Volumen 1: El inicio de una historia - Capítulo 1: Invasores - Parte 1

Año 849.

Mis ojos no podían creer lo que estaba viendo, todo nuestro esfuerzo, todo nuestro entrenamiento y sacrificio, no sirvieron de nada… todo ha sido en vano. Miré detrás de mí, y vi a todos mis camaradas y amigos aterrorizados por lo que hay frente nuestro, no podía creerlo. Toda nuestra moral, se ha destruido por completo, y todo es debido, al sujeto que está frente nuestro. Volví a mirar hacia delante, y lo que vi, fue una silueta de más de dos metros, la cual pertenecía a un hombre… no, a un dios. El dios Caos se encontraba frente nuestro, el cual, al descender del cielo, sonríe, y fija su mirada en mí.

— Esa es la reacción que esperaba de todos ustedes, mortales. Si no hubieran reaccionado de esa manera, estaría decepcionado. ¿Y cómo no iban a reaccionar así?, después de todo, mírenme, miren a este perfecto e inmortal dios. Mi cuerpo rebosa de poder, sí, este poder absoluto, el cual envía todo al vacío. Témanme, intenten huir si quieren, después de todo, los cazaré a todos y cada uno de ustedes, ninguno saldrá vivo de aquí, su era ha acabado, ahora comienza, mi era, y mi mundo. Jajajaja.

Mi cuerpo tiembla, puedo sentirlo, su poder es abrumador. Todos a mi alrededor también tiemblan, ¿Acaso no podemos hacer nada? No, no debemos rendirnos aún…

Volteé, y vi a todos con una gran sonrisa. Mis camaradas se sorprendieron al verme, pero entendieron, que no debemos darnos por vencido aún, no sin luchar. Miré a Caos, caminé hacia él, y lo enfrenté.

— Caos, no te alegres tanto, te devolveré al vacío, aunque tenga que ir contigo, juro, que volverás allí.

La sonrisa en el rostro de Caos se desvanece, y me mira con gran seriedad.

— Azazel. No quiero luchar contigo, de ser posible, quisiera que te unas a mí. Tienes un enorme poder, y no quisiera desperdiciarlo. ¿Qué dices? ¿Te unirás a mí?

¿Unirme a él? Ni en sueños, eso nunca pasará. No estoy aquí para unirme a él. Estoy aquí para acabar con todo esto, y que nadie más sufra.

— Me rehúso.

Al escuchar eso, Caos me mira con una mirada atemorizante.

— ¿Por qué? Dime, ¿Por qué te pones del lado de la humanidad? ¿Qué tienen de bueno los humanos? Has presenciado todas las eras, sabes bien que la humanidad está condenada. Después de todo, tú mismo fuiste el culpable de que la humanidad esté condenada, tú los corrompiste.

Bajé la mirada al oír eso. Es cierto que soy culpable de eso, bueno, no directamente, ya que no soy la misma persona de la que él habla… pero.

— La humanidad es hermosa, todo en ella es hermosa. Todos los aquí presentes, están luchando por devolverle la luz al mundo. Ellos no se rinden, aun cuando todo está perdido, ellos tienen esperanza. Eso es algo que por más que no haya chance de victoria, ellos no la pierden. Nunca se rinden, aun cuando sus cuerpos son destrozados, ellos vuelven a ponerse de pie, y afrontan todo lo que se interponga en sus caminos. Por esa razón, los ayudaré, ellos me han enseñado muchas cosas, y me han ayudado siempre. He encontrado muchas cosas al vivir con los humanos, amigos, un hogar, una familia, felicidad…

— Absurdo.

— Nunca lo entenderás, alguien como tú, no puede entender los sentimientos de la humanidad.

— Así es, no tengo la más mínima intención de hacerlo.

— A pesar de que eres un dios, eres un idiota.

— Entonces, ¿Esa es tu respuesta?

Volteé para ver a mis camaradas una vez más, y sonreí.

— Sí, lucharé por ellos, por todos nosotros.

— De acuerdo, entonces, serás eliminado junto a ellos, Azazel.

— Que así sea, Caos.

El sonido de dos espadas chocar se escuchó. Fueron nuestras espadas. Luego, una luz nos cubrió a todos, y no se pudo ver nada más.

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