ACELDAMA

_ Hijo allí viene el doctor

_ dígame cómo está mi esposa

_ Señor Alberto, el estado de su esposa es delicado, tiene que tener absoluto reposo si no se cuida podría perder al bebé, nada de sobresaltos, tiene que estar en un ambiente tranquilo, no puede hacer mucho esfuerzo, esto es serio, debe poner a alguien que cuide de ella, puede ser una enfermera, pero si tiene algún personal ya en su casa está mejor.

_ puedo verla?

_ si claro, ya está despierta.

Beto, fue a ver a su esposa, necesitaba verla, quería estar cerca de ella y encargarse de que se sienta bien.

María estaba con su mirada perdida, con sus manos en su vientre, quería saber si su bebé estaba bien, pero sobre todo quería hacerle pagar a Bernardo.

_ hola hermosa

_ hola, dime qué mi bebé está bien. María comenzó a llorar y eso le partió el corazón a Beto.

_ no llores, le hace daño a nuestro bebé, y si nena, el bebé está bien, solo debes cuidarte, el médico dice que si no te cuidas podrías perderlo, y no queremos eso, cierto?

_ no, no quiero eso. Y Beto la abrazó

_ entonces vas a hacer todo lo que el médico diga, yo te voy a consentir mucho.

_ gracias por cuidar de mí y de mi bebé

_ enserio vas a decir que es tuyo nada más?

_ bueno nuestro bebé. Y ambos sonrieron

_ así está mejor, y solo quiero saber una cosa, que te pasó, porque llegaste así a la casa, mi madre me dijo todo y quiero la verdad.

María por un instante pensó en no decirle nada y ella quería encargarse de Bernardo, pero Beto no merecía aquello, ya que se estaba preocupando mucho por ella, por su bebé y merecía la verdad.

_ estaba en el lago nadando y llegó Bernardo, me reclamó porque me casé, y le dije que solo lo utilicé y me golpeó caí al suelo y creo que por eso estaba sangrando. Beto se llenó de ira, quería matarlo, pensar que María pudo haber perdido al bebé lo hizo enfurecerse.

_ ese maldito me las va a pagar

_ no, por favor, no le hagas nada, y no me preocupo por él, es por ti, no quiero que te pase algo por meterte con esa gente.

_ María, te amo más que a mi vida y tú lo sabes y no voy a permitir que ese desgraciado te haga daño, él no sabe de lo que soy capaz, pero está bien. Le dio un beso en la frente y la abrazó, se quedaron así por un buen rato.

En la hacienda de la Vega, doña Benita había sufrido un desmayo, Don Carlos, llamó a un doctor para que fuera a atender a su esposa.

Después de unos minutos de espera por el doctor, ya que el hospital se encuentra cerca de la hacienda, por fin llegó.

_ pase doctor, mi esposa está arriba, venga lo llevo.

Don Carlos estaba preocupado por su esposa, sus hijos también estaban preocupados por su madre.

_ Qué tiene mi esposa doctor?

_ a la señora se le bajó la presión, quiero que mañana la lleven al hospital para un chequeo más profundo, esas bajas de presión, no es bueno.

_ está bien doctor mañana la llevaremos

_ pero tiene que ser después de la salida de la señora González, todos en el pueblo sabemos que no se llevan bien, así que quiero evitarles un mal rato a ambas familias.

_ y que le pasó Juana? Preguntó Don Carlos

_ no, no fue a Juana, fue a la esposa de Alberto. Bernardo al escuchar aquello quedó en alterna, quería saber que le pasó a la chica.

_ que tiene esa mujer?

_ llegó sangrando al hospital, casi pierde al bebé, por suerte la llevaron a tiempo. Cuando el doctor dijo aquello Bernardo abrió sus ojos de sorpresa, y volteó a ver a su padre.

_ doctor mañana llevaremos a mi esposa sin falta.

El doctor se marchó y Bernardo se fue al despacho de su padre, se sirvió un trago, y se sentó en un sillón que había allí dentro, la cabeza le dolía, pensaba de todo.

_ quizás soy el culpable de que ella esté mal, pero como está embarazada tan pronto, pero ella me dijo que solo me utilizó y desde hace tiempo se veía con ese maldito, ahora está embarazada, pero que me pasa que me importa. Se decía para sí mismo, pensaba tantas cosas que lo tenían impaciente.

_ porque demonios pusiste esa cara. Dijo Don Carlos al entrar al despacho

_ padre, está así por mi culpa, la vi en el lago y nos dijimos cosas y la abofeteé.

_ y que demonios tienes que hacer tú en ese lugar, creo que fui claro cuando te dije que ya no siguieras insistiendo en lo de esa mujer, pero me alegro de que esté en el hospital, ojalá se muriera, pero veo que la maldita es fuerte, y ahora embarazada, no me digas que ese hijo es tuyo porque si no ahora mismo acabo contigo.

_ padre, ese hijo no es mío, ella me dijo que solo me utilizó, porque desde hacía tiempo ya estaba en una relación con Alberto.

_ maldita, se salió con las suyas y te utilizó, no puedo creer que te vio la cara.

Bernardo no dijo nada y salió del despacho, estaba dolido por lo que supo.

Raúl había entrado a ver a su hermana, quería saber lo que pasó, pero sobre todo quería saber cómo se sentía, María le contó la verdad a su hermano.

_ que quieres que haga?

_ harías algo?

_ por Dios María eres mi hermana, haría lo que fuera por ti, me extraña que lo preguntes.

_ lo siento hermano, pero si quiero que hagas algo, busca a Tom, y dile que corte las cerca de la hacienda de los de la Vega, y que saque el ganado, que haga que se marche lejos y luego vuelva a la hacienda y le meta fuego a los sembradíos, pero al más nuevo, que no deje que lo vean. Raúl al escuchar aquello solo sonrió, su hermana quien siempre tenía bondad en su corazón y que siempre quería ayudar, ahora estaba hecha una furia, él no cuestionó a su hermana e hizo lo que ella le pidió.