Capítulo 13- Trampa

MALORY

Después de largos días sin ver a mi esposo y de convencer a Gia de que me trajera con él, hoy por fin puedo verlo, sentirlo y tenerlo a mi lado. No me gusta separarme de él por tanto tiempo, y de por sí que nunca hemos estado lejos uno del otro desde el inicio de nuestra relación. Al principio pensé que estaría furioso conmigo, pero según me vio cruzar la puerta de nuestra casa, sus brazos y su pecho se unieron a mí genuinamente, diciéndonos lo mucho que nos extrañamos en un fuerte abrazo.

Rowan acaricia mi espalda y sonrío, acurrucándome más contra su cuerpo. Sus brazos, su cercanía y los latidos de su corazón me dan la calma que tanto necesitaba estos días tan difíciles. Últimamente me he sentido terriblemente mal, sin contar que cada día se me dificulta el poder caminar por el avanzado embarazo. A nuestro hijo le fata muy poco por nacer.

—Me estaba volviendo un poco loco sin saber nada de ti y de nuestro hijo, mi amor — me engulle entre sus brazos, depositando un suave beso en mi frente —. Por la cabeza me han pasado muchas cosas horribles, por no decir sangrientas, no lo puedo negar. Tu familia está en un peligro constante, cosa que me hizo muy difícil conciliar el sueño cada noche sin tenerte junto a mí. Malory, tú eres el amor de mi vida, la mujer con la que he sido y, seré muy feliz para siempre. La mujer que me ha brindado lo más hermoso que un hombre se llegue a imaginar; eres mi centro, mi vida. Estaba sumamente preocupado, pero al tiempo me sentía con impotencia al no tener como hallarlos.

—Ya estamos contigo, mi vida. Nunca más nos iremos de tu lado, te lo prometo. Pero es que mi padre es muy sobreprotector, y mientras estemos en peligro, no dejaremos de estar de un lado y para el otro — suspira —. Sé que he sido muy insistente con lo de estar con ellos por un buen tiempo, pero es por nuestra seguridad y la de nuestro hijo. No sabemos en qué momento toda esta guerra se vaya a desatar, y no quiero exponernos por más tiempo. Esa maldita escoria puede estar vigilándonos sin siquiera darnos cuenta.

—¿De quién hablas, mi cielo?.

—De Nikola — rechino los dientes por la gran rabia que tengo dentro de mí. Esa maldita puta me vio la cara de estúpida durante muchos años —. Fue ella la que mató a mi hermano.

Rowan deja de abrazarme y rápidamente toma mi rostro entre sus manos. No sé por qué se me escapa una sonrisa maliciosa.

—¿Estas muy segura de lo que estás diciendo, mi amor?.

Así quedé de sorprendida yo cuando me enteré que era la persona que más cerca de nosotros estaba.

—Mi papá y mis tíos investigan muy bien a todo aquel que se nos acerque, incluyendo hasta las pulgas del perro — ríe —. Por ahora que disfrute del aire, porque cuando le empiece a faltar, estaré en primera fila viendo como su pecho se contrae, en búsqueda del poder respirar.

—No me gusta que hables de esa manera. Tu eres mi dulce Malory, no una mujer llena de odio — ladeo la cabeza, ensanchando esa sonrisa tan característica de un Lombardi, según nos han dicho las personas —. Tu no eres como ellos, tu eres buena.

—Y soy una buena persona, mi amor. La dulzura no existe, es solo una máscara para no mostrar la maldad de la que estamos hechos — me observa con gran sorpresa —. Sucede que la familia es lo más valioso en el mundo, y ella nos quitó un pedacito de universo que no hacia daño a nada ni nadie; André era el chico más tierno que podía existir sobre la faz de la tierra. Nosotros somos un solo mundo girando a una misma velocidad, cuidándonos unos con los otros. Llámalo como quieras, pero para nosotros es mucho más fuerte el lazo de sangre que cualquier otra cosa, incluso es mucho más importante que todo el oro del mundo. La traición se paga con sangre, con mucha sangre, mi amor.

—Malory…

—Ya sé, mi amor; esta no es la mujer con la cual te casaste. Rowan, el mundo de las drogas es cruel, ventajoso y muy codicioso. Al primer cristal brillar, la mente empieza a desear más y más de tan brilloso y único diamante… sin importar a quien se lleve por delante. El error es pretender querer más de lo que no se puede tener, o de lo que tus capacidades no son capaces de sostener. Nikola quiere cobrar la muerte de su papito, quedarse con nuestro territorio y nuestro poder. Ella está llena de codicia, porque sabe cuan grande es la fortuna de un Lombardi; y no es dinero, mi amor. Quizás sea una novata muy estúpida, o tal vez la estoy subestimando y es mucho más inteligente de lo que demuestra, pero tarde que temprano pondrá el pie en el lugar equivocado. Y créeme que, sin la protección de tu padre, ella está en desventaja ahora.

