Era una mañana tranquila, y yo estaba en mi habitación, intentando estudiar. Después de un rato, dejé caer el libro sobre el escritorio, frustrado.
— ¡Ah! ¡No puedo más! ¡Necesito distraerme un poco! —murmuré, mientras sacaba mi consola portátil y me ponía a jugar.
Justo entonces, escuché que tocaban la puerta.
— ¡Adelante! —grité sin apartar la vista de la pantalla.
Luna entró en mi habitación con una sonrisa en el rostro.
— ¡Kazuki! Vine a ver cómo te va con el estudio... —dijo, pero en cuanto me vio jugando, su expresión cambió rápidamente—. ¡Oye! ¡Deberías estar estudiando!
La miré, poco interesado.
— Era muy aburrido, así que lo dejé —respondí, volviendo a enfocarme en mi juego.
Antes de que pudiera reaccionar, Luna se acercó y me quitó la consola de las manos.
— ¡Nada de eso! —me regañó.
— ¡Oye! ¡Devuélvemela! —protesté, intentando recuperarla.
Luna, cruzada de brazos, no cedió.
— ¡No! Debes estudiar. Por culpa de los videojuegos y tu entrenamiento, tienes malas calificaciones.
Bufé, molesto.
— Hmmm...
— Sabes que tengo razón. Me llevaré tus videojuegos hasta que te aprendas todo lo que debes estudiar —dijo, decidida.
Suspiré y volví a tomar el libro.
— Pareces mi madre —refunfuñé mientras comenzaba a leer de nuevo.
Luna también suspiró, pero con más suavidad.
— Debes ser más responsable con tus estudios, Kazuki...
— Sí, sí... Y tú, Luna, ¿ya empezaste a estudiar? —le pregunté, cambiando de tema.
— Pues sí, un poco —respondió, acomodándose el cabello.
— Hmm... Por cierto, el próximo año son los exámenes de ingreso a las universidades, ¿no? —pregunté, recordando lo que se venía.
— Yep —respondió ella—. Así que debes estudiar mucho también.
Suspiré profundamente, sintiendo la presión.
— Lo sé, lo sé... ¿Ya decidiste qué estudiar y a qué universidad ir? —le pregunté, genuinamente curioso.
Luna sonrió con orgullo.
— Sí, lo pensé mucho, pero decidí que quiero ser profesora de literatura.
Le sonreí, sabiendo lo obvio.
— Oh, eso te queda perfecto. Amas leer.
Ella rió suavemente.
— Jeje, sí. ¿Y tú? ¿Ya decidiste a qué universidad ir y qué estudiar?
La miré con una sonrisa cómplice.
— Sí, estudiaré profesorado de inglés... Y quiero ir a la universidad a la que tú vayas —le dije con una sonrisa.
Luna se quedó congelada y su rostro se puso rojo de inmediato.
— ¿Eh? ¿Qué? —exclamó, completamente sorprendida.
La miré como si fuera lo más normal del mundo.
— Pues siempre estamos juntos, ¿no? No quiero que nos alejemos.
— ¡Tontozuki! ¡Qué cosas dices! —gritó, aún sonrojada.
— Solo digo que es divertido estar contigo —respondí, encogiéndome de hombros.
— ¿Por qué lo dices? —preguntó, visiblemente confundida.
— Bueno, siempre estás haciendo tonterías, y eso me entretiene mucho —dije con sinceridad.
Luna frunció el ceño.
— ¿Eh? ¿Así que solo soy un objeto de diversión para ti? —dijo, pero pude notar que estaba decepcionada. "Y yo que pensaba que quería pasar más tiempo conmigo", seguramente pensaba.
La miré, sabiendo que lo había tomado mal.
— No seas tonta, sabes que no pienso eso de ti.
— Entonces, ¿qué piensas de mí? —preguntó, curiosa.
Suspiré, como si ya lo hubiera dicho mil veces.
— Ya te lo dije. Pienso que eres una chica divertida, torpe, y que haces cosas sin pensar... como caerte en un río.
— ¡Oye! ¡Sabes que eso fue un accidente! —protestó, claramente molesta—. Además... —se sonrojó un poco, recordando algo—. No quiero hablar de ese día. ¿Solo eso piensas de mí?
— No, Luna, a pesar de todo, eso es lo que te hace tan divertida. Además, eres una buena persona, amigable, atenta, responsable, y te preocupas mucho por los demás.
Luna bajó la cabeza, completamente sonrojada.
— No sabía que pensabas eso de mí... Perdón por malinterpretarlo —dijo en voz baja.
De repente, comencé a reírme.
— ¿Qué es tan gracioso? —preguntó, molesta.
— Es que realmente te pareces mucho a mi madre. Hasta vienes aquí todos los días solo para regañarme —dije, riéndome.
— ¡No vengo a regañarte, tonto! Vengo para que hagas tus tareas y te levantes temprano —replicó, enfadada.
— Aun así, vienes todos los días. Te acuestas en mi cama, comes golosinas y lees. ¿Acaso crees que esta habitación es tuya? —le pregunté, medio en broma.
Luna rio.
— Ah, eso... Lo hago porque me siento cómoda en tu cama y porque me gusta molestarte.
