Capítulo 4- Más cerca de lo que se cree

—Remi Lombardi, ¿Qué es esa manera de hablarle a la niña? — intervine mi madre, girándose hacia él —. ¿Tan pronto se te olvidó lo que hablamos tu y yo, o qué?.

—Mamá, no hace falta que intercedas…

—Malory — levantó la mano e hice silencio —, tu padre y yo estamos muy felices de tenerte de vuelta en casa, mi amor. Solo no le prestes atención a esta bestia que no se sabe comportar. Por ahora no quiero pensar en nada mas que no sea en tenerlos a los tres conmigo, ¿estamos? Tu — se refirió a mi padre con esa fría autoridad que siempre lo doblega —, te aguantas. Date cuenta que nuestras niñas ya no son tan bebés, y que están en todo su derecho de casarse, tener hijos y formar una familia como nosotros lo hicimos en su momento.

Nos quedamos en un denso silencio. Mi mamá siempre había sido una mujer muy alegre y viva, ahora en su voz solo hay una profunda tristeza que traspasa mi pecho como veneno directo al corazón.

—Perdóname, mi amor — mi padre bajó la cabeza con las venas de su cuello brotándose. Es tan normal verlo así cada que algo le molesta —. Por supuesto que estoy feliz de tener a mi niña en casa. Ven con papá, mi amor.

Sonreí, caminando hacia él y abrazándolo fuertemente. El aroma de mi padre siempre me ha hecho dar tranquilidad, sus brazos son como una fuerte base para aferrarme de ellos, los cuales nunca me dejarán caer. Besó mi cabeza y me susurró al oído:

—Te acepto a ti porque eres mi princesa, mi amor. Pero ni creas que dejaré que ese putito de traje elegante y porte de…

—¡Papá! — grito, enterrando mi rostro en su pecho y sonriendo —. Rowan es mi esposo. Respétalo, ¿sí?.

—El respeto no hace parte de mi lenguaje, mi amor. Por ti y porque tu madre me mataría es que lo dejaré quedarse en la misma casa, pero no piensen que van a dormir juntos. No importa que ya te haya hecho un hijo; mi casa, mis reglas.

—Remi, deja de ser tan posesivo con la niña. ¿O es que debo de recodarte lo bestia que fuiste conmigo? Mi hija sí ha conseguido un buen hombre, por lo menos.

—No hace falta — murmuro y mi padre ríe en mi oído, es una risa traviesa, maliciosa, endemoniada —. No digas nada, papá.

—¿Qué estas queriendo decir, mujer? Si bien que lo disfrutaste siempre y antes exigías más.

—¡Ya por favor! — grito, separándome del abrazo de mi padre —. Nadie aquí quiere saber de su vida amorosa.

—Es esa pequeña demonia que me pica, es su culpa, no mía — el amor que se tienen el uno por el otro es tan fuerte, que sueño en tener una vida así de hermosa con Rowan. Literal, por supuesto —. Preséntanos al que tuvo los suficientes huevos para casarse con una Lombardi, y que agradezca por mi nieto que no se las reviento.

—Papá.

—Y en todas estas, ¿Dónde carajos está Gia?.

—En México — responde Dante, entrando a la casa junto a mi tía Dina.

—Le dije a ese hijo de puta que no le dijera nada del video de…

Mi madre carraspea y mi padre se calla inmediatamente, frunciendo el ceño y dejando escapar un gruido rabioso.

—Rowan, es un gusto conocerte, por fin — mi madre se acerca a él y mi esposo le toma la mano suavemente.

—El gusto es mío, Sres. Lombardi.

Mi mamá enlazó su brazo en el de Rowan y lo entró a la casa casi obligado. Mi padre se me quedó viendo con una sonrisa ladina.

—No soy el menos indicado para hacerte algún tipo de reclamo, mi amor, pues al igual que tú, jamás le hice caso a mi madre. No quiero dañarte tu vida perfecta, ni mucho menos ponerte en contra de ese hombre que has escogido como marido, pero a lo que intente algo, le corto la cabeza.

