El Diablo que Me Ama

Josh cerró los ojos por un segundo, el dedo flotando sobre el touchpad del portátil. El cursor parpadeaba en el botón **"ACEPTAR"** de la vacante en la penitenciaría de máxima seguridad.

*"¿Esto es un error?"*

Pero, ¿qué más tenía que perder?

Un clic seco.

**"¡Enhorabuena! Empieza mañana a las 8h en el Complejo Penitenciario de Belo Horizonte."**

Josh respiró hondo. Mañana sería diferente. Mañana, finalmente seguiría adelante.

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**Penitenciaría de Máxima Seguridad - Día Siguiente**

El olor a desinfectante y tensión llenaba los pasillos de la prisión. Josh se ajustó la placa nueva en el pecho, sintiendo el peso de la bata blanca como una armadura.

—**¿Primer día, doctor?** — El guardia en la puerta del ala psiquiátrica era un hombre grande, con cicatrices y ojos cansados.

—**Eso.**

—**Buena suerte. La va a necesitar.**

El pasillo era largo, las celdas de observación alineadas como jaulas de un zoológico sombrío. El supervisor, un hombre llamado Dr. Renato, caminaba a su lado explicando protocolos que Josh apenas escuchaba.

—**...y su primer paciente está en la sala 4. Caso interesante. Asesinato en serie, pero con un perfil psicológico atípico. ¿Cree que puede manejarlo?**

Josh se detuvo frente a la puerta de la sala 4, la mano sudando al sujetar la carpeta.

—**Claro.**

Respiró hondo y abrió la puerta.

Dentro, sentado en la silla con esposas en las muñecas, estaba **un hombre de cabello canoso y ojos azules helados**.

—**Buenos días, doctor** — dijo el hombre, con acento extranjero. —**¿O debo llamarlo... Josh?**

Josh se congeló.

El nombre en la ficha: **Viktor Krayev**.

Pero los ojos...

Aquellos ojos los reconocería en cualquier lugar.

*Era otro regalo de Murilo.*

La sala de interrogatorios estaba fría, el aire cargado con el olor a metal y desinfectante. Josh se sentó frente al hombre esposado, intentando mantener la postura profesional mientras su corazón latía demasiado fuerte.

**Viktor Krayev.**

Nombre falso, obviamente. El hombre tenía los ojos de un depredador, pero la sonrisa era casi... divertida.

—**Entonces, Viktor...** — comenzó Josh, abriendo la ficha. —**Estás aquí por asesinato en serie. ¿Quieres contarme sobre eso?**

El hombre inclinó la cabeza, estudiando a Josh como si fuera un rompecabezas interesante.

—**Prefiero hablar de ti, *doctor*.**

Josh frunció el ceño.

—**Esto no es una sesión sobre mí.**

—**¿No?** Viktor rió, bajo. **Murilo dijo que te gustaría conocerme.**

El **nombre** cayó como una bomba en medio de la sala.

Josh se bloqueó.

—**¿Qué?**

—**Ah, ¿entonces no te avisó?** Viktor sonrió, mostrando dientes blancos y afilados. **Somos viejos amigos. Me mandó aquí especialmente para ti.**

Josh sintió el suelo desaparecer bajo sus pies.

—**Eso es imposible. Estás en una prisión de máxima seguridad.**

—**Y Murilo está *fuera* de una prisión de máxima seguridad.** Viktor se encogió de hombros, lo máximo que el chaleco de fuerza permitía. **Él tiene sus medios.**

Josh miró hacia la puerta, hacia las cámaras, hacia el cristal espejado donde sabía que los guardias observaban.

*Ellos no lo saben.*

*Nadie aquí lo sabe.*

—**¿Qué quiere?** — la pregunta salió antes de que Josh pudiera detenerla.

Viktor sonrió, como si hubiera ganado algo.

—**Solo un mensaje.**

Se inclinó hacia delante, lo máximo que las restricciones permitían, y susurró:

**"Puedes huir a cuantas prisiones quieras, mi amor. Siempre te encontraré."**

Josh retrocedió, como si lo hubieran quemado.

—**¿Eso es todo?**

Viktor se recostó, satisfecho.

—**Por hoy, sí.**

Josh se levantó abruptamente, golpeando la puerta para salir. Necesitaba aire. Necesitaba huir.

Pero en el pasillo, el supervisor le sonrió.

—**¡Impresionante! Viktor nunca había hablado con nadie antes.**

Josh tragó saliva.

—**Sí... él es... interesante.**

*Interesante.*

Como si fuera solo eso.