Capítulo 5- El enemigo siempre se disfraza de amigo

GIA

Damián no estuvo de acuerdo en dejarme sola en Los Ángeles para hacerle una pequeña visita al cuñado de mi hermana después de que encontráramos información valiosa del mayor de los hermanos Beck, pero decidió ir con Dereck para no dejarlo solo en México ya que él lo necesita mucho más que yo. A decir verdad, yo me sé cuidar bastante bien estando solita. Lo único que me tranquiliza saber es que Malory está segura en casa y bajo la protección de mis padres.

No sé si ella esté enterada de que su cuñado es un Agente Especial de la DEA, pero ya pronto sabré que es lo que está tratando de hacer Kenneth o si es que Rowan está involucrado en todo esto; si es así, es una pena por mi sobrino. Pienso. Soy demasiado desconfiada y no me gusta dar el paso sin saber por dónde estoy caminando, porque detrás de mí viene el resto de los míos. Además, cuando una espina se plasma en el pecho, no hay quien me la arranqué de ahí, y Kenneth no me dio buena espina en cuanto lo vi.

Me levanto del sillón y camino hacia Kenneth, quien no ha movido un solo musculo desde que atravesó la puerta de su apartamento.

—Que te parece si tenemos una conversación inteligente, Agente — él guarda su arma, iluminándonos en la oscuridad.

—Esto solo me confirma mis sospechas — dice —. Sabes que de aquí no te iras, sino es para la cárcel, Gia Lombardi.

—Atacas muy lento — sonrío —. Se te está olvidando que tengo a tu hermano en mis manos.

Endurece el ceño, apretando sus puños fuertemente.

—Él no tiene nada que ver con esto, así que no lo involucres.

—¿Y quien me da plena seguridad de eso? — inquiero, sin dejar de verlo —. ¿Entonces por qué mi hermana? Ella tampoco tiene nada que ver en esto. ¿Me crees pendeja o qué?.

—En lo absoluto — asoma una sonrisa ladeada —. Te subestimé, debo confesar. Eres rápida atando cabos, casi igual de inteligente a tu padre.

—En algo si concuerdo contigo, y es que la inteligencia se hereda, al igual que la ineptitud. Tu padre dejó escapar a mi familia muy estúpidamente, y ahora tu tratas de seguir sus pasos y complacerlo antes de que el viejo muera. Es un sueño demasiado estúpido, ¿no crees?

—Cállate — no despega sus ojos de los míos —. Tengo el poder suficiente de quebrarlos entre mis manos si se me da la puta gana — rechina los dientes.

—Oh, que miedo. Pero ahora, estas en las mías, cuñadito — reí secamente —. Tienes cinco segundos para hablar y decirme la verdad. No te diré que te dejaré con vida, porque seria una vil mentirosa. ¿Tuviste algo que ver con la muerte de mi hermano o no? Mira que estoy tratando de no dispararte.

—Yo no tuve nada que ver con la muerte de André — asegura —. ¿Cómo? Si es que hasta ahora no he tenido una pista clara del paradero de tu familia. Además de que un puto narcotraficante me sirve mas vivo que muerto — quité el seguro del arma y aseguré el agarre, lista para dispararle en esa boca tan asquerosa —. Y estoy diciendo la verdad. Deberíamos hablar con más calma y llegar a un acuerdo, ¿te parece?.

—Bien, supongo que no tengo de otra que creerte, por ahora...

—Agáchate — su rápida reacción no me da tiempo a nada.

Su gran cuerpo me cubrió totalmente, dejándome inmovilizada y desarmada debajo de él, mientras la ráfaga de balas quebró las ventanas del apartamento, cayendo los pedazos de la misma a escasos centímetros de nosotros.

—Tienes muchos enemigos, ¿eh? — susurro, tratando de alcanzar mi arma, pero su cuerpo me tiene presa en el suelo y no la alcanzo a sentir —. Bueno, que más esperabas al dedicarte al ser un puto Agente de la DEA.

Su rapidez de actuar en situaciones bajo amenaza me sorprende, no lo voy negar. ¿Cómo es que se dio cuenta que nos iban a disparar?.

—Yo no tengo enemigos, soy un importante empresario que todo el mundo ama — sostiene mis brazos, presionándolos contra el suelo —. Y que tal sea a ti a quien siguieron hasta mi apartamento. Después de todo eres una criminal, y de las más buscadas — sonríe malicioso.

—Será mejor que te quites de encima mío — respiro agitadamente, por la misma presión que su cuerpo ejerce encima del mío.

—Ya no te ves tan inteligente de esta manera tan patética — cierro los ojos y trato de tomar algo de aire —. Supongo que me podrías ser muy útil.

Enrollo mis piernas a su espalda y lo empujo contra mí, su rostro queda a pocos centímetros de los míos. Nuestros alientos se mezclan entre sí y nuestras narices se rozan levemente, al igual que nuestros labios. Sus ojos bajan a mis labios por breves segundos y aprovecho que su cuerpo me cedió un poco de control a mi favor.

—Es una pena no pensar lo mismo, porque a mí no me sirves para ni un puto culo — tomé una gran bocanada de aire y empujé mi estómago hacia arriba junto con mis brazos y hombros, dándole vuelta y quedando encima de él, Saque rápidamente de mi bota una pequeña cuchilla y la coloqué en su cuello.

No nos habíamos dado cuenta que los disparos ya habían cesado. Solo somos él y yo; él apuntándome con su arma en mi cabeza y yo ejerciendo presión en su cuello con la cuchilla.

