Sinopsis:
Reon, un joven aventurero, siempre sintió que su vida tenía un propósito mayor. Cuando descubre un amuleto mágico, es transportado a Elaria, un mundo fantástico lleno de misterios y peligros. Acompañado por una poderosa hechicera, un valiente guerrero, y una astuta ladrona, Reon emprende una épica misión para convertirse en el mejor aventurero y proteger a Elaria de una amenaza oscura. Pero en este nuevo mundo, el mayor desafío será descubrir su verdadero poder y enfrentar su destino.
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Capítulo 10: La Ciudad Perdida
El torbellino del portal los dejó en un lugar completamente diferente. Reon y Lysandra emergieron en un vasto valle, rodeado por montañas imponentes cuyos picos nevados se alzaban como guardianes antiguos. Sin embargo, lo que más llamaba la atención no era el paisaje natural, sino la ciudad que se extendía ante ellos.
Una ciudad perdida, oculta por siglos, se alzaba majestuosamente en medio del valle. Sus edificios, aunque desgastados por el tiempo, mantenían una grandeza que hablaba de una civilización poderosa y avanzada. Las torres altas se mezclaban con estructuras de piedra intrincadamente talladas, y puentes colgantes conectaban distintos niveles de la ciudad. La vegetación había reclamado parte de las estructuras, con enredaderas y árboles que crecían entre las grietas, pero la ciudad aún conservaba su esencia mística.
"Es… increíble," murmuró Reon, incapaz de apartar la vista de la escena frente a él. "No tenía idea de que algo así existiera en Elaria."
Lysandra, con una mirada de reconocimiento y nostalgia, asintió. "Esta es Tal'Shara, la Ciudad Perdida. Alguna vez fue el corazón del conocimiento y la magia en Elaria. Aquí es donde los más grandes hechiceros y eruditos de la antigüedad se reunían para estudiar y proteger los secretos del mundo. Pero después del Gran Cisma, la ciudad fue tragada por el tiempo, y su ubicación se perdió… hasta ahora."
Reon sintió un escalofrío de emoción. Tal'Shara era más que una ciudad; era un símbolo de todo lo que Elaria había sido y podía ser nuevamente. Sin embargo, la emoción fue rápidamente reemplazada por una sensación de responsabilidad. Si habían sido guiados hasta aquí, no era solo para admirar la historia, sino para descubrir algo crucial.
"¿Qué debemos buscar aquí?" preguntó, su voz llena de determinación.
"Tal'Shara alberga muchos secretos, pero uno de ellos es vital para nuestra misión," respondió Lysandra, su mirada escaneando la ciudad en busca de algo específico. "En el centro de la ciudad se encuentra el Templo de los Espejos. Dentro de ese templo, se dice que hay un artefacto capaz de revelar verdades ocultas y de mostrar el camino hacia el futuro. Debemos encontrarlo."
Sin perder más tiempo, comenzaron a descender por el sendero que conducía a la ciudad. El camino era empinado y estaba cubierto de piedras sueltas, pero Reon y Lysandra avanzaban con cuidado, sabiendo que cada paso los acercaba más a su objetivo. A medida que se acercaban a las puertas de la ciudad, podían sentir la presencia de una magia antigua en el aire, un poder que aún latía bajo las piedras de Tal'Shara.
Al entrar en la ciudad, Reon no pudo evitar admirar la arquitectura a su alrededor. Los edificios, aunque en ruinas, mostraban una maestría en la construcción que era asombrosa. Las paredes estaban adornadas con grabados de figuras míticas, escenas de antiguas batallas y símbolos que él no podía descifrar. Todo parecía contar una historia que había sido olvidada por el resto de Elaria.
Mientras caminaban por las calles desiertas, Lysandra se detuvo frente a un edificio más grande que los demás. "Aquí estamos," dijo, señalando la imponente estructura frente a ellos. "El Templo de los Espejos."
El templo era un edificio de piedra blanca, con enormes columnas que sostenían un techo en forma de cúpula. Las puertas, aunque parcialmente abiertas, eran de un metal oscuro que no había sido afectado por el paso del tiempo. Grabados de espejos adornaban las paredes exteriores, reflejando la luz del sol de una manera que hacía que la estructura pareciera brillar con un resplandor propio.
