Capítulo. 16.

El molesto toque en la puerta me hizo levantarme. Abrí la puerta para ver a Daniel parado frente a la puerta con un vaso de agua en su mano.

_ Toma la pastilla ahora -entro empujándome, sus ojos se fueron a la caja aplastada que yacía sobre la alfombra -al parecer esta es tu respuesta a mi petición.

Rápidamente, levanté la caja y la abrí para meterme una a la boca; tomar el vaso y beber toda el agua. Me aterra la idea de que me haga algo.

-¿Feliz? - dejé el vaso sobre la mesita de noche -Ahora quiero estar sola, ahora -me crucé de brazos sería. Él no dijo nada y salió.

Suspire de alivio y me senté en la cama. Miré las pastillas y las deje caer al piso. No podía siquiera pensar en que hará esto todos los días. Después de ducharme me vestí con un largo vestido celeste, cepille mi cabello para maquillarme un poco.

♧♧♧♧

Elías me esperaba sentado tomando un café. Las mesas de afuera eran más atractivas en verano, cálidas; los árboles floreciendo le daban un aspecto de paz y tranquilidad. Al verme alzó su brazo y se levantó para ofrecerme una silla.

_ Elena cariño. Tanto tiempo sin verte.

_ Solo han sido como tres días nada más -llamo al mesero y me pidió lo mismo que él.

_ Disculpa que pida sin preguntar, pero algo me dice que no has desayunado aún.

Sonreí y apreté mi bolso para ver la mesa rústica.

_ Me gustaría pedirte un favor -respire hondo y lo miré a la cara -necesito ir a un hospital -él me miró preocupado.

_ ¿Estás herida? Daniel.. - no dejé que terminará la locura que pasaba por su cabeza.

_ ¡No! Para nada. Quiero tener orientación sobre anticonceptivos. Él no quiere un embarazo.

Relajó sus facciones y suspiro. Solamente quiero cuidar de mi cuerpo para no ser molida a golpes.

_ Daniel tiene una reputación algo peligrosa y tener un hijo de él sería un riesgo -mentí. Pero solo lo hice para no tener que dar explicaciones sobre eso.

_ Es cierto. No es un secreto en esta Isla como amasa su fortuna los Salvatores. Por tal motivo tiene muchos enemigos y los Tordos son uno de esos enemigos peligrosos. Ya que Daniel controla el lado sur de la Isla; los Tordos el lado oeste y a veces sus territorios no son límites para unos de la familia.

¿Tordo? ese apellido me suena de algún lado. Las manos de Elías tomaron las mías.

_ Elías, por favor ayúdame a traer a Elena. Mi hermana. Si ella acepta a Daniel de seguro me dejará ir.

Él me miró por un segundo y suspiró. Mi cara estaba reflejada la ansiedad y el desespero. Quería romper todo lazo con Daniel. No quiero que en un descuido pueda quedar embarazada y decida cumplir con sus amenazas. Si tengo que ir y hacer que no pueda tener hijo lo haré.

_ Elena ... - la voz de Elías se hizo más baja y suave -Daniel te ha lastimado ¿Verdad? -negué rápidamente.

_ ¡No, Claro que No! -me apresure a decir -¿Crees que algún día pueda hacerlo? - lo mire expectante. su cara se ensombrecio y me miró con algo de dolor.

¡Dios mio!

_ Es mi amigo y lo aprecio Mucho, pero su temperamento es a veces aterrador y bueno su anteiror prometida -las palabras se quedaron en el aire al ver a un hombre de traje negro acercarse y susurrarle algo al oído, me miró y sonrió -nena surgió algo en mi negocio así que me voy antes y por la cuenta no te preocupes la canceló ahora mismo. desayuna tranquila.

Pude ver su espalda desaparecer y una sensación de opresión se instaló en mi pecho. Algo estaba por pasar, lo podía sentir. Me levanté y caminé sin rumbo hasta sentir que mis emociones se calmaran. Estoy segura de que le hizo algo a esa chica a su antigua prometida.

Después de un par se horas noté que estaba perdida y no sabía que hacer. Esta vez no podía volver en taxi por que no tenía nada de dinero y no podía dar un paso más. En mi vida había caminado tanto. Me senté en una pequeño banco en una plaza. Ya no me sentía tan ansiosa y nerviosa. Mientras no dejará de cuidar de mí todo irá bien.

No tenía a nadie a quien acudir. Busque el celular en mi bolso, pero para mi desgracia no estaba. De seguro lo dejé en casa. Cerré los ojos y me quedé un rato más ¿Cuanto había caminado que me aleje del café?

♧♧♧♧

Estaba nerviosa, ya había andando por más de cinco horas y no sabía hacía donde caminaba; cada paso que daba era más desconocida la zona. mis nervios me comían viva por dentro.

¡Daniel!

Seguro pensará que intente huir de él y si me encuentra me querrá hacer algo. Estaba aterrada y cansada, mis lágrimas bajaron por mis mejillas frías por el viento helado. Me senté en un escalón y me quedé ahí. De seguro si no me movía me encontarán más rápido.

