ESCLAVOS DEL DESEO.

Mía.

Ya ha pasado un mes desde que estoy aquí, donde mi tía he estado aprendiendo las cosas básicas de defensa personal, ya que así mi tía lo quiso. La verdad, no tengo idea el porqué solo contacto a una chica profesional para que me de clases. Obviamente, mi tía se ofreció a pagarlo completo ella sola, pero le dije que la ayudaría de igual forma. Me está pagando solo por mantener el jardín muy bien cuidado y pienso que también por aprender defensa.

Lo último que supe de Rubí y de el, fue que se casaron. Sofía vino a visitarme el mismo día que se casaron y me dijo que todo había sido muy aburrido, que había ido muchas personas importantes gracias a Rubí, que pidió que las invitaran. Pensé en ir para arruinarle un poco el día a Rubí, pero después me decidí a no ir.

Daniel sigue molestandome, pero gracias a un chico que conocí, gracias a mi tía se ha alejado un poco. Viene casi siempre a verme y platicar conmigo; es amable y lindo, pero no debo confiar como lo hice con Daniel. Ahora, cada vez que puede me molesta, aunque le he echo creer que Mario y yo somos pareja y que, si me seguía molestando se lo iba a decir a su novia y a Mario. Ya lleva varios días sin molestarme.

— Mía — escucho la voz de Marisol.

— Pasa Mari — digo sin apartar la vista de la laptop que mi tía me ha regaló para mis clases de español.

 Gracias a ella, he retomado las clases de idiomas como Inglés, Alemán, italiano, chino mandarín y ahora Español, que desde que tengo diez años estoy en clases de español gracias a mi madre. El español es un poco difícil de aprender, ya que en muchos países tienen acentos y las palabras cambian, pero se muchas cosas en español.

— Tienes visita, Mía. Mario ha traído un ramo de rosas hermosas — dice sonriendo entrando a la habitación— Levántate, vamos, no dejes esperando a ese muchacho.

— Ya, ya voy. dile que me espere un momento — digo devolviéndole la sonrisa. Mario siempre me ha traído flores, pero rosa nunca ha traído. Sabe que es una de mis flores favoritas.

Mario es hijo de unos inversionistas de mi tia, vive cerca del rancho; sus padres tienen varios ranchos cerca y también tienen un negocio en la cuidad. Es un buen muchacho.

Cierro mi laptop, me miro al espejo y salgo de mi habitación. Al bajar, Mario estaba sentado en los muebles, esperando por mi, charlado con mi tía.

— Hola, Mario — digo, acercándome a saludarlo y dejarle un beso en la mejilla.

— Hola, Mía, ¿Como estas ? — dice el con una sonrisa.

— Bueno, yo los dejo solos para que hablen — dice mi tía, dedicando una sonrisa.

— Las traje para ti — dice Mario — se que son de tus favoritas, y las quise traer para pedirte algo.

— Muchas gracias,Marío. No te hubieras molestado — digo tomando las rosas — Pero ¿Que me vas a pedir? — añado.

— Llevamos un mes hablando y pensé que quizás podríamos salir como algo más que amigos, como...Novios — dice sonriendo.— pero si no quieres, no pasa nada, yo puedo esperar.

— Mario, te agradezco tu compañia y tu amistad, y las flores que siempre me traes, pero no puedo aceptar — Digo mirandolo a los ojos.

— Está bien, entiendo. No pasa nada, pero ¿Podría saber por qué? — Pregunta serio y quizás pensó que yo aceptaría, pero no, después de lo que mi padre le hizo a mi madre y lo que pasó con Daniel no quiero saber de relaciones, no relaciones que te lleven a ser más que amigos.

—Mario, eres un chico apuesto, inteligente, amable y con un enorme corazón, corazón que no me gustaría romper. No estoy interesada en tener una relación en estos momentos, no por ahora — digo totalmente sería — Pero podemos seguir siendo amigos.

— Entiendo, claro podemos seguir siendo amigos, solo amigos — dice y le noto la tristeza en el rostro.

— Si, Mario eres un buen chico y no debes dejar que nadie destruya tu corazón. No te pongas mal solo entiende, no soly la chica indicada — digo y me acerco y le dejó un suave beso en sus labios — No lo tomes a pecho, solo quiero que no te sientas tan mal por no querer ser tu novia, así que para compensarte te regalo ese beso.

— No te preocupes, estoy bien — dice con una sonrisa.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Jehan.

Este mes ha sido un infierno vivir con Rubí; se cree la esposa del presidente a todo trata mal. A todos los quiere pisotear. Llega en la oficina y si no le hacen caso a sus órdenes, tiene el descaro de despedir a los empleados. No la soporto ya solo quiero que nazca el bebé y se quede en casa cuidándolo.

— Eres una inútil, te pedí un jugo de piña, no de naranja — escucho a Rubí decirle a mi secretaria.—Ahora tráeme mi jugo de piña o te vas patitas a la calle.

— Señora, pero...— dice mi secretaria, pero la interrumpo.

— Basta, Rubí, solo toma el jugo es igual, piña, naranja, es lo mismo, solo tomalo y deja a mi secretaria en paz — digo molesto.

— Como crees, osito, es una buena para nada pero ahora mismo se va de este lugar — Dice levantándose.

— Ya Rubí, cállate por una vez en tu puta vida, ella no va a ningún lado, la que se va eres tú. Ya me tienes cansado con lo mismo. Todos los días están echando al personal y está no es tu empresa. Vete a la casa y haz cosas allá, no vengas a molestar aquí porfavor — digo molesto más que nunca, Rubí se queda en silencio al verme molesto solo toma su bolso y sale de la oficina echa una furia.

— Perdón que me meta señor, pero ¿por qué se casó con la señora Rubí? Sé nota que usted no la quiere y que ella solo lo quiere por lo que usted le pueda dar — Dice Laura mi secretaria.

—Lo se Laura, solo estoy con ella por el bebé que lleva en el vientre — digo sin mirarla.

— El supuesto bebé, señor. Ya lleva un mes viniendo a la oficina y yo no veo ni siquiera un rastro de la panza — dice sería — No soy nadie para involucrarme en sus asuntos, pero es la verdad. Ahora, con permiso.

Me quedo solo y es cierto lo que dice Laura. Rubí nunca se quiere dejar revisar por los médicos de la familia y siempre que va a hacer sus chequeos nunca quiere que vaya con ella. Pero mejor esperaré más tiempo. Un bebé no crece de un día a otros.

-Jhoenny.