Capítulo. 14.

Mis manos sostenían esa enorme cosa. Miré a Verónica esperando lo que diría; hoy era mi segunda clase y ver eso en mis manos me dejaba algo incómoda.

_ Quiero ver la práctica de toda la teoría que te enseñe -sonrió con orgullo al ver me desempeño en su clase. - no seas tímida imagina que es él el que está frente a ti.

Suspire mostrando una sonrisa nerviosa. ¡¿Imaginarlo?!, eso era peor. No quería ni pensar en él.

_ No sabe lo aterrador que es para mí tenerlo al frente y este tamaño es demasiado- ella se ríe y toca mi mejilla.

_ Conozco a Daniel y sé muy bien como lo tiene, además por lo que oído ya tú sabes como es sentirlo. - mi cara se tiñe de vergüenza.

_ Y casi me manda al hospital por ser un bruto -solté enojada al recordar lo que me hizo.

Verónica suspiró exasperada.

_ ¿Las ex vírgenes siempre son tan dramáticas? -Elías alzó su copa y nos miró.

Ya era incómodo esto y hacerlo con Elías presente es peor.

_ Paciencia Verónica Elena es una pequeña florecilla. Está algo traumas porque El señor Salvatore fue un salvaje. - tomó un sorbo de su vino y me sonrió -vamos cariño comienza la práctica a Daniel le gusta que le hagan eso.

Le dediqué una mirada de molestia.

Verónica me dio una copa con vino tinto.

_ ¡Vamos a brindar! -grita llevando la Copa a sus labios- Después de una larga semana ya sabe hacer una buena m****a.

¡Maldita! Dejé la copa sobre la mesa y los miré a ambos.

Sabían que después de cenar sería enviada de vuelta a casa de los Salvatore. Verónica me mostró muchas posturas y como debía actuar y la vestimenta. Una cosa es ver las clases y simular situaciones y otra era llevarlo a la acción.

Mis dedos se estrujaban entre sí al ver que estaba frente a la mansión. Elías me abrió la puerta y me hizo una señal para que saliera.

_ Pareces que vas al matadero-se burla de mí, lo miro de mala gana -ya. Ve con él. Daniel no es tan aterrador como parece o capaz lo es -se ríe indicándole que entre.

Una señora mayor me abrió la puerta y con una ligera sonrisa me dio la bienvenida.

_ ¡Bienvenida señora! -exclama con una sonrisa - mi nombre es Karla soy la nueva ama de llaves. El señor me dijo que vendría hoy. Su habitación está lista y la bañera está esperando por usted.

_ Gracias por todo. -observé todo el salón y no vi señales de Daniel -¿el señor Salvatore está en casa?

Karla llevo sus manos a su delantal y me indicó que la siguiera.

_ El señor en su despacho preparando todo para su viaje. ¿Quiere pasar a saludarlo? -negué, pero ella me arrastró literal a la puerta -señor -golpeo levemente la puerta -la señora está de vuelta y quiere pasar a saludarlo.

Estaba entrenado en pánico. Se hizo un silencio sepulcral por un momento antes de oír su grave voz. Que cada que la escucho siento que me comerá en cualquier momento.

_ Que pase por favor- ella abre la puerta invitándome a pasar. Entro con cuidado-Puede dejarnos. Gracias.

Mis nervios estaban ocasionándome dolor de estómago. Hizo una señal para qué me sentará y lo hice.

Se levantó de la silla de cuero para ir a servir un par de tragos e ir hasta donde estaba y me ofreció uno.

_ Cuando Elena llegue a casa te podrás ir. Y jamás nos conocimos.

Sujete el vaso y lo miré por un segundo.

_ Es lo que más deseo -llevé el vaso a mis labios y me detuve - No me tomaré esto. Sé lo que hay ahí dentro-dejé el vaso en su sitio.

Daniel se tomó el trago de un solo golpe y dejó el vaso sobre la mesa y tomó el mío e hizo lo mismo.

_ Esa vez solamente quería ser amable porque pensé que eras ella y no quería que fuese algo traumático - lo observe por un segundo algo enojada.

_ ¿Ah, por eso me hiciste daño esa noche? ¡Todo porque no soy ella! -logré decir con algo de valor -Un poco más y me muero.

Él deja salir un gruñido exasperado. Si no fuese por su mano derecha hubiese pasado una mala noche. Tomó la botella del minibar y se sirvió de vuelta.

_ Desde ahora quieres que sea más delicado ¿No? -una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.

Me levanté más frustrada. No quería verle la cara porque sentía que lo golpearía sin parar.

_ No quiero entrar en ese terreno y menos que cumplir con ese papel que no me corresponde.

Sin decir nada más salí dejándolo ahí parado con su trago en la mano. Me enojaba que me viera la cara y dijese que tenía que cumplir con mi papel y él únicamente hacia lo que le convenía.

