Ojos Súper Asombrosos

James comenzó a contar que en el pasado era muy poderoso, pero que su enemigo le había dado un veneno que lo había dejado inconsciente.

Cuando recuperó el conocimiento, James se dio cuenta de que sus piernas estaban cubiertas de sangre y no podía volver a moverlas. Desde ese día, todo lo que tenía le fue arrebatado, por lo que solo podía vivir como ahora con su hermana menor.

"¿Y qué puedes ofrecerme?", preguntó Samuel, al darse cuenta de que James ya no era tan poderoso como antes.

"No te preocupes, si me recupero, hay muchas cosas que puedo hacer fácilmente, ¿qué te parece?".

Samuel se quedó pensativo, con la mano en la barbilla. Activo su súper visión y en su mente apareció la forma de curar las heridas de James.

Samuel solo necesitaba insertar unas agujas de plata, junto con la infusión de su energía interna, para que James pudiera volver a caminar.

Para Samuel, curar las heridas de James era algo muy fácil.

"¿Y bien, se puede curar?", preguntó Mónica, al ver que Samuel se quedaba callado.

"Déjalo ya, Mónica, no es fácil curar esta pierna, ni siquiera los médicos más famosos pudieron hacer nada", dijo James con resignación, sobre todo al ver que Samuel se quedaba callado.

"Yo puedo curarlo", dijo Samuel con seguridad.

"¿Qué?", James se sorprendió.

"¿De verdad?", Mónica se entusiasmó.

"Pero no ahora, necesito tiempo para poder curarlo", Samuel tenía que encontrar primero las agujas de plata adecuadas, tal y como había visto en su mente.

"Bien, si puedes curarme, te estaré muy agradecido", gritó James, muy emocionado.

Mientras tanto, Mónica corrió de repente y abrazó a Samuel.

"Muchas gracias", dijo Mónica, con las mejillas sonrojadas por haber abrazado a Samuel.

"No hay de qué", Samuel no esperaba que Mónica deseara tanto la recuperación de su abuelo.

Un rato después, Samuel comenzó a alejarse de allí, sin esperar que ocurriera algo así.

Mientras tanto, en otro lugar, en una lujosa casa, Laura yacía en su cama, sujetándose el vientre de dolor.

"Doctor, ¿cómo está mi hija?", dijo Danar con voz preocupada, viendo a su hija dolorida.

El médico, que le había hecho varias pruebas, parecía confundido y desconocía la causa del dolor de estómago de Laura.

"Señor Wibawa, lo siento, no encuentro ninguna enfermedad en su hija", explicó el médico.

"Esto... solo puedo darle analgésicos", el médico comenzó a recoger su equipo y se marchó.

Laura volvió a tomarse las pastillas para el dolor, pero al cabo de una hora volvió a gritar de dolor, agarrándose el vientre.

Ver a su hija en ese estado hacía que Danar se sintiera triste y afligido. Había hecho venir a varios médicos de renombre de muchos hospitales famosos, pero ninguno pudo hacer nada.

Finalmente, Danar hizo un anuncio en los medios de comunicación: quienquiera que pudiera curar a su hija recibiría una recompensa de 30.000 millones.

Cuando se hizo el anuncio, muchos médicos y personas inteligentes acudieron a intentar curar a Laura porque deseaban la cuantiosa recompensa. Sin embargo, todos fracasaron y fue en vano.

En otro lugar, Kalisa y su abuelo estaban sentados en la tienda, disfrutando de una taza de té. Pero de repente, su abuelo se cayó lentamente de la silla.

"Ay, me duele, no puedo respirar", dijo el abuelo, que ya estaba tirado en el suelo.

Kalisa se asustó mucho e inmediatamente se arrodilló para comprobar el estado de su abuelo.

"Abuelo, ¿qué pasa? No me asustes, ¿cómo estás?", gritó Kalisa, asustada al ver que su abuelo se desvanecía poco a poco.

"Kali... sa", el abuelo intentó levantar la mano para tocar la mejilla de Kalisa, pero de repente su mano cayó al suelo, seguida del abuelo, que ya estaba inconsciente.

"Abuelo, despierta, no dejes a Kalisa", gritó Kalisa, llorando.

Kalisa intentó mover el cuerpo de su abuelo con las manos, pero este ya no se movía.

