La Elegida: Secretos De Una Vida Oculta.

— Joven, es muy peligroso, si son realmente ellos, usted no sabe lidiar con esas personas, son tan malvadas, y sus armas son peligrosas, ese día realmente corrió con mucha suerte, usaron armas comunes, pero en realidad esos cazadores; su armas son especiales para matar hombres lobos – le dijo Paul,

— Paul, pero es mi deber cuidar de la manada, ¿no es por eso que me entregaron el liderazgo?, además no soy yo el alfa de esta manada que debe de cuidarlos, he estado leyendo los diarios que el abuelo me dejo antes de irse, y estoy al tanto de cómo son esos cazadores, y es por eso que tengo que ir – le dijo Cleo a Paul mientras su mirada se perdía en la inmensidad de aquel bosque que por aquellas ventana se dejaba ver con majestuosidad – solo confía en mi Paul – dijo al mismo tiempo que dejaba salir un suspiro.

— Joven yo sé que usted es capaz, lo ha demostrado en estas semanas que lleva en la mansión, y en la empresa, pero los asuntos de la manada es otra cosa, no debe de precipitarse en ir sola a explorar esos lugares – le dijo Paul en el cual se podía notar su preocupación.

— Pero es que tengo que averiguar quiénes son esas personas, y por qué estaban en el bosque, si solo son cazadores furtivos, me alejare y los dejare, pero si son los guardianes-cazadores, como los que describe mi abuelo, tengo que hacer algo y llegar al fondo — dijo, por lo que Paul no tuvo más remedio que darse por vencido, de todas formas, sabia o al menos presentía que Cleo iría aun que él le siguiera diciendo lo mismo.

— Ya que no puedo persuadirla, entonces vaya, pero lleve a uno de los betas con usted, después de todo es el guardaespaldas que le asigno su madre y su abuelo, va tener que confiar en él y dejar que te siga a donde sea que vayas, de otra forma no te dejare salir de estas puertas sola, — dijo Paul acercándose a Cleo y tomándola de las manos le siguió diciendo – cuídese mucho y no se precipite hacer algo.

Cleo se quedó un rato más en el estudio mirando por la venta el denso bosque, “¿en verdad está pasando todo esto?, si es un sueño quiero despertar y volver a mi vida normal, aun no termino de creer toda esta locura” , se llevó las manos a su rostro y luego las deslizo así su cabello peinándolo hacia atrás, se dio la vuelta y centro su mirada en la mesita de centro, vio que A´kira había dejado todas su cosas, cuando pensaba en ella parecía que todo el peso que tenían encima se iba y se sentía en paz

— La pequeña torpe dejo sus cosas, ¿será que fui muy impulsiva? Pero ese beso… ella igual y lo correspondió – decía en voz alta mientras acomodaba y guardaba las cosas que estaban en la mesita, después de terminar, subió a su habitación se cambió la ropa una vez más, y salió al bosque con su guardaespaldas.

En el bosque, Cleo se escondió detrás de un árbol para poder quitarse la ropa, la doblo y la escondió, lo mismo que hizo aquel beta, los dos cuando salieron ya estaban transformados en lobos, cuando el beta la vio salir, tan majestuosa no pudo evitar que con su sola presencia los pelos se le pusieran de punta, Cleo era realmente imponente, además de ser ligeramente más grande que ellos, quienes apenas y alcanzaban; un metro y medio de altura, ella se acercó a él y lo observo, después una voz se escuchó en la cabeza de aquel lobo, y le dijo

— No te asustes, ¿es un poco grande verdad? – le dijo, el otro lobo no podía hablar, pero asintió en respuesta.

Caminaron por ratos y por otros corrían, el bosque parecía que esta vez se había hecho más grande, pero esta vez se debía porque habían tenido que tomar un camino diferente al que Cleo había tomado antes, para no alertar a los enemigos, la noche casi estaba a punto de caer, pocos rayos de luz entraba por aquel denso bosque,

—No te alejes de mí, mantente cerca y alerta – le dijo y ambos siguieron su camino a los límites, más sigilosos entre más se acercaban.

Cuando estaban a pocos metros, los sentidos de ambos se agudizaron, y la alerta subió al cien por ciento, se escondieron en unos arbustos y concentraron sus sentidos a lo que estaba delante de ellos, voces eran voces las que venían de ahí, ¿la estaban buscando? Pensaba ella, ¿Cómo es que llegaron hasta aquí?, ¿acaso mi rastro lo guio hasta aquí?, seguía escuchando aquellas voces, pero no podía reconocer quienes eran, y al menos por los ruidos de sus voces podía calcular que eran cinco personas.

