La Niñera De Niños Del Ceo

Passamos la noche en el hospital, como Júlia determinó, yo dormí en el sofá, mientras que ella y Liana durmieron en la cama que pedí para mí, creyendo que ella iría a la mansión con Liana. Estoy muy adolorido, el sofá era pequeño para mi cuerpo grande.

Cuando llegamos a casa alrededor de las ocho de la mañana, los niños se fueron al cuarto de Liam con Júlia, quien me fulminó con la mirada. Supongo que no soy su persona favorita en este momento. Decido llamar primero a mi abogado y él contesta en la segunda llamada.

Frank 📲 ¿Pasó algo, señor?

Lincoln 📲 No te preocupes. Necesito un documento que establezca que durante los próximos cinco años no puedo despedir a la señorita Júlia Mendes y que si ella decide renunciar, yo no le impida ver a los gemelos Liam y Liana. -Hablo sin rodeos.

Frank 📲 ¿Señor, esa decisión no es demasiado radical?- Pregunta y ruedo los ojos.

Lincoln 📲 No te pregunté nada, Frank. Quiero que hagas lo que te pedí hoy mismo y lo traigas para que ella y yo podamos firmarlo.

Frank 📲De acuerdo, haré lo que está pidiendo.- Dice y cuelgo sin querer prolongar más la conversación. Luego, llamo a Cindy y su teléfono suena varias veces hasta que finalmente contesta.

Cindy 📲Hola, cariño. ¿Me extrañabas?- Dice con voz somnolienta, obviamente estaban de fiesta anoche cuando llamé.

Lincoln 📲No digas tonterías, Cindy. Llamé para hablar sobre los gemelos.

Cindy 📲¿Llamaste a esta hora para hablar de ellos, Lincoln? ¡En serio!- Pregunta como si el tema la molestara.

Lincoln 📲 También son tus hijos, Cindy. -Digo, odiando la forma en que habla de nuestros hijos.

Cindy 📲¿Y qué tiene que ver eso, Lincoln? Están contigo, también son tus hijos, puedes resolver cualquier cosa, ¿verdad?- Pregunta, sin importarle en realidad lo que haya pasado. ¿Yo también era así alguna vez?

Lincoln 📲 Acabamos de llegar del hospital. -Comienzo y ella suspira.

Cindy 📲 ¿Están bien? -Pregunta, pero no noto ninguna señal de preocupación. ¿No quería hijos, pero la madre tenía que ser ella?

Lincoln 📲 Sí, Cindy. Liam se resfrió y se torció el tobillo. -Hablo sintiendo que la culpa vuelve a dominar mi consciencia.

Cindy 📲 ¿Ah, es todo? Pensé que era algo más serio. -¿No dijo eso, verdad? ¿Con qué tipo de mujer estuve casado?

Lincoln 📲 ¿Solo eso, Cindy? -Pregunto sin poder creerlo. Júlia tiene razón.

Cindy 📲 ¿Quién diablos es Júlia? -Pregunta. Increíble que ni siquiera sepa el nombre de la niñera. No tengo derecho a juzgar, yo tampoco lo sabía.

Lincoln 📲 La niñera de los gemelos. Mira, olvídalo y disfruta tus eternas vacaciones, Cindy. -Digo sin ganas de discutir, pero me acuerdo de hacerle una pregunta antes. -Cindy, ¿no sientes nada por nuestros hijos?

Cindy 📲 Claro que sí, Lincoln. -Dice, pero no parece muy convencida de lo que dice.

Lincoln 📲 ¿Qué sientes? -Pregunto y escucho un suspiro de su parte.

Cindy 📲 Mira, Lincoln, sea lo que sea que te esté pasando, olvídalo. Tengo cosas mejores que hacer. -Dice y cuelga.

No pierdo tiempo llamando a mi madre, probablemente diría lo mismo que Cindy. Si no fuera por el shock de realidad y Júlia, no sé qué sería de mis hijos. Y solo de pensarlo, siento tristeza al saber que fui tan negligente. Espero que algún día puedan perdonarme por ello. A partir de hoy, haré todo lo posible por ellos. Sé que al principio no será fácil conciliar mi agenda con mi faceta de padre que desafortunadamente apenas está apareciendo ahora, pero haré lo posible.

Escucho golpes en la puerta, sé que es Júlia porque los empleados no me molestarían en mi oficina. Esta mujer parece dominarlo todo.

Júlia: ¿Vamos a tomar algo? ¿Quieres venir a hacer compañía a los niños?

Lincoln: ¿Ahora? -Pregunto mirando mi reloj, y casi son las diez.

Júlia: Sí, hoy solo almorzarán a las doce con la comida que tú pedirás. -Dice encogiéndose de hombros.

Lincoln: ¿Vamos al jardín? -Pregunto y Júlia se emociona pero luego frunce el ceño.

Júlia - Debido a la lluvia de ayer debe estar todo desordenado, los empleados están de descanso, no sé si olvidaste pero es fin de semana.

Lincoln - Llamamos para que vinieran a limpiar - Digo tomando mi celular nuevamente, Júlia niega con la cabeza.

Júlia - Claro que no, se lo merecen, hoy podemos comer en la cocina, además Liam está muy congestionado y el frío que hace afuera solo empeorará - dice haciendo que mi ánimo decaiga, ser un padre presente será difícil, nunca hago lo correcto.