—De qué hablas, papá — se encoje de hombros despreocupadamente —. Esta es la razón del por qué me fui de esta casa. Eres demasiado extremista con todo aquel que se nos acerca.

Me sonríe sin dejar de verme y me atrae con su brazo a su pecho, volviéndome a abrazar con mucha más fuerza. Su corazón palpita agitadamente dentro de su pecho.

—Bajé la guardia una vez, y prefiero la muerte antes de llegar a perderte a ti o a Gia. Ustedes tres y tu madre son lo más importante y lo que más amo en la vida. Tu marido no me genera confianza, y menos al borrar registros de toda su familia.

Un nudo doloroso se me forma en la garganta tras ese cambio tan brusco en su voz.

—¿Por qué no me dicen las cosas como son? ¿Por qué ni tu ni Gia me quieren contar lo que sucedió?.

—Mi amor, este no es tu mundo.

—Pero sí mi guerra, papá — me soltó suavemente sin dejar de mirarme a los ojos —. La muerte de André no quedará, así como así. Yo también quiero venganza.

Sonríe.

—Esa es mi niña, pero ahora tienes en quien pensar.

—Sabes perfectamente que podría destruir sin necesidad de hacer acto de presencia — el corazón me bombea fuerte —. A eso vine, papá, a tomar el lugar que es mío. Por eso quiero que sean sinceros conmigo en absolutamente todo, incluyendo lo que acabas de decir de Rowan. ¿Cómo es eso que no hay archivos de su familia? Y sé que tu no me mentirías en nada, ¿o sí?.

¿Con quien mierda me casé? Me pregunto ante la mirada seria de mi padre.

—Vayamos a dar un pequeño paseo, porque esta conversación va para largo. Eso sí, asegúrate bien que no vayas a parir frente a mí, porque no estoy seguro de poder ayudarte, mi amor — reímos y se sacude, como estremeciéndose —, Hasta me pongo a sudar con el hecho de ser abuelo.

—Quien te viera, no creería lo sensible que eres por dentro — me aferro de su brazo y nos encaminamos hacia la cabaña de equipo liviano —. Ahora sí soy toda oídos, papá.

KENNETH

—Señor, la ubicación de su hermano y de la esposa han desaparecido por completo de nuestro radar — me informa uno de mis hombres.

Mierda.

—Recupera la señal cuanto antes — ordeno —. ¿Ya tienen la información de Gia Lombardi?.

—Sí, señor.

—Nos encontramos en eso, señor.

—Te dije que no era conveniente ni seguro dejar este asunto pasar como si nada, Kenneth. Debiste de llevar Malory a prisión en cuanto la vimos por primera vez — reprocha Nikola —. Ahora Rowan está en peligro y nosotros ya no podemos hacer absolutamente nada para protegerlo.

—No podía, Malory nunca ha mostrado una alianza con alguna de las mafias — observo a cada una de las fotografías de la pizarra y señalo a los tres peces gordos —. Estos son nuestros objetivos, no sus hijos. Son ellos los que siguen a cargo del negocio.

—Estoy pensando que estas tratando de cubrir a quien no debes, solo porque es la esposa de tu hermano. Además de que cómo es posible que no nos diéramos cuenta que Malory tenía una hermana gemela.

—Hay muchas incógnitas que giran alrededor de esa familia, Nikola. Ellos son extremadamente peligrosos e inteligentes. Se saben proteger y esconder— respondo —. Sabes perfectamente que lo de Malory y su familia es solo una suposición por su apellido. No es que tengamos algo conciso que nos diga que es ella la hija de Remi Lombardi.

—¿Y todavía lo dudas, Kenneth? — resopla —. Su apellido, su parecido físico, el lugar de procedencia y casualmente cuando llegan a Italia la señal se pierde. ¿Te parecen pocas similitudes o sigues pensando que es mera casualidad? ¿Eh? Sino mandas tu el operativo, lo mandaré yo. Han sido suficientes años tras la pista de un fantasma, y ahora que tenemos la oportunidad no la pienso desaprovechar. Ya me cansé de fingir ser tu noviecita, por más trabajo que sea.

