DESTINO Y FEROMONAS

El tiempo pasaba con normalidad, Luc seguía su vida con el curso de esta misma, trabajaba a más no poder, saturaba su mente de trabajo hasta el punto de soñar con aparatos tecnológicos para no soñar más con el Omega que le condenó el sueño todas las noches, solo iba a casa a dormir y a asearse para al otro día llegar a la oficina a trabajar, la empresa iba a pedir de boca y su padre estaba feliz en cuanto su rubro laboral, porque por otro lado la insistencia de que su hijo tuviera pareja era pan de cada día en la vida del alfa.

Por otro lado Luan seguía de la misma manera su vida, solo que con una diferencia, él estaba ansioso hacia un par de días… Cosas que antes no le daban miedo ahora lo hacían temer... dormía poco en las noches porque tenía sueños en los que un lobo se lo llevaba a una cueva para después jamás volver por él... Lloraba de sentirse ahí solo, ese sueño se repetía en múltiples ocaciones y lo despertaba de madrugada sudando al sentir la oscuridad del cuarto, ahora dormía con una lámpara de noche encendida y con música o la televisión encendida para que su cabeza supiera que no estaba solo, y la conciencia no le jugará malas pasadas, ya había pasado anteriormente, se despertaba sintiendo tanto miedo que buscaba todo lo que le diera seguridad y hacia un ovillo en la cama rodeado de las cosas que podían calmarlo, a veces esas crisis de ansiedad eran demasiado fuertes.

Estaba en su alcoba, hacia ya días que no dormía bien incluso si ya no pensaba tanto en aquel alfa...

Se recostó en su cama y sin darse cuenta a qué hora se quedó dormido, el sueño era el mismo pero ahora había algo diferente... el mismo lobo, negro de ojos profundamente azules paseaba alrededor de el meneando su esponjosa cola para después dar un lengüetazo a su cara, Luan sonreía y lo acariciaba, el lobo se echaba al piso y el podía montar su suave pelaje para ir a la misma cueva de la que tenia terror, sin embargo el desenlace era el mismo, lo mismo pasaba el lobo se iba y lo dejaba..

El gritaba por ayuda estaba oscuro nadie veía ni venía... oía llantos sollozos tan crudos que casi podía sentirlos oprimiendo su corazón... camino a tientas en esa cueva al divisar que una tenue luz se distinguía al final... los sollozos se hacían más intensos hasta que pudo ver en la luz a una mujer hermosa sosteniendo un par de cachorros de lobo que sollozaban mientras la mujer los abrazaba... eran hermosos un cachorro negro con ojos color miel de un pelaje precioso… y una cachorra blanca preciosa de ojos azules intensos como el mar… la mujer que los abrazaba sollozaba junto con ellos acariciando sus orejas y calmando su llanto...

Luan quiso acercarse a ellos pero al encontrarse con los ojos color miel de la mujer quedó paralizado… la había visto en más de una ocasión en sus sueños y no era ninguna extraña, era nada menos que su luna... su luna era quien lloraba triste en esa cueva sosteniendo a ese par de cachorros que también estaban tristes… a lo lejos podía oír el aullar de un lobo que denotaba dolor… pero por más que quería no podía moverse.. solo cayó de nuevo en la oscuridad y esa desesperación lo hizo despertarse.

-Noooooo… mi.. mi ..luna, está sufriendo, ¿que pasa? ¡¿por qué me siento así?!

Las ganas de llorar lo invadieron así como el ardor en la garganta que indicaba que estaba a punto de vomitar lo poco que había conseguido comer en ese día.

Llevaba días sin comer bien porque se sentía tan “ansioso” que todo le daba náuseas.

Incluso los mejores postres ya que era amante de las cosas dulces, le resultaban asquerosos, corrió al baño y devolvió todo aquello que tenía su estómago.

-Esto no está bien… ¿porque estás sufriendo amiga?… ¿que es lo que te tiene tan herida? -le preguntaba a su luna interna mientras el dolor en su pecho crecía.

Fue a su cama no antes de cepillar sus dientes y prometer que iría al médico a la mañana siguiente.