Era de mañana y el día prometía ser emocionante, especialmente porque no habría clases. Sentía mariposas en el estómago solo de pensar en la cita de amigos con Kazuki. Habíamos planeado salir y, aunque no era una cita formal, el nerviosismo me llenaba de emoción.
Decidí ir a despertarlo. Entré en su habitación y lo vi dormido, acurrucado en su cama. Suspiré, sonriendo al recordar cómo siempre le costaba levantarse por las mañanas.
—¡Kazuki! ¡Despierta! —grité, intentando hacer que se levantara.
Él se movió un poco, pero en lugar de levantarse, me dio la espalda y continuó durmiendo.
—Ah, ¿sí? —me acerqué un poco más, sintiendo una mezcla de determinación y diversión. Lo pateé suavemente en el costado.
—¡Oye! ¡Eso fue muy rudo! —se quejó al caer de la cama con un ruido sordo.
—Buenos días, Kazuki —dije, sonriendo a pesar de su queja.
—¿No admitirás que me pateaste, Luna? —me miró con esa mirada de indignación fingida que siempre me hacía reír.
—Yo no he hecho nada —respondí, haciendo un gesto inocente.
—Sí, lo hiciste —reiteró, frunciendo el ceño.
—No, yo no lo hice —dije, tratando de contener la risa.
Kazuki suspiró, resignándose.
—Bien… ¿Qué haces aquí tan temprano?
—Eh? ¿Acaso ya lo olvidaste? —le pregunté, sintiendo que me delataba un poco.
—Hmmm… ¡oh! Íbamos a salir, ¿no? —se acordó, y no pude evitar sonreír por su expresión al recordarlo.
—¡Sí! —exclamé, sintiendo que mi corazón se aceleraba.
—Bien, iré a prepararme —dijo, levantándose del suelo y yendo hacia el baño.
—¡Bien! —sonreí, contenta de que todo saliera según lo planeado.
Después de unos minutos de espera, finalmente salimos de la casa de Kazuki. El aire fresco de la mañana me llenó de energía.
—Bien, ¿Dónde quieres ir? —preguntó, mirándome con curiosidad.
—No lo sé, no lo había pensado. Donde tú quieras está bien —respondí, sonriendo.
—Hm… es muy temprano para ir a comer, así que podríamos ir al centro de juegos —sugirió.
—¡Ah! ¡Hace mucho que no voy a ese lugar! —exclamé, emocionada.
—Entonces está decidido —dijo Kazuki, sonriendo de vuelta.
Asentí con entusiasmo, y juntos nos dirigimos al centro de juegos. Al llegar, nos encontramos rodeados de un sinfín de juegos y luces brillantes.
—¡Ah! —gritamos ambos, sorprendidos ante la variedad de opciones—. ¡Tantos juegos!
Corrimos hacia uno de los juegos para conseguir muñecos.
—¡Kazuki! —lo llamé con emoción.
—Sí, sí, ya voy —respondió, apresurándose hacia mí.
—¡Oh! ¡Hay algunos realmente buenos! —dije, señalando los peluches en la máquina.
—Ese me gusta—señaló un peluche de un gato—. ¿Y a ti?
—Hm… ¡ese! —exclamé, señalando un adorable oso.
—Bien, ya los conseguiré —dijo con confianza.
—No, no, déjame intentarlo… —lo interrumpí, con determinación.
—Bien —respondió, sonriendo.
Luego de varios intentos y mucho esfuerzo, finalmente logré conseguir los dos peluches.
—¡Ten! —le dije, dándole el peluche del gato.
—Gracias, Luna —sonrió, sosteniendo el peluche con una expresión de felicidad.
—Jeje, no agradezcas —respondí, sintiendo que ese momento era especial.
—Bien, ¿y ahora a cuál? —preguntó Kazuki, mirando a su alrededor.
—Hm… —miré los juegos, sintiéndome un poco abrumada—. ¡Oh! ¡Ese! —señalé un juego de lucha.
—Bien, es hora de probar cuánto has mejorado —dijo, con un brillo en los ojos.
Fuimos hacia el juego y comenzamos a jugar. Después de un rato de competencia, sentí la adrenalina correr por mis venas.
—¡Gané! ¡Perdedor! —grité, riendo.
—No puedo creer que realmente me hayas vencido… —respondió Kazuki, incredulidad en su voz.
—Jeje, practiqué mucho con la consola que me diste —dije, sintiéndome orgullosa.
—Ya veo… admito mi derrota —dijo, con un tono de rendición.
—Jeje, ¡eres un perdedor! —bromeé, disfrutando del momento.
Pasamos el tiempo jugando en casi todos los juegos que había.
—¡Ahhh! ¡Son demasiados juegos! —exclamé, sintiendo que no sabría por dónde empezar.
—¿Y ahora a cuál quieres ir? —preguntó Kazuki, observando la variedad de opciones.
—Hm… —miré hacia una cabina de fotos—. ¡Oh!... Kazuki, ¿podemos ir a esa?
—¿La cabina de fotos? Bien, hace mucho que no nos tomamos fotos los dos juntos —sonrió.
—¡Yep! —exclamé, emocionada.
Entramos a la cabina de fotos, y al darme cuenta de lo pequeño que era el espacio, una risa nerviosa escapó de mis labios.
—Esto es muy pequeño para dos personas… —murmuró Kazuki, sonriendo mientras se acomodaba junto a mí.
—Sólo será un momento, aguántate —le dije, sintiéndome un poco apretada pero feliz.
—Bien! —respondí, sonriendo mientras preparábamos nuestras poses.
