Eras Tú.

Bastian como todo un caballero abrió la puerta y ayudo a su amada Mabel a subir, cerro y de inmediato subió él, pues no quería demorar más tiempo para llevarla al lugar donde sería la cena.

Encendió el motor y manejo por las calles de Ragusa hasta llegar al puerto, Mabel solo lo veía sin decir una sola palabra.

Bajaron del auto, se tomaron de la mano y caminaron por los embarcaderos hasta llegar al yate, Bastian la guio y la ayudo a pasar por el pequeño puente.

Mabel solo veía el lugar sorprendida, pero muy encantada por el gran detalle de Bastian, entrelazaron sus manos y caminaron a la parte delantera del yate.

Pero antes de llegar Bastian cubrió los ojos de Mabel con sus enormes manos y solo le susurro — tranquila, ¿confías en mí?.

Mabel asintió a su pregunta, pues ella no necesitaba pensar, ella desde que lo conoció siempre ha confiado ciegamente en él.

Caminaron a paso corto, pero seguro hasta que nuevamente Mabel escucho esa voz varonil, esa misma que le erizaba cada vello de su cuerpo.

— espero te guste— Bastian quito sus manos y espero a la reacción de Mabel, quien al ver esa pequeña mesa adornada con velas, pétalos y un enorme, pero muy hermoso ramo de flores.

Mabel volteó a verlo y solo lo abrazo, no dijo una sola palabra, pero para Bastian era más que suficiente, pues ese cálido abrazo expresaba mucho más que una simple palabra.

Al separarse Mabel tomo la iniciativa y lo beso lentamente poniendo su mundo de cabeza, ambos sonrieron como adolescentes, Bastian deslizó la silla y esperó a que su hermosa acompañante se sentará.

Trajeron bebidas libres de alcohol, pues en esta ocasión Bastian quería estar lúcido para todo lo que se vivirá en esta noche.

Mabel vio los vasos y solo observó a ese hombre guapo, que sin dudar su corazón ya le pertenecía a él, alejo la bebida de ella y solo negó — tranquila, es bebida sin alcohol, yo jamás te obligaría a tomar algo que no te gusta.

Asintió gustosa por cada palabra que salía de su boca, tomaron sus vasos y brindaron— por nosotros y nuestro reencuentro.

Dijo Mabel inmensamente feliz, pues siempre soñó y deseo volverlo a ver, pero jamás imagino que en el lugar menos pensado sus caminos se cruzarían.

— que así sea y que este encuentro nos una para nunca separarnos— Mabel asintió mientras que su rostro se ponía roja por cada palabra sincera, pues ambos deseaban qué su amor continuará y que esta vez traspasara fronteras y a la vez sea totalmente invendible.

Cenaron bajo la luz de las velas, todo era tan romántico que el momento era mágico entre ambos, al terminar una melodia se comenzó a escuchar, siendo esa misma melodia de cuando niños escuchaban una y otra vez, pues cada palabra era como estar contando su propia historia de amor.

Bastian se levantó e invitó a su bella acompañante a bailar, y ese momento era único y sería grabado en su mente para la posteridad.

Sus cuerpos con suavidad se movían al compás de la melodia, enfrascándolos más en esa hermosa burbuja del amor, porque aunque los años siguieran pasando ese amor seguía tan vivo como cuando se enamoraron.

Bastian la hizo que girará lentamente mientras el tomo ese muy corto tiempo para arrodillarse mientras le preguntaba— ¿te acuerdas cuando nos prometimos amor eterno?.

— si, lo recuerdo Bastian, pero, ¿porque me preguntas si lo recu...? — Mabel al verlo arrodillado frente a ella se quedó en shock, abrió sus ojos asombrada pues no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.

