6. ¿por qué está molesto conmigo?

Capitulo 6.

No puedo creer que casi le permito besarme, no puedo perder la cordura menos con alguien como él. Al fin y acabo él sigue siendo el mismo hombre y no puedo permitir eso, a menos que me obligue que espero que no. Me siento en la sala de juegos cansada por esté día tan agotador, no puedo creer que tenga que hacer todo este tipo de cosas y sólo para encajar en su mundo.

Me recargo en el respaldo cerrando los ojos por un momento y no puedo evitar pensar en ese momento que me iba a besar, de sólo hacerlo sé me revuelve el estómago y me molesta demasiado.

Abro mis ojos para encender el televisor y poner la consola de juegos preguntándome cuántos juegos tendrá. Yo soy muy buena en esto, en casa con mis hermanos siempre jugábamos así que se puede decir que ellos me enseñaron bastante. Tomo el control pero alguien lanza unos libros en mi regazo haciendo que me sorprenda, miro la razón de esto y no podía esperar menos de Gabriel. ¡Creí que habíamos acabado por hoy!, Tiene una mirada de quiero fastidiarte.

— ¿Qué creías? — preguntó en burla — tienes que leer esos libros y hay más en espera — avisa y gruño en fastidio.

— ¿Y eso cómo por qué? — pregunté sin comprender lo que quiere decir

— Mira princesa, en un cuento de hadas no todo es bonito hay veces que tienes que hacer sacrificios — dice y me molesta su tono de voz así que evitó su mirada. No comprendo porque actúa como un patán — ¿Acaso no lees? — preguntó nuevamente en burla

Le muestro mi cara de enfado para dejar el control de la consola y ponerme de pie con brusquedad quedando a pocos centímetros de este hombre frente a mi.

— Claramente leo su majestad — digo para dejarle claro mi enfado — no porque sea una plebeya significa que no lea — al decir eso, tomo los libros para irme a mi cuarto que es el único que creo puedo estar tranquila.

Miro el atardecer en la piscina y me parece muy bello, sentir el sol en tú piel y sobre todo cuando no está tan altas alturas. Mi sonrisa desaparece al darme cuenta que tengo que leer el libro que Gabriel me entregó ayer, justo cuando se comportó como un patán.

Almorzamos juntos está mañana pero él actuó como si no hubiera dicho alguna palabra que me hubiera ofendido ayer, tampoco hablamos más de dos palabras. Siento que tiene cambios muy diferentes y no logró comprender quien es realmente. Levanto la mirada al sentir a alguien detrás de mi, me giró y es Gabriel quién mira el agua de la piscina, después toma asiento al lado mío en otro sofá y lo miro confundida porque parece que no a notado mi presencia, aunque sé muy bien que si lo hizo. Su cara parece tan perfecta que me hace odiarlo, su barbilla perfilada, sus labios gruesos y medianos cerrados que me hace esquivar la mirada al ponerme de nervios, sus cejas definidas pero pobladas. Trago saliva con dificultad al llegar a sus ojos azules tan igual al mar que me dan ganas de querer sumergirme en ellos por horas.

Su cabello ondulado lo lleva peinado hacia atrás pero algunos mechones caen por su frente, entonces me doy cuenta de que nota mi mirada así que me volteo hacia mi libro fingiendo que estoy leyendo. Lo miro de reojo y sonríe de lado, ¿Sabe sonreír?, Digo hace rato estaba muy serio.

— ¿Si quiera llevas avanzado algo? — preguntó y le lanzo una mirada de reproche

— Es muy difícil, no esperes que entienda todo a la primera — expresé molesta y me quita el libro

— Yo te explico, ¿Qué parte no entiendes? — preguntó y le señalo un párrafo, él lee lo que le señalo y yo muerdo mi labio inferior con nerviosismo esperando su respuesta

Él me explica varias veces de diferentes dudas que tengo y así logró comprender mejor.

— Por cierto, hoy tenemos una sesión de fotos para que estés lista a las seis — me informa y parpadeó varias veces confundida, no sé si estoy lista para ser fotografiada con él.

Digo no son fotos que me gustaría memorizar o algo por el estilo.

— Odio esto — confesé de repente y siento su mirada de enojo — ¿Para que exactamente son las fotos? — pregunté con sorna

— No puedes dejar de hacer preguntas cada que tengamos algo que hacer — me echa en cara y gruño molesta

— Y mejor quita esos hábitos — apunta y levanto la ceja — eso de quejarte por todo

— ¡Ay!, Perdón señor perfección — protesté y él no dice nada para seguir con la mirada en el libro

— Continúa leyendo porque hay más cosas — ordenó para marcharse y a este paso creo que terminaré llena de irá

Me visto para la sesión de fotos con la ayuda de Griselda que me hizo un peinado muy bonito, un moño elegante con algunos mechones sueltos y unos broches de adorno con brillitos. Mi vestido que me puse es él que me enamoró en la tienda, es color blanco, tiene un corsé en mi cintura dejando la parte de abajo suelto, corto por arriba de las rodillas. En la parte de arriba tiene mangas ajustadas hasta mi muñeca pero mis hombros un poco holgado. Bajo los escalones sintiéndome bien con mi nuevo cambio, por lo menos él respeta mi estilo. Me tuve que poner unas zapatillas de tacón alto que son color azul claro y también maquillaje en mi rostro, el resultado como de porcelana.

