DEMONIO

La herida sigue ahí, pero se ve ligeramente más limpia que antes. Tomo a Roy poniéndolo sobre mi espalda para darles un respiró a los demás.

-De monos prisa-digo comenzando a correr.

Correr cuesta arriba es difícil, pero correr con peso lo vuelve aún más difícil. Roy sigue inconsciente y aun cuando estuviera despierto no podría correr o caminar a nuestro pasó.

Afortunadamente, llevo viviendo toda mi vida en estas montañas, al igual que muchos otros estoy acostumbrado al clima y al silencio.

Nací aquí, mi padre era soldado y su padre también. Gracias a los conocimientos que nos transmitieron es que hemos logrado sobrevivir tanto tiempo, siempre creí que moriría en estas montañas.

Pero ahora, no sé lo que nos depara el destino. Sé que para muchos va a ser muy difícil dejar atrás su hogar. Sin embargó, tendremos que hacerlo, no es culpa de Roy que llegaran hasta aquí, nunca antes habían llegado al pie de la montaña.

Si están tan cerca, habría sido cuestión de tiempo que nos encontraran. Por ahora perdimos a dos y posiblemente a tres con Roy, pero es mejor irnos a esperar a que suban y asesinen a muchos si no es que a todos.

Respiró hondo en un intento porque el aire llegue a mis pulmones, doy gracias al cielo porque finalmente divisó las enormes puertas de madera que mantienen a todos a salvo del mundo exterior.

Los guardias ya deben habernos visto pues las puertas se han abierto ligeramente, Marcos está de pie frente a nosotros cuando llegamos.

-¿Qué rayos pasó?- pregunta.

Estamos sin aliento así que ninguno de nosotros responde, Marcos se acerca para ayudar, pero se detiene en seco al ver la herida de Roy.

-¡Malditos idiotas! ¿Cómo se les ocurre traer a un infectado?- su reacción es la adecuada, todos nosotros estamos entrenados para asesinar a la primera señal de peligro.

Escuchamos las armas siendo preparadas y levanto la mano, por la falta de aire.-Deben irse- digo entrecortada mente.

-¿Qué?- Marcos mira detrás de nosotros y siento un frío recorrer mi cuerpo.

**Nos alcanzaron** pienso y me volteó para ver detrás de nosotros.

**¿Acaso no fuimos tan rápidos como creía?**

**¿La mataron?**

Pienso en la chica de antes, pero detrás de nosotros no hay nadie. Y por un segundo siento un alivio.

**Espero que estés bien** pienso y en verdad espero que esa chica esté bien y nos volvamos a ver pronto.

-Encontramos a Roy siendo seguido por...

-Justo ahora no tenemos tiempo para relatos- digo cortando la explicación de Roger.

-Reúnan lo básico y comiencen la marcha, no sabemos cuanto tiempo pueda detenerlos esa niña- Marcos me mira con desconfianza.

-¡No me han mordido, imbécil!-grito con fastidió para que todos escuchen con atención.- Saca a todos de aquí, varios zombis subieron la montaña y seguro pronto vendrán más. Quita esa cara de perro asustado y muévete.- digo con mala cara.

-¿Te volviste loco?- pregunta Marcos con cara de pocos amigos.-¿Me pides que movilice a más de cien personas? ¿A dónde?

-Hay que bajar la montaña, para empezar-digo caminando a un lado suyo.

Los otros al lado de Marcos, dudan un momento luego me dejan pasar.

-Todos ustedes allá arriba, bajen y tomen alguna pertenencia, carguen un poco de agua, comida y un cambio de ropa. Pasen la voz, partimos en diez minutos y nadie puede quedarse.- digo a los cuatro guardias que están en la torre.

Me dirijo con prisa a mi casa la cual consta de una habitación tomo una chamarra, puesto que la anterior la perdí, un par de botas extra, algo de agua, un poco de carne seca y el reloj de mi abuelo.