Lincoln - Está bien - suspiro - Te veo allí en tres minutos.

Júlia - Iré a buscar a los niños en la habitación, no te tardes, esperamos en la cocina - dice, y yo asiento, no me atrevería a retrasarme y recibir otra bofetada de esa niñera despreciable. Puede ser pequeña, pero tiene una mano pesada. Pensar en eso me hace preguntarme si apretaría mi miembro con fuerza o suavidad, pero luego aparto esos pensamientos. No, definitivamente no quiero pensar en tener relaciones sexuales con esa niñera insolente, María Júlia.

Decidido a no pensar más en eso, me levanto y me dirijo a la cocina. Cuando llego, encuentro a Júlia cortando frutas y un pastel para los niños, que toman con jugo de manzana. Me acerco a los niños y les doy un beso a cada uno, huelen bien a bebé.

Lincoln - Córtame una porción de pastel también, María Júlia - le pido y ella me mira furiosa, encogiendo los hombros.

Júlia - ¿Todavía tienes hambre? - me pregunta mientras pone la porción de pastel frente a mí, y no entiendo lo que quiso decir.

Lincoln - No entiendo - respondo confundido.

Júlia - Después de tragar las palabras "por favor" y "gracias", pensé que estabas lleno - dice la despreciable y sonríe burlonamente. Tengo ganas de ponerla a cuatro patas sobre mi regazo, levantarle el vestido y darle unas cuantas nalgadas para que aprenda a respetarme. Apuesto a que se vería hermosa con la marca de mi mano en sus nalgas. Pero mis pensamientos maliciosos se interrumpen cuando escucho la voz de mi hijo.

Liam - Papá, ¿a ti te gusta el pastel?

Liana - A mí me encanta el pastel - dice mi hija con la boca llena, sacándome una sonrisa.

Lincoln - No tanto, prefiero una tarta salada.

Júlia - Predecible - murmura ella pensando que no la escucharé, pero decido no preocuparme por eso, porque de todas formas no serviría de nada.

Lincoln - ¿Y tú, María Júlia, qué te gusta comer? - pregunto y noto que se pone avergonzada. Ella intenta mostrarse fuerte, pero sé que es una mantequilla derretida.

Liana - A tía Jú le encanta el pastel.

Liam - Y el pudín.

Júlia - Sí, me encanta comer eso - dice sonriendo, y la niñera tiene una sonrisa preciosa.

Lincoln - ¿Qué es el pudín?

Júlia - Es el dulce más delicioso del mundo - dice de forma apasionada.

Liana - Tía, ¿puedes hacer pudín para nosotros?

Liam - Sí, tía, estoy enfermito - dice mi hijo con ternura, haciendo que riamos. Júlia se levanta y aprieta las mejillas de Liam, algo que si fuera otra persona probablemente él reclamaría.

Lincoln - Incluso yo quiero probar esa delicia - digo y María Júlia me mira sonrojada, ¿en qué estará pensando la niñera? Yo pensaba en el pudín, pero no puedo dejar de evaluar su pequeño cuerpo y lo deliciosa que debe ser, aunque a mí solo me gustan las mujeres altas.

Júlia - Cuando estés mejor, lo haré, príncipe, ¿de acuerdo? - le pregunta cariñosamente a Liam, siento celos de mi hijo, quisiera que me traten así también, ¿qué diablos estoy pensando? Meto un poco más de pastel en mi boca para evitar decir alguna tontería que pase por mi mente ahora.

Liana - Tía Jú, ¿podemos pintar ahora? - pregunta mientras come frutas.

Liam - Yo quiero dormir - dice mi hijo, noto que está cansado, le limpio la nariz que se le resbala.

Lincoln - Pueden pintar con Liana mientras yo hago que Liam duerma - le pregunto y Júlia me mira confundida.

Júlia - Claro - dice y parece aprobar mi decisión. Incluso yo mismo la apruebo. Antes, cuando no quería ser padre, hubo un momento en el que imaginé poner a los niños a dormir, pero eso nunca sucedió. Me dejé llevar por otras cosas, y al ver lo grandes que están ahora, lamento no haber aprovechado cuando eran bebés.

Así que, una vez que terminamos la merienda, María Júlia me pasa las instrucciones de qué hacer. Tengo que darle otro medicamento a Liam, quien llora al tomarlo y eso le congestiona aún más la nariz. Ella coloca un medicamento para la inhalación y suero en un aparato portátil de inhalación del cual ni siquiera sabía que teníamos en casa, y se va dejándome solo con Liam. Yo ayudo en la inhalación, luego limpio su rostro con un pañuelo desechable y lo desecho. Después, lo acaricio hasta que se duerme. Sigo acariciándolo y siento una lágrima escapar de mis ojos.

Lincoln – Espero que cuando ustedes entiendan más sobre la vida, me perdonen por estos tres años en los que fui negligente. Prometo que intentaré ser un mejor padre, que haré todo lo posible para que sean inmensamente felices. Aunque no lo sepan, los amo a ti y a tu hermana.

Liam – Yo también te amo, papi – dice mientras lágrimas caen en abundancia. Él responde incluso mientras duerme. Le doy otro beso y me quedo allí un rato admirando a mi hijo.