El Desafio Del Alfa

—Te advierto que, si nos sigues lastimando de este modo tan cruel, no me tendrás cuando me necesites ni hablaré contigo. Silas y yo estamos muriendo de dolor, tú no quieres perdonar a Logan, pero quienes están pagando somos nosotros. —Mi voz está llena de ira, pero también de una tristeza profunda. Siento cómo mi loba, Shayde, se estremece en el fondo de mi mente. Ambas sufrimos al ver el sufrimiento de los demás, pero esto ya ha sido demasiado.

El dolor es compartido, y aunque intento mantenerme firme, no puedo evitar que la rabia y la angustia se mezclen en mi interior. Silas… la angustia de perderlo está atravesando cada fibra de mi ser, y Shayde, mi otra mitad, también lo siente. Estoy perdiendo a todos los que me importan por culpa de las decisiones de Logan, pero mi lealtad a mí misma, a mi loba, tiene que prevalecer.

—Tiene razón, ya fue suficiente, ataca a su lado humano, no le hagamos más daño a Lina. No me siento bien con esto. —Shayde se queja, su voz llena de malestar. Aunque las palabras son duras, sé que las dice con un profundo dolor. Ambas, Lina y ella, luchan con el peso de lo que estamos viviendo. La culpa se está apoderando de ellas, pero ninguna de nosotras puede hacer más por Logan.

¿Lo amamos? obviamente, pero no estamos listas para perdonarlo.

La tensión entre mis dos mitades se vuelve cada vez más difícil. Cada vez se hace más complicado equilibrar las emociones. Pero sé que, por mucho que me duela, debo seguir adelante.

Tomé algo de ropa, mis manos moviéndose de manera automática mientras mi mente sigue centrada en lo que nos espera. Al mismo tiempo, me enlazo con mi tío, informándole de los nuevos eventos que se desarrollan rápidamente. Iré de nuevo a la manada Luna Negra, pero no como una simple visitante humana, sino como la futura luna. El peso de esas palabras me atrapa, y aunque mi corazón late con incertidumbre, sé que no hay vuelta atrás.

—Vlad cuidará de ti. Cuídate, pequeña y cuida de el tambien. —Las palabras de mi tío son suaves, pero llenas de preocupación. En su voz siento el reflejo de todo lo que ha vivido, de todo lo que ha perdido. Mi vida está por dar un giro, y aunque lo sé, no puedo evitar preguntarme si estoy lista para lo que se viene.

Logan sigue allí, como la diosa lo trajo al mundo, y cuando me ve, se cubre rápidamente con la mano, tratando de ocultar lo que tiene. Su vergüenza es evidente, pero no me importa. Ya no lo he visto.

"Ese hombre es mío" Declaro mi loba reconociéndolo como su pareja.

—¿Estamos todos listos? —Su voz es tensa, su cuerpo rígido. Asienten, todos a su modo. Mi mirada se cruza con Vladimir, quien me observa con una calma inquietante.

—Volemos, mi amor. El "lobo" nos guiará por el bosque hasta la manada. —El tono sarcástico de Vladimir se hace notar, y lo escucho con atención, notando la ligera burla en su voz. Logan gruñe, evidente en su incomodidad y enojo.

“Ya dejemos de jugar y vayámonos a la manada, no será fácil. Además… tengo ciertas personas que seguro están esperando a que ponga un pie en ella, y no estoy segura de que sus palabras sean exactamente de bienvenida.” Las palabras retumban en su mente, y un escalofrío recorre mi espalda. Lo que estamos por enfrentar será mucho más complicado de lo que imagino.

“Pensé que lo único que dejaste atrás era a este idiota.” La voz de Vladimir parece molesta, y noto cómo toma mi bolso con una mano, caminando junto a mí hacia la puerta. “¿Quieres que camufle tu aroma? Yo huelo a brujo, pero tú… A ambas.”

—Solo quiero ser yo, al menos hasta que vea a las personas que te dije. No quiero malos entendidos. —Mis palabras son firmes, pero hay una sensación de incertidumbre al fondo de mi pecho. No sé qué esperar, no sé qué tipo de personas encontraré en la manada, pero mi instinto me dice que debo ir con precaución.

—Bien. pero primero... Ya no estarás mas desnuda después de que vuelvas a tu forma humana. —La voz de Vladimir es breve, pero su tono es más suave, casi reconociendo la necesidad de respeto por mi parte. Ambos sabemos que estamos entrando en un territorio lleno de incógnitas. Me entrega un hermoso anillo con un diamante. — Siempre que vuelvas, mientras tengas tu anillo lo harás vestida.