Bastian tomó su mano, dejó un beso sobre ella y comenzó a hablar — los años no han borrado el amor que siento por ti, mi mente no olvida esa mirada y esos bellos ojos que siempre fueron la ventana de mi alma, y hoy puedo asegúrate que soy un hombre completo, pleno y feliz al estar a tu lado y le doy gracias al destino porque nuevamente estamos juntos y esto no quiero que termine, por eso es que me atrevo a preguntarte; Mabel Cooper Peach, ¿te gustaría ser mi esposa?.

Mabel al escuchar todas esas palabras hermosas comenzó a llorar, se acercó a él, lo abrazo con fuerza y solo asintió aun estando entre sus brazos, al separarse, Bastian limpio con delicadeza sus lágrimas.

— no me lo esperaba, de hecho nada de esto lo esperaba, sabes Bastian yo siempre soñé el momento de verte de nuevo, pero con el pas... — Bastian la tomo por la cintura y la beso lentamente.

De esos pocos besos que te reinician la vida y te transportan a otro lugar, al separarse Mabel solo sonreía mientras sus mejillas estaban enrojecidas, ella entendió que sus palabras ya estaban de más y que ya no debería basarse en el pasado, ella estaba en el presente al igual que Bastian y muy pronto formarian un futuro juntos.

Mabel suspiró tan profundo que su amado también lo pudo sentir, Bastian le sonrió y de nuevo le mostró el anillo, ese mismo anillo que por años había estado guardado con la esperanza que su dueña apareciera.

— ¿puedo?, mi bella Mabel— ella asintió sonrojada y avergonzada, Bastian tomo ese anillo y lo deslizó con delicadeza sobre su dedo, beso su dorso y le sonrió— te amo mi amor.

— yo también te amo mi amor— Bastian sonrió ampliamente al escucharla por primera vez llamarlo con cariño.

Volvieron a abrazarse por un largo tiempo, sintiendo sus respiraciones pesadas y su sincronía al latir su corazón, se separaron y caminaron hacia la popa, Mabel se tomó de la barandilla y observó el inmenso mar.

— gracias por aparecer, no sabes todo lo que he tenido que pasar después de tu partida y el fallecimiento de mi madre — Mabel al hablar de su pasado su voz se quebró y sus ojos se cristalizaron.

— calma mi amor, mi madre siempre dice que uno cuando lleva dolor por dentro y un peso que no te corresponde lo debes externar aunque sea lo más doloroso, pero te hace bien, créeme— Mabel lo vio y asintió, suspiró mientras que su gran amor la abrazaba.

— cuando mi madre murió me sentí apoyada y sostenida por ti, mi padre se encerró en su propio dolor dejándome a mi aun lado, pero cuando tú te fuiste me sentí muy sola, mi vida siguió adelante y a mi manera, solo un año paso desde la partida de mi mamá, cuando mi padre trajo a su otra familia y ahí inició mi infierno— Mabel al recordar lo que vivió en esa casa, solo mordió su labio y comenzó a llorar— esas tres mujeres me hicieron la vida imposible, me insultaban, me llegaron a pegar, pero lo que más me derrumbó al grado de pensar en quitarme la vida fue el daño psicológico en el que también pocas veces participaba Ivar.

Bastian al verla llorar amargamente su corazón se contrajo, mientras que por sus venas recorría esa rabia por lo que esas personas le habían hecho a su mujer.

— perdóname mi vida, si yo hubiera regresado, todo sería diferente— al separarse de él, solo sonrió mientras Bastian le limpiaba sus lágrimas.

— no tienes por qué culparte amor, pero por haber pasado por eso y al estar al filo de la muerte entendí que lo que hacía era cobardía y eso lo tenía que cambiar así que cuando regrese del hospital me centre en los estudios y al tener la suficiente edad conseguí trabajo, junte dinero, vendí muchas cosas valiosas y de esa manera me fui de esa casa con la meta de crecer y lo he hecho, tengo una carrera, un trabajo y donde dormir.

— sabes, estoy tan orgulloso de ti, aunque no estuve contigo en tus grandes logros aun así me hace muy feliz escucharte decir que todas tus metas las conseguiste por ti misma— Bastian volvió a abrazarla y la beso.

