Capítulo 7- Confesión

DANTE

De pequeño, las computadoras siempre llamaron mi completa atención; quizás el pasar mucho tiempo con mi tío Vito y Lucas, fue lo que hizo que ese amor por ellas creciera con el pasar de los días. De ellos, junto con mi hermano, aprendimos todo lo que sabemos de sistemas y de cómo entrar en las redes que solamente son usadas en agencias como la de DEA y el FBI. Nos enseñaron justamente todo para que ocupáramos el lugar de detrás de una pantalla en el negocio de nuestra familia, siendo los cuidadores de cada uno. Aunque Damián es más de estar en el campo, dándose bala con los enemigos que pasar tiempo conmigo en la sala de seguridad.

Las computadoras son mi amor, pero no es mas grande que el amor que siento por Malory. Sé que está mal, y que, si mi tío Remi se llaga a enterar de que he amado a uno de sus tesoritos desde pequeño, me mata. De eso no hay duda. No puedo evitar sentirme así de atraído por ella. En algún momento, no supe cuando, dejé de verla como mi familia para verla como una mujer; mi mujer.

Lo que mas me duele, es saber que este amor es prohibido. Y que muy en lo profundo, por mas que muera por partirle la cara a ese hombre con el que ha decido casarse y formar una familia, simplemente tengo que contenerme. Ella está prohibida para mí, eso lo sé de sobra. Damián me lo ha dicho muchas veces; tenemos la misma sangre corriendo por las venas, es estúpido enamorarte de quien ves como a una hermana.

Ese es mi punto, jamás la he visto como mi hermana. Malory tiene algo especial dentro de sí que siempre me hizo sentir ese amor diferente. Sus tratos, su bondad, la nobleza de su corazón. Lo diferente que es de nosotros, y lo cruel que puede llegar a ser cuando la sangre Lombardi hace ebullición en sus venas. Es algo que no puedo describir, y me mucha impotencia y rabia el hecho de pensar que nunca seré el hombre adecuado para ella. Incluso, ella nunca me verá como el único hombre dueño de su corazón.

Creí que el gusto por ella era pasajero, pero al correr los años, el sentimiento dentro de mi pecho se hizo mucho mas fuerte. Y ahora que la veo siendo una mujer casada y realizada, tengo que aceptar que perdí lo que nunca tuve.

—¿Tu qué haces en esta oscuridad, Dante? ¿Eh? — pregunta, sentándose a mi lado y dejando un leve golpe en mis costillas.

—Estoy pensando.

—Ah, piensas — ríe sin gracia y suspira —. Pues ya somos dos — ladeo la cabeza para verla.

—¿Y que piensas? — enarco una ceja y me sonríe levemente.

—Que he pasado cinco de años de mi vida viviendo en una puta mentira — niega —. No sé ni con quien mierda me casé. Yo creí conocer todo de Rowan, y ahora… ahora es como si fuera un desconocido ante mis ojos. Incluso su cinismo me hierve la sangre. Además de que me siento como un puente.

—Y por qué no le preguntas directamente tú, al fin de cuentas estas en tu derecho de saber la verdad, ¿no? Igual no creo que nuestros padres vayan a soportar por mucho tiempo. Sabes perfectamente, que según lleguemos a Inglaterra lo van a llevar a la sala de invitados.

—Lo sé, pero a la vez no quiero enterarme de la verdad; tengo miedo. Mi ahora y mi después está en juego. No sé que seria capaz de hacer si m entero de que él siempre me usó para llegar a nosotros — resopla —. La cabeza la tengo a mil, no quiero pensar en nada, por ahora.

—No sé que decirte, Malory — confieso —. No es tu culpa, pues nunca sabemos lo suficiente de la otra persona.

—Esto me duele…

Nos quedamos en silencio y recostó la cabeza en mi hombro. Su cercanía me tiene a punto de reventarme el corazón.

—¿Lo amas? — la pregunta salió de mi boca sin poder retenerla —. Quiero decir, ¿Qué tanto lo amas? ¿Sientes que es amor verdadero? Porque para mí, está muy claro que él no te ama, o sino nunca te hubiera ocultado a su familia.

—Yo lo amo — asegura, bajándome de esa nube donde yo solito me subí —, o eso creo. Siempre me dijo que tenía mala relación con su padre. De hecho, él único es su hermano, el Agente. Es que todo apunta a que se acercó a mí para llegar a ustedes. ¿Y si fueron ellos los que mataron a André? Si es así, su muerte es mi culpa, y yo...