— Llegas tarde — dice Gabriel de espaldas hacia mi

Cuando se gira para verme su cara cae en sorpresa y dicha, su boca se entre abre y sus ojos brillan con fascinación al verme, yo no puedo creer que enserio tenga aquella cara. Debo admitir que se ve muy guapo con aquel traje color blanco, un pantalón que le queda como guante y una camisa azul que se le ajusta a sus pectorales y lo sé porque tiene abierto su saco blanco.

Una vos nos hace desviar nuestras miradas y reaccionar.

— ¿ estamos listos para empezar? — preguntó y asentimos para ponernos en posición en el fondo donde nos tomarán las fotos

De pronto siento que hace mucho calor aquí pero intento relajarme. Unos centímetros nos aleja a los dos, intento sonreír pero el fotógrafo protesta.

— ¡Pueden acercarse un poco más! — pide él señor y miro a este que hace caso, pone su mano en mis hombros

Yo simplemente no lo tocó ni lo miro, pues no quiero hacerlo, puedo sentir la insufrible incomodidad.

— ¡Por favor! Señorita acérquese más a su esposo y no le sonría a la cámara, miré a su marido — me pide y sonrío nerviosa para voltear a verlo y tomar su mano porque él fotógrafo lo pidió

Mirar sus ojos se me hace muy difícil, en estos momentos me resulta intimidante y no puedo evitar parpadear, él tampoco está poniendo mucho de su parte, está muy rígido y serio

— ¡Esto no va a funcionar!, ¿Dónde está el amor? — preguntó molesto porque arruinamos su trabajo pero ninguno dice nada — tomen cinco minutos de descanso

Veo que se aleja de mi con fastidio y no puedo evitar preguntar qué mierda le pasa para que se comporte así, antes su comportamiento no era de este modo. Me cruzo de brazos observando que él mira su móvil como si su vida dependiera de ello.

— ¿Puedo saber que tienes?, No creas que pasar tiempo contigo me agrada mucho — dije molesta por su actitud pero él no dice nada — si te está jodiendo que te rechace no es mi problema — solté con sinceridad

Él reacciona para dejar el celular y mirarme con enfado, su mandíbula se tensa y sus manos se vuelven en puños.

— ¡Sabes cuál es mi problema!, Tú lo eres, eres muy infantil — lo miro ofendida por sus crueles palabras — quizás no te haz dado cuenta de que eres mi esposa y que yo puedo estar contigo sin que sea un delito — aclaró Gabriel

— Entonces hazlo y te haré sentir como un violador — le digo en defensa, no quiero que me toque o haga algo a la fuerza. Es mejor que tenga las cosas tranquilas con él

— Lo siento, a veces no puedo controlar mi temperamento pero no es un secreto que te deseo — al decir aquellas palabras me sorprende demasiado, no sabía eso aunque si lo pude sentir en ese “casi beso”, no lo hubiera rechazado si no fue por el echo de que me compró.

— Entiende, no soy un juguete o algo que puedes comprar — le aclaro con tristeza y lo veo bajar la cabeza — lo siento, de verdad. Yo no quise hacerte sentir de ese modo.. sólo quiero que llevemos las cosas calmadas y seamos amigos si vamos a convivir por más tiempo — pide y es algo que me gustaría mucho pero aún así tengo la duda.

— ¿Por qué quisiste que yo fuera tú esposa? — pregunté confundida — apenas cumplí los dieciocho y…

Me detengo cuando siento su mano en mi mejilla, acariciando con lentitud y eso me hace querer saber más.

— Ya te lo dije — dice. Meneo la cabeza negándome a creer que sea algo tan simple.

— No lo creo ni por un segundo — dije segura y él sólo me mira sin decir nada, sólo me observa como analizándome — hablaremos de eso después — asiento con la cabeza poco convencida y me pica la nariz haciéndome reír

— Vamos gruñona, las fotos no se tomarán solas — dice y sonrío aceptando su mano

Él fotógrafo se acerca para tomar nuevamente las fotos, nosotras nos acomodamos conforme él nos dice, pone su mano en mi pequeña cintura, las mías pasan por sus hombros y sonrío a la cámara al igual que él o eso creo pues me acerca más a él y eso hace que lo miré a los ojos provocando que me empiecen a dar nervios, sus ojos pueden resultar intimidantes pero ya lo veo más relajado, acerca su dedo a mi nariz de nuevo y me hace ensanchar una grande sonrisa, entonces siento el flash indicando que nos tomaron una foto

— ¡Muy bien!, ¡Están quedando monísimos! — expresa con emoción el fotógrafo

Miro a Gabriel sorprendida cuando me levanta en brazos en un ágil y rápido moviendo, protestó pero dejó de hacerlo al ver su sonrisa que parece real y no fingida como las que vi en sus cuadros. — sólo sonríe a la cámara princesa — oírlo decir eso es arrogancia así que ruedo los ojos.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***