Ella estaba tan quieta y serena, pero el lobo al otro lado de ella estaba inquieto y más alerta, su ojos azules se iluminaron y gruñidos salían de su boca,

— ¿Qué crees que haces? No te muevas, y no hagas ruido, vas alarmar a los cazadores — le hablo

Demasiado tarde para esas palabras,

— AHÍ ESTA!! – gritaron, esos ojos azules no pasaron desapercibidos,

—¡¡¡¡ESTE ES OTRO, ES OTRO!!! – dijo otra voz

—CORRAN, ¡¡¡CORRAN!!!, NO LO PIERDAN — gritaban.

El lobo aquel salió corriendo y aquellos hombre empezaron atacar, y a alanzar sus armas contra su beta, cruzaron el límite para querer seguirlo, ella aún seguía escondida, observando a esos hombres, cuando estaban preparándose para disparar otro ataque, ella salió de un salto y se puso enfrente para bloquear el ataque, la flecha se clavó en una de sus piernas, pero no la derribo, se interpuso entre el camino de aquellos cazadores para proteger a uno de los suyos,, y esos ojos rojos salieron a la luz, tan rojos como la sangre que con solo mirarla podías morir de miedo. Examino a todos con la mirada

— “¿Demian, es un cazador?" – pensó, y hasta ese momento no había visto que tan grave era su herida,

Ahora que podía hacer, atacarlos directamente no era opción, pero tampoco tenía otra alternativa,

—Ve y busca refuerzos – le dijo al lobo detrás de ella, este no parecía querer irse ya que no movió ningún musculo,

— Que pasa que no te vas, VE!!! – se le quedo mirando y este ante esa mirada de superioridad no podía no obedecer a sus palabras, el lobo la observo, y no evitaba mirar una de sus patas heridas, pero aun así se fue, cuando salió corriendo uno de los cazadores quería seguirlo, pero Cleo se lo impidió, poniéndose en posición de ataque, ninguno se atrevía acercarse a un lobo de ese tamaño, y con dientes tan afilados como esos, sin contar la fuerza que podría tener, si es capaz de soportar tener una flecha clavada en la pierna y aun mantener una postura de superioridad como si fuera una pequeñez, acercarse ella ni uno se atrevía hacerlo; avanzaba hacia adelante y ellos solo retrocedían.

Demian la miraba, y se dio cuenta que no los atacaría si ellos no lo hacían, de pronto la mirada de ambos se encontró, y aun que esos ojos eran tan rojos como la sangre, se le hicieron muy familiares, ella también lo observaba y se preguntaba ¿cómo podía ser que el fuera un cazador, el cazador al que se supone que debe de exterminar para que su especie pueda vivir en paz y en libertad?,

¡PAMM, PAMM!

Los aullidos de dolor se escucharon abrumadoramente en aquel silencio que cubria el bosque, una bala la hirió en la pierna, y Cleo se lanzó al ataque, de un salto callo encima de aquel cazador y de un solo mordiscó le arranco la cabeza, estaba tan furiosa, que era como si el diablo hubiese poseído su cuerpo, y aún más a la defensiva y en posición de ataque.

— ¿QUÉ HACEN?, ESTAN LOCOS, EL NO NOS ATACO ¿POR QUÉ HERIRLO? – grito Demian a uno de los hombres que lo acompañaban, y mirando la escena frente a él, y ese pelaje blanco se tiño de sangre, un disparo, un arma de fuego había sido disparada a su persona, y el eco resonó en todo el bosque y un hombre ya había muerto.

— BAJEN EL ARMA – grito Alex

— Pero joven amo, vamos matémoslo, ya ha matado a uno de los nuestros, lo dejaremos ir asi como asi – dijo el hombre que tenía el arma en la mano.

— Acaso ninguno me escucha, he dicho que no; acaso no fue Él el que lo ataco primero; váyanse, retírense, regresen, recuerden que el otro lobo huyo, ¿y si vienen más, no estaremos acabados?, inútiles, ¿todo el trabajo fue en vano?, VAYANSE – dijo y esta vez se escuchó molesto, verdaderamente molesto, los otros dos hombre salieron corriendo y se fueron.

— Ese lobo tiene mis respetos, ¿aún tiene fuerza de parar y correr?, en definitiva, no es un lobo cualquiera, ¿no estás de acuerdo conmigo Alex? – le dijo,

— Tienes razón Demian, en definitiva, no es un lobo cualquiera, dejémoslo ir por ahora, pero nos volveremos a encontrar – dijo Alex, luego ambos se dieron la vuelta y también se fueron.

