Capítulo 14

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Narra Hera:

Cada vez estaba peor en este sitio encerrada, me habían cambiado a un sitio mucho peor que el anterior, seguía sin saber dónde me tenían, estaba empezando a perder las esperanzas de que algún día me dejaran libre.

Ya no sabía que hacer la única manera era intentar llevar a mi terreno a mi secuestrador intentando coquetear con él, pero al final entre ese coqueteo estaba comenzando a gustarme y ni si quiera yo misma sabía él por qué.

Además, mi secuestrador tampoco se quedaba corto, le había ofrecido tener **** y él en ningún momento se echó para atrás, me estaba provocando siguiéndome el juego.

Lo admito tenía ganas de besarle y parece que él no se echa para atrás porque me pidió que lo besara.

-Tu eres mi secuestrador y si es una orden de mi secuestrador debo de obedecer antes de que me pase algo malo – le digo siguiendo el juego cambiando mi voz a más sexy.

-Eso es lo que tienes que hacer si no quieres que te pase algo malo – se removió consiguiendo que nuestros labios se rozaran de nuevo al estar tan cerca uno del otro.

-Ya somos mayores para estar con estos juegos estúpidos – le deje en claro.

No me lo pensé más y me lancé a él besándolo.

Para nada era una santita siempre me considere una chica alocada, la más alocada del grupo de mis amigas, porque era la que más me atrevía a hacer pequeñas locuras como esta, era sexy, me consideraba una chica alegre con todo el mundo.

Ningún hombre en mi vida se había resentido o echado para atrás y para nada mi secuestrador seria la excepción.

Aunque en el **** no tenía mucha experiencia como me gustaría, siempre llegaba más a enrollarme con hombres adinerados, pero casi ninguno llegaba a más.

Uní mi lengua lentamente mientras que mis labios húmedos jugaban con los suyos, este beso estaba siendo diferente a todos los que había llegado a dar en mi vida.

Sus labios eran suaves y admito que besaba demasiado bien, eran los labios más ricos que he besado.

Eran demasiados provocativos, te daban ganas de besarlos más y dejar una que otra mordida.

Sonreí sobre el beso cuando se me paso por la cabeza atreverme a morderle, sin pensarlo más los mordí suavemente tirando del labio de abajo, succione sus labios provocándole más cuando escuche un gruñido de su parte que para nada era molesto.

Volvió a soltar otro gruñido placentero provocándome a mí también.

-Exquisito – susurre volviéndolo a besar con ganas sin poder callármelo.

Nos separamos por falta de aire con nuestras respiraciones aceleras a la vez.

Levante mi mirada mirándole a los ojos dispuesta a seguir con este juego...

-¿Entonces que decides? - le pregunto intentando recuperar la respiración. - ¿Aceptas tener **** conmigo? - ladeo un poco mi cabeza levantando una ceja mirándole provocativa.

Él suelta una pequeña carcajada provocando que yo sonría.

-Me estaría jugando mucho, aunque no lo creas... - hace una pausa suspirando. - Estaría arriesgando mi vida por un polvo – dice sincero.

-Estarías arriesgando las cosas es verdad... pero a lo mejor vale la pena si se trata de un buen polvo – me atrevo a mover mi mano hasta tocar su entrepierna aposta para provocarle.

Me muerdo el labio cuando siento el tirón de las cadenas, pero no me importaba en estos momentos.

-No se – cerro por un momento sus ojos como si se lo estuviera pensando más de tres veces.

Aproveche ese momento cuando me di cuenta que llevaba un arma cerca de mí, mire por un segundo mis cadenas cortas que estaban rodeadas en mis muñecas.

¿Me atrevo de nuevo?

Me estaba debatiendo de nuevo si intentar escapar de nuevo o no jugármela...

Pero las ganas de estar libres me podían más que otra cosa así que con un movimiento rápido que me sorprende hasta mí le doy con mi codo en su cara cogiendo su arma para salir corriendo.

-¡NO COMETAS UN NUEVO ERROR! - no pensé que saldría corriendo detrás de mí tan rápido.

Solté un grito cuando le sentí pisarme los talones.

-¡DEJAME! - grite de nuevo intentando salir como fuera de este sitio.

-¡ME LAS VAS A PAGAR ZORRA! - sentí un fuerte tirón en mi pelo, pero aun así no me detuve.

-¡AYUDA! - grité desgarrándome la garganta cuando pude salir a la calle sintiendo el aire golpear contra mi rostro.

Pero él me agarro tapando mi boca con su mano impidiendo que pudiera gritar de nuevo pidiendo ayuda.

