Capítulo 4

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Paso mi dedo por mi labio sintiendo la sangre, dolía como el infierno, maldita zorra de mierda.

-¿Qué te hizo? - se acerca hasta a mi viendo como tenía los dedos manchados de sangre.

-La muy hija de puta me mordió el labio – alza una ceja mirándome apartando mi mano para ver la herida.

-No te tuviste que fiar de ella tío – niego apartando su mano de malas maneras sintiendo como cada vez estoy más cabreado por dejarla acercarse tanto a mí. Esperó que no vuelva a pasar una cosa así, porque un simple error como este nos jugaríamos nuestra vida y sobre todo el dinero, tenemos que estar atentos de todo – me dice intentando regañarme para después irse.

Le seguí saliendo no sin antes que la perra estuviera bien atada.

-Encárgate de ellos tengo que ir a casa durante unas horas – no espere a que me respondiera sin más me fui dejándole solo.

Me las busque para volver de nuevo a casa sin que me encontrase con problemas por la calle.

Durante el camino estuve pensando en lo sucedido, en como pude ser tan estúpido y dejarme que ella se me acercara de esa manera, en como pude llegar a confiar en que ella no intentaría nada.

Al abrir la puerta de la casa no escuchaba absolutamente nada.

-¿Mama? - la llame sin alzar mucho la voz sin tener una respuesta de ella. - ¿Hay alguien? - volví a decir mientras subía las escaleras que daban arriba donde estaban nuestros cuartos.

Mientras que subía las escaleras empezaba a pensar lo peor...

Tenia que entrar en mi cuarto para poder cambiarme de ropa, si no había nadie entonces no me quedaría, antes de llegar a mi cuarto tenía que pasar por la habitación de mi hermanastra que su puerta estaba medio abierta entrándome la curiosidad, me asomó un poco para ver.

Me encuentro con que estaba en su cama medio tumbada dando la espalda a la puerta, tenía el torso desnudo con una toalla rodeándola las piernas, me fue imposible no girar mi rostro y darme la vuelta para ir a mi cuarto.

Me quede mirando a mi hermanastra viendo como estiraba su brazo para conectar el secador y comenzar a revolver su pelo secándoselo.

Prácticamente nos tratábamos como si fuéramos hermanos de sangre, llevábamos muchos años conviviendo en la misma casa, siempre la vi como una niña, mi hermana pequeña a la que debía cuidar, pero ahora verla casi desnuda con solo una toalla pequeña me hacía pensar que de niña ya no tenía nada, los años fueron pasando y ella poco a poco se estaba convirtiendo en una mujer.

Seguí mirándola siguiendo cada movimiento que hacía mientras se secaba su pelo largo, dejo a un lado el secador colocándose mejor en la cama para después coger su crema y comenzar a echársela por su piel mientras la extendía.

Al final conseguí reaccionar sabiendo que no estaba bien observarla de esa manera.

Me di la vuelta caminando a mi cuarto intentando borrar esa imagen de ella echándose la crema por su cuerpo.

¿Qué cojones me estaba pasando?

¡Es tu hermanastra y encima es una niña!

Tape mi cara con mis manos cuando entre en mi cuarto dejando la puerta casi cerrada.

Tenía diecisiete años no la quedaba tampoco mucho tiempo para cumplir los dieciocho.

Había sido un completo enfermo cuando la mire de esa manera, olvidándome por un momento de que se trataba de mi hermanastra la que estaba tumbada en su cama.

Me deje caer en mi cama apartando mi pelo de la cara.

El silencio que estaba en mi cuarto desaparece después de un pequeño rato cuando ella entra en mi cuarto saltando encima de mí mientras su carcajada inundaba el cuarto.

-¡RYAN! - grito ella feliz.

-Hola – me levanto algo asustado por haber entrado así de brusca a mi cuarto. - No vuelvas a hacer eso, ¿me escuchas? - la comienzo a regañar. - ¿Se puede saber qué haces en mi cuarto? - levanto mi mirada mirándola a los ojos.

La había dicho mil veces que no entrara en mi cuarto y así de esa manera repentina.

-Perdón hermanito – ella agacha su cabeza mirando al suelo sentándose despacio en la cama.

-Tampoco es para que te pongas así, mírame – levanto su barbilla. - Lo siento por hablarte así no tengo el mejor día hoy – me explico disculpándome.

-Está bien – dice ella haciendo una mueca. - Mira – se levanta de un salto. - ¿Te gusta mi nueva ropa? - suelta una risa dando una vuelta.

-Si, me gusta mucho es precioso – la digo al ver su suéter y luego una falda que no la termina de llegar a las rodillas. - Esta muy bien, ¿te valió mucho todo? - la pregunto.