Cleo estaba corriendo al principio pensando que la seguirían, pero cuando miro atrás, se dio cuenta de que nadie la seguía y amenoro el ritmo, estaba cada vez más débil, ¿Por qué estas heridas, eran aún más dolorosas? Pensaba; la noche se hizo más oscura, la hora ya era desconocida, ¿Cuánto tiempo había pasado?, era imposible de saber, parecía que todo sucedió demasiado rápido, ella estaba mareada, perdiendo mucha sangre, camino y camino, quien sabe por cuánto tiempo más, hasta que en el camino encontró una pequeña cueva y entro en ella, quería convertirse en humana pero no podía, sus fuerzas no le daban para poder transformarse, quería dormir, solo eso cerrar los ojos un momento.

— “¿Qué está pasando?, ¿Por qué no puedo cambiar?” – se dijo para sí misma, y es que la flecha que tenía en la pierna, estaba hecha de un metal extremadamente raro, apto para herir a hombres lobos y por ende las balas igual estaban hechas con el mismo material, y una le había atravesado en una de sus patas delanteras, ya que no podía cambiar se quedó ahí, y con su boca saco la flecha.

Ahora ¿Quién vendría a su auxilio?, estaba asustada porque pensaba que ahí moriría en aquella cueva tan oscura, la noche estaba igual de callada, y lugre, esperando llevarse aquella alma. Cleo estaba perdiendo demasiada sangre, se sentía cada vez más débil, sus ojos se cerraban y aun nadie venía a buscarla, en cualquier momento podía quedarse dormida y desmayarse, aunque transformada en lobo era más fuerte igual y esas heridas no dejaban de sangrar, y no estaba sanando, ese era el problema, necesitaba ponerse un antídoto para contrarrestar el efecto de esas armas en sus cuerpo, lobo o humana estaba débil y no podía salir de ahí, y tampoco era opción regresar a su cuerpo humano, así que solo podía esperar.

Después de una hora se desmayó, quien sabe cuánto tiempo había pasado después de eso y sintió que alguien la estaba mirando, poco a poco abrió los ojos, pero todo erra borroso, en definitiva, era alguien, una silueta apenas y visible a sus vista,

— ¿Qu…que me haces? – le dijo ella

No hables, estas débil no te fuerces – le contesto aquella voz

—Vete…no me toques – gruño débilmente

No te preocupes, solo estoy aplicando medicina a tus heridas – le dijo esa voz

Lo siguió mirando, pero sus ojos veían todo borroso, y sentía que su cuerpo ardía, probablemente y ya tenía fiebre por aquellas heridas, después de que aquella persona le aplico la medicina, se quedó ahí cuidándola, cuando ella vio que él no la dañaría, se durmió. Aun nadie la estaba buscando o probablemente se alejó demasiado del camino.

Cuando despertó otra vez era de noche una pequeña fogata estaba iluminando aquella cueva, abrió los ojos lentamente, esperaba que ya no viera borroso, y así fue, la imagen no era tan clara pero tampoco era tan borrosa, parecía que el medicamento que le aplicaron era el correcto, también parecía que sus heridas empezaron a sanar, observo alrededor de toda la cueva y no vio aquella silueta por ningún lado, intento ponerse de pies pero todavía su pierna no tenía fuerzas, por lo que volvió a hacharse, se quedó ahí esperando si volvía aquella persona pero nada, cuando escuchaba cualquier sonido afuera levantaba la cabeza, con la esperanza que alguien la viniera a buscar, ya fueran los de su manada o aquella persona que la ayudo un día antes, varias horas pasaron el fuego casi se extinguía, y ella estaba a punto de dormirse, cuando vio que un lobo tan negro como la noche entro en la cueva, camino hacia ella, la observo que estaba despierta y luego se dio la vuelta y se hecho en la sombra,

—¿Será aquel hombre, un hombre lobo? – se pregunta mientras observaba aquel lobo negro.

Cuando dijo esas palabras en sus pensamientos, el lobo la voltio a ver, como si hubiese adivinado lo que había pensado, y lo que hizo fue desviar su mirada y dormir. A la maña siguiente estaba nuevamente sola en la cueva, pero ahora que abrió los ojos ya todo era claro, e intento ponerse de pies ya pudo sostenerse, se estiro un poco, aun dolía un poco su pierna; pero ya estaba más recuperada, ahora lo que tenía era demasiada hambre, y a su olfato llego un aroma riquísimo, como a carne asada, se acercó a ese aroma tan exquisito y ciertamente en la fogata de la noche anterior había una liebre asándose, con sus patas tumbo aquella y la empezó a comer, cuando sus estómago estuvo satisfecho, Salió de aquella cueva y empezó a caminar, en todo este tiempo que llevaba siendo mujer lobo nunca había permanecido tanto días transformada en lobo.

