11. La cena familiar

Capitulo 11

— Bueno, ya eres una Dickinson, bienvenida — dice él y no lo sentí sincero — me alegra conocer a la hija de mi viejo amigo Contreras — ¡Habla de mi padre! — ¿Lo conocía? — pregunté confundida — él no es la persona que tú creías que era — notifica y no comprendo nada

— ¡Basta tío!, Hablamos luego — dijo Gabriel que me jala para llevarme lejos, sin darme tiempo a preguntar más

Mi familia nos mira donde ya estaban todos reunidos, molesta me cruzo de brazos viendo mal a Gabriel.

— ¿Todo bien? — preguntó mamá y asiento con la cabeza

— Si, podemos irnos ya — pedí y ella asiente confundida

— Espero que se hayan divertido mucho hoy — dijo Gabriel y ruedo los ojos

— Nos encantó — expresó mi hermana Lidia emocionada y esté le sonríe — me alegra, entonces podemos cenar en casa lo que gusten — les pide a mi familia y yo resoplo, tengo que interrumpir antes de que ellos respondan

— No, iremos a pasear, queremos conocer el lugar y creo que encontraremos un lugar donde comer — respondí cortante y él me observa sorprendido pero no dice nada

— Puedes venir con nosotros — le dice mamá a lo que él sonríe — ¿De verdad? — preguntó él con emoción y le lanzó una mirada a mamá que ignora por completo — por supuesto — le garantiza y él sonríe

Todos se ponen en pie para marcharnos cuando yo también quiero hacerlo, Gabriel me detiene así que le dedico una mirada de impaciencia.

— ¿Qué? — pregunté y él frunce el entrecejo

— ¿Puedo saber que te pasa? — preguntó molesto y confundido

— Porque me alejaste de tú tío, ¿Por qué no quisiste que siguiera escuchando? — le espeto molesta

— ¿Por eso estás molesta? — preguntó mientras ríe con ironía — lo siento pero mi tío no es alguien con quién te gustaría hablar

...— Sólo estoy segura de que algo ocultas y no quieres que me enteré — señalé y él niega con la cabeza pero sus ojos me dicen que hay algo — te pusiste muy nervioso, ¿Por qué dijo que yo no conocía muy bien a mi papá? ¿A qué se refiere? — inqui.rí

...

— Lo malinterpretaste, lamento si fue grosero — responde en modo disculpa. Lo observo en espera pero no hay respuesta, sólo me mira. ¡No puedo creer que de verdad piense que soy tonta!.

Suelto el aire con pesadez al tiempo que mis manos caen con fuerza a mis costados.

— Bien — dije dejándolo estar y caminar

— ¡Llamaré a los abuelos para que se nos unan a cenar! — avisa y solo agitó mi mano, indicando que está bien, ni siquiera puedo verlo.

♥️♥️♥️

Caminamos por varios puestos de diferentes cosas, él lugar está ambientado y aún no oscurece pero tampoco pega mucho él sol. Hay música en el ambiente porque unos señores tocan con él acordeón y guitarra, algo bonito y divertido, les doy propina con una sonrisa y me agradecen.

Sigo observando todo pero veo un puesto de joyas muy bonitas y me acerco junto con Clemency, ambas miramos las pulseras y collares hechos a mano. Uno de ellos llama mi atención y lo tomo para observar que es una mano en un puño como si indicara que es de fuerza, sonrío por la bonita pulsera y pienso en Itzel. Quizás le guste

— Ese es muy bonito señorita, indica mucha fuerza y te ayuda a cumplir tus sueños — garantiza la señora que atiende el puesto al ver qué lo observó

— ¿Enserio te gustó ese? — preguntó Clemency y le indico que si con la cabeza

— Así es — le digo sonriente para sacar mi dinero — ¿Cuánto es? — pregunté y me dice él precio, un buen precio y para nada caro

— Yo lo pago — escucho la voz de Gabriel decir, lo aniquilo con la mirada cuando empieza a sacar su billetera — ¡No!, No es necesario, puedo hacerlo yo solita — digo molesta para darle rápido él dinero a la señora y tomar la pulsera mientras me alejo de él que no para de seguirme.

Lo evitó varias veces y es casi imposible hasta que tomo asiento en un puesto de juegos de pececitos para intentar ganarme un pequeño pez de peluche pero pierdo varias veces. Gabriel toma asiento a mi lado con cuidado y lo volteó a ver desesperada por su insistencia.

— ¿Ahora que? — pregunté y lo veo hacer un puchero que me da risa pero lo retengo — ¿Me perdonas?, No me gusta que estés enojada conmigo — dice y me cruzo de brazos entonces el levantó un mini pez de peluche y lo miro incrédula — ¿Por qué no me quieres contar que pasa? — pregunté nuevamente y él suspira cansado

— No quiero que sufras, pero te prometo que un día te lo contaré todo — me asegura y lo miro pensativa, él acerca el pez de peluche a mi como dándome besitos con el pez y no puedo evitar soltar una sonrisa

Le contagio la sonrisa y río para negar con la cabeza y él vuelve a preguntar.

