Nos encontrábamos viajando hacia la aldea Wimuk, Harley-san nos consiguió un transporte bastante grande. Nos turnaríamos para guiar a los caballos. Mientras tanto, los demás podíamos estar sentados en la carroza.
Aunque… no había nada que hacer, sería un viaje de dos largos días.
Por el momento, el viaje es demasiado tranquilo, aunque…
A mi lado, estaba sentada Yasu, la cuál apoyó su cabeza en mi hombro, y se durmió.
Le dije que no haga eso, pero hizo un berrinche, y terminé dejando que lo haga…
Suspiré.
— Estoy seguro, de que alguien se pondrá histérica luego de saber esto…
— Vamos, no te quejes. Una linda chica está sentada a tu lado, ¿Qué problema hay? Sé un hombre, y enfrenta a tu hermana como se debe.
Dijo Hana, la cual estaba buscando algo en la gigante bolsa que trajo. Estoy seguro de que la bolsa pesa más que todo su cuerpo junto.
— No es que me queje de Yasu, me agrada. Sólo que… sabes cómo se comporta cierta hermana menor que tengo. Y enfrentarla sólo hará que mi trasero termine congelado. Ah, de sólo pensarlo, hace que me duela la cabeza.
Respondí, mientras volvía a suspirar.
— En ese caso, tengo la medicina correcta para ti.
Dijo Hana, y luego sacó una botella de licor fuerte de su bolsa.
Esa botella… es de más de cinco litros.
— Acaso… ¿Tu bolsa está llena de alcohol?
Pregunté.
Ella asintió, y destapó la botella.
— Obviamente. Este será un viaje de dos días. Así que vine completamente preparada, y llena de alcohol. Quieres, ¿Verdad?
Asentí a su pregunta.
— Tu razonamiento fue muy sabio, sólo por hoy, te diré “Mi mejor amiga”.
Tomé la botella, y le di un gran sorbo.
Ah, eso sí que fue fuerte, pero está bueno.
Hana rio.
— Sabía que estarías de acuerdo, Aza. Tengo para todos, así que tomen todo lo que quieran. Menos para ti, Tenma, cuando sea el turno de alguien más para guiar a los caballos, beberás. Dentro de algunas horas.
— ¡Maldita mujer!
Respondió Tenma, mientras se quejaba desde afuera.
— Supongo que un poco no hará mal. Jo, jo.
Comentó Edward, mientras le pasaba la botella.
Comenzamos a beber, sin embriagarnos, claro. Sólo para matar el tiempo.
Unas horas más tarde, me encontraba leyendo un libro sobre magia.
— No sabía que te interesaba la magia, Aza.
Comentó Yasu, con ojos curiosos mientras miraba el libro que sostenía en mis manos.
— Bueno, tengo un poco de conocimiento sobre distintos tipos de magia, aunque por el momento puedo utilizar magia básica.
Los ojos de Yasu se iluminaron al oírme.
— ¡Eso es increíble, Aza! Aunque yo también puedo utilizar algo de magia, pero sólo sagrada o de luz, lo demás no se me da muy bien…
Es cierto, ella mencionó saber magia curativa.
— Por mi parte puedo utilizar varios elementos: agua, fuego, tierra, y rayo. Claro, tres de estos elementos me los enseñaron estos tres.
Señalé a mis tres amigos.
Edward se encontraba manejando a los caballos.
Hana durmiendo debido a que bebió demasiado.
Y Tenma escribiendo cosas en el rostro de mi ebria amiga.
— Así que todos ustedes pueden usar magia.
Comentó Yasu.
— Así es, aunque ellos tres se especializaron en un único tipo de elemento. Por mi parte, practico más la esgrima, y sólo utilizo la magia para tácticas en las peleas. Por ejemplo, utilizo el sub elemento Hielo, que es de la rama de la magia acuática, para congelar los pies de alguien, y poder atacar con la espada.
Al verla, noté que los ojos de Yasu se iluminaron.
— Eso es genial, Aza. Sabes sobre demasiadas cosas, y eres muy apto para las batallas.
