¿que ocurre cuando un demonio se enamora de un ángel? ¿como pueden estar juntos sin ser condenados? se terminan las 10 vidas a las que te condenaron ¿podras recordarme? ¿elegirías vivir conmigo en el infierno? o ¿volveras al cielo?
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10
Para alguien que conoce todos los caminos de los bosques y todas las aldeas aledañas, no me fue muy complicado llevarla a nuestro nuevo hogar. De hecho luego de varios días y quizás semanas en caballo, deteniéndonos a comer y a dormir en alguna que otra posada, llegamos adonde ella fue feliz en su anterior vida. Llegamos a la cabaña, que mi madre oculta con un conjuro.
¿Crees que no nos encontrarán aquí?- me pregunto cuando ingresamos.
Claro que no, aquí podremos vivir una nueva vida- le dije mostrándole el lugar.
Si bien era una cabaña pequeña, era muy acogedora. Contaba con dos habitaciones, un baño y la cocina comedor. Tenía una chimenea donde años anteriores ella misma cocinaba en un gran caldero, las camas tenían una cómoda paja y aún quedaban algunas ropas de ellos.
¿De quién es toda la ropa que hay por aquí?- me pregunto con la voz tan angelical como siempre.
Es de los que vivían aquí antes, si te molesta podemos deshacernos de ella- en realidad no me desharía, la llevaría al reino y la guardaría bajo siete llaves de ser necesario. Eran los mejores recuerdos de una vida que yo no había podido compartir con ella.
¿qué haremos?- dijo como cayendo en la realidad de todo lo que había pasado.
Viviremos aquí el tiempo que deseas, si quieres ir a conocer el mundo no tengo problemas en mostrártelo, tú eres la que me ordene mi hermosa princesa- le dije tomando un mechón de su cabello y olerlo, quería poder recordar siempre su hermoso olor a vainilla y menta.
Mientras que sea a tu lado, te acompaño donde sea- me dijo mirándome con ese océano en sus ojos. Podía ver como se tensaba al sentir mi tacto sobre su piel.
Levante su mentón y la bese, igual que aquel día que hablamos de escaparnos, la bese con la pasión de los años que no la tuve en mis brazos, con el dolor de entender lo efímera que es la vida humana y que pronto no podría tenerla nuevamente en mis brazos.
La hice mía los siguientes dos días, por suerte antes de ir a la cabaña habíamos pasado por un poblado que estaba cerca y habíamos comprado diversas verduras y frutas para comer. Así que podíamos estar encerrados en la cabaña por varios días. Luego de ese hermoso encierro, le traje diversos atuendos y ella quiso vender todas las joyas que le habían regalado durante su niñez para poder solventar todos los gastos que pudiésemos tener. Hicimos un huerto cerca de la casa para poder tener nuestros propios alimentos y también conseguimos un par de cerdos y gallinas. Realmente podíamos ser felices con tan poco y ella se había amoldado sin problemas a su nueva vida, como si jamás hubiese pertenecido a su reino.
Le entregué un anillo, para algunos sería algo normal como promesa de casamiento, pero no realidad, ese anillo era especial. Conservaría todos los recuerdos que ella tuviese en sus diferentes vidas y así cuando llegara el momento de verla desaparecer para siempre le mostraría lo feliz que yo había intentado hacerla siempre. Le había llegado a poner los recuerdos de su primera vida gracias al collar de protección que mi madre le había dado y ella después le había dado a nuestros hijos.
El primer año viviendo juntos, recibimos la noticia de que seriamos padres, llegó a nuestras vidas nuestra primera hija, Selene. Ella no cabía de la emoción, realmente nuestra bebé era hermosa, su cabello negro como el mío, pero sus grandes ojos azules la hacían el ser más divino de la tierra.
Ya para los 5 años viviendo allí, teníamos 3 hijos, como ya les dije Selene era la mayor, mientras que luego habían llegado los mellizos, al parecer en alguna familia había mellizos que esta era la segunda vida que podíamos gozar de ellos. Mis hermosos, Dante y Milena, también la luz de mis ojos y más aún de su madre, quien había conseguido un trabajo en el pueblo cercano haciendo pan y otras cosas. Yo mantenía el huerto y a los animales para que jamás nos faltara nada, inclusive mi hermosa Galadriel cocía los vestidos y la ropa que nosotros usábamos.
Cierto día, mientras ella estaba con los niños jugando en el jardín de la cabaña, sentí el acercarse de un ser poderoso, realmente esperaba que solo pasara por allí, pero al voltear a ver al bosque que teníamos por detrás de la casa, pude ver a un hombre a quien no llegué a distinguir, así que sin alarmar a mi familia, decidí acercarme.
Hola erkan, espero que esta vida la hagas igual o más feliz que antes- dijo el misterioso hombre que no dejaba de ver a mi mujer y a mis hijos a través de las imágenes que le mostraba una pluma en su mano.
Hola Asrael, tanto tiempo- le dije por qué ya había reconocido su aura. A pesar de ser un ser celestial, cada uno tenía un olor diferente.
Debía avisarte, porque así lo siento- me dijo mirando aun las imágenes que su pluma le mostraba, estaba triste y se podía sentir.
¿qué ocurre?- le dije en tono suave.
Mi padre ha decidido que en la vida que viene y la próxima no te avise a ti de su aparición, quiere demostrarte que puede enamorarse de otra persona y ser feliz sin tu presencia- apreté los puños, reaccionando a lo que estaba oyendo, yo la amaba más que a mi propia vida y ahora me estaban obligando a alejarme.
Dios sabía que la única manera de encontrarla era gracias a Asrael y ahora lo obligaba a no ayudarme. me estaba atando de manos y el desespero se apoderaba de mí.
No sé que planes tiene para sus próximas vidas, pero creo que lo mejor sería probarle que realmente eres quien la hace feliz, por cierto mis sobrinos son hermosos- me dijo mirándome por primera vez.
¿qué esperas para conocerlos?- le pregunte apoyándome en un árbol.
Preferiría que no, realmente a pesar de que sabía que ella renacería, el verla morir en tus brazos fue algo que me destrozo. Admito que no me agradas y quizás nunca seremos buenos amigos, pero sé que eres el único que la hace feliz- me dijo yéndose por el camino que se internaba en el bosque.
Me quedé allí pensando en las palabras de Asrael, la Ira me iba invadiendo, cuanto tiempo podría pasar sin ella aún sabiendo que en sí ella estaba aquí, en la tierra. Pero si la prueba era ver si otros brazos la hacían feliz, estaba dispuesto a dejar que se llevara a cabo.
Volví a mi casa, me encontré con mi mujer sentada en el pórtico de la casa cociendo y los niños jugando con el perro que les había traído. Pedía por favor a quien sea que esa vida durará mucho tiempo.