El viento soplaba suavemente cuando Luna y yo llegamos a la entrada de la escuela. No pude evitar soltar un suspiro.
—¿Qué ocurre? —preguntó Luna, notando mi incomodidad.
—Se acercan las eliminatorias del torneo —dije, sintiendo que la presión me estaba alcanzando.
—¿Oh? ¿Ya? —Luna me sonrió—. ¡Seguro ganarán!
—Lo sé, lo sé, pero aun así estoy nervioso —admití, rascándome la cabeza.
—Es normal estar nervioso en este tipo de cosas, Kazuki. Solo debes esforzarte y ganarás —me aseguró, sonriendo con confianza.
—Gracias, Luna —respondí con una sonrisa, aliviado por sus palabras.
—Jeje —rio suavemente.
Justo en ese momento, un auto se estacionó frente a la escuela. Luna frunció el ceño.
—Mierda.
—Tranquila, solo no la provoques —le advertí, sabiendo lo que se venía.
—Lo sé... —contestó con un tono tenso.
Aiko salió del auto, y para mi sorpresa, se acercó directamente hacia mí.
—Buenos días, Kazuki. Ayer fue tu cumpleaños, ¿no? —dijo con una sonrisa encantadora.
—Buenos días, Senpai. Sí, me sorprende que lo recuerdes —respondí, un poco desconcertado.
—¿Eh? ¿Por qué? Siempre te envío regalos para tu cumpleaños —dijo con naturalidad.
—Sí, gracias por eso —le respondí, sonriendo un poco.
—Ten, aquí tienes el de este año —dijo mientras me entregaba un sobre.
—¿Qué es esto?
—Un cupón para que pidas algo que quieras en una tienda sin tener que pagar. Lo pagaré yo —dijo, sonriendo con un guiño.
—¿Pero no es mucho para mí algo así? —pregunté, sintiéndome un poco incómodo.
—Descuida, no importa. Aunque, si no lo quieres, puedo cambiarlo... por lo que sea que quieras de mí —me guiñó el ojo, con una insinuación clara en su voz.
Me quedé confundido, sin saber cómo reaccionar.
—¡Oye! —intervino Luna con una mirada feroz hacia Aiko—. No vuelvas a insinuarle a Kazuki que pida algo de ti.
—Vaya, estabas aquí, glotona. ¿Qué quieres? —Aiko la miró con desdén.
Luna dio un paso adelante, sin amedrentarse.
—No vuelvas a insinuarle cosas a Kazuki —dijo con firmeza.
Aiko soltó una risa burlona.
—Ya te he advertido que haré que él sea mío. Seducirlo también es una táctica, ¿o no? ¿Acaso no lo has intentado? ¿O es porque no eres... sensual?
El rostro de Luna se sonrojó de furia.
—¡Idiota! ¡Nunca haría algo así! —gritó, totalmente avergonzada.
—Solo eres una niña. No eres rival para mí —replicó Aiko con una sonrisa arrogante—. Pero hoy gano otra vez.
—¿Eh? —Luna parpadeó, confundida.
Antes de que Luna pudiera reaccionar, Aiko se inclinó y me besó en la mejilla. Luego se alejó, sonriendo con satisfacción.
—Feliz cumpleaños, Kazuki-kun —dijo antes de alejarse.
—¡Oye, tú! ¡Mujerzuela! —gritó Luna, pero Aiko ya había desaparecido.
Yo me quedé quieto, aún sonrojado por lo que acababa de pasar.
—¿Por qué dejaste que ella te bese? —preguntó Luna, cruzando los brazos con frustración.
—No sabía que lo iba a hacer. Además, mientras sea en la mejilla, no es nada malo, ¿no?
—No... pero, ¿también dejarías que yo te bese? —preguntó, más tímida de lo que nunca la había visto.
—¿Eh? Pues… sí… supongo… —respondí, sorprendido.