— Bueno, no tanto… por esa razón quise aprender magia.
Respondí al comentario de Yasu, mientras suspiraba.
— ¿Eh?
Dijo Yasu mientras ladeaba la cabeza hacia un lado en señal de confusión.
— Pues, por más que me mate entrenando físicamente, y mi esgrima, hay alguien a quien no puedo derrotar. Cada vez que tenemos un combate, termino tirado en el suelo en pocos segundos. Así que pensé qué tal vez aprendiendo magia, podría ganarle utilizando estrategias, en vez de simplemente depender de la fuerza bruta.
Yasu se sorprendió al oírme.
— Vaya, así que hay alguien a quien no puedes vencer. Creí que Aza sería invencible.
Negué con mi cabeza.
— Para nada, hay varias personas a las que no puedo derrotar, una de ellas es Letizia, por ejemplo. Nunca la he vencido en un combate. Al luchar, ella es un monstruo.
La chica de castaña cabellera volvió a sorprenderse.
— ¡¿Eh?! No tenía idea de que Letty-chan fuera tan fuerte… y mucho menos que no le puedas ganar.
Suspiré.
— No es algo de lo que esté orgulloso, ¿Sabes?... Mi propia hermana menor es muy superior a mí al luchar.
Así es… de todas las veces que la he desafiado, ella me ha vencido indiscutiblemente… literalmente mi trasero siempre termina congelado.
Digamos que esa es una de las razones por las cuales siempre intento no hacerla enojar…
Aunque bueno, gracias a las duras derrotas que sufrí contra ella, y contra otra cierta persona, es que me he vuelto más fuerte…
Han pasado meses, o quizás un año desde que no veo a esa persona… no sé cuándo volveré a verla, pero hasta entonces, me volveré más fuerte. Así un día podré derrotarla, y demostrarle mi poder… maestra.
Realmente es una meta muy grande esa…
Suspiré.
Aún recuerdo, que gracias a mi maestra es que puedo vivir como alguien normal… aunque el procedimiento para hacer que pueda lograr eso, fue duro.
Fue hace más de una década ya…
— Vamos niño, levántate. ¿Acaso no eres un hombre?
Jadeo…
— Por más que lo intente… no logro controlarlo, maestra…
Ella suspiró.
— Pues debes hacerlo, si quieres vivir aquí, debes volverte más fuerte, y poder controlarlo.
— Eso intento…
— Pues no lo parece. Ven, y atácame con todo lo que tengas. Si logras golpearme al menos una vez, ganarás.
Lo dice como si fuera tan fácil…
Con mucho esfuerzo, logré ponerme de pie.
— Muy bien, niño. Aquí te espero.
Sólo debo poder golpearla una vez… una vez y ya.
Rápidamente corrí hacia ella, y al intentar asestarle un golpe, todo se oscureció.
Al abrir los ojos, vi un cielo estrellado, y el rostro de una niña junto al mío.
— Has despertado, buen trabajo, nii-sama. Te esforzaste mucho.
Rápidamente me alejé de ella.
— ¡¿Letizia?! ¿Qué haces aquí? ¿Desde cuándo…?
Mi hermana colocó un dedo sobre su mentón, y pensó un poco.
— Desde que comenzaste a entrenar con Nyx-san. Luego de que intentaras golpearla, y que ella te dejara inconsciente, me dejó a tu cargo, y dijo que iría a beber por ahí.
Y como soy una hermana tan buena, te cuidé amorosamente en mi regazo mientras dormías durante varias horas.
Suspiré.
Así que perdí otra vez… era de suponerse… nunca seré capaz de ganarle a la maestra…
— Vamos, no pongas esa cara, nii-sama. Ven, tu linda hermanita menor te reconfortará.
Dijo Letizia, la cual tomó mi cabeza, y la apoyó en su regazo nuevamente.
— Letizia… esto es vergonzoso…
Dije mientras mi rostro se sonrojaba cada vez más y más.
— No tienes por qué avergonzarte, nii-sama. Ahora eres parte de esta familia, y mi querido hermano. Sólo relájate y descansa, debes estar agotado por entrenar todo el día.