—Aquí nos morimos los dos, cuñadito— quita el seguro del arma y presiono su cuello suavemente.

—Entonces es un placer compartir el infierno contigo — sonríe torcido.

DERECK

—Que placer es tener a tres de los Lombardi en mi humilde hogar — dice Cadena animadamente, como siempre —. ¿A qué debo el honor de tan grata sorpresa, señores?.

—La mercancía del puerto, ¿te parece poco, Miguel? — inquiero.

—A cabrón. Se supone que debería ser yo quien reclame por la mercancía que no llegó a mi puerto, y no ustedes — bebe su trago y ríe —. Pero los admiro, tienen los huevos bien puestos para venir a darme la cara.

—Se te olvida que nosotros no traicionamos — Asegura Damián —. A diferencia de ti, que eres un puto traidor de mierda.

—Damián, no te alteres, hijo — lo calma mi tío Maxi —. A los amigos no se les ve como enemigos, ¿o sí, Miguelito?.

—Por supuesto que no, Sr. Lombardi — carraspea, dejando el vaso de cristal encima de la mesa de centro —. Por eso es que me dije: para qué carajos les reclamo sobre mi merca, si yo sé que son familia de palabra. ¿a poco se les está olvidando los años que llevamos trabajando juntos?.

—Ahora nos estamos entendiendo — alude mi tío —. El chico es inteligente y siempre ha sabido hacer perfectamente su trabajo. Pero siempre hay un error que cometen los novatos en este tipo de negocio.

Miguel frunce el ceño.

—Yo ya me perdí; de qué carajo está hablando — ríe, junto a sus hombres —. Los italianos y su extraño lenguaje, el cual entiendo una mierda.

—Tampoco es necesario entenderlo — sacamos las armas de detrás del pantalón y apuntamos directamente a su cabeza —. En este mundo o sé es amigo o sé es enemigo, pero no puedes tirar para ambos lados. Digamos que ya nos eres delegado de este territorio.

El muy imbécil sabía a qué atenerse cuando cometió su falta con nosotros; y no existe otra manera que no sea la muerte, de saldar cuentas con los traidores. Mi familia es el imperio más poderoso, casi dueño del mundo entero. Desde que Valdés dejó el negocio para mi tío, hemos sido nosotros los encargados de manejar todo México, hasta lo más mínimo que pase por este país debe sernos consultado primeramente a nosotros. Las mafias los saben, los encargados de cada grupo conocen el trato y el negocio, no sé por qué mierda son tan imbéciles de fallarnos siempre.

Ahora estamos a un paso menos de llegar a quien mató a André, y no dejaremos que ningún puto traidor viva para contarlo.

—Quédate a cargo con Damián de este lugar en lo que conseguimos un reemplazo — Damián y yo asentimos —. Llévenlo a la habitación especial, pronto recibirá una grata visita.

—¡Esto no se va a quedar así, hijos de su puta de madre! ¡No mas dejen que los tenga de rodillas frente a mí!.

—¡Sáquenlo antes que lo haga picadillo antes de tiempo!.

—Sí, señor — dijo uno de los hombres rápidamente y entre varios se lo llevaron.

—¿No les parece que todo esto apunta a los Valdés? — mencionó Damián —. Ellos no estaban de acuerdo con la decisión que tomó el abuelo Valdés antes de morir.

—Lo sabremos pronto, hijo. El enemigo siempre se disfraza de amigo para jodernos en el centro del núcleo. Ellos sabían que, al matar a uno de nosotros, la familia empezaría a quebrarse poco a poco, pero lo que no saben los putos cabrones es que maquinamos como uno solo. Su objetivo no era solo matar a uno de nosotros, sino quebrarnos a todos; por eso todo fue a un mismo tiempo y espacio.

—Es alguien con más poder — digo —. Es alguien que quiere tomar nuestro lugar, terminar con nuestro imperio.

—Dereck, ocúpate que todos estén en Italia. Es hora de regresar a Inglaterra y, manejar todo desde allá. No podemos seguir exponiéndonos, porque están acorralándonos uno a uno para después matarnos. Saben que atacamos y resolvemos todo a una misma secuencia. Entonces, vamos a dejar ese puto instinto de matar y nos vamos a proteger del enemigo. Después de todo, no hay nada más importante que la familia.

—Me preocupa Gia — Damián tiene razón, esa mujercita es demasiado impulsiva cuando pierde la cordura.

—Ella entenderá, es mucho más inteligente que su padre — sonrió —. No debiste dejarla sola, hijo.

—Ni que no la conocieran como es. La dejé muy bien protegida, porque sé que es capaz de cometer una locura por la rabia que siente. Se está volviendo paranoica. Lo de André le afectó mas de lo que llegué a pensar — confiesa.

—A todos nos afectó, Dami, y más a ella, que eran como uno solo a todo momento.

—Descubrimos que el padre del esposo de Malory es el Agente de la DEA que los atrapó, cuando mi abuela murió. Está demasiado enojada con el hecho de saber que nos estamos poniendo en bandeja de plata nosotros mismos, y lo peor de todo, es que seguimos actuando bajo impulso.

—Ni modo, nos tocará llevarnos la fiesta a Inglaterra. No podemos estar en este lugar por más tiempo— asentimos —. Vámonos — ordena mi tío a nuestros hombres. La guerra está más cerca de lo que pensábamos.

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