— ¿Me perdonas? — preguntó y asiento con la cabeza

— Claro — respondí para tomar él pez y molestarlo con él pero sostiene mi mano, deteniendo mi juego — eres hermosa cuando sonríes — me dice y de pronto siento rojas mis mejillas así que le saco la lengua.

Nos sentamos todos en una mesa donde una mesera muy amable nos atendió y dijo que pronto traería nuestros tacos de adobada, muy ricos. También los abuelos se unieron después, pues habíamos prometido cenar con ellos y en realidad pensé que no vendrían como son muy pijos, pero realmente me sorprendieron.

Gabriel está a mi lado al igual que mi hermana Elizabeth y su esposo Efrén. Mi mamá y hermanos del otro lado al igual que los abuelos que están enfrente conversando con mamá.

— Ya me tocaba conocer lo que te gusta — susurra él emocionado y sonrío porque quiera hacerlo

— Te encantará — le aseguro

— Me alegra que vinieran, pensábamos cenar en casa pero madi tenía ganas de salir — explicó mamá a los abuelos — extraño a los tacos — dije en mi defensa y ríen por mi comentario — no te preocupes dulzura, me agrada comer al aire fresco y probar algo nuevo, además de tu celebración de cumpleaños atrasado — dijo él abuelo con alegría cuando llega nuestro pedido, los tacos para todos con las bebidas

— Esto se ve muy bueno — expresó el abuelo y sonrío divertida — está bueno — aclaró la mesera — que lo disfruten — nos dice para alejarse

Y enseguida empezamos a comer, parece como si no hubiera comido nada en toda la tarde pero lo cierto es que tiene bastante que no comía de esto.

— ¿Entonces le cedió la empresa a su nieto Gabriel — preguntó mamá y él abuelo asiente

— Así es, le concedí mi empresa que está manejando muy bien, las joyas de oro se venden muy bien gracias a él y mi hijo Duarte — hablo con orgullo el abuelo — e escuchando de él, ¿Tiene hijos? — preguntó mamá con interés

— Si, una hija preciosa pero con él mal carácter de su padre — dijo y río por ello — bueno, ya saben cómo son — comentó mamá

— Se ve que también tiene buenos hijos, ¿Todos estudian? — preguntó la abuela y negó con la cabeza

— No todos — habló por primera vez Clemency quién tomaba de su bebida pero al decirlo me mira y le lanzo una mirada furtiva — bueno sólo algunos — contó mamá

— ¿Tú estudias Madison? — preguntó la abuela y niego con la cabeza

— Terminé mis estudios y desde entonces no e encontrado mi vocación aunque siempre quise ayudar a los demás — conté con la atención de todos — eso te sale muy bien — me echa Gabriel y lo miro de reojo

— Es verdad — le apoya mi primo Taylor

— Todos en mi contra — hablé entre dientes y ríen

— Jamás hermana — dijo Jordán quién me sonríe — ella es la chica más valiente y bonita que conozco — declaró y aplaudo cuando suena una canción un tanto antigua

El abuelo empieza a tararear y lo ánimo a seguir junto con mis hermanitos Lidia y John, que bailan sin importar que. Nos pasamos conversando y riendo de todo, disfrutando de la comida deliciosa y él sólo echo de estar así te hace darte cuenta de lo feliz que eres al estar con tus seres queridos, estos momentos son los que me gustaría que nunca cambiarán y los que quisieras que duren por siempre.

Llegamos cansados a casa y completamente llenos, creo que hoy todos dormiremos como troncos. Camino a la cocina por un vaso de agua antes de ir a dormir pero en eso veo a Samuel con la cabeza baja hacia una caja.

— ¿Samuel? — pregunté y levanta la cabeza confundido, pero al ver que soy yo sonríe — ¿Por qué tan preocupado de noche?

— Espero no haberte asustado, sólo estaba guardando algunas cosas para donar mañana — dijo y lo mire atenta — ¿De verdad?, ¡Guau!, Eso es increíble — expresé con emoción

— Si, siempre participo en este tipo de eventos y está vez me tocó ser el encargado de llevar cosas — comentó y asentí para dejar el vaso en la mesa y acercarme — me gustaría hacer lo mismo, es muy dulce de tu parte Samuel — le digo con sinceridad

— Puedes hacerlo, puedes traer cosas que ya no necesites y yo las llevaré con gusto — sugirió y asiento enseguida

— Claro, tienes razón. Veré qué puedo dar, buscaré en mis cosas y mañana te las entregaré — le digo y sonríe — debo ir a dormir y gracias por dejarme ayudar

— De verdad tienes un buen corazón — me dice y sonrío — buenas noches — le deseo para salir de la cocina e ir a dormir.

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