Al separarse voltearon hacia el mar y se quedaron contemplando las inmensas aguas tranquilas del mar, suspiraron y sonrieron al mismo tiempo, Mabel al girarse se quedó perdida en esa mirada, entrelazo sus dedos en su cabello hasta que dejó un pequeño beso en sus labios.

— ¿amor? — al escucharla hablarle así entendió que era momento de irse.

Entrelazaron sus manos, Bastian la guio hasta bajar del enorme yate, caminaron de regreso, subieron al auto y Bastian manejo hasta el hotel, donde al estar al pie del ascensor él se rehusaba a dejarla ir.

Pero tenía que respetar la decisión de Mabel, pues aunque sea su hermosa prometida no la obligaría a que se quedara esta noche con él, así que se abrazaron y al separarse se dieron un corto beso.

— nos vemos mañana, mi amor– Mabel asintió mientras sonreía ampliamente— vendré para desayunar juntos, te amo.

— estaré esperándote, yo también te amo.

Mabel subió al ascensor y presiono el botón, comenzó a subir piso a piso, Mabel se recargó en el gran espejo del mismo, lo único que pensaba era llegar a su habitación y descansar, pues todas sus emociones brotaron en un solo momento, bajo su mirada y vio ese anillo en su dedo confirmándole qué esto no había sido un sueño.

Y mientras Mabel estaba por salir del ascensor, en el lobby aún permanecía Bastian con un poco de preocupación, no entendía porque se sentía así, pero no ignoraría lo que su corazón le gritaba qué hiciera, así que presionó con desesperación el botón para que abriera sus puertas el ascensor.

Al hacerlo de inmediato presionó el mismo botón que Mabel, y cada que subía un piso esa preocupación se transformaba en temor y solo rogaba que todo estuviera bien.

Mabel caminó por el pasillo, saco la tarjeta de acceso para entrar a su habitación, pero al estar frente a ella se dio cuenta de que la puerta estaba entre abierta, sintió miedo por un momento.

Pero ese sentimiento lo convirtió en valentía y abrió de golpe la puerta, al ver el interior se quedó en shock, la habitación estaba desordenada, sus pertenencias estaban tiradas por todo el lugar, su corazón se aceleró y de inmediato saco su teléfono y llamó a Bastian.

📲 Amor.

Y solo alcanzo a decir eso pues Bastian al abrir el ascensor corrió hasta llegar a la habitación, al verla solo la abrazo pues su rostro aún no salía del asombro, mientras su mente seguía haciéndose la misma pregunta, ¿quién lo haría?.

Al separarse Bastian negó y la tomo de la mano— te quedarás conmigo y tranquila que yo me encargaré y te prometo que encontraré al infeliz qué hizo esto.

Ella solo asintió sin responder, salieron de la habitación mientas qué Bastian volteaba a todos lados estando alerta, subieron el ascensor, al salir observó todo el lugar, la llevo de vuelta al auto, subió él y manejo hasta su departamento a tres horas de Ragusa.

Mabel a mitad del viaje se quedó dormida y ese momento lo aprovecho para llamar a Nil.

📲 Necesito que movilices y busques al que se atrevió a entrar a la habitación de Mabel.

📲 Claro hermano, pero, ¿ella está bien?.

📲 Si, por fortuna ella no estaba en la habitación, te mando la información, y Nil, se que lo encontrarás.

📲 Sabes que lo haré y si no toda Sicilia sufrirá las consecuencias.

Rieron a la par, se despidieron y cortaron, suspiró con fuerza Bastian mientras apretaba el volante con mucha rabia, volteo a ver a su bella prometida y con su mano acarició con delicadeza su mejilla.

— te prometo que daré con él o los culpables y los haré pagar, pero lo primero que tengo que saber es, ¿quién los mando?, y ¿por qué?.