— Oigan, idiotas. ¿Les molestaría dejar a esa chica en paz?
Dije mientras caminaba hacia los bandidos que molestaban a la chica.
Mis amigos estaban detrás de mí, observando mientras hablaban entre ellos. Dijeron que no iban a participar porque era una molestia o algo así, así que dejaron que yo me encargue de esto. Ustedes son la verdadera molestia aquí, ¿Saben?
El grupo de enemigos estaba comprendido por cinco personas. Todos eran bastante robustos y más altos que yo.
Uno de ellos se acercó a mí, portaba una espada larga, y era el más robusto de todos.
Me miró de pies a cabezas y luego comenzó a reír.
— No me hagas reír, mocoso. No vengas a hacerte el héroe aquí. Piérdete, y perdonaremos tu vida. Lo mismo va para tus amigos de allí atrás, a excepción de esa hermosa mujer, podría divertirme mucho con ella.
— Qué asco. Aza, ¿Puedes partirle la cara por mí?
Respondió Hana al comentario del enorme sujeto, con un rostro que expresaba un asco total.
— Con gusto.
Asentí a la petición de Hana.
— ¿Partirme la cara? ¿Tú a mí?
El sujeto comenzó a reír a carcajadas, sus amigos le siguieron el juego.
— Ni siquiera podrás tocarme, mocoso. Terminemos rápido con esto, así podré jugar con los cuerpos de estas dos jovencitas.
Suspiré, y tomé mi espada.
— Podría haberlos dejado ir, si no fuera porque dijiste eso último. No puedo permitir que les hagan cosas indecentes a chicas inocentes, y mucho menos a una amiga mía. Así que… debo partirte la cara.
Dije, mientras miraba fijamente al sujeto. Luego, y rápidamente, corrí hacia él, y con la parte sin filo de mi espada, golpeé una de sus piernas, desequilibrándolo, y logrando que caiga arrodillado.
— ¡M-maldito!
— ¡Jefe!
Al caer su líder, los demás corrieron en su ayuda, portando sus armas en sus manos.
Dejando al sujeto arrodillado detrás de mí, me concentré en los demás.
Con mi espada en mano, y atacando con su parte sin filo, golpeé a todos y cada uno de los bandidos, mientras esquivaba sus ataques. Los cuales eran potentes, pero carecían de habilidad y velocidad.
A pocos metros de dónde estaba luchando, estaban mis compañeros, los cuales decían palabras de ánimos para mí. En vez de hacer eso podrían ayudar, ¿Saben?
Luego de unos momentos, todos a excepción de uno de los bandidos se encontraban inconscientes debido a los golpes.
Quién aún no estaba inconsciente era el líder, el cuál continuaba arrodillado.
Me acerqué a él, y al hacerlo, el sujeto retrocedió debido a lo asustado que estaba.
— Eres un monstruo… ¡Aléjate!
¿Monstruo? Ustedes son los debiluchos.
— Ustedes eran los que querían abusar de esta jovencita y de mi compañera, ¿Sabes?
Señalé a la chica encapuchada que ese encontraba escondida junto a un árbol.
Me acerqué nuevamente al sujeto, y lo tomé por su hombro, y con una sonrisa en el rostro, le hablé.
— ¿Vas a matarme como lo hiciste con mis compañeros?...
Preguntó el sujeto.
— Vaya, no los he matado, ¿Sabes? Todos están vivos. Después de todo los golpeé con el lado sin filo de mi espada.
— ¿Eh?
Respondió el bandido con una mirada incrédula.
— ¿Por qué?
— Hm… Si los matara aquí mismo, ustedes no recibirían ningún castigo, ¿Sabes? Sería una molestia llamar a los caballeros nuevamente para que los arresten. Ahora la cosa es… ¿Qué debería hacer con ustedes?
Mientras meditaba en silencio un momento, una sonrisa malévola se dibujó en mi rostro.
— Tiene esa mirada nuevamente.
— Seguro se le habrá ocurrido algo divertido.
— Aza da miedo cuando tiene esa mirada.
Pude oír cómo mis compañeros hablaban sobre mí a lo lejos. Pero bueno, no estaban errados en absoluto.
Volví a acercarme al sujeto, y sonreí.
— Quieres vivir, ¿Verdad?
El hombre asintió rápidamente, y una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro.