—Hey — giro hacia ella y tomo su rostro entre mis manos. De esos hermosos ojos verdes escapan lagrimas muy gruesas y llenas de dolor, la partida de André les afectó enormemente a sus dos hermanas mayores —. No es tu culpa. Prometo encontrar a quienes nos traicionaron muy pronto. Y si ellos son culpables…

—Yo misma le cortaré la cabeza — sonrío.

—Esa es la Malory que me gusta ver. Creí que habías olvidado de dónde vienes, después de pasar tanto tiempo lejos de nosotros.

—Jamás. Solo oculté mi verdadera naturaleza — aunque siga llorando por André, sus palabras no dejan ese frio característico de nuestra famililla —. Recuerda lo que nos decían nuestros abuelos cuando éramos niños; la traición a uno de nosotros se paga con sangre.

—Exactamente — nos quedamos viéndonos a los ojos y no sé de donde mierda salió la fuerza, pero sus labios tan cerca y tan lejos de los míos, me hicieron rendir —. Malory yo te amo.

—Eso ya lo sé, idiota — ríe, frunciendo la nariz sin dejar de verme —. Siempre me lo has dicho, ¿lo olvidas?.

—Sí. Pero te amo de verdad — vuelve a reír y afirmo mi agarre en su rostro. Sus lagrimas han humedecido mis manos y su piel se siente tan suave y tibia, que no quiero dejar de tocarla —. Siempre he estado enamorado de ti; te amo como mi padre ama a mi madre; como si en este maldito mundo no hubiese absolutamente nadie mas que ella.

Su sonrisa se paralizó por completo, pero tampoco se soltó de mi agarre.

—Me estas jodiendo, ¿verdad, Dante? Mira que, si esto es una de tus bromitas, te corto los huevos, ¿entiendes? — ríe nerviosa.

—No estoy jugando, Malory.

Tragó saliva y al momento que trató de decirme algo, mi boca silenció sus palabras. Soñé con sus labios cientos de noches, pero ninguno de ellos se compara con la suavidad, la humedad y lo bien que saben. Fue un impulso que no supe controlar, pero que sin duda alguna me llevará al infierno. Moví ligeramente los labios, al tiempo que Malory se echó hacia atrás, dejándome con ganas de seguir descubriendo cual es su sabor.

—No sé qué mierda está pasando por tu cabeza, Dante, o es que de plano necesitas de una mujer para que se bajen las malditas hormonas — se levantó de la silla y apretó sus labios con fuerza —. No vuelvas a hacer esto; tu y yo somos familia.

—Perdóname, ¿sí? Fue un impulso… no quise hacerte sentir…

—Mejor cállate — tragué saliva, que estúpido fui —. Esto nunca paso y nunca más va a volver a pasar entre tu y yo. ¡Somos como hermanos!.

—¡Pero no lo somos! — tiré de su brazo suavemente y se volvió a sentar —. No está tan mal que tu y yo tengamos algo.

—¿Te estas escuchando, maldita sea? Crecimos juntos, somos familia, llevamos la sangre, como para que ahora me salgas con esto, Dante.

—Pues discúlpame por haberme enamorado de quien no debía, pero en este — señalé mi pecho —, no manda nadie, nena. Y para ser sincero creía que me iba a reventar si no te decía lo que siento por ti. Te he amado desde que éramos unos estúpidos niños, y lo peor de todo, es que aun sabiendo que estás casada y que tienes una familia; mi corazón sigue latiendo fuertemente por ti. Créeme, no es pasajero, porque bastaron cinco años para olvidarte y hacerme una idea de que solo era una mala pasada de mi mente, pero entre más pasaban los días sin saber de ti, jamás pude olvidar ni cambiar eso que siente mi puto corazón cada que estas cerca de él.

***Hola\, hola mis amores. Espero que estén amando este extra de los Lombardi\, en el cual nada es lo que parece. Aquí les dejo un capítulo de Dante. ¿Qué piensan de él? ¿Será que si merece ser un amor correspondido o no? Muy turbio\, ¿no?. Estaré contándoles un poquito de la vida de ellos\, así estén involucrados o no en el negocio.

Me tiene emocionada escribir los Lombardi\, ellos son una aventura la cual nunca me cansaré de hacer. ¡Saluditos\, guapuras! ¡Buenas vibras!.***

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