OCTAVO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Tal vez muchos no recuerdan sus vidas en la temprana infancia, yo tampoco, pero lo que si recuerdo es que era feliz. No podía relacionar qué, quién o quiénes me daban ese sentimiento; pero si recuerdo que los perdí. Años después volví a ser feliz, pero no era algo duradero. Era un ida y vuelta que me dejaba vacía. En mi adolescencia, supe que buscar ser feliz era un sentimiento que ponía más presión y estrés en mi vida. A mis 18 años, renuncié por completo a esa tonta sensación... Para que, unos años después, poco a poco venga un tipo creído a querer destruir mi bien estructurado credo.
No recuerdo mucho mi temprana infancia, pero si recuerdo una sensación de malestar cuando estaba mi padre. Cuando no estaba él, todo era felicidad. Después, con su partida, fui feliz. Crecí rodeado de personas que me aman y que yo amo con todo mi ser. Crecí siendo sociable, seguro de mi mismo y el terror de los bullys. No me molestaba presionar los boton
NovelToon tiene autorización de HIKAMOO para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAULDER (CAP. 10)
Cada vez que me decían que era guapo, solo encogía mis hombros y les decía que me parecía a mi hermano mayor. Entonces, sí era un poco coqueto.
Cuando cumplí los 16 y entré a la preparatoria, vi un lado de mi hermano Caspian que no conocí. Ambos le dedicamos esfuerzo a los estudios, ambos somos muy buenos en los deportes que elegimos; y, hasta ese momento, pensé que no teníamos nada serio con las chicas. Me equivoqué. Desde el día 1 vi la mirada que le daba a la capitana de porristas. Una chica bellísima, llamada Chloe. Su segunda, Susan también era hermosísima. Habrá sido porque él tiene 18 que pensaba en tener novia como se debe. En mi caso, no. Yo estoy bien con los besos aquí y allá. También, al final de ese año me tocó ver a Caspian derrotado. Se notaba que había terminado con su chica y se enfrasco en los estudios. Yo estaba bien con estar dentro de los 5 primeros. No iba darle la excusa a nadie de que porque soy deportista debo ser el último de la clase.
A mis 17 años pasó lo que no creí posible, ahora ya sabía a quién relacionar con esa voz que salvó a mi hermano. Cruz trajo a Layla a conocernos. Realmente es un ángel y mi hermano menor Connor se lo hizo saber preguntando por si tenía una prima de su edad. Ese también es un pícaro. Rápido en el agua y en la tierra al parecer. Cruz, ni lento ni perezoso, después de revolcar a Layla en el pasto, la regresó a la sala con un enorme anillo de compromiso. Todos festejamos. Se quedaron una semana y regresaron a Chattanooga, tenían cosas que solucionar aún. Lamentablemente no estuvieron cuando a los casi 2 meses, Caspian entró en fase de autodestrucción. Dejó de hablarnos, jugaba como un demonio y tomaba como un desdichado. Aguanté 1 año de esa situación, hasta que no pude más.
Era la última semana de clases y yo ya no tenía exámenes que rendir. Me habían llegado innumerables ofertas de beca para seguir jugando al basketball y había una con la que siempre soñé. La universidad de Kentucky, de donde salen más jugadores seleccionados para la NBA (Asociación Nacional de Basketball). Estaba regresando rápido a casa cuando lo vi tirado en la acera delante de nuestra puerta. Corrí, lo levanté y lo llevé a la ducha. Todo un año sentí lastima por ver a mi hermano así, pero ahora estaba enojado.
Mientras el agua lo despertaba, lo sacudí muy fuerte. Estábamos del mismo tamaño y lo más seguro es que yo crezca más.
* ¿Qué rayos te pasa? Hace mucho que no me cuentas tus cosas. Mas que hermanos, éramos los mejores amigos. Ahora no puedo reconocerte. ¿DIME QUE DIABLOS TE SUCEDE?
El gira a verme y se ve tan triste, que lo abrazo. Mis propias lágrimas caen, perdiéndose con las gotas de la ducha.
*- La he perdido para siempre, nunca podré hacer que regrese. Incluso si pudiera explicarme, ella está feliz en Londres.