— ¿Nos… perdonarás la vida?
Asentí a su pregunta.
— Por supuesto… pero, hay una condición. Hay algo que quiero que hagas.
La sonrisa desapareció de su rostro.
— Verás, deben recibir un castigo por lo que hicieron, no puedo dejarlos ir así sin más. Así que, ésta es mi idea. Todos tus compañeros y tú, se quitarán toda la ropa que traen puesta, me entregarán todo su dinero y objetos de valor, y se irán de aquí. Deberán caminar de regreso por donde vinieron sin prenda alguna. Y en cuanto me entere que han hecho algo malo, iré en persona a hacerme cargo de ustedes. ¿Quedó claro?
Mientras decía eso, le enseñaba mi espada al hombre.
El rostro del sujeto se palideció, y rápidamente asintió.
Mis exigencias fueron cumplidas al pie de la letra, y todos los sujetos se fueron desnudos por donde vinieron. Antes de que ellos salgan corriendo, pude notar como todos estaban llorando, fue divertido.
— Eso fue increíble, Aza. Detuviste solo a esos sujetos y los humillaste hasta más no poder, podría enamorarme de ti por esto, ¿Sabes? Gracias por haberme protegido.
Dijo Hana con una sonrisa en el rostro. No sé si estar feliz, o preocupado por lo que dijo.
— No agradezcas por eso, Hana…
Respondí mientras reía de manera incómoda.
— Qué fácil que eres, mujer. ¿Te enamorarías por algo como eso?
— No te atrevas a insultarme, al menos él tuvo los huevos necesarios para enfrentarse a cinco sujetos más corpulentos que él, no como otro tipo que no quiso hacerlo.
— ¿Ah? Piensas que soy un cobarde, ¿Verdad? ¿Quieres pelear?
— Cuando quieras, niño cobarde.
Ignoré la pelea que estaban teniendo Hana y Tenma, siempre es lo mismo con ellos dos.
Edward reía a carcajadas por lo que estaba sucediendo.
Miré hacia el suelo, y vi las cosas que habían dejado los bandidos.
La ropa que dejaron olía bastante mal, así que decidí quemarla. Fue lo mejor, sí.
Por otra parte, dejaron bastante dinero. No sabía qué hacer con él, pero mis amigos insistieron en que podríamos beber hasta más no poder con eso. Así que bueno, me lo arrebataron de las manos. También dejaron varias armas que podíamos vender por allí. Eran de mala calidad, pero algo de dinero podíamos obtener de ellas. Jugar al héroe valió la pena.
Giré en dirección a donde se encontraba la chica a la que salvé, y noté cómo ella caminaba hacia mí.
— Esto… muchas gracias por haberme salvado… no soy buena luchando…
Dijo ella mientras hacía una reverencia en forma de agradecimiento.
No es necesario que hagas eso…
— No necesitas agradecer, sólo estábamos de paso, y tampoco es que pueda ignorar una situación así, ¿Sabes?
Ella me miró a los ojos, pude notar cómo sus mejillas se habían tornado un poco rojas, y cómo sus violetas ojos emitían un brillo de admiración. Si tuviera que comentar algo acerca de ella, es que es una belleza.
— ¿Qué ocurre?...
Respondí al ver que no dejaba de mirarme fijamente.
— Eres muy fuerte… me sorprendiste. Y también, lo que les hiciste a esos sujetos fue divertido.
Dijo mientras reía levemente.
Al menos alguien entendió el por qué hice eso, ciertamente fue divertido.
— ¿Verdad que sí? No podía reírme debido a que tenía que mostrar seriedad, pero por dentro estaba muriéndome de la risa.
Ella volvió a reír.
— Sí, yo también. ¡Ah! Olvidé presentarme… lo siento.
La jovencita se quitó su capucha, dejando al descubierto su larga y bella cabellera castaña, de su brazo colgaba un arco largo, y en su espalda llevaba un carcaj con algunas flechas en él.
Tú misma podrías haberte defendido…
Ella volvió a hacer una reverencia.
— Mi nombre es Lightheart Yasuhika, gusto en conocerlo. Dime Yasu.
¿Hm? ¿Yasuhika? Estoy seguro de haber oído ese nombre antes… pero no logro recordar dónde y cuándo…
Mientras más pensaba, la borrosa imagen de una niña se cruzó por mis recuerdos. ¿Qué fue eso?
