Retomando el día a día

Una vez volviendo a casa fue difícil no recordar lo acontecido, era una semana difícil y mi marido llegaría de su trabajo y ansiaba que llegará de buen humor, de lo contrario la tensión que llevaba sería peor, una parte de mi se sentía culpable pero por otro lado me sentía viva, esa noche de pasión trajo tantos recuerdos locos de mi juventud que fue una inyección de adrenalina pura.

Estaba preparando la cena y suena un mensaje.

Estas ahí princesa?

Me causó mucha riza, lo encontré infantil, pero tierno. De pronto escucho la voz de mi marido que me dice

De qué te ríes?

De un meme del Facebook, mentí, en ese momento se me ocurrió editar el nombre y ponerle un nombre femenino para evitar problemas.

Lo cierto que sólo quería que llegará la noche para poder comunicarme con él mientras mi marido estuviese en su quinto sueño, lo cierto es que no me salió como esperaba y para mí sorpresa mi marido había llegado muy fogozo y estaba ansioso por coger, pero como siempre lo hizo como un conejo, ya era habitual simular un orgazmo y dejarlo roncar.

Acababa de entrar al baño cuando suena mi celular, era él,

No sabes cuanto he pensado en nosotros, me decía

Haciéndome la distante le contestó

En serio? He estado tan ocupada que no había podido contestar

Que manera de mentir, si no podía olvidar todo lo que me hizo y le hice, estaba ebria pero no aturdida y el alcohol sirvio para darle rienda suelta a una sexualidad reprimida.

Cuando se te ha criado con tantos tapujos es difícil experimentar el sexo y disfrutarlo plenamente.

Lo cierto que necesitaba más y recordar la noche en aquel motel me llenaba de deseo y lujuria, él no estaba pero por las noches mi marido me servía de desahogo, no quería engañarlo, pero era imposible no recordarlo.

Trataba de hacer muchas tareas domésticas en el día para no pensar y así pasar desapercibida en la casa, mientras mi marido veía mil partidos de fútbol me movía en el patio y jardín haciendo de todo.

Terminando la semana planeaba un nuevo encuentro pero me habían surgido asuntos familiares que no pude posponer, Alonso seguía insistiendo en juntarnos pero no podía confirmarle, además era agradable hacerse de rogar, en el fondo no olvidaba lo patán que fue y tarde o temprano me lo cobraría.

El pertenecía a una familia muy religiosa, que a la vez era muy hipócrita porque en todos los años que él estuvo fuera jamás se preocuparon de saber de su nieta, la verdad que mi marido ha sido su padre y estoy clara que no merece esta traición, aunque igual hace unos años atrás me fue infiel y lo pasé muy mal, esta situación se da en un momento de mi vida que tomó lo que la vida me quiere regalar, si es sexo lo tomaré y si eso me hace feliz por un rato lo disfrutaré a concho.

Tuve muchas oportunidades de ser infiel pero siempre me retuve, y ahora cruce la línea con el menos indicado.

Salía muy poco al centro de mi ciudad, me parecía aburrida, encontrarme con alguien conocido me incomodaba, quise acortar camino por la plaza, suena mi celular y era él, diciendo que estaba en mi ciudad y quería verme, no lo pensé demasiado y le di mi ubicación.

Me senté en una banca y lo espere, bastante nerviosa de que alguien me ubicara, lo bueno que con mascarilla es más fácil ser reconocida.

Llegó y los nervios se hicieron presente.

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