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La Protegida Del Abuelo

La Protegida Del Abuelo

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / Amor eterno / Familias enemistadas
Popularitas:30.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Meche

Leoncio Almonte tenía apenas trece años cuando una fiebre alta lo condenó a vivir en la oscuridad. Desde entonces, el joven heredero aprendió a caminar entre las sombras, acompañado únicamente por la fortaleza de su abuelo, quien jamás dejó que la ceguera apagara su destino. Sin embargo, sería en esa oscuridad donde Leoncio descubriría la luz más pura: la ternura de Gara, la joven enfermera que visitaba la casa una vez a la semana.

El abuelo Almonte, sabio y protector, vio en ella más que una cuidadora; vio el corazón noble que podía entregarle a su nieto lo que la fortuna jamás lograría: amor sincero. Con su bendición, Leoncio y Gara se unieron en matrimonio, iniciando un romance tierno y esperanzador, donde cada gesto y palabra pintaban de colores el mundo apagado de Leoncio.

Pero la felicidad tuvo un precio. Tras la muerte del abuelo, la familia Almonte vio en Gara una amenaza para sus intereses. Acusada de un crimen que no cometió —la muerte del anciano y el robo de sus joyas—

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una historia triste.

Frustración.

Desde lejos, Ulises presenció la llegada de su nieto. Había esperado en el corredor, apoyado en su bastón, observando cómo Leoncio subía lentamente las escaleras con los brazos encogidos contra el pecho, como si intentara protegerse de un golpe invisible. Cada paso parecía pesado, cargado de rabia contenida.

El muchacho abrió la puerta de su habitación con brusquedad. Apenas la cerró tras de sí, soltó un largo suspiro, como si hubiese estado conteniendo la respiración desde hacía horas.

Se dejó caer en la cama. Su pecho subía y bajaba con violencia. Las manos le temblaban, y de pronto, un impulso irracional lo dominó. Tomó las sábanas que estaban perfectamente extendidas y las desgarró con furia, una y otra vez, hasta que los retazos cayeron al suelo como jirones de su frustración.

El sonido del tejido rompiéndose llenó la habitación. Era el ruido de su impotencia hecha pedazos.

Ulises, al escuchar desde el pasillo, no tardó en entrar. Lo encontró ahí, con los ojos cerrados, la respiración agitada y los restos de tela en el suelo.

—¿Qué sucede, Leoncio? —preguntó con calma, acercándose y tomando las manos de su nieto para detener su arranque de furia.

Leoncio, con el rostro crispado, negó con la cabeza.

—Nada, abuelo… —respondió con voz rota—. Lo que debía pasar—

Esa resignación heló a Ulises. Se sentó a su lado, apoyando una mano en su hombro.

—¿Qué dices, hijo? Explícame, por favor. Así no voy a entenderte—

Leoncio bufó. Giró el rostro hacia donde creía que estaba su abuelo, sus ojos sin visión pero cargados de una intensidad extraña.

—Su madre piensa que Gara es muy joven… demasiado joven como para desperdiciar su vida a mi lado—

Las palabras se clavaron en el pecho de Ulises como dagas. Sintió una cólera que pocas veces lo había invadido. Golpeó el suelo con su bastón, con tanta fuerza que el eco retumbó en las paredes.

—¡Maldita mujer! —exclamó, y la rabia le tembló en la voz.

Leoncio abrió la boca, sorprendido.

—¿Abuelo? ¿Qué palabras son esas?—

Ulises respiró hondo. Cerró los ojos, intentando calmarse. Luego tomó de nuevo las manos de su nieto y las apretó con firmeza.

—Esa mujer no es mala, hijo. —Su voz había recuperado algo de serenidad—. Pero hubo un momento en su vida en que quiso emparejar a Gara con un joven. Le metió ese muchacho por los ojos. Y Gara… Gara se ilusionó tanto que llegó a comprometerse con él—

Leoncio enmudeció. Su corazón dio un vuelco.

—¿Qué pasó? —preguntó en un susurro.

—Al principio, todo parecía perfecto —continuó Ulises—. La madre estaba feliz, los preparativos del matrimonio comenzaron a organizarse… Gara se entregó por completo a esa ilusión. Pero ese hombre… ese desgraciado la deshonró. Se fueron a vivir juntos antes de la boda, con la promesa de que cuando llegara el día, todo se formalizaría. Y cuando la fecha se acercó… él se marchó—

Ulises apretó los dientes, recordando el dolor que había visto en los ojos de la muchacha.

—Se fue al extranjero a estudiar, sin disculpas, sin explicación, sin mirar atrás. La dejó sola, con el corazón destrozado y el honor manchado—

El silencio se volvió pesado. Leoncio sintió que la sangre le hervía. Se llevó una mano al pecho, intentando calmar la rabia que lo invadía al imaginar a Gara sufriendo, humillada, engañada de esa manera.

—No… no puede ser —murmuró, con la voz quebrada.

El recuerdo del sonido de la sonrisa dulce de Gara, de la fuerza con la que lo había defendido horas atrás, se mezclaba con la idea de que alguien la había abandonado sin piedad. Una furia oscura nació en su interior, dirigida a un rostro que no conocía, a un nombre que aún no tenía, pero al que odiaba ya con todo su ser.

—Entonces… ¿su madre controla su vida? —preguntó con dureza.

