El Secuestro

El Secuestro

Prólogo

Un día de diciembre…

- Tienes que comer si no te pondrás enferma, no quiero que mueras, no en mis manos

- ¡NO ME ENTIENDES Y NUNCA LO HARÁS! – le grito con ganas de llorar de nuevo. – No tengo que estar aquí, quiero irme, llevo muchos días sin ver a mis seres queridos, ¿Cuándo sabré de ellos? ¿Cuándo vendrán a por mi? ¿Cuándo podré volver a sentir el sol contra mi cara? – le preguntó queriendo saber las respuestas de una vez.

- No lo se, ahora come – me dijo él sin conmoverse un poco por mí.

- Lo ves no me entiendes, si pasarás por lo mismo me entenderías – intento convencerle.

- Lo dudo sinceramente que alguien me quiera secuestrar a mí, dinero no tengo que es lo que quieren y ahora más te vale que comas estás muy delgada – iba a volver a intentar convencerle.

- Quítame al menos la venda de mis ojos por favor…

- ¿Para que quieres que te quité la venda? No necesitas ver, comerás por la boca no por los ojos – lo dice con tono repugnante.

- Porque es incómodo tener la venda siempre, me duele las muñecas por las cadenas, por favor no seas tan malo conmigo – le suplico.

- Me estas pidiendo algo que es imposible – siento como me quita la venda.

Miro a mi alrededor que estaba un poco oscuro.

- ¿Dónde estamos? – le miro pero me encuentro con que tiene pasamontañas.

- Un sótano deja de hacer tantas preguntas y come – me mira directamente a mis ojos consiguiendo intimidarme.

- Necesito darme una ducha, me encuentro muy sucia y mi pelo esta grasiento – me miro mi cuerpo comprobando que estaba sucia tenía en mis muslos manchas negras.

- Después, primero comes – me mete de malas formas la cuchara.

- Esta muy rico – lo saboreó disfrutando porque llevaba unas horas sin comer nada.

- Normal, llevas desde esta mañana sin comer nada solo es un caldo – me contesta él.

- Gracias – le susurro mirando de nuevo a mi alrededor. – Este sitio es horrible – le admito porque se sentía frío y mucho silencio menos cuando hablamos.

- No me tienes que agradecer te tengo aquí encerrada – si eso era verdad.

- Si lo se pero tuviste un poco de compasión conmigo, no eres tan malo como yo llegue a pensar – le digo sincera.

- Estas muy equivocada soy más malo de lo que ves soy la peor persona con la que te pudiste encontrar – él no dice nada me da todo lo que quedaba del caldo.

Después de la sopa…

- ¿Quieres todavía ducharte? – me pregunta él.

- Sí suéltame – me levanto arrastrando las cadenas haciendo que suenen por el suelo.

- ¿Acaso te pensaste que soy un idiota? – me dice él con burla.

- Porfavor… - camino hasta quedar enfrente de él y miro sus labios es lo único que podía ver aparte de sus ojos. – Puedes ducharme tú si no te fías de mí – le digo con tono provocador a ver si consigo de una vez que me soltara.

- Suena muy provocador pero no me gusta las cosas sucias como tú, hueles a mugre – me empuja sin haberme dado cuenta que había un cubo grande lleno de agua congelada que me tira sin pensárselo.

- ¡ANIMAL! – le grito cabreada cuando siento el agua congelada calarme todo mi cuerpo entero.

- Siempre mi vida tenlo claro – me tira un beso.

Para luego marcharse dejándome encerrada y sola de nuevo.

Nota de la autora:

Ya sabeís

que mi cabeza nunca para de dar vueltas, admito que tampoco puedo esperarme a publicarla aunque tenga más historias

soy así 😉💚

Más populares

Comments

Diana Velez 925

Diana Velez 925

empiezo con ESTA . ESTA buenisima. como todas las otras novelas

2022-05-04

2

Lady

Lady

aquí como loquita a dar me gusta a todas las historias y volver a leer

2024-01-18

0

Blanca Aleman

Blanca Aleman

se ve interesante! veremos que desemboca la historia😉😏

2024-01-18

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play