—¡Sonríe, Kazuki! —grité, justo antes de que las fotos comenzaran a tomarse.
—Oh, son varias —dijo, un poco sorprendido.
—¡Yep, las imprimiré! —respondí, ansiosa por ver cómo habían salido.
—Espera, hazme una copia a mí también… —me pidió.
—¿Eh? ¿En serio? —me sorprendí.
—Sí, quiero tener recuerdos de este día —dijo, sonriendo, y sentí que mi corazón se aceleraba.
—Bien… —respondí, sonrojándome un poco.
Imprimimos las fotos y salimos de la cabina.
—Luna, ¿quieres ir a comer? —preguntó Kazuki, mirándome con una sonrisa.
—¡Está bien! —exclamé, emocionada por la idea.
Fuimos a comer y disfrutamos de una deliciosa comida, sintiéndonos satisfechos después.
—Ahhh~~ gracias por la comida… —dije, sintiéndome completamente llena.
—¿Ya estás satisfecha? —preguntó, observándome con una sonrisa.
—¡Sip! ¡Comí mucho! —respondí, riendo.
—Así es, todos miraban sorprendidos cuando comías —dijo Kazuki, y me sonrojé un poco.
—Mo… que vergonzoso… —murmuré, sintiéndome un poco incómoda.
—Jeje —respondió, sonriendo—. Y ahora, ¿hacia dónde vamos?
—No sé… hm... ¿al cine? —sugerí, sintiéndome emocionada por la idea.
—Pero, ayer vimos muchas películas, ¿no? —dijo, un poco dudoso.
—Sí… pero creo que será divertido! —sonreí, esperando que accediera.
—Bien, vamos —finalmente aceptó, sonriendo.
Llegamos al cine, y al ver el cartel de una película infantil, no pude evitar emocionarme.
—¡Kazuki! ¡Esa! ¡Esa! —señalé, llena de entusiasmo.
—Bien —respondió, sonriendo también.
—¡Gracias! —exclamé, sintiendo que estaba disfrutando cada segundo.
Al salir del cine, no pude contener la risa.
—Kazuki, realmente te reías más tú que los niños que estaban ahí —dije, divertida.
—¡Fue divertida! —respondió, aun sonriendo.
Mientras nos dirigíamos a la salida, dos figuras conocidas aparecieron: Nobu y Kaori.
—Oh, Kazuki e Izumi-san —dijo Nobu, sorprendido.
—¡Qué sorpresa verlos aquí! —agregó Kaori, sonrojada.
—Vaya, no esperaba verlos hoy —respondió Kazuki, con una sonrisa.
—¿Están en una cita? —pregunté, sonriendo.
—Pues… sí —dijo Kaori, aún sonrojada.
—Quisimos aprovechar el día ya que no hay clases —agregó Nobu.
—Pero… ¿y ustedes? ¿También tienen una cita? —nos miró curiosa.
Kazuki y yo nos sonrojamos.
—¡Sólo es una salida de amigos! —exclamé rápidamente.
—Sí! ¡Sólo eso! —confirmó Kazuki, con el rostro ligeramente colorido.
—Hmmm… ¿en serio? —dijo Kaori, mirándonos fijamente.
Ambos asentimos, un poco nerviosos.
—Bien, bien, ya entendimos… ¿Qué harán ahora? —preguntó Nobu.
—Hm… aún no lo decidimos… —respondió Kazuki, mirando a su alrededor.
En ese momento, vi a unos niños corriendo hacia un puesto de dulces.
—¡Ah! Kazuki, ¡mira! —señalé emocionada.
—¿Quieres ir a comprar dulces? —me preguntó.
—¡Sí! —grité, corriendo hacia el puesto y luego volteé para mirarlo—. ¡Rápido, Kazuki! —sonreí, sintiéndome llena de energía.
—¡Ya voy! —respondió, y al ver mi sonrisa, lo vi sonrojarse.
—Realmente amo esa sonrisa…—Dijo Kazuki, pero Luna no lo escuchó ya que está en el puesto de dulces.
Nobu y Kaori se sorprendieron bastante al oír a su amigo.
—Kazuki, ¿Qué fue lo que dijiste? —preguntó Nobu.
—¡Ah! ¡Nada! —se sonrojó, algo avergonzado.
—No tienes escapatoria, Harada-kun. Ahora necesitamos respuestas —dijo Kaori, observándolo fijamente.
—Bien… —Kazuki pareció resignarse.
—Lo que acabas de decir, ¿acaso te gusta Luna-chan? —preguntó Kaori, con una mirada intensa.
—Pues… sí, me gusta Luna —respondió Kazuki.
Nobu y Kaori se sorprendieron, sus rostros reflejaban la alegría.
—¿Se lo dirás? —preguntó Nobu, ansioso.
—Sí… pero necesito tiempo —dijo Kazuki, mirando hacia otro lado sonrojado.
—Hm… bien —dijo Kaori, sonriendo.
—Solo no esperes tanto, Kazuki —agregó Nobu, con una sonrisa cómplice.
—Lo sé… —dijo mientras sonreía—. Ella realmente me gusta mucho. Antes de darme cuenta, ya estaba enamorado de ella…
Nobu y Kaori sonrieron.
—Me alegra oír eso —dijo Nobu.
—A mí también… —agregó Kaori, mientras ambos lo miraban con complicidad.
—Kazuki! ¡Rápido! —Dijo Luna, viendo que su amigo especial tardaba en ir hacia el puesto.
—¡Ya voy! —respondió, y juntos compraron dulces, sintiendo que el día solo podía mejorar.
Capítulo 18 – Fin
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 45 Episodes
Comments