Capítulo 11

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Me llevo mis manos a mi pelo tirando de él, me daban ganas de gritarla más, pero a la vez abrazarla para que dejara de llorar por mí.

-No voy a volver a confiar en ti – me dice enfadada, levanta su cabeza. - Quiero que salgas de mi cuarto no te quiero ver – volvió a sollozar empujándome.

-Elena... vamos lo siento por gritarte... - el sentimiento del miedo de perder una persona aparece en mi cuando la escucho que lo decía muy enserio.

-¡NO! - vuelve a empujarme. - ¡QUIERO QUE ME DEJES SOLA PARA SIEMPRE! - se acerca al ordenador y con gran fuerza lo arrastra estrellándolo contra el suelo. - ¡NO SE QUE ME CREÍA! ¡SOLO FUI UNA IDIOTA POR ESCRIBIR ESTO! ¡VETE! - me volvió a gritar llorando.

-Elena por favor escúchame – intente acercarme a ella para atrapar su rostro, pero no se dejaba. - No tuve que gritarte de esta manera lo sé... - intente atrapar su mano, pero ella seguía rechazándome.

Solo quería abrazarla y que esto se pasara olvidándolo para que estuviéramos como siempre, nunca me llegue a imaginar que pasaría una cosa como esta.

-¡Chicos! - mi madre apareció mirándonos a los dos. - ¿Qué son esos gritos? - frunce su ceño. - ¿Están discutiendo? - se queda apoyada en la puerta mirándonos.

-No es nada – respondo yo rápido.

-¡ES JUSTO ESO! - vuelve a gritar Elena. - Todo lo que piense o sienta para él no significa absolutamente nada – me empujo sacándome de su cuarto para después cerrarla de un portazo en todas mis narices.

-¡ELENA! - grite dando a su puerta al ver que había echado el seguro esperando a que me abriera la puerta de nuevo, pero ella no la abrió más.

-¿Qué está pasando? - me pregunta mi madre cogiéndome de mi barbilla, rápido me aparto de su toque mirándola.

-Nada me salió con unas tonterías es todo – le digo serio.

-Ryan tienes que entenderla, está creciendo todavía con la adolescencia y es normal que tenga a veces esos cambios de humores tan repentinos, te recuerdo que tú también pasaste por la adolescencia y esos cambios – si ella supiera, aunque fuera solo un poco. - Por cierto, mi niño me voy a ir unos días con vuestro padre quiero que estes pendiente de Elena y me la cuides – ya empezamos de nuevo, nada cambiara con estos dos.

-¿Cómo que te vas unos días y encima con ese? Estamos a martes y ya piensas desaparecer de nuevo por un tiempo con ese hijo de puta... - la miro fijamente sin creerme que valla a desaparecer otra temporada como otras veces sin saber nada de ella.

-Ryan no me puedes decir nada soy tu madre y te recuerdo que soy mayor, lo que menos necesito es que me reproches y no estes de acuerdo con nada – me dice molesta.

-Lo que digas – suelto un suspiro, estaba cabreado por todo hoy mi humor no mejoraba al revés empeoraba cada vez más. - Entonces que te valla de maravilla con tu hombrecito – le suelto con doble sentido.

Daba igual lo que la hiciera, ella seguía a pie de cañón con él aguanto cada golpe y malos tratos que la daba a diario.

Se iban para hacer lo que quisieran para fornicar como si fueran conejos, lo que me jodía y me hervía la sangre es que ella permitiera todos los malos tratos y que mi padrastro se acostara todos los días con una mujer distinta que no fuera ella.

-¡RESPETAME RYAN SOY TU MADRE! - levanta un poco su voz.

-Lo que tu digas – sin esperar a que comenzara a regañarme camino bajando las escaleras hacía bajo para salir de casa y dejarlas solas.

Narra Elena:

Me deje caer al suelo llorando fuerte al sentir mi corazón completamente roto.

Fui una tonta al pensar que algún día podría sentir lo mismo que yo siento por él - me digo en voz alta apoyándome en mi cama tirada en el suelo. - No sé cómo puedo pensar que Ryan se fijaría en mí que me viera como algo más y no solo una simple niña, está claro que no soy lo suficiente importante para él, era una estúpida por sentir esto, porque sí, me duele el corazón de quererlo de esta manera – me digo negando con mi cabeza.

Cuando le veo sonreír mi corazón latía fuerte, nunca había visto una sonrisa tan preciosa como la suya, aunque no sonría por mí, pero solo con verla daría cualquier cosa.

