18. ¡él divorcio!

Capitulo 18.

— Escucha, tienes que ir a tu casa ¡Ya!, Papá va directo a tú casa por los papeles de la casa y así poder tenerla en su poder — dice alarmada — él sabe dónde están

¿Qué?.

— Sabe que se encuentran en la oficina de tu papá, gracias a tu amigo el jardinero — contó y arrugué mi frente confundida — papá lo contrato como espía para sacarte información de la casa y ahora lo logró, él te traicionó

— No puede ser — susurré molesta. Debí imaginar que él no podía ser un amigo, ¿Pero quién iba a pensar tal cosa?. Odio está sensación cuando descubres la verdad — ¿Y tú por qué sigues contándome?, Cómo sé yo si estás loca — solté molesta y ella ríe con amargura

— Bueno ya te lo dije, quiero que todo esté sufrimiento acabe, papá ya no se enfoca en su vida y tú…— dice acusadora — apúrate

Me ordena y no protestó pues quizás no miente ya que no lo hizo con lo de la casa, papá y el matrimonio. Salgo apurada pero me giró de vuelta hacia ella para gradecerle, sólo me mira mal y me alejo. A pesar de todo fue la única que me contó la verdad y eso es algo que valoro.

Cuando llegó a la puerta principal veo de espaldas a Gabriel mirar dónde se encuentra mi familia preparándose para marcharse. Siento un pinchazo en mi pecho al ver que voltea hacia mi, clavando sus ojos azules en los míos. Dolor es lo que veo en ellos pero no puedo pensar en eso en estos momentos.

Decidida arrastró la maleta con la cabeza baja, caminando por él suelo de mármol, cuando paso a su lado él me detiene sosteniendo mi maleta.

— No te vallas — me pide y levanto la cabeza para verlo con sorpresa — sé que lo arruiné todo, pero lo que sentí, lo que sentimos es real — me asegura. Yo sé que es real pero no puedo. No hoy.

— Lo siento, me tengo que ir — dije en voz baja — esto no se solucionará hoy y no quiero hablar contigo — confesé con tristeza, tenía que decir algo, algo que me dejé ir. Sigo mi camino pero me detengo para darme la vuelta y caminar a él

Me mira sorprendido con ilusión pero se le va enseguida cuando sostengo su mano entregando el anillo de bodas en su mano, él pronto la ve y de ahí no aparta la mirada así que me voy sin antes decir.

— Adiós, gracias por todo — agradecí alejándome de él.

Camino hacia el carro con una lágrima que se me escapa pero pronto reacciono limpiándome con el dorso de mi mano, subo a la camioneta que nos prestó la abuela, él chófer se encarga de meter las maletas y entra pronto.

— Está es la dirección, por favor dese prisa — le pido preocupada y él asiente para conducir

Al llegar bajo pronto de la camioneta, para apresurarme a entrar seguida de Elizabeth. Mamá nos grita pero no la escucho si no que subo los escalones hasta la oficina de mi papá.

Me detengo en la puerta cuando escuchó un ruido y Elizabeth entra sin importar que. Hago lo mismo viendo al tío Duarte con los papeles en la mano. La rabia me invade pero él sonríe con diversión.

— Supongo que ya lo saben todo — soltó como si nada y mi hermana se acerca a él molesta

— Eso no te pertenece — le dice para intentar quitárselo pero él la empuja y cae al suelo

— ¿Elizabeth? — la llamo preocupada pero veo que está bien. Miro a Duarte furiosa — ¿Por qué haces esto?, Eso no va a devolver el pasado — le digo

— Tú no sabes nada, pero ahora ya no sólo se trata de tú padre, con está casa podré salvar mi empresa — confiesa y levanto la ceja confundida

— No voy a dejar que nos quiten está casa, después de todo me casé con alguien que no amaba y haré cualquier cosa por proteger mi hogar sin importar lo que mi papá y usted hicieron — le digo decidida y él asiente pero no parece que vaya a ceder, así que intento quitarle los papeles pero me lo impide justo cuando saca una navaja e intenta encajarla en mi.

Alguien lo impide apartándome, cerré los ojos por el impacto pero al abrirlos veo que es a Gabriel a quien apuñalaron el abdomen que sangra. Gritó eufórica cuando Gabriel cae al suelo, me arrodilló junto a él al darme cuenta que él me protegió con su vida. Su tío lo mira sorprendido igual que yo, no ví cuando llegó

— ¿Gabriel, estás bien? — pregunté revisando su herida y él asiente como puede

Me mira con alivió y acaricia mi mejilla con ternura, no puedo creer que se preocupe por mi cuando él está así. Su mirada vuelve al tío viéndolo con mala cara.