-¡CALLATE! - me carga como si fuera un saco de patatas colocándome sobre su hombro mintiéndome de nuevo adentro a ese sitio horrible.

Ni yo llegaba a entender como había conseguido llegar a salir a la calle, pero había conseguido más que la primera vez que lo intente.

-¡ERES UN MALDITO CABRON! - le grite furiosa pataleándole todo lo fuerte que podía.

A pesar de mis pataletas y mis gritos él no me había caso a nada, me empujo amarrándome más que antes dejándome en el suelo frio sin poder mover un solo musculo.

Grito cuando se va desapareciendo, pero vuelve a los minutos con un plato y comida.

-Come – de malas maneras intenta abrirme la boca. - Sera tu ultima comida – me quejo cuando consigue abrir mi boca metiendo la cuchara dentro de mi boca.

-¡QUE TE FOLLEN! - le escupo.

-¿Así? - se levanta cabreado. - Pues toma te las apañas si quieres comer – me tiro el plato de malas maneras dándome la espalda para irse de nuevo.

Volví a gritar fuerte hasta que la puerta de este sitio horrible se abrió.

-¿Qué está pasando aquí? - alza la voz. - Escuche que alguien pedía ayuda – hablo el que parecía el jefe de toda esta mierda por la forma en la que se quedó el chico del pasamontaña quieto.

El hombre miro en mi dirección, me miro con demasiada frialdad que hasta me dio miedo sintiéndome intimidada por él.

Cerró la puerta de un portazo fuerte asustándome más aún.

-¿Alguien pedir ayuda? Yo no escuche nada llevo todo el rato aquí vigilándolos - ¿Cómo? Ahora mismo no entendía nada, se estaba haciendo el desentendido como si de una manera u otra me estuviera protegiendo.

¿Qué estaba pasando?

La puerta se vuelve a abrir apareciendo esta vez una mujer, rápido mi secuestrador los empuja cerrando la puerta sin poder verlos.

Esa mujer por sus pintas no parecía que estuviera implicada con una cosa así...

Escucho unas voces y como puedo me esfuerzo cerrando los ojos para poder escuchar.

Narra Ryan:

Me quito rápido el pasamontaña pasando mi mano por mi cara mirando a la mujer.

-¿Quién es usted? - me pregunta. - Escuche gritos nunca te he visto por esta zona... - tenía que controlar esta situación ahora mismo si no se iría todo a la mierda.

Menos mal que reaccione rápido echando a la mujer antes de que pudiera ver a la secuestrada si no estaríamos en problemas más serios aún.

-Señora le pido por su bien que no se meta en asuntos que no le importa, nadie grito yo estoy aquí de hace unos meses y apenas salgo – ella me mira detenidamente.

-Eso es imposible soy limpiadora me dedico a limpiar algunas casas por esta zona y nunca te vi a usted – estaba comenzando a perder la poca paciencia que tenía.

¡PUTA NIÑATA DE MIERDA!

-Le repito señora si no quiere meterse en problemas es mejor que no se meta donde no le llaman – le estaba dando una oportunidad.

-Aquí hay algo que no me cuadra... - saca su teléfono comenzando a marcar un número.

Se lo quito de malas maneras estrellándolo contra el suelo, justo en ese momento mi jefe sale viendo la situación y lo que no quería que pasara pasa...

La coge del pelo arrastrándola hasta sacar su arma apuntándola en la cabeza.

Las cosas se habían descontrolado muy rápido y se me está saliendo de las manos...

-¡PUTA VIEJA CHISMOSA! - grita mi jefe, no tenía tampoco la menor idea de que él aparecería en un momento cuando me pasara una cosa así.

-¡SEÑOR PORFAVOR NO ME MATE! - grito la mujer comenzando a estar asustada cuando escucho como quitaba el seguro de su arma.

-¡VES LO QUE OS PASA POR METEROS EN DONDE NO OS LLAMAN! - grito mi jefe, me eche las manos a la cabeza sabiendo lo que la iba a pasar a esta mujer.

Está claro que no la iba a dejar ir así por así y más si ella sospechaba algo.

-¡No sé lo que está pasando aquí, pero le juro que no diré nada! - intento convencerle la mujer.

Pero él poco tiempo que estaba trabajando para este hombre sabía que no tenía piedad por nadie.

A los segundos se escuchó un disparo que el sonido retumbo por las paredes y luego silencio...

Había acabado con la vida de una mujer con un disparo en la cabeza...

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Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 366 👍

Hera

Ryan

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