Guardianes De La Tierra

Los guerreros van desarrollando y familiarizándose con sus poderes, poco a poco van escalando nivel, van entendiendo cada vez más porque es tan importante salvar el planeta.

Pero sus voces les han comunicado que ellos deben viajar a Australia y como punto de encuentro debe ser en la cima  del monolito sagrado, el Uluru, nombre dado por los nativos, mundialmente conocido como Eyes Rock.

Las voces escuchan con paciencia a los guerreros y sus problemas para hacer el viaje.

La guerrera África tiene dinero, pero no tiempo, aún no es temporada de vacaciones. La guerrera Europa tiene vacaciones pero su salario no cubre los gastos y estadía en Australia, el viaje es largo para ella no esta acostumbrada a viajar fuera del país. La guerrera Asia solo tiene disponible una semana libre, pero no tiene los medios para solventar los gastos.  Guerrero blanco tiene su asistente enfermo y no tiene a quien dejarle el negocio. El guerrero verde ya hizo sus quince diás de vacaciones, y pedir permiso no sería una buena idea y menos para un viaje tan largo. El guerrero rojo, tiene dinero pero los escolares aún no salen de vacaciones, es más están en semana de exámenes. Al Guerrero Negro sus vacaciones están a dos meses de la fecha.

Lo que no saben los guerreros es que sus poderes han evolucionado más de lo que creen, sus voces les informan que ellos tienen la facilidad de teletransportarse, hicieron la prueba y todos se encontraron en el punto de encuentro.

Allí ellos son atendidos por una voz.

- Buenas noches a todos los guerreros, espero que hayan tenido un buen viaje.

-¿Para que nos hizo venir hasta aquí? – se quejó guerrera Europa. – muchos venimos de lejos.

- ¿Por qué  precisamente aquí? – preguntó  la guerrera África.

- Estamos invadiendo un espacio sagrado para los nativos de este país. – se incomoda el guerrero verde.

- Entiendo, para nadie es fácil hacer un viaje tan largo y en última instancia, pero no es en vano.

- ¿Qué es lo que tienes que decirnos?

- Soy el pasado de la guerrera perdida. Ella se llama Oceanía, supuestamente aquí abajo debería estar enterrada, pero durante el funeral su cuerpo fue profanado. Su amuleto está aquí, sobre el suelo.

La guerrera Asia, hace un fuego para iluminar el área, el guerrero rojo levanta el objeto y era un cinturón con los engastes vacíos.

- Los engastes están vacíos. – comentó el guerrero blanco.

- Ese es el motivo por el que ella está perdida, si ustedes me ayudan a encontrar las piedras preciosas que lo conforman podrán hallarla.

- ¿Nosotros? – al guerrero negro no le parece.

- Esa misión es de ustedes. Ella debe sacrificarse para poder liberar su poder. Ella no es como ustedes que tenían el poder dormido.

- ¿Qué quieres decir exactamente? – la guerra Asia intenta entender.

- La  guerrera no tiene poder, ni siquiera está dormido, el amuleto esta roto, hay que reconstruirlo.

- En pocas palabras… - la guerrera Europa espera una conclusión.

- Es como si la guerrera debiera volver a nacer.

Ningún guerrero entiende, por más que lo intentan.

- Les explico, cada uno de ustedes, en su vida pasada dejaron hijos, y ellos hicieron hijos, y así sucesivamente hasta el día de hoy. Por eso el poder se durmió. Pero Oceanía fue asesinada, ella se fue del mundo sin dejar descendencia.  Los profanadores rompieron el amuleto por que no tenía sentido dejarlo intacto, no había descendencia quien reclamará el poder de la antecesora.

- Ahora todo tiene sentido. – comenta el guerrero blanco – pero dinos, ¿Cómo eres? Facilítanos la búsqueda.

- En ambas palmas de mis manos tengo una marca en forma de uve, la marca nace de la base del meñique y de las bases de los anulares y termina traspasando la segunda transversal.

- Bueno, ya es algo. Tenemos una pista.

- Búsquenla sin parar, la humanidad está a punto de vivir la etapa más oscura de su existencia.

- ¿Qué va a pasar? – La guerrera Asia está preocupada.

- Muchos acontecimientos son políticos, pero los más extraños son naturales.

- ¿Hay algún otro rasgo que nos ayude a identificarla más rápido? – preguntó el guerrero negro.

El silencio fue total, los guerreros quedaron solos.

- Pues bien, tenemos un trabajo difícil – concluyó  el guerrero verde.

- Yo soy comerciante – comentó el guerrero blanco – quizás yo pueda conseguir algunas piedras preciosas.

- Pensando un poco – reflexiona la guerrera Europa – no sabemos por cuantas manos hagan pasado esas piedras, algunas de repente fueron modificadas para hacer joyas.

- No digas eso, de lo contrario, sería misión imposible. - dijo el guerrero rojo.

- A veces hago viajes exploratorios quizás encuentre algo. - comentó el guerrero verde.

- Oigan, ahora que me acuerdo – dijo el guerrero blanco – mi pasado me dijo que la guerrera es princesa.

- Si, algo así, también mi pasado me dijo. – recordó el guerrero negro.

- Lo que sea – dijo el guerrero rojo – tenemos el cinturón y a medida que encontramos las piedras debemos unirnos y tratar de encajarlas. Propongan un punto estratégico.

- Que sea aquí. – propone el guerrero verde – aquí  descubrimos la identidad a medias de la guerrera, aquí fue nuestro primer encuentro.

- Las chicas están mudas. – el guerrero blanco busca a las chicas.

Ellas estaban conversando, parecían muy ocupadas.

- ¡Ay! Las mujeres, ahora van a charlar toda la noche.

La guerrera Asia escuchó el comentario y chasquea los dedos para apagar el fuego.

- ¡Oh!, se fue la luz no veo.  - reclamó el guerrero negro

- Manos a la obra, se nos va el tiempo. Regresamos a casa, fue un gusto conocerlos. – el guerrero rojo se despide.

Al despedirse uno de ellos, se fueron el resto. Abandonaron Australia, pero no para siempre, tienen que armar el cinturón conforme encuentran piedras preciosas. El trabajo no es nada fácil, son muchas piezas, y de la guerrera perdida casi no tienen información.

Ellos han retornado a casa: Jun He y  Junk Tae se van a descansar,  ellos también están de noche, pero Rafika y  Abdul  tienen una diferencia horaria entre siete y ocho horas respectivamente, por lo tanto, son las cuatro y cinco de la tarde, todavía tienen actividades que hacer antes de ir a dormir, para Lucie y Callum, ellos tienen una diferencia horaria de nueve y diez horas respectivamente, por lo tanto deben seguir trabajando. Para Mark la diferencia horaria es de quince horas, es decir son las diez de la mañana.