—¿Puedo? —preguntó, casi en un susurro.
—Adelante... —le dije, todavía en shock.
Luna se acercó, sus mejillas rosadas, y me dio un pequeño beso en la mejilla. Ambos nos quedamos en silencio, sonrojados.
Desde la distancia, escuchamos una voz conocida.
—¡Oigan! —gritó Nobu, acercándose con Kaori—. ¡Qué cosas hacen en medio de la entrada!
—¡Nada! —respondimos Luna y yo al unísono, aún más sonrojados.
—Eso no fue “nada” —dijo Kaori, sonriendo—. Eso fue un beso.
—¡No pueden negarlo! —añadió Nobu, riendo.
— ¿Entonces ahora sí son pareja? —Preguntó Kaori.
—¡No somos pareja! —exclamamos Luna y yo, tratando de desviar la atención.
Nobu y Kaori intercambiaron miradas y suspiraron.
—No pueden seguir negando lo obvio —dijo Kaori.
A la hora del club, Nobu y yo nos estábamos preparando con el equipo para las eliminatorias. Sentía esa mezcla de nervios y emoción que siempre me acompaña antes de un partido importante. Desde las gradas, Luna y Kaori nos observaban.
Kaori se acercó a Luna, y aunque no escuchaba todo lo que decían, podía sentir la típica curiosidad de Kaori en el aire. Luego vi que ambas me miraban y seguí con mi rutina de calentamiento.
—Luna-chan, ¿Qué fue eso que pasó en la mañana? —preguntó Kaori mientras me miraban practicar.
Luna, medio sonrojada, respondió algo titubeante:
—Sólo fue un beso en la mejilla...
Kaori no parecía muy convencida.
—¿Y por qué lo hiciste? —insistió, con esa sonrisa que siempre parece tener una respuesta bajo la manga.
Luna suspiró, algo frustrada:
—Porque la niña mimada lo hizo y no quiero quedarme atrás.
—¿Solo por eso?
—¡Mo! ¡Porque quería besarlo! ¡Ok! —respondió Luna rápidamente, sin pensarlo demasiado.
Kaori soltó una risita, como si supiera que esa era la verdadera razón desde el principio.
—Jeje, así está mejor.
Mientras Luna me observaba practicar, Kaori volvió a insistir:
—Luna-chan, tienes que confesarte.
—¿Y si él me rechaza? —Luna se notaba más seria esta vez.
Kaori se detuvo un momento, luego miró el collar que Luna llevaba puesto, el que me había regalado.
—Hmm... No creo que lo haga —dijo Kaori con una sonrisa enigmática.
Luna la miró, curiosa y un poco desconfiada.
—¿Por qué lo dices?
—No te lo diré —respondió Kaori, disfrutando del misterio.
—¡Mo! ¡Mala! Sé que debo confesarme, sólo necesito el momento perfecto para hacerlo.
Kaori suspiró, con una mirada comprensiva.
—Hmm… es difícil.
Luna soltó un suspiro más largo esta vez, como si todo eso le pesara un poco.
Al final del día, después de haber practicado duro, estaba realmente agotado. Luna y yo volvimos juntos a casa. Mientras caminábamos, el cansancio comenzó a hacerse sentir más y más.
—Estoy muy cansado... —dije, dejándome caer en el sofá.
Luna me miró con esa expresión preocupada que siempre tiene cuando cree que me estoy exigiendo demasiado.
—Practicaron mucho hoy —comentó.
—Lo sé —respondí, dándole una sonrisa para tranquilizarla—. Pero ya no me exijo tanto como antes, así que no te preocupes.
Ella sonrió también, aliviada.
—Lo sé, y me alegra eso —dijo, con esa calidez que siempre me reconforta—. Bueno, te dejaré descansar, iré a mi casa. Nos vemos mañana, buenas noches.
—Buenas noches, Luna —le respondí, viendo cómo se alejaba.