La pregunta era sincera. Para Leoncio, que había crecido con una madre distante, incapaz de protegerlo, la idea de una mujer marcando tanto la vida de su hija le resultaba extraña.

Ulises negó con la cabeza.

—No, hijo. No la controla. Pero después de lo que ocurrió, sólo quiso verla casada con un “buen muchacho”. Quiso reparar el error a su manera, buscándole otra oportunidad, imponiéndole la idea de que merecía algo mejor—

El anciano suspiró, encogiéndose un poco sobre su bastón.

—No quiero hablar mal de alguien que, al final, sólo es una madre con miedo. Pero lo cierto es que desde entonces, Gara cambió. Se volvió más fuerte, más dueña de sí misma. Y aunque respeta a su madre, ya no le permite decidir por ella—

Leoncio guardó silencio. Se quedó con la mandíbula apretada, procesando cada palabra.

—¿Hace cuánto fue eso? —preguntó finalmente.

—Tres años. —La voz de Ulises se volvió grave—. Desde entonces, esa herida no se cierra del todo—

Leoncio bajó la cabeza. Sentía un nudo en el estómago. Por un instante, toda su rabia contra la madre de Gara se disolvió en otra cosa: en compasión, en dolor compartido.

'Ella sufrió… sufrió tanto. Y ahora yo… yo podría hacerle sufrir otra vez si no soy lo bastante fuerte'

Se levantó de golpe, como si necesitara escapar de sus pensamientos.

—Voy a descansar, abuelo—

Se dirigió hacia el baño, pero Ulises extendió el bastón y lo detuvo en seco.

—Espera, Leoncio. —La voz del anciano sonó firme—. ¿Piensas desistir de ella?—

Leoncio se quedó inmóvil. No respondió.

El silencio lo delató.

Ulises dio un paso hacia él, y con voz grave, casi solemne, volvió a hablar:

—¿La abandonarás… igual que hizo aquel otro hombre?—

Esas palabras lo atravesaron como una lanza. Leoncio sintió un dolor agudo en el pecho, más fuerte que cualquier reproche.

Se giró apenas hacia su abuelo, con la garganta cerrada.

—Abuelo… es diferente—

Pero Ulises no se rindió. Caminó despacio hasta ponerse frente a él y, con un gesto cargado de significado, le tomó los hombros.

—Aún está la posibilidad de operarte. —Lo dijo con la seriedad de quien lanza una última carta sobre la mesa.

Leoncio cerró los ojos. Ese era un tema que lo perseguía como una sombra. Una opción que nunca terminaba de aceptar. El miedo, la incertidumbre, la esperanza mezclada con el riesgo. No quería hablar de eso. No ahora.

Con un movimiento brusco, se soltó de las manos de su abuelo.

—Buenas noches—

Se encerró en el baño, dejando a Ulises solo en la habitación, con el eco de aquellas palabras flotando en el aire.

El anciano suspiró, apoyándose en su bastón.

—Tendrás que decidir, hijo… —murmuró para sí mismo—. O la dejas ir… o luchas por ella hasta el final—

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Maria Mongelos
Aun se aman, deberían de hablar y sacar todo ese dolor que tienen y darse otra oportunidad
Maria Mongelos
Ojalá pronto Gara te cuente todo lo que pasó
Carolina Alvarado Alvarado
hay Dios q emoción q ya se reencontraton y ahora vamos a ver q va a pasar con Leoncio y Gara hay ella muere por ese hombre y el muere por ella 👏👏👏👏👏muy bellos capitulo espero con ansias más capitulos siiii por favor /Pray//Pray//Pray//Pray//Pray/
Martha Ordoñez
bonita la historia bendiciones
Gilma Graciano
cada capítulo es mejor qué el anterior autora muchas gracias actualiza pronto por favor 🙏
Celinda Piña
que emoción ☺️ esto está de infarto 😱
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
en el sigue intacto el amor que te tiene .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
lo pensaba porque nunca la viste con su esposo .
Yura Ran
🤭🤭🤭🤭🤭😂😂😂😂👌🥰
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
así es siempre . aparece el que menos uno quiere
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
leoncio ,marca tu terreno
mariela
Leoncio definitivamente sacar ese rencor el haber descubierto que Gara estaba viva y ocultó su hijo todavía no lo puede asimilar se siente engañado traicionado pero igual sigue enamorado Gara la estás pasando bien mal esperastes mucho tiempo para decidir llamar a Leoncio y mira las consecuencias el tiene mucha rabia veremos qué sucede después de ese abrazo.
Celina Saucedo: Ya que saquen todo lo que traen y se sigan amando, ya sin obstáculos
total 1 replies
patry
se siguen amando hablan y recuperen el tiempo perdido
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺: si , deben sanar sus heridas.
total 1 replies
Gilma Graciano
autora que tortura esperar hasta qué puedas actualizar tu novela está excelente
Gilma Graciano
hermoso capitulo gracias autora por esta estupenda novela
Martha Ordoñez
gracias por subir más capitulos bendiciones
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
ah leoncio , toda acción tiene su porque. ella tuvo su motivo se que te dolió y mucho
Celina Saucedo: Leoncio, Elle hizo lo que el abuelo le pidió
total 1 replies
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
amarrarlo Gara , esa man no se mueve de ahí
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
siii , aprovechen el momentob🫢
Sisx Yessi
Que lindos, al menos están hablando tranquilos.☺️
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