-Me costó poco porque estaba a mitad de precio, aproveché el momento en que lo rebajaron – me mira estirando el suéter. - Por cierto, puedo cogerte a ti también ropa que vi que estaba a mitad de precio, espera aquí un momento te traje una cosa – alzo mi ceja.

-¿A mí? - la pregunto antes de que salga de mi cuarto.

-Si, no tardo – dice alzando la voz para que la escuchara cuando sale de la habitación.

Me quede mirando a la puerta mientras la esperaba a que volviera.

Pienso de nuevo en como la estuve mirando desde la puerta de su cuarto, me estaba volviendo en un depravado, agité mi cabeza intentando olvidarlo.

Abrió la puerta entrando con una gran sonrisa.

-¿Te gusta? - me enseña una sudadera.

Tenía una calavera con una serpiente que sobresalía de la mandíbula dejándolo un poco aterrador.

-Está muy bien, me gusta – ella me mira sonriendo.

-Me costó elegir por varias que había, pero esta te pega mucho a ti, ¿Qué dices te la quedaras? Si no puedo cambiarla no me importa – era un sol.

-Dámelo me la quedo boba, si viene de ti no puedo negarme todo me gusta porque tienes un buen gusto – se la quito poniéndomela por encima de mi camiseta. - Mira que chulo voy a estar ahora – sonrió mostrándosela.

-¡Estas genial! - se lanza a mi pecho abrazándome fuerte.

-Oye, ya te lo he dicho muchas veces, nada de abrazos – pongo mis manos en sus brazos.

-Perdón se me olvido por un momento – se aparta sin despegar su mirada de la mía con su gran sonrisa aun sobre sus labios.

-Gracias por este detalle bonito pequeña, ahora si me permites tengo que salir – la digo apartándome de ella.

-¿Ya te vas? ¿A dónde te vas esta vez? Nos dijiste a mama y a mí que comerías con nosotras, además no puedes faltar tanto en los estudios – suelto un suspiro.

-Sabes que los estudios no van conmigo soy demasiado bruto para que se me queden las cosas en la cabeza – la digo serio.

-Pero hermanito tú y yo sabemos perfectamente que eres muy inteligente, no debes echar todo a perder, tú puedes con eso y más - intenta hacerme cambiar de opinión.

-Tu eres la única que se preocupa por mis estudios si falto o llego a suspender un examen, mama solo sabe echarme de casa cuando la cosa se pone mal con el otro o llega a traer otro tío – niego con mi cabeza recordando las muchas broncas que tuve con ella por eso.

-No digas eso hermanito – hace un puchero acercándose de nuevo a mí.

-Solo estoy diciendo la verdad, antes de que estuviera este borracho tuvimos un padrastro que me pegaba para que no te pegara a ti, ¿ella que hacía en esos momentos? No hacía nada se lo permitía para luego mandarme a la casa de los tíos y que ellos pagaran las cosas conmigo a base de golpes – la recuerdo esa época.

-Lo sé y créeme que me duele con todo mi corazón todas las cosas que te pasaron, que hayamos tenido que vivir todo eso – su cara cambia a una de tristeza.

-Ya vale – quiero terminar con esta conversación lo antes posible. - No me llores ahora que entonces me harás sentirme mal a mí - acaricio su mejilla.

-¿Te paso algo? - toca mi labio haciendo que echase la cabeza hacía atrás cuando siento el escozor a causa de su roce. - ¿Tienes algo que contarme? - insiste ella, niego con mi cabeza.

-¿Y tú me tienes que contar algo? - la pregunto alzando mi ceja cuando recuerdo la conversación con mi amiga de que andaba detrás de ella.

-No, ¿Por qué? - me dice ella tranquila.

-¿No te estás viendo con un amigo mío? No quiero que estes cerca de él, es por tu bien consume drogas y no quiero que te haga daño porque entonces me tocara partirle la cara – la advierto.

-No lo haré hermanito, tranquilo – intenta relajarme.

-Mas te vale – la miro serio.

-Tampoco hace falta que me hables así, no es mi culpa tampoco que él ande en malos pasos – hace un puchero.

Solo intentaba protegerla de esa clase de gente en la que yo también estaba incluido, ella tenía el corazón bondadoso y me lamentaría si la llegara a pasar algo por andar con gente como yo y mi amigo.

Ryan

Elena

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Comments

María~jose

María~jose

¡cómo!

2022-10-27

0

Anonymous

Anonymous

esta mm

2022-06-21

0

Anonymous

Anonymous

se está poniendo buena con cuál de las dos se enamorara

2022-06-21

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