— Esto… ¿Ocurre algo malo?
Preguntó Yasuhika, la cual estaba demasiado cerca de mí. ¿Acaso no conoces el espacio personal?
Me alejé un poco de ella, y negué con la cabeza.
— No es nada, no te preocupes. Mi nombre es Scarlet Azazel, puedes decirme Aza. Así es como me llaman esos tres idiotas de allí.
Señalé a mis compañeros, los cuales continuaban peleando y riendo.
Ella ladeó un poco la cabeza mostrando confusión.
— ¿Aza? Hm… tu nombre se me hace familiar… ¿Acaso nos hemos visto antes? No, no es eso… recordaría a alguien tan fuerte como tú. Debe ser mi imaginación…
Siento que algo raro ocurre aquí…
No puede ser coincidencia de que a ella también le resulte familiar mi nombre…
Pero, no logro recordar dónde escuché su nombre…
— Otra vez te pusiste serio y pensativo… ¿Estás bien, Aza?
— Ah, sí, estoy bien, no te preocupes por eso, Yasuhika.
Ella infló sus mejillas.
¿Acaso está haciendo un berrinche? ¿Dije algo malo?...
— Esto… Dije algo malo, ¿Yasuhika?
Volvió a inflar sus mejillas.
¿Acaso es una niña pequeña?
— ¿Qué ocurre?
Pregunté mientras la observaba con confusión en mi rostro.
— Te dije que me dijeras Yasu, no Yasuhika.
¿Y por eso haces un berrinche?...
Suspiré.
— Bien, bien, Yasu. ¿Mejor?
Ella sonrió, y asintió.
— Así está mejor. Ah, es cierto, aún no te he dado tu recompensa por haberme salvado.
— No es necesaria una recompensa.
— Claro que sí, ven, ven.
Me señaló con su mano para que me acercara.
¿Qué es lo que querrá?
En fin, me acerqué hacia ella, y al hacerlo, ella me jaló del brazo, y me plantó un beso en los labios.
¡¿Qué demonios cree que hace?!
Rápidamente me alejé de ella, mi rostro ardía.
Pude escuchar un “Ohhhhh” provenir de mis compañeros, claramente vieron lo que ocurrió.
— ¿Por qué hiciste eso?...
Le pregunté a Yasuhika, la cual tenía sus mejillas sonrojadas.
— Vamos, no me hagas decirlo. Fue la recompensa que una dama le dio a su héroe por salvarla, ¿Sabes? O, ¿No te gustó?
¿Gustarme? Claro que me gustó, ¿A qué clase de hombre no le gustaría que una chica bella como tú lo besara? Obviamente no podía decirle eso…
Logré tranquilizarme un poco, y respiré relajadamente.
— No es bueno que hagas eso con un desconocido, ¿Sabes? Además, deberías hacerlo con alguien que te guste, no conmigo.
Ella ladeó un poco la cabeza, mostrando un rostro confundido.
— Hmm… pero, no siento que seas un desconocido para mí. Te me haces muy, muy, muy familiar… Además, después de lo que acabas de hacer, sentí que debía hacerlo, mi corazón me lo ordenó. Podría ser amor a primera vista.
Con una gran sonrisa en el rostro, ella explicó la razón del beso.
No puedo negar el hecho de que concuerdo con ella con respecto a lo de que me parece familiar…
Pero aun así… lo del beso…
Suspiré.
Lo hecho, hecho está, supongo. Mientras que algo así no vuelva a ocurrir. De lo contrario, sería malo para mi corazón.
Ella ladea su cabeza hacia un lado, y me mira.
— ¿Qué ocurre, Aza?
Negué con mi cabeza.
— Nada, nada. Sólo estaba perdido en mis pensamientos. En fin, Yasuhi… Digo, Yasu. ¿Por qué estabas deambulando sola por estos lados? No es nada seguro, y mucho menos en estos tiempos. Hay muchos monstruos y bandidos.
Ella se sorprendió un poco al oírme, y luego se sonrojó levemente.
— Ara, ¿Acaso te preocupas por mí, Aza? Qué caballeroso eres.
¿Se está burlando de mí?...
Suspiré.