A lo lejos, Logan se transforma en lobo, escucho sobre la magia del anillo y suspiro, no sé si de alivio o molestia por ser un objeto tan "Representativo". Su figura oscura se vuelve más imponente, una criatura majestuosa y aterradora. Su pelaje negro brilla bajo la luz de la luna, y por un momento, me quedo hipnotizada por la belleza de su forma. Pero al mismo tiempo, siento cómo la distancia entre él y yo crece, aún más de lo que ya estaba antes. Lina, por otro lado, no puede evitar lamentarse. Está hecha un ovillo, los ojos llenos de tristeza mientras su llanto se mezcla con el viento nocturno.

—Nos seguirás, yo iré con Logan. —Vladimir frunce el ceño con determinación, pero al mismo tiempo, su rostro refleja una leve inquietud. Sé que no está cómodo con la idea de que ir a la manada. Sacude la cabeza, pero no me sorprende. Ya lo esperaba. Mi relación con Logan es algo que, aunque no lo quiera, marca la diferencia. Aunque yo lo niegue de la boca para afuera, nos pertenecemos.

Shayde, sigue en silencio, pero sus ojos no pierden de vista a mi pareja. Estoy por dar un paso al frente, por entrar en el territorio de Logan, y aunque mi corazón late fuerte en mi pecho, sé que no puedo darme el lujo de mostrar debilidad. Las apuestas son altas, y esta vez no tengo nada que perder.

Le doy el control a Lina, mi hermosa loba se transforma increíblemente rápido, Logan gime, feliz de verme por primera vez. Mi pelaje blanco brilla y se mueve con el viento. Lina aspira el olor a busque después de años, pero se mueve con rapidez hacia el lobo negro que aguarda por ella. No digo nada, ella está al mando. Se frotan, se huelen y reconocen. Logan y Silas no pueden creerlo.

 Sus ojos dorados son tan intensos que parecen reflejar la luz de la luna como si estuvieran hechos de fuego. Es el mismo tono que tenemos los lobos cuando estamos enfadados o, extremadamente felices.

El brillo dorado en los ojos de Silas me golpea con más fuerza de lo que quiero admitir. Es como si, a través de esa mirada, él estuviera hablándole directamente a mi alma. El dolor en mi pecho se intensifica, no solo por mí, sino por Lina, que sufre al sentirlo tan cerca y tan distante a la vez. La conexión que alguna vez compartimos sigue viva, pulsando en lo más profundo, pero el muro entre nosotros es como una herida que no deja de sangrar. Aunque quiero mantenerme fuerte, no puedo ignorar lo que su presencia me hace sentir, y mucho menos lo que le hace a Lina.

Silas, imponente y letal, se mueve con una gracia que me desconcierta. Cada paso suyo es como una declaración de poder, pero también de anhelo. Su cuerpo musculoso refleja la fuerza de un guerrero, pero es su mirada la que delata todo. Está al borde de la desesperación, y lo sé porque yo también estoy en ese borde, aunque intente ocultarlo. La tensión entre nosotros es tan palpable que podría cortarse con un cuchillo, y Lina, más sensible a todo, tiembla por dentro. Su dolor me llega en oleadas, golpeando mi voluntad y haciéndome cuestionar cuánto más puedo resistir antes de ceder.

—Me encantaría escucharlo además de verlo, Karin. —La voz de Lina me hace bajar la guardia por un momento. — Cuando nos presente como su pareja y nos aceptemos, podrás hacer con Silas lo que quieras. Pero yo también te advierto una cosa, no dejare que nos rompa como hace dos años.

Cuando comenzamos a correr, la tierra bajo nuestros pies vibró con la fuerza de la velocidad. Saltamos la grieta que separa el reino vampírico del territorio de la manada de Logan, y al cruzarla, algo cambió dentro de mí. Vi todo desde una perspectiva diferente, como si el paisaje, las sombras entre los árboles y la brisa en mi rostro hubieran adquirido un nuevo significado. El aire estaba cargado de algo más que solo la humedad del bosque; había una tensión palpable, una historia no contada flotando en el aire.

—Puedes confiar en él por última vez —dijo Lina, su voz triste, resonando en mi mente.

—Dudo mucho volver a confiar en él después de habernos rechazado —respondí, mis palabras un susurro cargado de desdén. Las palabras salían con un peso que ni yo misma podía soportar.

—Rechazadas o no, sigue siendo nuestro mate, el vínculo no se rompió. Es nuestro, solo nuestro, Karin.

Mis ojos se entrecerraron ante sus palabras, y un nudo incómodo se formó en mi pecho. Lo había sentido, lo sabía, pero ahora que lo oía en voz alta, ese vínculo parecía aún más aterrador.

—Lo haré si me demuestra, nos demuestra que vale la pena. Solo si lo hace… puede que baje un poco la guardia.