Hace años que no sirve, pero era el tesoro más preciado de mi padre. Camino a la puerta y hecho un último vistazo, respiro hondo y me dirijo a la casa de Roger, luego a la de Adam y Roy.

Armo una Mochila para cada uno, ya que los demás no los han dejado entrar y no lo dejaran cruzar la barrera. Las personas que me voy topando en él caminó muchas ya llevan una mochila y se dirigen a la salida.

Me miran con miedo y no los culpo, sin embargo; sabíamos que un día esto pasaría en algún momento. Ese día llegó y es momento de dejar todo lo que conocemos atrás.

Llego con los otros, le doy la mochila a Roger y Adam.

-Él no vendrá con nosotros- alega Marcos refiriéndose a Roy y Adam lo ve con evidente enojo.

-Nadie se queda atrás-digo sin prestar atención.

-Es un peligro para todos y lo sabés, si viene con nosotros no sabemos en que va ha transformarse y no podemos correr el riesgo con todos al intemperie.-Marcos tiene razón.

Sin embargo, recuerdo lo que nos dijo la chica antes, miro el cuchillo clavado en la pierna de Roy y notó como poco a poco la herida parece limpiarse cada vez más.

-Vendra, si comienza a transformarse yo mismo lo mataré.-digo viendo con severidad a Adam.

Este primero me mirá con rabia, luego suaviza su mirada y agacha la cabeza. Se que en el fondo esta suplicando porque lo que la mujer dijo se vuelva realidad.

Que ese cuchillo limpié la herida, qué evite la infección y contenga la transformación. Adam asiente una vez y se acerca a su hermano, los demás pronto están listos, María la compañera de Marcos le entrega una mochila mientras yo me acerco a Roy.

Le colocó una mordaza por cualquier cosa y le coloco las manos hacia la espalda, le coloco unas esposas de madera hechas muy a la antigua bastante resistentes. Amarro sus pies y procedo a darle mi mochila a Roger.

Me cargó a Roy en la espalda y me volteó a ver a los demás.

-La cuestión es la siguiente, Roy fue mordido, encontramos a una mujer allá abajo, es un mutado de nivel cuatro o al menos eso creemos, nos dará tanto tiempo como sea posible para salir de aquí.

-No podemos quedarnos más aquí, sabemos que es difícil dejar nuestro hogar atrás, pero hoy debemos hacerlo, Marcos los guiará para bajar todos a salvo, nosotros bajaremos por otro caminó...

-¡Te volviste loco!-gruñe Marcos.

-Bajaremos por caminos diferentes, con un mismo destino.-digo elevando un poco la voz para que no me vuelvan a interrumpir.

-Marcos los llevará a los tráileres, una vez ahí deben subir y él los llevará a la frontera de México, saben que ahí hay otro refugió. Es más pequeño y es peligroso porque hay muchos zombis a los alrededores, pero por ahora no tenemos más a donde ir.

-Deben cuidarse unos a otros mientras estén afuera, nos veremos al pie de la montaña si todo sale bien.- digo mirando a todos.

Veo el temor en sus rostros, es el mismo temor que yo siento, pues no sé que es lo que no espera allá afuera. Siempre creímos que podríamos vivir en estas montañas para siempre... ¡Nos equivocamos!

-¿Marcos?-llamó y él se acerca con la frustración pintada en el rostro.

-Eres mi segundo al mando, sé que puedo confiar en que los llevarás a salvo.-Marcos me mira enojado, no dice nada solo asiente y se marcha.

-Escuchen, bajar puede ser peligroso. Hagan pequeños grupos de seis, en cada grupo debe ir un anciano y un niño, dos adultos y dos jóvenes. Mantenga sé siempre juntos y no dejen que nadie se quede atrás.-La voz de Marcos suena fuerte y claro.

Veo como las personas empiezan a obedecer y buscan alianzas que les resulten de provecho. La ventaja que tenemos, es que todos y cada uno de los que van en este viaje, saben pelear y usar armas.

Eso me dejá más tranquilo.

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