Kalisa estaba muy preocupada y corrió fuera de la tienda en busca de ayuda. Kalisa empezó a mirar a la calle y vio a un joven al que le resultaba familiar, era Samuel.

"¡Samuel!", gritó Kalisa mientras corría a toda prisa hacia él.

"¿Qué pasa?", Samuel no tuvo tiempo de preguntar, Kalisa le agarró la muñeca y lo metió en la tienda.

En cuanto entró, Samuel se sorprendió al ver al abuelo de Kalisa tirado en el suelo, inconsciente.

"¡Samuel, ayúdame, no quiero que le pase nada al abuelo!", Kalisa volvió a llorar, como olvidando los problemas que había tenido con Samuel.

Samuel usó inmediatamente el poder de sus ojos y supo que el abuelo había sufrido un ataque al corazón.

"Kalisa, tu abuelo ha tenido un ataque al corazón", dijo Samuel.

Al oír esto, Kalisa se sorprendió y se preocupó mucho. Sacó su teléfono para llamar a una ambulancia, pero Samuel la detuvo de repente.

"¡Kalisa, detente! Tu abuelo morirá antes de que llegue la ambulancia".

"Entonces, ¿qué debo hacer? No quiero que mi abuelo muera", Kalisa estaba muy preocupada.

"Tranquila, puedo salvarlo", Samuel miró el cuerpo del abuelo.

"¿Eres médico?", Kalisa se sorprendió al oír decir esto a Samuel.

"No soy médico, pero estoy seguro de que puedo ayudarle", Samuel, que poseía unas habilidades extraordinarias y una súper visión, superaba con creces las capacidades de un médico.

Un médico normal no sería capaz de salvar al abuelo de Kalisa, que estaba moribundo, mientras que para él era pan comido.

"Entonces, por favor, salva a mi abuelo, haré lo que sea si se salva", Kalisa quería mucho a su abuelo, ya que era su único familiar vivo.

Al oír esto, Samuel empezó a mirar el cuerpo de Kalisa de arriba abajo. Samuel sintió algo extraño en el cuerpo de Kalisa.

Kalisa, al ser observada por Samuel, se sintió molesta de repente, sintió que Samuel la miraba con ojos lujuriosos.

Después, Samuel se agachó y le quitó la camisa al abuelo de Kalisa. Inmediatamente, Samuel cogió cinco agujas de plata que había comprado antes.

Samuel acababa de comprar estas agujas e iba a usarlas para curar la pierna de James.

Samuel las clavó inmediatamente en los cinco puntos vitales alrededor del corazón del abuelo. Cada aguja hacía fluir energía pura procedente de Samuel.

Al ver lo que hacía Samuel, Kalisa se quedó sorprendida. La habilidad de acupuntura de Samuel parecía muy buena.

Al cabo de un rato, los dedos del abuelo también empezaron a moverse. El abuelo recuperó el conocimiento y empezó a abrir lentamente los ojos. Samuel comenzó a quitarle todas sus agujas de plata.

Al ver esto, Kalisa se sintió aliviada y feliz al instante. Abrazó a su abuelo y se echó a llorar.

"Abuelo, estaba muy preocupada, me ha dado algo", Kalisa lloró en el hombro de su abuelo.

El propio abuelo se sorprendió de haber sobrevivido y se dio cuenta de que Samuel estaba a su lado.

"Kalisa, ¿quién me ha salvado?"

"Samuel, él ha salvado al abuelo con acupuntura".

Al oír esto, el abuelo no se podía creer que, además de ser capaz de tasar antigüedades, Samuel también tuviera conocimientos de acupuntura. El abuelo empezó a admirar la figura de Samuel.

"Samuel, gracias por salvarme, estoy en deuda contigo", dijo el abuelo.

"No hay problema, me voy entonces", Samuel empezó a alejarse de Kalisa y su abuelo.

Ahora el abuelo sentía que le debía la vida a Samuel. Viendo a Samuel marcharse, el abuelo le dijo a Kalisa que lo persiguiera y le diera las gracias por su ayuda.

Kalisa pensó lo mismo, si no fuera por Samuel, probablemente habría perdido a su abuelo para siempre. Kalisa se levantó inmediatamente y fue tras Samuel.