—Lo hará. —La certeza de mi loba era inquebrantable, pero no podía compartir su optimismo.

El silencio se instaló entre nosotras mientras el sonido de nuestros pasos rápidos sobre el suelo forestal nos rodeaba. Sentí la respiración de Silas a mi lado, pero sus palabras ya no me alcanzaban. Cerré el enlace entre nosotras con un gesto mental, necesitando algo de paz en medio de la tormenta que se libraba en mi mente. Deje que el viento y el retumbar de las ramas me envolvieran, que me arrastraran lejos de la batalla interna que se libraba en mi pecho. Durante unos minutos, me sumí en la carrera, sintiendo el latido de mi corazón sincronizado con los del resto de la manada, con la libertad que solo la velocidad podía darme y también la cercanía que teníamos junto a Silas.

A medida que nos adentrábamos más en el bosque, la neblina comenzaba a disiparse. En el horizonte, la mansión de la manada apareció frente a nosotros. La casa del alfa, el lugar que había sido testigo de momentos que preferiría olvidar. El recuerdo amargo me golpeó de lleno, como una ola de agua fría que arrastra todo a su paso.

Aquí nos rechazó esa noche. La noche en que Logan me empujó a un abismo del que aún no logro salir del todo. La casa de la manada se erguía ante mí, imponente, pero cada rincón me susurraba esa dolorosa verdad. Logan no solo había rechazado lo que éramos, sino que había sellado nuestro destino de una manera que no puedo borrar, por más que lo intente.

Eché de menos venir aquí. Aunque casi siempre que venía lo había hecho como una polizona en un barco, sin ser del todo bienvenida, esta vez sentí que algo en mí había cambiado. Tenía personas que amaba en este lugar, y por un instante, una cálida sensación de nostalgia me envolvió. Había algo reconfortante en regresar, en saber que aunque todo lo demás hubiera cambiado, aún quedaban pedazos de mi pasado aquí. Sonreí ligeramente, recordando a mi mejor amiga.

El dulce recuerdo se desvaneció cuando escuché su voz cerca de mí, tan clara y familiar como siempre, y me arrancó de mis pensamientos.

—Bienvenida a casa, cariño —dijo Logan, y su voz, suave y llena de cariño, me hizo sonreír, aunque con algo de amargura.

Me sentí como si todo el peso de los años que había estado lejos de este lugar se desmoronara con esa simple bienvenida. Lina, siempre tan cálida se echó sobre sus patas y disfruta el momento.

Mi mirada se desvió, y lo vi. Ella se derritió ante el término “cariño”, como siempre lo había soñado, sin ocultar lo mucho que le agradaba escuchar esas palabras de alguien que realmente apreciaba, de su pareja, nuestra pareja. Yo, por otro lado, volví a mi forma, completamente vestida. Mi ropa ajustada al cuerpo, mi piel aun palpitando con la energía de la transformación.

Logan, en cambio, no tenía reparos en mostrar su desnudez con orgullo. Estaba tan acostumbrado a este estado, al igual que el resto de la manada, después de la transformación. Era como si la vergüenza ya no existiera para ellos. Yo, por mi parte, aún no me acostumbraba. Aunque hubiera estado entre ellos muchas veces, la forma en que se mostraban sin pudor seguía siendo algo extraño para mí, como una barrera que no podía cruzar del todo.

—Gracias —dije con una sonrisa, aunque la duda aún pesaba en mis palabras. —Pero de aquí a que reconozca este lugar como mi hogar, pasará un largo tiempo, Logan.

Mis palabras salieron con más sinceridad de la que esperaba. No era una promesa ni una declaración; era una verdad que aún no estaba lista para enfrentar, pero que sentía profundamente en mi pecho.

Fue entonces cuando Vladimir se detuvo junto a mí, con una sonrisa en los labios que no pude descifrar. Por un momento, casi olvidé que él venía con nosotros. Su presencia, tan constante desde el minuto uno y a la vez tan distante, parecía estar hecha de sombras. Aunque estaba cerca, como siempre, su energía era otra, un recordatorio de que su lealtad, su relación con nosotros, era diferente. No obstante, su sonrisa, tan enigmática y tranquila, me hizo sentir una extraña calma.

Logan frunció el ceño al verlo, la incomodidad palpable en su postura. Aunque trató de ocultarlo, pude ver cómo su tensión aumentaba al volver a ver a Vladimir cerca de mí. Por un momento, hasta yo olvidé por qué él estaba aquí, como si su presencia no fuera tan evidente. Pero algo en su mirada, esa mezcla de calma y oscuridad, me recordó por qué su presencia era tan... disruptiva. Se supone que es mi pareja, ni otra mitad vampírica.