Al decir eso, ella comenzó a acariciar mi cabeza.
Es muy vergonzoso el esto… pero, debo admitir que es muy relajante…
Mis ojos se cierran lentamente…
Podría acostumbrarme a esto.
Sentí cómo alguien tocó mi mejilla. Al voltear, vi que la responsable fue Yasu.
— ¿Qué ocurre, Yasu?
Yasu, la cual tocaba mi mejilla con uno de sus dedos, habló.
— Nada, sólo que te quedaste callado y pensativo.
— Lo siento, estaba recordando algunas cosas del pasado.
— Debieron ser buenos recuerdos, ya que sonreíste mucho, Aza.
Sí que lo fueron, a decir verdad, la mayoría de recuerdos que tengo de mi infancia lo son.
— Bueno, sí. Debe haber sido por eso. Estaba recordando una paliza que me dio mi maestra, y algo que ocurrió luego de eso.
Yasu puso un rostro burlón al oírme.
— Vaya, ¿sonreías por la paliza que te dieron? ¿Acaso eres masoquista, Aza?
Suspiré.
¿Acaso es idiota?...
— Claro que no, tonta. Sólo estaba sonriendo por lo que ocurrió luego de eso.
Yasu suspiró al oírme.
— Al menos sigue el juego, Aza. Si no, no es divertido… Pero bueno, ¿Qué fue lo que te hizo sonreír, entonces?
Miré hacia otro lado.
— Bueno, eso es algo… privado.
— Privado, eh…
Respondió Yasu, y se acercó más a mí.
¿Acaso no sabe lo que es el espacio personal?
— Yasu-san… ¿no crees que estás muy cerca?
Ella se acercó aún más a mí, observándome fijamente.
— Yo no creo eso, al menos a mí no me molesta estar tan cerca de ti. Dime, ¿a ti te molesta que esté tan cerca de ti?
Mientras más me alejaba de ella, más se acercaba a mí, prácticamente estaba sobre mí, y su rostro casi pegado al mío. Por lo tanto, podía sentir todo su… pecho, junto al mío.
Obviamente no podría quejarme al respecto, una chica hermosa como ella junto a mí, en una posición que cualquiera confundiría rápidamente.
Aún así… no quisiera que ella confundiera las cosas, y menos que se comportara de esta manera frente a Letizia, ya que sería mi fin.
Mis ojos se desviaron hacia donde se encuentran mis amigos, para ver si alguno de ellos me podía salvar el trasero de esta situación.
Pero, Hana seguía dormida debido a lo ebria que está, Tenma continúa escribiendo sobre el rostro de mi ebria amiga. Y Edward está cantando mientras conduce los caballos.
Por lo tanto, no hay nadie que pueda salvarme.
— Yasu-san… ¿puedes alejarte un poco? Esto es algo incómodo… ¿Sabes?
Ella se apoyó más sobre mí, por lo que puedo sentir completamente dos cosas algo grandes presionando sobre mi pecho.
Mi visión se desvió hacia abajo, más precisamente hacia donde tenía esa sensación de contacto en mi pecho.
Al hacerlo, pude contemplar claramente cómo los pechos de Yasu estaban pegados al mío. Debido a que ella no vestía algo que cubra completamente su torso, podía observar ambos pechos por debajo de su ropa, no completamente, claro. Pero sí lo suficiente como para que agradezca a los dioses por este momento.
Rápidamente, desvié mi mirada nuevamente hacia los ojos de Yasu. Pero al hacerlo, noté cómo claramente ella tenía una sonrisa burlona.
— Sí que eres un hombre, Aza.
Al decir eso, ella comenzó a reír, y se alejó de mí.
— Deberías ver tu rostro, estás todo sonrojado, Aza. Lo siento, mi broma fue demasiado lejos.
¿Broma?...
No deberías jugar de esta manera con el corazón de un hombre…
Suspiré.
— Fuiste demasiado lejos, Yasu. No deberías hacer este tipo de bromas. Es peligroso.
Al menos para mi corazón.
