7. ¡los abuelos de Gabriel vienen!

Capitulo 7.

Me dirijo al gimnasio pues quiero hacer algo de provecho, moverme un poco eso de estar en un solo lugar me desespera. En mi casa todo era movimiento y podía hacer cualquier cosa, iría a la piscina si no fuese por el echo de que no se nadar, entonces está es realmente mi única opción. Y Gabriel no me a molestado con sus prácticas por suerte pero si e estado leyendo sus libros.

Entro al gimnasio con mi ropa cómoda que encontré, una camiseta grande color negro y un mini chort deportivo, era lo único que tenía que me pareciera adecuado. Me detengo en la puerta al ver a Gabriel de espaldas hacia mi, levantando unas pesas apretando sus músculos más de lo normal haciendo que se le marquen más y eso hace que lo admire como una tonta. No sabía que tenía un cuerpo de ensueño.

De pronto él se gira hacia mi y me doy cuenta de que su chort lo trae debajo de la cintura mostrando un poco su bóxer.

— ¿qué haces ahí como una acosadora? — inquirió con una sonrisa pícara y me aclaro la garganta incómoda

— Vine a…olvídalo — dije dando vuelta sobre mi misma para salir de aquí pero él vuelve a hablar

— Adelante, puedes unirte — dice y ahora no me siento tan segura — no tienes que huir

Me giró de nuevo para volver a encontrarme con su mirada en mis ojos, trato de no mirar abajo en su abdomen.

— ¿Quién está huyendo?, Por supuesto que no — dije para caminar con mi toalla en la mano y con una seguridad fingida, él ríe por mi actitud — vine a matar algo de tiempo, está casa es impresionante pero igual es aburrido — confesé y él sonríe de lado

— ¿De verdad? — preguntó y asentí con la cabeza

— Bueno tiene sus cosas bonitas..

— No, digo que si es verdad que vas a hacer ejercicio — aclara. Le lanzó una mirada de molestia — bueno, no sé si puedas estar a mi lado sin ponerte nerviosa o mirarme de reojo — me echa y suelto un bufido

— Lo que pasa es que eres demasiado arrogante, sólo te veo como una persona normal casi un amigo — expliqué y lo veo sonreír dudoso

Se acerca a mi con la pequeña toalla en su hombro desnudo, trago saliva con dificultad al ver cómo se acerca a mi hasta que su rostro está muy cerca del mío. Levanto mi cabeza para verlo a los ojos y no porque quiera hacerlo si no porque no quiero ver su pecho desnudo. Su respiración choca contra mi y él toma mi mentón, puedo sentir su cuerpo chocar contra el mío.

— ¿Ya no eres tan valiente? — preguntó burlón y quiero protestar pero él me lo impide haciendo que mi cerebro no pueda procesar nada al sentir su mano tocar mi muslo

Me estremezco al sentir su contacto sintiendo mi respiración agitada sobre todo cuando sube un poco más su mano con lentitud, se me eriza la piel sobre todo cuando veo donde quiere llegar y lo peor es que no lo puedo detener, cierro los ojos para recriminarme a mi misma de que haga algo.

— ¿Te gusta esto? — preguntó acercando sus labios en mi oído causando un cosquilleo y más efecto tiene porque lo dice en un susurro. Siento que es un experto en esto con las mujeres y justo cuando me decido por empujarlo él móvil suena.

Aprovecho para alejarme de él acomodando mi cabello y caminar a la otra caminadora que está lejos de él, él contesta la llamada y aún así puedo escuchar lo que dice.

— Claro, son bienvenidos pero es…muy pronto para ello ¿No crees abuela? — lo escucho quejarse pero se queda en silencio unos minutos, me volteo enseguida al ver que me mira — de acuerdo, nos vemos — cuelga la llamada y me pregunto de qué se trata

Gabriel se acerca a mi y aún sigue desnudo del torso, finjo no haber escuchado nada.

— Mañana tendremos visitas, temporales — informó y lo miro en sorpresa — mis abuelos quieren conocerte más a fondo

— ¿Qué? — pregunté pero me observa serio sin repetirlo otra vez

— Yo tampoco lo esperaba pero así es la cosa — se alza de hombros y veo que quiere darse la vuelta así que habló

— Espera, ¿Ellos saben que este matrimonio es falso? — pregunté confundida y él asiente, entonces no entiendo

— Por eso mismo, mi abuela no está de acuerdo con que me casará contigo y quiere conocerte mejor — informó y rasco mi melena aún más confundida — mi abuelo está interesado por conocer a la hija de su amigo — confesó

— ¿Tú abuelo está de acuerdo?, Una cosa — digo para aclarar algo importante — se supone que tú abuelo es amigo de mi papá, ¿Por qué quería quitarle la casa? — pregunté con evidente enfado

— Mi abuela es la que iba a quitarles la casa aunque ella en el fondo es buena, mi abuelo no estuvo de acuerdo con la boda pero..

