A solas

Llegue al Sur, mi amiga me recibió muy amable.

Estuvimos hasta el amanecer charlando y obviamente le conté gran parte de lo que habia vivido estos últimos meses.Cristina se tapaba la boca del asombro que le ocasionaban mis palabras.

No podía creer que halla sido capaz de semejante aventura.

Lo bueno que me apoyo totalmente, mi amiga había sufrido de cáncer y su forma de ver la vida era otra.

Me pasó las llaves de una cabaña que tenía a media hora del pueblo.

Antes de ir a la cabaña me fui al pueblo a comprar insumos y además compre varios articulos para pintar y hacer manualidades.

Aprovecharía al máximo este tiempo para hacer todo lo que me gustaba, las tardes en ese balcón con vista hacia las montañas sería inspiración para algún cuadro.

Estar sola en aquel paraje tan hermoso me lleno de ideas, empese a encontrarme nuevamente con los pinceles y los colores, me concentre tanto que llevaba tres días sin parar.

Quería tomar un buen vino con una rica pizza, por lo que decidí bajar al pueblo.

Salí a la carretera luego de caminar por un sendero y espere a que pasara el bus que tenía horarios establecidos y solo pasaban tres veces al día. Llegó el bus, me subí y me senté al lado de un señor mayor, el me saludo, me pregunto si yo era de la capital, le respondí que era de provincia, de la zona central para ser exacta.

El señor era bastante parlanchin y me hizo corto el viaje. Me contó que tenía tres hijos del cual el mayor era soltero y vivía con él , y su esposa.

Llegamos al pueblo y nos despedimos.

Entre a la tienda del pueblo que era bastante surtida y compré varias cosas, más el vino y ingredientes para hacer una rica pizza.

Tenía que esperar a que llegará el próximo bus con destino de vuelta a la cabaña.

El camino hacia la cabaña era hermoso, rodeado de cerros verdes, con árboles de araucarias y cipreces enormes.

Al llegar a la cabaña, entre las compras, abrí el vino y me serví una copa, me senté en la terraza de la cual se podía apreciar el bello atardecer.

Encendí la chimenea y me percate que quedaba poca leña, esperaría a la mañana siguiente para buscar donde comprar leña cerca de aquí.

Me levante temprano y luego de tomar un buen café salí a caminar por el sector, la próxima casa estaba a unos 20 minutos de caminar, a lo lejos divisé a un sujeto rastrillando alfalfa.

Le grite, señor! Señor!

Hasta que me ollo y se acercó a mí, para mí sorpresa era un hombre un poco más mayor que yo, pero bastante apuesto, se notaba por sus manos, un hombre de campo, pero me llamó la atención su buena labia, se presentó como Ariel Suárez y yo también le dije mi nombre.

Después de una grata conversación se ofreció a llevárme la leña a la cabaña, me dio confianza y acepte.

Luego de un rato Ariel llegó en su camioneta con la leña, lo invite a tomar un café y platicamos de todo, me entraba la curiosidad de saber porque estaba soltero a sus años.

De la nada después de un silencio, me mira y me dice :

No soy gay! Por si lo dudas

Jajaja reí y le digo y a que viene esa confesión.

Ariel me mira con una sonrisa cálida pero picarona, y me refuta.

Es por sí comienzas a frecuentar a las vecinas que son bastante chismosas y consideran raro que no tenga una pareja e hijos a mi edad.

Y bueno, le pregunto, yo te parecería una vieja chismosa si te lo preguntará.

Jajaja se ríe Ariel, porque te gustaría salir de la curiosidad.

Si, me pareces un hombre interesante y me causa curiosidad tu vida.

Eres un hombre educado y por lo visto, has viajado mucho y verte acá con tus padres sin pareja no es común.

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