Pasaron los días, y finalmente llegó el día del partido. Estábamos en el gimnasio, y podía sentir cómo todo el equipo compartía la misma emoción que yo. Las eliminatorias eran un momento crucial para nosotros.
—Al fin, el primer partido de la eliminatoria —dije, respirando hondo, tratando de calmar los nervios.
Nobu, mi compañero de equipo y amigo cercano, parecía igual de tenso.
—Qué nervios… —murmuró.
Desde las gradas, Kaori le sonrió para tranquilizarlo.
—Tranquilo, Nobu-kun, ustedes ganarán —dijo, confiada.
Nobu la miró, y antes de ir a la cancha, le devolvió el gesto con un beso rápido.
—Gracias, Kaori.
Mientras tanto, Luna no me quitaba la vista de encima. Pude notar su mirada, incluso a la distancia. Al cruzar nuestras miradas, le pregunté:
—¿Pasa algo, Luna?
—No, sólo… ¡buena suerte! ¡Más te vale ganar! —gritó, sonriendo con esa energía tan suya.
Le devolví la sonrisa.
—Obvio. No pienso perder.
Después de ese intercambio de ánimos, fui directo hacia la cancha, sintiendo su apoyo desde las gradas. El partido comenzó, y me sumergí completamente en el juego. Al poco tiempo, logré anotar el primer punto para nuestro equipo. Mientras todos aplaudían, busqué con la mirada a Luna y le hice una seña con el pulgar, sonriendo.
Luna sonrió desde las gradas y comentó a Kaori:
—Este chico... se está luciendo.
Kaori asintió, divertida:
—Sí, así es... —“Se luce para ti, Luna-chan”, pensó Kaori.
Al final del partido, logramos ganar. Sentí el alivio mezclado con la adrenalina de la victoria.
—Uf… fue duro el partido —comenté, respirando profundamente.
—Aunque jugaste muy bien, capitán —dijo Nobu, sonriendo.
—Tú igual, Nobu —respondí, dándole una palmada en el hombro.
Kaori y Luna se acercaron, y Kaori, sin perder el tiempo, abrazó a Nobu y lo besó.
—¡Felicidades! Sabía que ganarían —dijo, llena de orgullo.
Nobu le devolvió la sonrisa, algo sonrojado.
—Jeje.
Luna, por su parte, me miró con esa expresión de siempre.
—Bien hecho —dijo, sonriendo de oreja a oreja.
—Te dije que no perdería —respondí, con una sonrisa de satisfacción.
Ambos nos quedamos sonriendo el uno al otro, hasta que escuchamos a Kaori detrás de nosotros.
—¿Por qué no vuelven a besarse? —preguntó con una risita.
Ambos nos sonrojamos al instante.
—¡Kaori! —protestó Luna, mirando hacia otro lado.
Kaori simplemente se rio, divertida.
—Jeje.
—Solo háganlo —añadió Nobu, con un tono burlón.
—¡Oigan! ¡Ya paren! —exclamé, ya medio avergonzado.
Kaori nos observó, y luego soltó un largo "buuu".
—¡Aburridos!
Nobu suspiró, mientras Luna y yo seguíamos tratando de ocultar nuestro sonrojo.
—Mo… —Luna susurró, cruzando los brazos. Luego me miró de reojo.
—¿Pasa algo, Luna? —pregunté, aún curioso por su comportamiento.
—No… nada —respondió, intentando sonar casual.
—¿Segura? —sonreí, y le di un pequeño pellizco en la mejilla.
—¡Mo! ¡No me pasa nada, Tontozuki!
Suspiré y me rendí:
—Está bien, está bien…
Luna me miró, frustrada. Pude ver que quería decir algo más, pero lo guardaba para sí misma.
—Moo... "¡Quiero besarte, tonto!" —pensé que la había escuchado murmurar, pero decidí no decir nada.
Capítulo 9 - Fin
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