— ¡No puedo creer que hagas esto! — le gritó Gabriel, molesto y él tío duda pero habla

— No fue mi intención hacerte daño, pero necesito que no te entrometas — le pide Duarte y yo me pongo de nervios ante sus palabras, aunque sé que Gabriel no me dejaría sola en esto

— Te veía como a un padre — espetó Gabriel, y entonces noté dolor en sus ojos

— Lo siento Gabriel, pero tú sabes perfecto lo que yo quería a tu tía, yo la amaba — dijo el señor, apretando los puños

— Devuelve los papeles — le pide Gabriel con tono severo

— Cambiaste desde que esa niña llegó a tu vida — le dice él tío ignorando las palabras o tal vez queriendo ponerlo en contra mía

— ¡Devuelve los malditos papeles! — le gritó Gabriel enojado y jamás lo había visto así — hacer esto no va a hacer que todo sea igual, y yo sé que no es la única razón de porque lo haces, también lo haces porque estás en bancarrota — abro mis ojos en sorpresa y Duarte igual — lo sé, lo acabo de descubrir y ahora estás actuando muy egoísta, no hagas esto — le pide Gabriel con tristeza

— Tú nunca entenderás — soltó el señor para salir del cuarto con los papeles en mano

Maldigo y justo entra Jordán asustado al vernos a todos de tal modo.

— Tengo que ir por ellos — digo poniéndome de pie lista para seguirlo, cuando me detiene la mano de Gabriel en mi tobillo y lo miro pero al cruzarme con sus lindos ojos es como si hablará con ellos y me dijera que no lo haga

— ¿Qué sucedió? — preguntó contrariado Jordán

— Se llevó los papeles de la casa — explicó Eliza que aún está en el suelo al lado del escritorio

— Iré por él — y con eso salió corriendo tras el mientras que yo me apresuré a ayudar a Gabriel presionando su herida

Entonces decido llamar a la ambulancia asustada, pero sé que él estará bien puesto que no es una herida muy profunda. Acarició su cabello intentando distraerlo.

— Todo estará bien, llegarán pronto — le notifico a Gabriel quién no deja de mirarme y eso me hace sentir especial. Volteó hacia Eliza y le pregunto si está bien y él asiente con la cabeza a lo que me tranquiliza.

Por suerte la herida de Gabriel no era tan profunda como dije, él ahora está bien y él día después nos llamó para pedir que nos reuniéramos sin siquiera esperar a recuperarse. Y ahora en el taxi me preguntó que noticias nos tendrá, ¿Habrá recuperado nuestro derecho a la casa?. Mi hermano no pudo atraparlo pues él logró huir pero quizás Gabriel supo dónde encontrarlo o el abuelo.

Bajamos del taxi para subir al edificio donde nos citaron para hablar. Camino impaciente por saber ya, que es lo que pasó.

Jordán abre la puerta para dejar pasar a mamá y a mi, entramos en una grande oficina donde hay una ventana enorme con una vista increíble a la cuidad, un escritorio y sofá hay dentro. Gabriel está aquí de pie junto a la ventana viéndonos pero evitando mirarme mucho. Puedo ver que se encuentra mejor aunque no lo sé con exactitud. Un señor está a su lado sólo que él está sentado con un archivo en la mano y se dispone a abrirlo.

— Me alegra que llegarán, por favor tomen asiento — pide él y mamá toma asiento en la silla, menos Gabriel y yo que no nos apetece.

— ¿Y que se pudo resolver?, ¿Lograron atrapar al imbécil de tú tío? — preguntó abruptamente, Jordán

— ¡Jordán! — le recrimina mamá y él suspira

— Si, tenemos los papeles con todos sus derechos — informo Gabriel mirando a su abogado quién entrega los papeles a mamá, ella los toma para leerlos junto con Jordán

Me alegra saber que se hará justicia pero eso no quiere decir que no me preocupa Gabriel, pues él quería muchísimo a su tío y ahora todo debe ser muy duro para él. Me duele verlo así y quisiera hacer algo para ayudarlo pero no puedo. Quisiera preguntar ¿cómo está?, ¿Cómo sé siente?, Aunque la abuela me a informado que su herida no fue tan grave y aún así quisiera preguntar pero no lo hago.

— No sabes cuánto te lo agradezco — le agradece mamá feliz — y lamento lo que pasó con tu tío, sé que no es fácil pero haz demostrado ser una increíble persona — expresó mamá con gratitud

— Es verdad, gracias — agradeció Jordán, volteó a verlo sorprendida porque no lo esperaba de él

— No hay de que, y…— prosigue pero ahora con la mirada en mi — te amo pero necesito verte feliz, sólo así seré feliz y quiero que seas libre — me dice y lo veo conmocionada porque me diga todo esto, él señor saca un papel y lo pone en el escritorio volteado hacia mi para que pueda verlo

Trago saliva con dificultad cuando veo que es un contrato del divorcio, ¿Me está dejando ir?, Me siento aliviada pero a la vez con tristeza y no puedo evitar verlo y su mirada se refleja la tristeza.

— Nunca debí obligarte a casarte conmigo, Tú eres libre de tomar tus propias decisiones, una joven bonita, inteligente y divertida — dice y no puedo evitar sonreír débilmente, ¿Por qué? ¿Por qué tienen que ser las cosas tan difíciles?. No puedo estar con él porque nuestros mundos son completamente distintos y ambos queremos cosas diferentes pero jamás pensé que me enamoraría.

Tomo aire con profundidad para acercarme al papel mientras todos me miran y eso me pone aún más de nervios, acercó el bolígrafo al papel para firmar con mi nombre y acabar con esté compromiso, ¿Sin amor?, No debieron darse las cosas así pero mentiría si dijera que me arrepiento, porque no, entonces si me arrepintiera nunca lo habría conocido ni hubiera pasado todos esos momentos bonitos, sobre todo con mi familia que me ayudó a acercarme más a ellos.

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