Eros y Lyra descubren que están unidos por el lazo más poderoso: son compañeros destinados. Sin embargo, las heridas del pasado convierten ese vínculo en una lucha constante para Lyra, quien intenta resistirse a lo inevitable. Pero el llamado del destino es más fuerte, y poco a poco, la atracción entre ambos comienza a derribar las barreras que los separan.
La cercanía se intensifica cuando Eros y Lyra emprenden un viaje en busca de respuestas sobre los inquietantes cambios que ella experimenta. En el camino, descubrirán que el mundo está tejido de secretos oscuros: brujas que juegan con el destino, vampiros que ocultan verdades prohibidas y Doppelgängers que amenazan con cambiarlo todo.
Te invito a caminar bajo la misma luna con Eros y Lyra en busca de respuestas.
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Capítulo 10
Lyra.
Después de ese día en el que Eros casi mata a ese chico, nuestra relación cambio un poco ahora por lo menos nos hablamos, pero aún así conservo mi distancia pero en estos momentos no quiero conservarla y lo que quiero hacer es ir a verlo ya que tiene tres días que no viene a clases, Joey si ha venido y cuando le he preguntado por Eros siempre me dice que está ocupado.
—Por fin, es fin de semana ya mi cerebro no puede con más clases — dice Jules.
—¿Quieres hacer una pijamada hoy Lyra? Tus padres no estarán esta noche así que podemos hacerla y podemos hacer lo que queramos — pregunta Lizzie.
—Mmm, ¿Que les parece si la hacemos mañana? Mis padres igual no estarán.
—Está bien.
Las tres nos acompañamos hasta que llega el momento de cada una tomar su camino para ir cada una a sus respectivas casas, al llegar a la mía me encuentro solo con mi padre.
—Hola papá — le digo al entrar — y ¿mamá? — me pregunto.
—Ya se ha ido, y yo también voy de salida, no me gusta tener que trabajar de noche y dejarte aquí sola, tu madre también tiene turno de noche— me dice papá.
—No te preocupes papa, ya no soy una niña de cuidarme sola.
—Para mi siempre serás mi pequeña — me dice dejando un beso en mi mejilla — nos vemos mañana te amo.
—Yo también papá— le digo antes de que salga de casa casi corriendo.
Ya estando sola me pongo a organizar un poco la casa y luego a cenar cuando ya son las siete, al terminar me voy a mi habitación y entro al baño para darme una ducha al salir casi muero de un infarto.
—¡Joder! Eros que haces aquí?— pregunto al ver al chico que está sentado en la ventana.
La oscuridad de la habitación no me deja verlo bien, por lo que enciendo la luz, luce cansado, con ojeras y cara de no haber dormido en días.
—¿Estás bien? — pregunto acercándome a él.
—Estoy bien, solo un poco cansado — me dice.
Me mira de pies a cabeza y veo como su mirada cambia, y es cuando recuerdo que estoy en toalla.
—Yo....he.....ya vuelvo — digo metiéndome otra vez al baño, para salir otra vez en busca de algo que ponerme y luego entrar.
Al salir de nuevo lo veo en el mismo lugar.
—Joey me ha dicho que has estado muy ocupado y por eso no has ido a la escuela.
—Si, asi es — dice sin muchos ánimos.
—Deberías estar descansando y no aquí.
—Quería verte Lyra, por lo menos estar cerca de ti - me dice haciendo que la culpa se apodere de mi — no quiero que te sientas culpable nena, la culpa de que estemos así es mía.
No digo nada ya que ¿que podría decirle? Me quedo frente a él con la mirada en mis manos mientras me retuerzo los dedos a causa del nerviosismo hasta que pone su mano encima de las mías.
—Deja de hacer eso
—¿Es fue una orden?.
—¡Joder! Nena, solo lo decía ya que estás que te rompes los dedos.
—Era una broma, no estes a la defensiva— le digo con una pequeña sonrisa y el suspira.
—Lo siento, pero es difícil decirte algo y que no suene como una orden —dice.
—Es por que estas acostumbrado a dar órdenes y no solo pedir las cosas.
—Bueno entiéndeme soy hijo de un alfa y ahora soy uno.
—Lo entiendo, solo no me gusta que me den órdenes a pesar de no venir de una familia de alto rango.
—La Diosa Luna hizo que no te gustara recibir órdenes por que tu la darías — me sonríe haciendo que mi ritmo cardiaco se acelere y me doy cuenta de que estamos muy cerca.
Me alejo un poco, me aclaro la garganta para poder hablar.
—Creo que.....
—Si, ya es hora de que me vaya, te buena noche Lyra — me dice antes de ir hacia la puerta.
“No dejes que se vaya” me dice mi loba.
“No voy a pedirle que se quede”
“¡Dile que se quede!”.
—Eros— le digo.
—¿Si? — pregunta deteniendo el paso.
—Yo.....he.....mm — me aclaro la garganta antes de volver hablar — Quédate.
Suelto y me mira con una ceja enarcada como si no pudiera creer lo que decía. Yo tampoco puedo creer lo que dije.
—Si quieres claro.
—Está bien — responde para mi sorpresa.
¿Ahora que hago?
“Obviamente invitarlo a tu cama” dice mi loba.
“¿Dormirá conmigo?”
“Por supuesto Lyra” responde mi loba como si fuera obvio.
Camino hacia la cama y señaló el espacio que queda a mi lado.
—Debes tener una súper cama, pero es lo que hay al menos que quieras dormir en el piso en el cual hay mucho espacio — le digo.
—Me estás invitando a tu cama, ¿enserio crees que voy a preferir el piso?.
—Se que no, échale pestillo a la puerta no quiero que mis padre vayan a entrar cuando lleguen y te vean aquí.
Él lo hace antes de venir a mi cama en la cual se acuesta después de quitarse los zapatos y la camisa quedando solo con el pantalón de chandal, yo me acuesto dándole la espalda y me tenso cuando él me pasa una mano por la cintura y me pega a su pecho, haciendo que varias imágenes pasen por mi cabeza y sin mencionar que mi loba está dando vueltas como una loca.
—Prometo no hacer nada de lo que pasa por tu cabeza — me dice.
—¿De que habas? — siento como mis mejillas se empiezan a calentar.
—Recuerda que puedo sentir las emociones de tu loba, además el olor de tu excitación está haciendo que mi lobo se ponga igual que la tuya.
¡Joder! Siento que voy a morir de la vergüenza.
—Nena, me la estás poniendo difícil.
—Y tú a mi, con ese apodo — le digo y siento como sonríe.
Logro estabilizar mis pensamientos y mis hormonas, y también siento como la respiración de Eros toma su ritmo por lo que supongo ya está dormido, me volteo quedando frente a él y si está dormido.
Me quedo mirando sus facciones sus labios son carnosos y rosados, sus cejas y pestañas son espesas y estas últimas son largas, tiene barba de varios días cosa que lo hace lucir más varonil.
—Si me sigues mirando así, no podré dormirme.
—Pensé que estabas dormido — digo con las mejillas ardiendo de vergüenza.
—Lo estaba hasta que sentí tu mirada él mi.
—Oh, lo siento.
—No tienes que disculparte.— dice abrazándome y pegándome más a su pecho —Buenas noches Lyra.
—Buenas Noches Eros.