Y… de habernos encontrado solo nosotros dos en un sitio privado, dudo de mi capacidad de autocontrol en una situación como esa.
Yasu hizo una expresión de puchero al oírme.
— Ya dije que lo siento, sólo me dejé llevar. No sé por qué lo hice, sólo sentí nostalgia al molestarte de esa manera. Lamento que mi afecto te moleste.
Respondió Yasu, mientras se alejaba un poco de mi lado.
Suspiré.
Bueno, no estoy molesto por lo que hizo, al contrario.
— No es que me moleste tu afecto, Yasu. Sólo que el que juegues bromas como esas, no es bueno para mi corazón. Ni tampoco para mi trasero, si es que cierta hermana menor llega a enterarse.
Ella volvió a poner su expresión de puchero.
— Entendido, en fin…
Al decir eso, ella volvió a acercarse a mí, con una sonrisa en el rostro.
— Quiero que me cuentes qué es lo que tanto te hacía sonreír hace unos momentos.
Desvié la mirada hacia otro sitio.
Es muy insistente…
— No es nada… ya te lo he dicho, es algo privado.
Yasu volvió a mirarme fijamente, a tal punto de no pestañar.
Pasaron varios segundos, y ella no apartó su vista en ningún momento.
— Ya veo...
Comentó finalmente.
— ¿Qué es lo que ves?
Pregunté.
Ella puso una sonrisa burlona nuevamente, y habló.
— Se trata sobre algo que te ocurrió con una chica, ¿Verdad?
¿Cómo es que lo supo?
Volví a mirar hacia otro lado.
— Claro que no.
Su sonrisa burlona nuevamente apareció.
— Claro que sí, estás ocultando a una chica.
Esta vez lo dijo con un tono más alto, por lo tanto, mis amigos oyeron.
— ¿Una chica?
Preguntó Tenma, el cual al oír a Yasu, dejó de pintarle la cara a Hana.
La cual, de repente abrió sus ojos.
— ¿Dijeron que Aza tiene una chica?
Preguntó, luego de golpear a Tenma en el estómago.
Así que al parecer todo el tiempo estuvo consciente, y el golpe fue un castigo de su parte por pintarle el rostro.
Los caballos que empujaban el carruaje se detuvieron de repente, y Edward asomó su cabeza hacia dentro.
— Los caballos no se moverán, hasta que nos cuentes sobre esa chica, Aza.
Dijo mi enorme amigo.
Por más que intente huir, no hay lugar al que pueda ir.
Mis tres amigos, me miraban fijamente, esperando una respuesta de mi parte. Por otro lado, Yasu aún tenía su sonrisa burlona.
Tal parece que lo hizo a propósito, y todo para que le cuente sobre eso.
— Emm, recuerden que estamos en una misión de emergencia, no podemos perder tiempo con esto.
Dije, con la esperanza de poder escapar de esto.
— La misión puede esperar.
Respondieron mis tres amigos al unísono.
Parece que… no podré salir de esto fácilmente…
Si les cuento que la chica es Letizia, eso sólo empeoraría las cosas. Pensarán que hay algo entre nosotros además de ser hermanos adoptivos, lo cual es verdad. Pero por el momento no tengo intensión de que todos lo sepan.
Llegados a esta situación, lo único que puedo hacer es lo siguiente.
— Me encuentro en una situación de Jaque, lo admito. Por lo tanto, les propongo lo siguiente. Si logran vencerme, en una competencia, les contaré lo que quieren.
Obviamente, no pienso contarles sobre Letizia, sino que inventaré cualquier otra excusa, o les diré que me interesa alguna otra chica.
Los tres intercambiaron miradas serias, y luego Hana habló.
— De acuerdo, ya que no quiero que todo el alcohol se gaste en el primer día, deberemos hacer otro tipo de competencia, ¿Qué tal, cartas?
Cartas, eh. Bueno, no tengo objeción con respecto a eso.
— Me parece bien.
Al oír eso, Hana puso una sonrisa malévola.
— Te arrepentirás.
Respondió mientras se reía.
No estoy seguro… de si la he cagado, o no…
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