Era una ilusa por pensar que me pondría mirar como una mujer a la que se sintiera atraído físicamente.

Había muchas chicas más guapas yo no era nada para él solo su hermanastra...

Me subo a mi cama poniéndome boca abajo comenzando a llorar de nuevo fuerte ahogando mis llantos en la almohada.

Unos toques en mi puerta se hacen presentes escuchando a mi madre hablar de fondo, sabía que se trataba de Ryan queriendo que le abriera la puerta ya que le había echado el seguro.

-Elena vamos ábreme la puerta – escucho su voz a través de la puerta.

-Déjame sola Ryan no quiero verte – exclamo cabreada con él.

Él insistió, pero no le abrí la puerta escuchando después un silencio.

No sé cuánto tiempo me pase encerrada en mi cuarto llorando sin parar hasta en la ducha no podía olvidarme de su rechazo.

Después de muchas horas escuché movimiento por la casa, pero aun así no salí.

De nuevo se escucharon toques en mi puerta.

-Elena... - susurro él suavemente, solo con escuchar su voz mi piel se erizaba.

Era increíble lo que me podía hacer sentir sin tan solo tocarme...

-Ábreme la puerta por favor... - me suplica.

Suspire levantándome de mi cama caminando hasta la puerta para quitarla el seguro y volver de nuevo a mi cama.

-Ya puedes pasar – levanto mi voz para que me escuche.

Él abre la puerta cerrándola detrás de él mirándome fijamente.

No sé cómo había podido dejarle entrar a pesar de que me hiciera daño quería seguir viendo sus hermosos ojos.

-Tenemos que hablar – con cuidado se sienta en mi cama cerca de mí, pero dejando una distancia entre nosotros, me sentía un poco incomoda tenerle tan de cerca y en mi cama.

-¿Qué quieres ahora Ryan? - me atrevo a levantar más mi mirada mirándole con mis ojos aguados a punto de romper a llorar de nuevo.

-Se que paso casi un día entero de lo que paso entre nosotros, pero tenemos que hablar no podemos seguir así, sé que no debí de ponerme de esa manera perdí los papeles por completo, lo estuve dando vueltas y me comporte como un inmaduro cuando no es para tanto, es normal que sientas eso ya que soy el primer chico que vistes de primera todos estos años ahora estas creciendo estas en la adolescencia – hace una pausa suspirando. - Y es normal que te enamores de un chico que trate bien y se preocupe por ti no tuve que gritarte de esa manera y menos juzgarte a ti y a tus sentimientos, sé que te sentiste mal cuando insinué, pero tú no eres ninguna cualquiera eso quiero dejártelo en claro – dice tranquilo puedo ver en sus ojos que está arrepentido de la forma en la que me trato ayer.

-Bueno eso paso ayer, no importa ya me dejaste las cosas en claro y no se puede echar para tras nada – le contesto doliéndome aún más mi corazón.

-Se que no se puede echar para tras lo que paso ayer, pero créeme que me gustaría ir hacia atrás de nuevo para cambiar las cosas y que no hubieran acabado de esa manera, sé que me pase demasiado y no tuve que decirte esas cosas, eres muy buena niña que coño eres la niña de mis ojos a la que protegeré hasta el final y como tu hermanastro que soy debo entenderte, ¿para eso somos hermanos desde hace años no? Tenemos que entendernos y apoyarnos mutuamente y no enfadarnos por cosas así si no buscar soluciones – cada palabra que decía era como cuchillos clavándose en mi corazón. - Entonces... ¿me vas a perdonar? - pregunta él dudoso.

Me quedo unos segundos en silencio pensando en que podría hacer si voy a seguir viviendo en mismo techo que él y tener que verle todos los días...

-Está bien, estas perdonado – para que se quede más tranquilo le sonrió, aunque quiera de nuevo llorar como magdalena. - Te perdono porque no podemos estar enfadados uno con él otro y por él cariño que te tengo – le digo sincera, no solo era cariño sentía mucho amor hacía él.

-Solo quiero que entiendas algo hermanita y es que, aunque te duela no siento lo mismo que tu sientes por mí no está bien que sientas esto porque no puedo corresponderte como tú quieres – por favor cállate no sigas dañando mi pobre corazón.

-Si te entiendo Ryan quédate tranquilo – bajo mi mirada al suelo. - Lo sé que jamás te llegarías a fijar en mí de esa manera y más siendo una niña que no tenga de belleza como las chicas de tu edad – digo apenada.

-Pero si tú eres preciosa...

Mi corazón volvía a latir fuerte por su culpa...

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Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 290 👍

Elena

Ryan

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