El terror llega a la escuela, un jóven es asesinado y su mejor amigo, un estudiante de secundaria, tendrá que resolver el misterio antes de perder él mismo su vida... ¿Lo logrará?
NovelToon tiene autorización de Alejandro CD para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 15
Por primera vez se dirigió a mí desde que había llegado y lo hizo para llevarme en contra de mi voluntad hacia adentro del edificio. Traté de no gritar y no resistirme, al fin y al cabo eso era lo que me había propuesto desde el inicio y además no esperaba que me llevara para algo malo... Ese fue mi error.
Lo último que vi fue el rostro de la recepcionista un poco triste y diciendo que no con su cabeza. En sus ojos pude ver que me deseaba lo mejor como si no me volviera a ver.
Me inundó un sentimiento de tristeza, mi intuición me alertó de que algo malo estaba a punto de pasar. La adrenalina comenzó a hacer su trabajo mientras que mi mente maquilaba cientos de ideas y situaciones que me deparaban en el interior de aquel lugar, la mayoría de ellas no eran positivas y fue con justa razón.
El resto que vi enseguida fue la entrada a un cuarto totalmente oscuro y del cual no sabía nada. Comencé a sentir miedo y pregunté al policía que aún estaba ahí.
—¿Qué hacemos aquí y por qué está tan oscuro?
No me respondió ni me dijo una sola palabra, solo me puso una cadena muy corta en mi muñeca izquierda, aquella me unía a una vara de metal que estaba en la pared.
—¿Por qué me amarras?, ¿Qué hice?—Pregunté con la voz temblorosa y llena de miedo.—¡Quiero regresar a mi salón por favor!, ¡Siento mucho haber venido a este lugar!
—Ya es muy tarde para disculparse o para suplicar… niño.—Por su voz me guíe y supe que él se estaba yendo para dejarme ahí amarrado a mi suerte.
Cerró la puerta y me dejó en ese lugar sin importar lo asustado que estaba en esa oscuridad. Me arrepentí de haber ido a ese lugar en primer lugar. Culpé a mi hermana, a ese fantasma, a la directora y a toda persona que viniera a mi mente, pero nunca a mi mismo que de todos era el más culpable por siempre hacer las cosas mal.
Duré así más de 10 minutos, cada vez más aterrado pero me acostumbraba poco a poco a la oscuridad. Todo pasó así hasta que sentí como alguien tocaba mi brazo.
—¡Aghhh!, ¡Auxilio por favor!—Grité al considerar que una rata o algún otro animal se estaba trepando en mi.
Me sacudí moviendo mi cuerpo lo más rápido que pude para que eso cayera de mi pero no conseguí nada, seguía sintiendo como me acariciaban la piel como si alguien lo hiciera voluntariamente. Traté de poner más atención bajándole un poco a mi pánico pero no lograba ver nada. La sensación se hacía cada vez más notoria y se desplazaba hasta mi abdomen. Sentí el movimiento de la playera como si alguien me estuviera jalando para llevarme de ahí.
—¿Quién anda ahí?—Pregunté recordando que podía ser un fantasma.—¿Qué quieres?
Nadie me contestó pero me seguían jalando sin conseguir llevarme, la cadena era muy dura.
De pronto todo se interrumpió cuando el guardia de seguridad regresó abriendo la puerta muy escandalósamente. Mis ojos se lastimaron un poco al ver la luz que entraba por la puerta abierta.
—Parece que de momento no has sido requerido.—Me habló con un tono burlón.—La directora te ocupará para el siguiente mes y es peligroso tenerte aquí todos estos días. Tendrás que mudarte a un lugar más seguro.
—No entiendo por qué me tienen aquí ni qué hice para merecer este castigo.—Le dije tratando de ocultar mi miedo y sacando un tono mucho más molesto.
—Estar aquí no es ningún castigo, mocoso. Es un privilegio pues te reuniras con el grande.
—¿Quién es el grande?, Yo no me quiero reunir con él.—La desesperación empezó a llegar a mi voz.—¡Déjeme ir de aquí por favor!
—Tú solito llegaste hasta aquí, si no lo hiciste por voluntad significa que él te eligió, por tanto debes cumplirle.
Su apariencia había cambiado un poco a como lo percibí la primera vez. Tenía el rostro como inflado y muy pálido. Grandes ojeras como si no hubiera dormido en semanas. Su cuerpo a pesar de verse robusto estaba algo raro, como deforme. Un hombre más alto que el otro y la cadera un poco chueca. Aún así tenía demasiada fuerza, yo mismo lo había comprobado minutos antes cuando me llevó ahí a la fuerza.
—¿Cumplirle en qué? Por favor debe haber un malentendido.—Yo seguía abogando por mi libertad, aunque estaba claro que no me dejarían ir de ahí.—No he visto nada, solamente me confundí de pasillo y es todo.
—Serás un gran sacrificio para el grande.—Acercó su horrible rostro hasta mi cara quedando sus ojos con los míos sin espacio para ver otra cosa.—La directora estará complacida por esto.