Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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capítulo 10: sorpresa del abuelo
Mi querido nieto,Me alegra muchísimo saber que ya te has casado; forman una pareja muy hermosa junto a tu esposa.
Quiero que ambos disfruten de un merecido viaje, así que he dejado algo de dinero para ustedes. Al recibir el sobre, César notó que había una suma considerable y miró a Arianna, quien le respondió con una expresión que indicaba que no era el momento adecuado. Él, a su vez, manifestó: Abuelo, en este momento no podemos viajar, ya que estamos en períodos de exámenes en la universidad.
A lo que respondí: No se preocupen, podrán hacerlo el fin de semana. Solo quiero que disfruten, y me encantaría recibir fotos de su viaje.
César: Abuelo, fotos.
Abuelo: Me gustaría ver si realmente has utilizado el dinero con tu esposa.
César: Está bien, abuelo, dejaremos eso para el fin de semana.
Abuelo: ¿Y tú no estás contenta?
Arianna: Por supuesto que sí, solo que no podemos viajar hasta el fin de semana. No te preocupes, enviaremos fotos.
Abuelo: Toma, hijo, estas son las llaves de su nueva casa. Ahora, váyanse, deben disfrutar de su privacidad, acaban de casarse.
Arianna tomó las llaves y dijo gracias, mientras que César hizo lo mismo. Se despidieron del abuelo.
Arianna caminaba junto a César cuando notó que su hermano se acercaba. Ella se detuvo y él le dijo: Hermana, cuídate mucho. Llámame si me necesitas; sabes que siempre estaré aquí para ayudarte.
Arianna respondió: Gracias, hermano. Te escribiré todos los días. Por favor, no te metas en problemas, ¿sí? Te quiero.
Ángel la abrazó y, a continuación, ella continuó su camino. Pasó junto a su padre sin despedirse, pero él la llamó: Arianna, hija. Ella se dio la vuelta y él le dijo,Por favor, ven aquí. El camino hacia un espacio a solas. Ella lo siguió. Él le dijo: 'Hija, perdóname por todo esto. La verdad es que tenía mucho miedo de que estuvieras en la calle y tomé esta decisión. Perdóname por el daño que te he causado. Recuerda siempre que te amo. Si las cosas no van bien con César, solo búscame en la empresa; encontraré la manera de ayudarte sin que Silvia se entere. Eres mi hija y te amo'.
Arianna lo miró, con lágrimas en los ojos, y le respondió: 'Ya es tarde para ayudarme, papá'.
Pudiste haberlo hecho antes, pero no lo hiciste; ahora es demasiado tarde.
Ángel, el padre, derramó una lágrima y reiteró: 'Perdóname, hija, te amo'.
Arianna se dio la vuelta y comenzó a caminar. Le dijo a César: 'Por favor, vámonos de aquí'.
César, confundido, preguntó: '¿Pasa algo con tu papá?'
Arianna respondió: 'Solo llévame de aquí, no quiero saber más de ellos'.
César acompañó a Arianna hasta su auto, subieron y él empezó a conducir, pero volvió a preguntar: '¿Ocurre algo con tu padre? Creo que debo saberlo'.
Arianna, entre lágrimas, dice: Debes saber que mi padre prefirió venderme a tu abuelo para que me casara contigo antes que permitirme vivir de manera independiente.
César responde: ¿Estás insinuando que no estabas de acuerdo con este matrimonio?
Arianna replica: No, por supuesto que no, pero no tengo otra opción.
César añade: Al menos has logrado salir de esa familia.
Arianna responde: Ya no quiero saber nada más de ellos, solo de mi hermano Ángel.
César concluye: Calma, lleguemos a casa y discutiremos cómo seguir adelante.