_ Daniel por favor no me parece divertida esta broma tuya - logré decir nerviosa. Su amigo sonreía de una manera perversa.
_ No quieres que te toque aunque seas mi mujer, entonces que lo haga mi amigo. Él no será nada dulce y paciente.
_ Daniel. Por favor -dije en un tono casi inaudible - no lo hagas, además tengo información valiosa - articulé desesperada.
_ Escupe de una vez. -ese tono tan amenazador me deja tan acobardada -Veamos si es digno de mi consideración.
Mi cuerpo temblaba y mi garganta estaba seca. Respire hondo y abrí mi boca para dejarlo salir sin miedo.
_ Vi a Elena en el club. Ella estaba ahí. Estaba con Sofía. Esa chica que es modelo o algo así.
Daniel sujeto mi brazo con fuerza que dejé salir una leve queja por el dolor que me producía, pero a él le importo poco.
_ ¿Por qué me lo dices ahora? - su ira fue en aumento y me tiro al piso -no quieres que de con ella ¿Cierto?
Sus ojos se fijaron en su amigo.
_ Es toda tuya está noche. No quiero saber nada. Quieres ser la perra de todos mis conocidos, al parecer te gusta la idea.
Se levanta de la silla y se va dejándome ahí. Elías sujeta mi brazo haciendo que me coloque de pie.
_ Nos vamos entonces -tira de mi brazo llevándome hasta su auto. Su chofer al ver que venía abrió la puerta.
_ ¡Daniel! -dejé salir un leve grito estando ya dentro del auto. Miré a Elías - por favor no me haga daño se lo pido.
Él ni me miró solo sonrió y tecleo en su celular. Durante el viaje me quedé acurrucada al otro extremo del asiento.
Al abrir mis ojos estaba recostada en una cama grande. Miré a los lados y la habitación era lujosa, mejor que la mía. Al bajar de la cama noté que llevaba un vestido liviano y largo.
_ Bienvenida a mi humilde casa - me sobresale al oír su voz y verlo parado en la puerta. Él vestía un pantalón de pijama y una camiseta. -¿quieres comer algo antes de comenzar?
Un escalofrío recorrió mi espalda.
_Por favor. Ten piedad -mis lágrimas bajaban por mis mejillas.
Viro sus ojos para luego verme y suspirar aburrido por mi escena.
_ Bien no le digas a Daniel que no te trate bien. Quise ser cortés.
_¿Cortés? Usted quiere hacer cosas impropias conmigo. Soy la esposa de su amigo. Respete un poco eso. -Elías al oír mis palabras dejó salir una carcajada.
_ ¿Cosas impropias? Me imagino que te refieres a tener s**o. mi vida ¿crees que Daniel dejará que toque algo suyo? Si lo hago hasta aquí llegará mi vida sexual.
Cerró los ojos y dejó salir un leve suspiro.
¿Entonces que hará conmigo?
Mis nervios eran enormes y sin mencionar lo mal que me hizo sentir sus palabras tan duras hacia mí.
_ No entiendo lo que pasará conmigo -dije suavemente siendo cautelosa en cada movimiento.
_ Sé que no eres la mujer que él quiere. Y bueno al verte tan asustada supe que no eras ella. Eso me hizo pensar. Pobre chiquita. Debo enseñarle como saciar a un hombre -camino hasta sentarse en uno de los sillones -¿Quieres sobrevivir? -asiento rápidamente -Entonces debes ser astuta y saber que Daniel es un hombre que le gusta saciar sus necesidades de hombre ahí entras tú. Dale lo que quiere y saca beneficios para librarte de él cuando consiga a su amada. Tendrás dinero y una manera de huir de la isla y serás libre de sus garras.
Sus palabras era una tentación una fantasía hermosa. Ser libre de sus humillaciones y maltratos. Y tenía razón si era accesible a él en la cama mi vida sería más calmada.
_ ¿Cómo harás que sea buena en algo que no tengo nada de conocimiento? - me tenía nerviosa que él fue de él que se ofrezca.
_ Tengo una casa de como decirlo ¿citas? Mis chicas son muy buenas atendiendo las necesidades de los hombres. Si quieres aprender bien lo básico le diré a Daniel que te quedarás una semana.
No era la idea más cómoda para mí, pero es mejor que a nada.
_ Acepto. Todo lo que sea por huir de su lado cuando sea necesario.
Este era el límite de todo y la estúpida de Elena no quería irse con Daniel, pero yo no quiero ser su tapadera siempre.
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