♧♧♧♧

De repente sentía como una mano apretaba mi cintura y algo duro rozaba mi trasero. Me incorporé en la cama algo alarmada para ver a Daniel a los ojos y ver un destello de deseo. De inmediato tiró de mi brazo para hacerme caer de vuelta sobre el colchón. Me obligó a mirarle, su aliento caliente tenía un ligero aroma a whisky.

Su mano entró debajo de mi camisón corto para averiguar la intención y el destino de sus dedos. Sintiendo como su enorme mano aprieta uno de mis pechos.

_ Daniel ... ¿Qué haces? - susurre algo confundida por su actitud. De repente sus labios están sobre mi cuello dejado una delgada línea de besos húmedos. Trate de apartarlo, pero era evidente que era más fuerte y pesado -Daniel estás ebrio, para por favor.

Él se detuvo y me miró determinado a seguir con lo que deseaba. Así que levantó mi camisón hasta arriba de mis pechos para él acercarse a mi cara y besar mis labios de una manera dulce.

_ Elena. No sabes lo que he esperado este momento- sí, Sabía que se refería a esa Elena no a mí y sabía muy bien que este era mi papel a cumplir. Suplir a esa maldita.

Y ahí de vuelta su boca sobre la mía devorandola en un beso lleno de deseo, sus manos recorrían mi cuerpo hasta sentirlo bajar hasta mi ropa interior; donde sus dedos se rozaban en la tela de mis bragas. mordí su labio ligeramente para evitar dejar salir un leve gemido. Quería evitar sentir placer por la manera en la que me tocaba, porque sabía que no eran para mí esas sensuales caricias.

Intente librarme de su cercanía, pero él seguía besándome de una manera tan cálida y llena de pasión. No quería sentir nada, ni disfrutar de lo que me hacía porque sabía que todo esto era para ella.

Un leve gemido escapó de mis labios al sentir sus largos dedos entrar en mi interior. Otro gemido al moverlos hacia adelante. Miré su cara y parecía satisfecho por lo que me hacía.

_ D-Daniel -una leve protesta salió de mis labios, los cuales fueron callados por los suyos . De verdad quiera que se detuviera, estaba resignada a este hecho de complacerlo. Así que llegue a la ligera conclusión que debía seguirle el juego.

Mis manos se enredaron en su oscura melena mientras su boca se comía la mía con una hambre desenfrenada. Está era la primera vez que nuestros cuerpos encajan perfecto sin sentir la presión de ser obligada. Él se separó de mis labios para tomar un poco de aire. Sus ojos negros brillantes me miraban como si fuese lo más valioso para él.

De un segundo a otro la habitación estaba llena de una atmósfera asfixiante de deseo. Mis ligeros gemidos y sus jadeos se unían con los frenéticos sonidos obscenos de nuestros cuerpos chocando el uno con el otro.

Podía sentir como arremetía contra mí de manera frenética llenando mi interior en cada embestida furiosa que daba. Mis uñas se enterraban en su espalda al sentir la manera tan dura que tomaba mi cuerpo.

Su cálido aliento chocaba contra mi cuello donde dejaba leves mordidas. Me sentía tan caliente y deseada. Sus besos, sus labios sobre los míos era una fascinación, podía ver el deseo y un destello de calidez; que de vuelta golpeaba mi cruda realidad y sabía que no era a mí quien quería.

Y sin aviso mi cuerpo se volvió tenso por un segundo al notar que quería tener esa atención y amor de este feroz hombre. Él me miró al notar como estaba de rígida y se detuvo para verme.

_Se mía por favor -después de estas palabras me beso despacio haciendo que su sencilla acción me derretía sin dificultad.

Separamos nuestros labios por la falta de oxígeno que nuestros pulmones reclamaban. Sonreí y besé sus labios ligeramente para hacer un movimiento y quedar encima de él. Un exquisito jadeo salió de sus labios al ver la posición que estaba tomando.

Así que moví mis caderas en un suave movimiento apoyando mis manos sobre su musculoso pecho. Mordí mis labios para evitar soltar una queja al sentir como su gran m******o. Al ver mi reacción llevó sus grandes manos para presionar mis caderas para entrar más en mí, haciendo que empezará a dar leves saltitos sobre él.

Después de repetir esa acción un par de veces más se sentó en la cama para dejarme a horcadas sobre él y dejando la vergüenza de lado para moverme y darme placer con su erecta monstruosidad. Mis gemidos y los jadeos suyos y la incesante danza de nuestros cuerpos llegamos al clímax.

Y ahí estaba mirando el techo para verlo dormir después de acabar. Dedique una leve mirada hacía él y mi pecho sintió un leve dolor de angustia de llegar a sentir algún tipo de sentimiento hacía él. Me levanté de la cama y fui a darme una ducha. Al salir del baño él estaba desnudo parado mirando fijamente la cama. Me miró y tomo su ropa para vestirse. Claro ya le había pasado la borrachera.

No artículo palabra alguna y salio de ahí. Suspire para sacar las sábanas de la cama y colocar un cambio. después me tire cayendo rendida por el cansancio.

Sin duda mi vida estaban yendo de la mierda desde esta noche.

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