—Lo planean todo muy minuciosamente, ¿verdad? — desvía la mirada por unos segundos —. ¿Mi padre está muerto?.

—Los planes no sirven de nada, pero siempre se debe guardar la carta que lleva a la ganancia, así sea llena de trampas — frunce el ceño —. Tu padre está vivo, mi amor. Te lo aseguro que aun no le han tocado ni un solo pelo.

—¿Por qué no lo han hecho?.

—No lo sé, mi padre y mis tíos nunca dicen de sus planes. Ellos atacan en el momento que menos te lo esperas.

—Esto me da mucho miedo, Malory — sonríe nervioso —. No es el mundo para traer a un hijo.

—No, pero se sobrevive.

—Como tú…

Sonrío.

—Mis sueños no eran estar detrás de un arma ni mucho menos volando un avión con droga. Desde pequeña siempre quise algo distinto para mí, pero eso no quiere decir que les vaya a dar la espalda a mi familia cuando más me necesitan. Si me toca empuñar de nuevo un arma para defender a los míos, así lo haré.

—Que conmovedora charla — le tiro un guiño a Rowan, separándonos suavemente de nuestro abrazo para ver a la maldita perra que acabó con mi familia —. Y yo pensando que el más débil era André, que ha pasado a mejor vida.

Levantó su arma a la altura de mi cabeza, y reí descabelladamente, mientras la ira me empezaba a fluir como adrenalina pura por todo el cuerpo. Es rápida y silenciosa, eso se lo aplaudo, pero lo estúpida no se lo quita nadie.

—Y aun así tienes los ovarios bien puestos para ensuciar el nombre de mi hermano con tu asquerosa boca.

—Así lo era, yo no tengo la culpa que haya sido tan manipulable — lo conoció, afirmé al ver su sonrisa maliciosa —. A pesar de ser inteligente, en cuanto al buen sexo se le olvidaba hasta en que planeta había nacido.

Miente.

—Cállate, antes que te reviente la boca de un balazo — ríe sin control.

—Quiero ver eso.

—No la provoques, mi amor. Nosotros no estamos armados — susurra Rowan, tomando mi mano fuertemente —. Nosotros no tenemos nada que ver en ese mundo, Nikola, y de sobra lo sabes. Por favor, vete.

—Cuñadito, cuñadito, tu como siempre de estúpido — quitó el seguro del arma, desviando la mira a él. El corazón empezó a palpitarme muy fuerte en el pecho, ¿Dónde carajos está Gia, y por qué ha tardado tanto en aparecer?  —. No tengo nada en tu contra, Rowan, pero dado el caso que ella es tu esposa, no le veo mucho sentido el dejarte tan solo en el mundo sin ellos. Después de todo, la unión y el amor es hasta la muerte, ¿no? — sonríe malicioso —. Uno a uno me los iré llevando al infierno, y ya son menos dos.

Cargó el arma, aun sonriendo triunfante, pero de un rápido, feroz y silencioso disparo, su arma cayó al suelo cuando el tiro dio justamente en su mano derecha. Maya nunca falla y nunca abandona a los suyos. Si no hubiera sido por su insistencia en venir con nosotras, muy probablemente Nikola nos habría matado.

—Es que en el infierno ya estamos, Nikola — sonrío, mientras Rowan toma el arma que ha tirado ella a causa del disparo —. Y yo que te creí inteligente, pero has cantado victoria antes de tiempo y la gran urgencia de atraparnos te ha dejado atrapada en tu propia trampa — los hombres de Maya entraron y se la llevaron rápidamente, ya que de su mano fluía la sangre por cantidad.

Gia tenia toda la razón cuando dijo que, entre ella y yo, a quien atacaría de primero sería a mí y no a ella, porque sabe perfectamente que me encuentro en desventaja por mi embarazo y porque me cree inferior a mi hermana.

DAMIÁN

—¿Por cuánto tiempo más piensas seguir ocultándote? — pregunto, como por milésima vez —. No soy muy bueno para guardarme tal información. Además, te has dado cuenta que ya no es necesario que sigas en las sombras.

Ríe, haciéndome estremecer. No es que me de miedo una simple risa, pero el hecho de que sea suya, me genera un cosquilleo y un frio inexplicable por la espina dorsal.

—No creo que pase mucho tiempo — asegura, observando como sacan a Nikola de la casa de Malory.

—Es una mala idea, desde un principio supe que lo sería — me despeino el cabello, otra vez —. No sé en qué estaba pensando cuando decidí ayudarte.

—Has hecho lo correcto, Damián — resoplo —. Mírala; tan patética y derrotada. ¿Acaso se creía que iba acabar conmigo tan fácilmente? Llevo meses esperando que llegue este día, y por fin puedo salir de esta oscuridad.

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