—No te atrevas, Nikola. Hay mucho en juego por ahora.

—Pruébame — desafía.

—¿Qué es lo que está pasando aquí? — entra mi padre a mi oficina.

—Sr. Beck, le pido que me deje a cargo de esta misión, ya que a su hijo le está costando mucho trabajo terminarla. Al parecer se le olvidó que en este trabajo no debe haber ningún tipo de sentimiento involucrado — maldita perra.

—¿Es eso cierto, hijo?.

—Por supuesto que no, papá.

—¿Entonces que es lo que pasa?.

Me quedé en silencio, esperando el ataque directo de Nikola, solo ella y yo sabemos que mi hermano se ha casado con la supuesta hija de Remi Lombardi: uno de los más buscados jefes de la mafia italiana. Si mi padre se llega a enterar, no sé de lo que sería capaz de hacer contra mi hermano. Su relación cada vez está más destruida y muy lejana. Y por mi hermano soy capaz de todo, hasta de protegerlo de nuestro propio padre.

—Kenneth se ha involucrado sexualmente con una Lombardi — mintió ella, confundiéndome aún más ¿A que está jugando esta mujer?  —. Le pasaré mi carta exigiéndole que lo revoque de su puesto y me ponga a mí al frente. Él no está en condiciones de llevar más este caso. Y lo demostraré con hechos en la próxima reunión.

Mi padre frunció su ceño duramente e hizo una seña para que Nikola y todos mis hombres salieran de la oficina inmediatamente. Así que este era el plan de la que creí mi fiel compañera por muchos años, justamente cuando tengo una nueva cara en esta familia a quien investigar. Bien dicen que no confíes ni en tu propia sombra, porque esta misma siempre estará del lado que no vas.

—Explícame todo con detalle, Kenneth. Lo que menos quiero es encarcelar a mi propio hijo por proteger a un criminal. Te creía inteligente y poco manipulable, supongo que siempre habrá una primera vez para equivocarnos, y te daré el beneficio de la duda solo porque eres mi hijo y el mejor agente de la institución.

—Sabes que nunca me involucraría ni sentimental ni sexualmente con una criminal, me conoces lo suficiente como para que creas en las palabras de Nikola. No sé por qué está actuando así de un momento para otro — confieso —. Ahora bien, si piensas que ella es quien debe asumir el mando, por mí no hay problema. Le he metido muchos años de investigación como para empezar de nuevo solo por tonto capricho, y menos cuando estamos a un paso de encontrar el escondite de los Lombardi.

—¿entonces no tengo nada de que preocuparme? — inquiere, observándome con cautela.

—No tienes porque preocuparte, papá. Mis trabajos son excelentes, muy bien lo has dicho.

—Bien. Confío en ti — se da vuelta y vuelve a decir —: Tu madre volvió a preguntar por Rowan. Dile que vaya a verla, por lo menos que lo haga por ella, no por mí.

—Se lo diré — salió de la oficina y me fui a mi apartamento a descansar un poco.

Al llegar a mi apartamento, una figura delgada y poco imponente sentada en el sillón de mi habitación me alertó.

—¿Cómo es que has entrado y que quieres? — le apunté en la cabeza con el arma de reglamento y una risita femenina escuché en la oscuridad —. No intentes hacer nada estúpido.

—Vaya, vaya. Pensé que solo eras un simple empresario con mucha técnica militar para sostener un arma, pero tu información es muy interesante y amplia, Agente Beck — esa voz es de… —. De niña mi abuela siempre me decía que no confiara en nadie, y hasta el día de hoy, he seguido al pie de la letra cada uno de sus consejos. Ya ves lo sabias que son, y más cuando los traidores están más cerca de lo que se cree, ¿o me equivoco, cuñadito?.

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