Reon sintió una mezcla de expectación y temor mientras se acercaban a la entrada. Había algo en el aire que le decía que lo que estaba dentro del templo cambiaría el curso de su misión, y posiblemente, de toda Elaria.
Al entrar, fueron recibidos por un vasto salón, iluminado por la luz natural que se filtraba a través de cristales en el techo. En el centro del salón, una gran sala circular estaba rodeada por una serie de espejos, cada uno de ellos colocado en un ángulo preciso. Era evidente que los espejos no estaban allí solo como decoración; tenían un propósito más profundo.
"Estos espejos son los guardianes del conocimiento," explicó Lysandra mientras se acercaba al centro de la sala. "Cada uno de ellos refleja una verdad, un fragmento de la historia de Elaria. Pero para encontrar lo que buscamos, debemos activar el mecanismo que los conecta."
Reon observó los espejos con fascinación, notando cómo cada uno parecía reflejar algo diferente, aunque ninguno de ellos mostraba su propio reflejo. Era como si los espejos estuvieran mirando a otro lugar, a otro tiempo. Sabía que para activar el mecanismo, necesitarían más que fuerza; requerirían conocimiento y precisión.
Lysandra comenzó a recitar un antiguo encantamiento, y los espejos comenzaron a brillar con una luz suave. Lentamente, los reflejos en los espejos comenzaron a cambiar, mostrando escenas del pasado, momentos cruciales en la historia de Elaria. Reon vio cómo se desplegaban batallas, rituales mágicos, y el surgimiento y caída de imperios. Cada espejo contaba una parte de la historia, y juntos, formaban un mosaico de todo lo que Elaria había sido.
De repente, uno de los espejos en el centro comenzó a brillar más intensamente que los demás. La luz que emanaba de él era diferente, más pura y enfocada. Lysandra se acercó a ese espejo en particular, sus ojos llenos de asombro.
"Este es el espejo que necesitamos," dijo en voz baja. "Es el Espejo del Destino. Refleja no solo el pasado, sino también posibles futuros. Si logramos activar completamente su poder, nos mostrará lo que debemos hacer para salvar Elaria."
Reon se acercó, sintiendo la energía emanando del espejo. Sabía que este momento era crucial. Con cuidado, colocó su mano sobre el marco del espejo, sintiendo un pulso de poder que lo conectaba con la esencia misma de Elaria. Por un instante, todo a su alrededor desapareció, y solo quedaron él y el espejo.
En ese momento, el Espejo del Destino comenzó a mostrar una visión. Reon vio imágenes de un futuro posible: Elaria en ruinas, consumida por un caos inimaginable, pero también vislumbres de esperanza, de un mundo renacido bajo una nueva luz. En el centro de esa visión, se encontraba él, enfrentando un desafío que aún no comprendía por completo.
"Este es el futuro que debemos evitar," dijo Lysandra, observando la visión junto a él. "Pero para hacerlo, debemos seguir las indicaciones del espejo, encontrar los artefactos que protegerán Elaria, y derrotar a aquellos que buscan su destrucción."
La visión se desvaneció, y Reon retiró su mano del espejo, sintiéndose más decidido que nunca. Ahora sabían lo que debían hacer, pero también sabían que el camino sería peligroso y lleno de incertidumbres. Sin embargo, con el poder del Espejo del Destino guiándolos, estaban listos para enfrentar cualquier cosa que se interpusiera en su camino.
"El siguiente paso nos llevará más allá de Tal'Shara," dijo Lysandra, con una determinación renovada en su voz. "Debemos encontrar los otros artefactos y unir su poder. Solo entonces tendremos una oportunidad de cambiar el destino de Elaria."
Reon asintió, listo para seguir adelante. Con un último vistazo al templo y a la ciudad que los había acogido, se prepararon para salir de Tal'Shara. El viaje que los esperaba sería más arduo que nunca, pero ahora tenían una nueva fuerza y claridad.
Al dejar atrás la Ciudad Perdida, Reon no pudo evitar pensar en las palabras de Lysandra. La historia de Elaria estaba viva en ellos, y el futuro del mundo dependía de lo que harían a continuación.