Sentía mis extremidades frías. Mi cuerpo estaba entumecido. Escuche la voz de alguien a lo lejos mientras intentaba colocarme de pie para poder la fuerza de mis piernas y caer al piso.

_ ¡Señora Salvatore! - ese chico que siempre anda con Daniel llego a mi lado -¿está bien? -sujetó mi cuerpo cargándome para llevarme al auto. -vamos.

Mi cuerpo se sintió liviano después de un par de horas de descanso. Cuando abrí los ojos ya era de noche, las blancas cortinas se levantaban por la fresca brisa. Mire fijamente el cielo desde la ventana, me levanté despacio para ir y ver el jardín.

Él jardín esta como siempre rodeado de hombres armados con luces por todos lados. De alguna manera eso no me hacía sentir a salvo, sólo alteraba mis nervios aún más.

_ ¿Qué prentendias? -giré mi cara para verle parado en la puerta que se cerraba tras él -Huir de mí no será algo fácil. Sólo la muerte te alejara de mí.

llego a mi lado con un par de zancadas y sujeto mi brazo con fuerza para obligarme a verlo. Su dura expresión me aterraba y la fuerza con la que me sujetaba era aún peor.

_ Yo no pretendía -corto mis palabras apretando con fuerza mi mentón. sus ojos negros eran como cuchillos filosos que cortaban mi piel.

_ Te mataré si intentas huir de mí de vuelta. -me empuja hacia la cama dejando que mi cuerpo caiga con fuerza - se buena o dolerá esta vez.

_ No lo hagas por favor -suplique, pero mis palabras fueron en vano.

Él sonido de la ropa rasgandose y su fuerte agarre me hizo sentir ultrajada. Esos ojos oscuro me miraban con odio y desprecio.

De un momento a otro su cuerpo ultrajada al mío con una furia descomunal. Me hizo darme la espalda para tirar de mi cabello mientras me invadía sin piedad.

¿En qué momento hice algo para merecer esto? Nunca me relacione con nadie antes de conocerle, pero su odio por mi era más que evidente. Sentí como gruesas lágrimas salían mojando mis pálidas mejillas. mientras mo cuerpo era evidentemente forzado a sus deseos oscuros. sus manos me apretaban con fuerza haciéndome daño.

♧♧♧♧

Él sol alumbraba el cielo desde la ventana. Mi mirada se quedo fija en el cielo viendo alumbrado y despejado de oscuridad. Daniel se levantó de la cama y me miró antes de tomar su ropa y salir sin decir una palabra.

Me acurruque en el centro de la cama sin poder evitar llorar ahogando mi llanto. El dolor físico y emocional se mezclaban y hacia más agonizante el sufrimiento.

_ Señora, le traeré el desayuno. necesita comer algo. ayer no comió nada - al entrar se quedo sin habla al ver mi estado -¡Señora!

Todo el lugar estaba destrozado. Las sábanas manchadas de sangre y mi cuerpo mañugado. Ella alarmada me ayudó a levantarme he ir al baño.

_ El doctor vendrá. - al entrar en la bañera el agua se tiñó de rojo lo cual la hizo alarmarse má -¡ ay Dios mio! Un dolor agudo acompaño mi vientre al sentir como bajaba la sangre sin control.

Él doctor me miró serio y con una expresión de preocupación. después de controlar el sangrado y revisar que todo en mi cuerpo estuviese bien suspiro y llamó a la ama de llaves.

_ Neceito comunicarme con el señor Salvatore - la señora me miró y apretó su delantal con fuerza.

_ Verá doctor. El señor Salvatore no puede atender este asunto por que está de viaje. -me observo por un segundo para volver su atención al doctor -yo estoy a cargo de la señora.

El doctor se acercó y me tomó la mano. Algo andaba mal, ¿me estaba muriendo? por que si es así no tengo problemas en morir.

Sacó un par de frascos y escribió las indicaciones.

_ Señora Elena. estos son suplementos y estos de acá son para si en algún momento presenta náuseas. -miro a la ama de llaves -debe preparar comida sana y seguir una dieta balanceada. No se como decirle esto.

_ ¿Decirme qué?

El doctor sonrió.

_Felicidades señora Salvatore esta usted embarazada. Su sangrado se debe a que tomó algún medicamento inadecuado y por lo que vi usted y su esposo fueron algo bruscos anoche lo cual ambas cosas provocaron casi un aborto. Mañana o pasado cuando su cuerpo pueda estar más relajado venga al hospital y checar como va el feto y saber con exactitud el tiempo de embarazo.

Un temblor recorrió mi cuerpo.

¡Embarazada! ¡Eso no podía ser cierto! Debía deshacerme del bebé por mi cuenta o sino me molera a palo.

_Doctor no puedo tener este bebé. necesito abortar ahora mismo antes de que mi esposo se enteré.

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