— Te equivocas, sólo lo dije debido a que pensé que estarías de acuerdo conmigo, teniendo en cuenta lo que te ocurrió hoy.
Yasuhika suspiró al oírme.
— Cielos, debías seguir la broma, Aza. No es divertido…
Esta mujer… me saca de quicio.
— Vamos, no pongas esa cara… sólo quería bromear contigo… en fin. Sí, sé que es peligroso vagar sola por los caminos, pero toda mi vida estuve en un mismo lugar, por lo que cuando por fin tuve la oportunidad de largarme, quise recorrer el mundo, y ver todo lo que me perdí a lo largo de mi vida, conocer nueva gente, y saber más acerca del mundo en general.
Conocer el mundo, ¿Eh?
En respuesta a lo que dijo, sonreí.
— ¿Hm?
Dijo ella con una expresión de confusión.
— Ah, no es nada. En fin, bueno. Debemos seguir nuestro camino de regreso a Thiaden. Fue un gusto en conocerte, Yasu.
Volví a sonreír, hice una pequeña reverencia, y luego volteé para dirigirme hacia donde se encuentran mis compañeros.
— ¡Ah! ¡Espera, Aza!
Exclamó Yasu, mientras me sostenía del brazo.
— ¿Qué ocurre, Yasu?
Al voltear, y verla, noté que su rostro estaba algo sonrojado.
¿Tendrá fiebre, o algo?
— Esto… sé que tal vez es mucho pedir, pero después de lo que hiciste por mí, siento que, por alguna razón, debo ir contigo, a donde sea que vayas. Así que… permíteme acompañarte, ¡Por favor, quiero estar a tu lado!
¿Eh?...
Sus palabras me sorprendieron, estoy casi seguro de que mi rostro lo demuestra.
Al mirar a mis compañeros, en busca de ayuda de su parte, noté claramente cómo se burlaban de mí con la mirada.
Ya me las pagarán…
— Esto… Aza, ¿No puedo acompañarte?...
Dijo Yasu, con lágrimas en sus ojos…
Suspiré.
— Bueno, no tengo ninguna razón para decir que no, además, me sentiría mal si te dejara sola en estos lados otra vez. Así que… Bien, puedes venir con nosotros.
Al oír mis palabras, ella saltó de alegría, y me abrazó.
— ¡Muchas gracias, Aza!
¿No sabe lo que es el espacio personal?... Bueno, aunque esto no es tan malo.
Pasaron un par de segundos, y ella seguía pegada a mí.
— Esto… Yasu, ¿Puedes alejarte un poco?
Al oírme, ella se aferró con más fuerza. Tanto que sentí cómo dos… cosas, se pegaban mucho a mí.
— Sólo un poco más.
Dijo ella, mientras continuaba aferrada a mí.
Esto es demasiado para mi corazón…
Suspiré.
Luego de unos minutos, ella se dignó a dejar de abrazarme, así que ambos nos dirigimos hacia donde se encontraban mis tres “maravillosos” y “mejores” amigos, para presentarlos.
— Oh, eres una preciosidad. Si necesitas ayuda en algo, sólo pídemelo.
Dijo Tenma mientras miraba a Yasu de pies a cabeza.
— Finalmente, otra chica se une al grupo. Dime, ¿Te gusta beber?
Preguntó Hana luego de darle una bofetada a Tenma.
— Tienes mucha suerte, Aza. Yasuhika-san es toda una dama.
Dijo mi enorme amigo, Edward, mientras palmeaba mi hombro.
Yo no diría suerte… además, ¿A qué rayos se refiere?
Al oírlos, Yasu ríe.
— Tienes unos amigos muy interesantes, Aza.
Dijo mientras sonreía.
Bueno, es verdad que estos tres a pesar de ser una molestia la mayor parte del tiempo, son interesantes.
— Es verdad, Yasu.
Asentí y sonreí.
— Bueno, ¿Les parece bien si retomamos nuestro regreso a casa? Estoy hambriento.
Los tres asintieron a mi pregunta, y juntos regresamos a Thiaden.
Esta vez, el regreso a casa fue pacífico, no hubo bandidos, ni ningún otro problema.
Yasu parece llevarse bien con los demás, especialmente con Hana. Aunque esta última insiste en que quiere comprobar si ella es buena bebedora, o no. Pobre, no sabe lo que le espera.
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