El retorno

Estaba en casa cortando el césped cuando recibo un mensaje de Alonso.

Necesito verte!

Estaba complicada era una semana de visitas en mi casa, llegaba mi cuñada del norte y se juntaria con mi marido y el resto de su familia.

Mis planes de volver a ver a Alonso tenían que esperar, aunque sospechaba que le urgía verme porque pronto debía regresar a Usa.

Llegaron los parientes de mi marido y luego de los tradicionales saludos, comenzaban los comentarios incómodos.

Hermanito que le está dando a mi cuñaita que esta tan guapa!

Sexo! dice mi marido.

Si supiera que en parte tiene razón pero que es otro el protagonista.

Estábamos en plena convivencia cuando me llega otro mensaje y mi cuñada tan entrometido pregunta:

Quién te molesta tan tarde cuñadita querida?

Nadie cuñy, le contestó.

Y ella insiste

Como que nadie!

Estaba pasadita de copas, y valla que se pone desagradable. Insistía, No será que tienes un amante?

Me hervía la sangre, pero disimule.

Como te le ocurre, no necesito uno, con tu hermano me basta y me sobra y reí.

Abrase a mi marido y le dije al oído, deja de servirle tragos a tu hermana, que se pone a hablar puras webadas!

Pero mi amor, para que te enojas, me dice el.

Tu hermana siempre ha sido una envidiosa y sería feliz si arma un conflicto entre nosotros.

Me retire a mi dormitorio y me acosté, ellos siguieron bebiendo hasta quedar muertos de borrachos.

A la siguiente mañana como siempre me tocó limpiar el desastre. Estaba harta y por un momento se me vino a la cabeza la propuesta de Alonso. Viajar con él, tendría que idear la forma de hacerlo sin levantar sospechas.

No me quedaba más remedio que buscarme un complice para armar este teatro.

Pensándolo mucho empecé a decirle a mi marido que mi amiga del sur me estaba invitando a quedarme unos días con ella, la idea era después alargar esos días inventando otras excusas.

Se acercaba la fecha y Alonso me envía un sobre a mi casa, gracias a Dios estaba sola, abrí el sobre y traía un pasaje con una nota.

Tu le pones fecha, te estaré esperando, no te olvides de mi. Tuyo, Alonso.

Quedé en silencio por mucho rato,y comense a planear mi viaje. Habían sido tantos años de pensar en los demás, que había llegado el momento de hacer cosas por mí.

Ya tenía la excusa y era tiempo de llevar mi plan a cabo.

Hable con mis hijas, les conté que viajaría a casa de mi amiga Sandra y que estaría un par de semanas con ella.

Mientras esperaba la fecha de mi vuelo seguía manteniendo contacto con Alonso, él me enviaba mensajes llenos de amor que me hacían recordar lo romántico que era, pero parte de mi no quería olvidar lo patán que fue. Talvez era mi forma de mantenerme a la defensiva, porque obviamente no quería sufrir y tampoco dañar a mi familia, si esto se me escapaba de las manos.

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