La Reina De La Mafia

A las 9:00 de la noche, Azka regresó a la mansión de la familia Anderson, donde fue recibida de inmediato por todos los miembros de la familia.

"Azka, cariño, ¿dónde has estado?", preguntó Anadia, acercándose a Azka para abrazarla, pero Azka se apartó rápidamente, lo que provocó que Anadia cayera al suelo.

"AZKA, ¿NO PUEDES SER UN POCO MÁS RESPETUOSA CON TU MADRASTRA?", gritó Abraham, ayudando a Anadia a levantarse.

Sin prestar atención a las palabras de Abraham, Azka pasó de largo y subió las escaleras para dirigirse a su habitación.

"Con razón tu madre murió, si tu madre estuviera viva, tal vez se avergonzaría de tener una hija como tú", dijo Abraham sin remordimientos.

Azka, al escuchar las palabras de Abraham, se detuvo y se giró para mirar a Abraham con una emoción que ya había llegado a su punto máximo, pero el color de sus ojos, que antes era marrón, ahora se volvía verde.

Azka avanzó hacia Abraham, con Abraham retrocediendo hasta chocar contra la pared.

"Az...azka, tu...tus ojos", dijo Abraham al ver que los ojos de Azka cambiaban de color.

"No es asunto tuyo", dijo Azka, sacando una navaja de bolsillo.

Anadia, Danu y Sasa, al verlo, sintieron miedo y preocupación.

"PAPÁ", dijeron los tres.

"Danu, detenla, ella no es Azka", pidió Abraham.

Danu se acercó de inmediato a Azka, que estaba a punto de apuñalar a Abraham.

"Hermana, reacciona, hermana, él es nuestro padre", dijo Danu, tratando de calmar a Azka.

Pero Azka no se inmutó en absoluto, sino que acercó su navaja al cuello de Abraham.

"Cómo te atreves a hablar de mi madre", dijo Azka con un aura y una mirada muy penetrante y aguda.

Abraham, al ver el cambio de su hija, sintió miedo y tembló.

"Lo...lo siento, papá, no quise decirlo", dijo Abraham, que ya estaba débil, temblando de miedo.

"Hermana, no hagas esto, a mamá seguro que no le gustaría", dijo Danu, haciendo reaccionar a Azka.

Azka, al escuchar las palabras de Danu, cerró los ojos y luego los volvió a abrir, luego se dio cuenta y dejó caer su navaja.

"Si vuelves a hablar de mi madre, tu vida se extinguirá en mis manos", amenazó Azka, luego golpeó la pared justo al lado de la cabeza de Abraham.

¡BUGH!

La pared que antes era lisa se agrietó, después de golpear la pared, Azka se dio la vuelta y entró en su habitación.

"¿Por qué mi hermana pequeña es tan fuerte?" pensó Danu, mirando la pared que ya estaba agrietada.

"Qué fuerte", se asombró Sasa.

Abraham respiró aliviado, Danu se acercó de inmediato a Abraham.

"Papá, ¿estás bien, papá?", preguntó Danu.

"Papá está bien", dijo Abraham, que aún intentaba recuperarse del susto.

Sasa le trajo agua potable a Abraham.

"Papá, bebe esto primero", dijo Sasa, entregándole un vaso de agua.

"Sí", dijo Abraham, tomando el agua y bebiéndola.

"Por qué no la mató de una vez, si él muere, me resultará fácil tomar su riqueza", pensó Anadia, chasqueando la lengua con irritación.

Dentro de la habitación de Azka.

Estaba confundida sobre por qué sus ojos podían cambiar de color, luego se miró al espejo y apareció una mujer que era el altar ego de Azka.

"¿Quién eres?", preguntó Azka en su interior.

"Tranquila, no tengas miedo, soy parte de ti, soy Azkira, tu altar ego", respondió Azkira, el altar ego.

"¿Cómo es posible?", preguntó Azka en su interior.

"Si alcanzas tu punto máximo de emoción, entonces yo tomaré el control de tu cuerpo", respondió Azkira.

"¿Sé todo lo que haces?", preguntó Azka.

"Por supuesto que lo sabrás, pero si controlo tu cuerpo durante demasiado tiempo, te sentirás débil e incluso te desmayarás", respondió Azkira.

Luego, Azka fue al baño y se limpió el cuerpo, se bañó en la bañera durante 15 minutos, después de eso, se fue a dormir.