— ¡Lo admitiste! ¡Solo vienes a molestarme! —dije, señalándola con el dedo.
— Jeje, nop. Vengo a asegurarme de que cumplas con tus responsabilidades. Y bueno, también para molestarte un poco —respondió con una sonrisa traviesa.
Suspiré, resignado.
— Qué chica... Sabes que pasas más tiempo aquí que en tu propia casa, ¿no? Incluso hay días en los que te quedas a dormir. ¿Acaso vives aquí y yo no lo sabía?
— ¡Jaja! No exageres, tonto. ¿O es que te molesta que venga a verte? —preguntó, divertida.
— Claro que no... —dije, suspirando.
— Jeje, entonces seguiré viniendo —respondió, victoriosa.
— Bien, bien... Solo no hagas mucho ruido —le dije, resignado.
— ¡Bien! —respondió con entusiasmo.
Pasó un rato y decidí volver a hablar.
— Oye, Luna.
— ¿Sí? —respondió ella, mientras comía una barra de chocolate.
— ¿Ya no intentarás ser la primera en los exámenes de la escuela? —le pregunté.
Luna suspiró, resignada.
— No, ya desistí de eso. Por más que lo intente, siempre están primero aquellos de primer año... Creo que eran Otonashi Haruka y Sakagami Kyou.
Asentí, recordando a esas personas.
— Sí, son ellos. No sé cómo hacen para estar siempre primeros.
Luna me miró con una sonrisa.
— Pues ellos estudian, a diferencia de cierto chico que conozco.
Reí suavemente.
— Estoy estudiando... ¿o no?
— ¡Sí! Y me alegra eso —dijo, mientras seguía comiendo sus golosinas.
La observé por un momento y luego noté algo.
— Oye, Luna.
— ¿Eh? ¿Qué ocurre? —preguntó, mientras comía otro pedazo de chocolate.
— ¿Cuánto has comido ya? —dije, mirando los envoltorios vacíos sobre la cama.
Luna me miró con una sonrisa culpable.
— Hmm... Un poco, supongo.
— ¡Eso no es poco! —respondí incrédulo.
— Bueno, comí mucho. ¿Contento? ¿Te molesta que coma tanto? —preguntó, desafiante.
— No, eso no me molesta —respondí.
— Entonces, ¿qué te molesta? —preguntó con curiosidad.
— ¡Que no me hayas convidado nada! —repliqué, señalando los envoltorios vacíos.
— ¡Son MIS golosinas! ¡Cómprate las tuyas! —se defendió.
— ¡Estás en mi casa, ¿no?! Al menos podrías compartir —protesté.
Luna lo pensó un segundo y luego sonrió.
— Hmm... Está bien, pero... —dijo con una sonrisa traviesa.
— ¿Pero qué? — pregunté, sospechando.
— Ya no hay más —respondió, riendo.
La señalé, con mirada acusadora.
— ¿Y eso que tienes en la mano? —dije, mirando el chocolate que aún sostenía.
— ¿Esto? —preguntó, mirándolo.
— Sip, eso.
— Tampoco hay más... —dijo, comiéndoselo rápidamente.
— ¡Oye! ¡¿Cómo puedes ser tan mala?! —me quejé.
— ¡Era MI chocolate! —se defendió, sonriendo.
— ¡Retiro todo lo bueno que dije de ti! —exclamé, cruzándome de brazos.
Luna me sacó la lengua, burlona.
— Jeje.
Suspiré, cansado de su actitud.
— Lo que tengo que soportar…
— ¡Jeje! —rio, encantada con la situación.
Entonces la miré más detenidamente y noté algo.
— Oye, Luna.
— ¿Qué pasa? —preguntó, aun comiendo.
— Tienes chocolate en la cara —le dije, señalando su rostro.
Luna abrió los ojos, sorprendida, y comenzó a buscarlo en su rostro.
— ¿Dónde? —preguntó, confusa.
— Cerca de la boca —le aclaré, pero parecía no encontrarlo.
— ¿Aquí? —dijo, señalando una mejilla.
Negué con la cabeza.
— ¡No, cerca de la boca! —insistí.
— ¿Aquí? —señaló la otra mejilla.
Solté un suspiro exasperado.
— ¡Dios! —me levanté, me acerqué a ella, y sin pensar demasiado, rocé su boca con mi dedo, limpiando el chocolate que tenía cerca. Luego llevé el dedo a mi boca y me comí el chocolate—. Ahí es donde te decía.
Luna se quedó completamente sonrojada, con una expresión de sorpresa.
— ¡Oye! ¡No vuelvas a hacer eso! —exclamó, visiblemente avergonzada.
Me encogí de hombros y volví a mi asiento.
— Bien, bien —dije, sin darle mucha importancia.
Luna, aún más sonrojada, se tapó la cara con una almohada.
— ¡AHHH! —gritó, avergonzada—. ¡Tontozuki! —murmuró desde debajo de la almohada.
Sonreí, disfrutando de su reacción.
— Je...
— ¡Mou... Tontozuki...! —escuché que susurraba, todavía escondida bajo la almohada.
Capítulo 3 - Fin
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 45 Episodes
Comments