Momento confuso

¡Buenos días hermosa! - Dije viéndome al espejo - ¡Hoy será un excelente día -. Salí del baño y decidí usar hoy algo más sencillo, me puse un jean negro y una blusa blanca, una chaqueta de cuero roja y un unos tenis de tela rojos.

Recogí mi cabello con unos palitos chinos y no me puse maquillaje.

Hoy no quise usar nada tan elegante ya que tengo que dedicar el día a terminar los planos de la cabaña y prefiero estar cómoda en la oficina.

- Buenos días hermanita bella.-

- ¡Wow! ¿Porque estás tan feliz nana?.-

- Bueno porque hoy será un maravilloso día.-

- Okay, si tú lo dices.-

Desayunamos y yo fui la primera en salir de casa, comencé a caminar hasta el taller para ver si estaría de suerte y el mecánico ya estaba allí, aunque sabía que era muy temprano pero iba muy esperanzada.

- ¡Buenos días! ¿usted sabe si el señor del taller ya llegó?.- pregunté a una vendedora de jugos que estaba en frente.

- No señora el abre después de las 8:00.-

- ¡Demonios! Muchas gracias.-

Comencé a caminar para tratar de agarrar un taxi cuando un pito me hizo saltar sobre el andén.

- Buen día Alana, creo que es mejor que subas porque vamos sobre el tiempo.-

- Joel buen día, ¿Que haces aquí?.-

- Bueno, la verdad es que anoche salí muy tarde de tu casa y recordé que no habías recogido tu carro así que supuse que no tenías transporte hoy y vine a buscarte.-

- Te lo agradezco, espero hoy si poder recoger mi auto, realmente me hace falta.-

Llegamos a la oficina y me encerré a terminar mis pendientes, pero de un momento a otro un fuerte ruido me desconcentro.

- ¿Así que tú eres la famosa Alana?.- Dijo una dama muy bella frente a mi escritorio.

Esta mujer tendrá unos 50 o tal vez más años, es muy guapa y de ojos azules.

- Si señora, yo soy Alana, ¿Le puedo ayudar en algo?.-

- No, tu a mi no me puedes ayudar en nada jovencita, pero lo que si quiero dejarte claro es...-

- Basta mamá deja a Alana en paz y sal ya mismo de esta oficina.- Dijo Emiliano un poco molesto.

- Por favor, tu sacándome a mi de lo que es mío Emiliano ¿Que diablos te pasa?.-

- Mamá pasa que te estás pasando con esta chica, pasa que te entrometes en nuestras vidas como si fuéramos unos niños, pasa que la firma ya no es tuya y lo sabes bien, pasa que no quiero que le jodas más la vida a Joel eso es lo que pasa.- Dijo Emiliano pasando sus manos por el cabello.

Yo no entendía una mierda, no sabía que tenía que ver yo en esa puta discusión pero no podía hacer nada, solo hacer silencio y dejarlos que siguieran discutiendo.

- Eres un desagradecido y no entiendes que solo quiero proteger a Joel, acaso no entiendes como me duele lo que le está pasando.-

- Yo lo sé mamá, pero te lo he dicho muchas veces el hecho de que Joel esté pasando por esa situación no significa que no pueda disfrutar la vida, salgamos de acá y hablamos con más calma.-

- Bien, pero tú vienes con nosotros niña.- Me dijo aquella señora mirándome fijamente.

- Mamá por favor.-

- No Emiliano mamá nada, ella viene y punto.- Dicho esto ella solio a pasos rápidos hasta entrar en la oficina de Emiliano.

- Alana disculpa a mi madre, ella está algo alterada por una situación familiar pero igual ven porque si no llegamos acaba con la compañía a gritos.-

- Emiliano, deja que ella se desahogue, y para que te sientas más calmado te aviso que Joel ya me contó lo que está sucediendo con su salud así que tranquilízate.-

-¿Te lo contó?.-

Estando en esa conversación nos hizo saltar el grito de la señora exigiendonos que entramos a esa oficina, al salir de la mía vi que todos estaban viéndonos con caras muy asustadas o preocupadas no lo sé.

- A ver Alana, como ya sabes soy la madre de este par de muchachones, pero quiero que entiendas que normalmente no soy así de agresiva es solo que...- paró de hablar y comenzó a llorar de una manera desgarradora.

- Mamá no llores por favor, sabes que esta situación se va complicando cada vez más y tú no ayudas.-

- Lo sé, lo sé hijo, bien resulta que ayer yo llegué a ver a mis muchachos pero en el aeropuerto solo estaba Emiliano, le dije que en dónde estaba Joel y Emiliano me dijo que él estaba llevándote a tu casa.-

- Señora, lamento que...- No me dejó decir más nada y siguió hablando.

- pregunté que quien eras y Emiliano me dio un resumen de cómo se conocieron, lo extraño es que Joel jamás es de ir a llevar a nadie a casa, menos invitarte a cenar y mucho menos pasearte en su auto, entiendes lo que quiero decir.-

- ¡Lo entiendo señora!.-

- Bueno, resulta que a mí como la madre de Joel me asusta esa situación y no por Joel, me preocupas tú.-

- ¡Yo! ¿Porqué?.-

- Se que esto no me compete a mi, y no debo decirlo pero Joel está mal de salud.-

- Eso ya lo sé señora, él mismo me lo contó.-

- ¿Qué? estás diciendo que Joel te lo contó.-

- Si señora.-

- Te das cuenta Emiliano, vez lo que te dije, ahora si entiendes.-

- Mamá, entiendo pero si ella lo sabe ¿No crees que es decisión de ellos lo que vayan a hacer?.-

- A ver, ustedes me van a disculpar pero necesito que me aclaren lo que está pasando, ¿Que carajos tengo que ver en todo esto, y porqué usted dice que la que le preocupa soy yo? No lo entiendo.-

- A ver Alana, es evidente que Joel te quiere, él se está entusiasmando contigo y si el te contó la verdad tuvo que decirte que es poco el tiempo que le queda de vida, el tema es que tú te enamores, que tú te sumes a este dolor familiar, que no solo tengamos que lidiar con el dolor de perderlo a él si no tener que lidiar con tu pena mujer.-

- Pero, Emiliano lo acabo de decir, eso es algo que debemos decidir Joel y yo.-

- Sabes que pasa niña, pasa que cuando nosotros recibimos a alguien en la familia siempre lo recibimos como si fuera un hijo más para mi esposo y para mí, por eso es que nos preocupas.-

- Bueno, creo que ustedes se están precipitando demasiado, Joel y yo hasta ahora nos estamos conociendo y creo que no debemos adelantarnos a nada.-

- Bien, creo que Alana tiene razón mamá, dejemos que el tiempo fluya, pero no alejes a Alana de joel mamá dejalos que vivan su vida como lo decidan.-

- Si, creo que tienes razón Emiliano, y Alana disculpame creo que esa no fue la mejor forma de presentarme contigo.-

- Tranquila señora, creo que no nos hemos presentado aún. Mucho gusto soy Alana Ferrer.- Le estire mi mano bastante segura.

- ¡Claro! El gusto es mío. Soy Bernarda Monsalve.-

- Perfecto damas, solucionado esto por favor sigamos con la rutina, Alana se que estás terminando lo de la cabaña así que no te quitamos más tiempo.- Dijo Emiliano en tono más tranquilo.

- Bien, me retiro, que tengan buena tarde.-

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