— ¿Pero qué? — pregunté con la poca paciencia que me queda

— Si hice esto de casarme fue para salvar a tú familia, ¿Por qué simplemente no agradeces? — no puedo creer lo que dice, ¿Lo dice enserio?, Parece como si fuera todo un sacrificio para él.

Mi garganta se seca sintiendo ganas de llorar pero las retengo, no quiero soltar una lágrima más. Prometí ser feliz.

— ¿Salvarme?, No tenías porque hacerlo, nadie te pidió la ayuda ¿O acaso crees que yo quería casarme contigo?, Nunca lo hubiera hecho si no fuera porque no había otra salida — solté molesta y con tristeza, una extraña combinación

— Lo siento, no es lo que quise decir— dice arrepentido pero no responde lo que quiero oír, ¿Por qué no puede decir la verdad?

— ¿Es tan complicado decir la verdad? — pregunté y niega con la cabeza — es evidente que estás haciendo esto a la fuerza

— No es así, hay una cosa que tienes que tener clara, y es que de verdad lo hice para ayudarte y si me case contigo fue porque… sentí algo por ti, llamaste mi atención aquel día — niego con la cabeza, no puedo aceptar algo como eso

Tomo mis cosas y salgo del gimnasio, no puedo creer que sea algo tan simple como eso, simplemente es algo tonto. O quizás es como los ancestros, que les gusta despojarse con quién quieren acostarse.

Abrazo mi almohada con fuerza recordando los buenos tiempos, los buenos momentos que pasaba en familia o cuando era libre. Quiero llorar pero a la vez no, es un pequeño debate entre mi mente y yo, quizás suene loco pero ya no sé cómo sentirme menos ante la confesión de Gabriel. Estoy segura que no es toda la historia, hay más.

Desde hace rato que estoy despierta pero no me e querido levantar de la cama, la luz del día se asoma por la ventana y eso me da la sensación de que me puedo deprimir. Me levanto sentándome en la cama para mentalizarme de que todo saldrá bien. Hoy será un mejor día y justo alguien llama a mi puerta.

Me levanto para ir a abrir y es la señora Griselda quién me recibe, con un semblante de enfado, la ceja hacia arriba mirándome expectante.

— ¿Qué espera para vestirse?, Los abuelos de Gabriel ya llegaron y esperan verla — dice para mirarme de arriba abajo al ver que no estoy presentable para las visitas

Llevo puesto una camisa grande color blanco y un chándal cómodo color negro, mi cabello en un chongo mal echo. Cómo una recién levantada.

— Iré a cambiarme — digo asustada y preocupada de que me vea así

— No hay tiempo, sólo acomode su cabello que la esperan abajo — me pide pero eso me suena más como una orden. ¿Soy la esposa o una criada?.

Gruño molesta y me acerco al cepillo para soltar mi cabello y peinarme, viéndose mejor mi aspecto. Me limpio con toallitas y salgo de la puerta para seguirla escaleras abajo, llegamos al primer piso donde está la puerta de entrada.

Los abuelos conversan con Gabriel como si estuvieran molestos, más que nada la abuela que se ve gruñona. Ella se ve grande, ya un tanto anciana, su cabello es corto, color blanco por completo y con arrugas en el rostro pero aún así mantiene el perfil refinado y elegancia.

— ¿Cómo es posible que siga durmiendo cuando ya es tarde? — preguntó molesta la abuela y Griselda carraspea haciendo que todos se den cuenta de mi presencia

Entonces siento las miradas inquisidoras, me pone de nervios sobre todo por la abuela.

— Ella es Madison, mi esposa — presenta él. Lo miro por eso último que no era necesario agregar

— Mucho gusto señora — dije con una sonrisa en mis labios

— Ella es mi abuela Marcela y mi abuelo Gregory — él abuelo me sonríe amablemente así que le regreso la sonrisa apenada

— Disculpen mi aspecto, no siempre luzco así — me disculpo y él abuelo Gregory junto con Gabriel ríen

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