Cleo camino un poco por los alrededores de aquella cueva, buscando aquella persona que la había salvado, pero no la encontró, la tarde estaba cayendo y mejor se dispuso a buscar el camino de regreso a casa, cuando estaba caminando por aquel bosque, de pronto sus sentidos se alarmaron, un pequeño lobo salió detrás de un árbol y cuando la vio empezó aullar, como llamando a alguien,

—Así que, ¿si fuiste por los refuerzos, pero no Cres que ya es demasiado tarde? – le dijo ella, quien caminaba lentamente hacia él, el lobo solo la miro y asintió en respuesta

—Volvamos – le dijo y empezó avanzar con el lobo detrás de ella.

En el camino se encontraron con más personas que también eran hombres lobos, pero aún seguían en su forma humana, de pronto se vio rodeada de muchos de ellos, parecía ser que casi un cuarto de la manada había venido a buscarla, después de todo ella era su alfa, y su líder; de entre todos ellos salió su madre y cuando la vio se quedó estupefacta, se acercó a ella y poso su frente con la de ella para crear la conexión,

—¿madre? – le dijo, no esperaba que la otra parte contestara, pero…

—Cleo, hija mía, ¿en verdad eres tú? – le contesto

—Si, madre soy yo – dijo Cleo y su madre se acercó a esa gran loba y extendió para abrazarla, metiendo su rostro entre aquel pelaje blanco, Cleo agacho su cabeza y la pozo con delicadeza en los hombro de su madre. Después de mirar una vez más a su alrededor se dio cuenta que todas aquellas personas estaban haciendo una reverencia en dirección a ella.

—¿Qué está pasando? ¿Qué hacen ellos? — Pregunto Cleo

—Están pidiendo tu aceptación – dijo su madre

—¿y que tengo que hacer? – dijo

—Acepta su reverencia haciendo lo mismo – le dijo

Aceptó la reverencia de ellos, y por ende ser su alfa de ahora en adelante.

En verdad había pasado, ya ahora estaba todo el ciclo completo, la manada por fin la había conocido y aceptado y ya estaba en su verdadera vida, como la heredera de la familia Hugues, ya no había tiempo para vacilaciones.

Cleo aún se preocupó más porque ya sabía que los cazadores ahora la buscarían por toda la ciudad de Moor y ahora que sabe que tenía demasiadas personas a su cuidado las cosas no serían fáciles, pero no estaba sola, tenía a su madre y a su abuelo a su lado que la guiarían y ayudarían en todo, aparte de los diarios que le dio su abuelo que su padre había dejado para ella.

Mas sin embargo la guerra, empezaría, la muerte de aquel cazador no iba a quedar impune y ella lo sabía muy bien.

Luego de un rato salieron de aquel bosque, y por grupos pequeños se dispersaron quedando ella, su madre y aquel lobo que la había acompañado.

Cuando llegaron cerca del jardín trasero, Cleo no se transformó enseguida en una humana, sino que se hecho cerca de la piscina y su madre también se sentó con ella.

—Estoy realmente agotada ahí cosas de las que debemos de hablar tú, yo y el abuelo, pero por ahora déjame descansar un poco, aun no me puedo transformar, o al menos no he hecho el intento– dijo Cleo

—Has pasado por mucho en ese bosque hija mía. – dijo su madre

Mmm, - dijo Cleo

—¿Cómo es que curaste tus heridas? – le dijo su madre

—Obtuve un poco de ayuda – dijo Cleo y cerro sus ojos por un momento para descansar, apenas y habían pasado unos segundos y la vos de Paul se escuchó,

—Señora, la joven A´kira vino a las clase de hoy – dijo

Realmente vino y ¿el día de ayer se presentó? – dijo Cleo, pero luego recordó que Paul no la podía oír por lo que levanto ligeramente su cabeza y vio a su madre-

—No hija, ayer no vino – le contesto su mama.

—Lo imagine, bien entonces – dijo Cleo, pero sin transmitirle el mensaje a su madre.

—Has la pasar, ya está aquí déjame conocerla – dijo su madre

—Pero y la señorita Cleo está aquí descansando, señora – dijo Paul un poco preocupado.

—No te preocupes, diremos que es una mascota, después de todo no creo que ella se acerque a este gran lobo. – dijo la madre de Cleo.

—Está bien señora, entonces are pasar a la señorita – dijo Paul y se marchó, luego de un rato regreso con la señorita A´kira quien lo seguía a sus espaldas.

—Mi señora, le presento a la señorita A´kira, la tutora que le recomendaron para a señorita Cleo. Señorita esta es la madre de la señorita Cleo – dijo Paul.

—Es un placer conocerla señora – dijo A´kira extendiendo su mano para saludar a la señora. Hasta ese momento no se había percatado del enorme lobo blanco que estaba echado a un lado de la piscina. Y la estaba observando.

—Igualmente, joven A´kira, por favor siéntese -dijo la madre de Cleo.

A´kira estaba muy nerviosa, pero cuando vio el rostro muy relajado de la mama de Cleo, se relajó y los nervios se esfumaron.

Empezó a observar a sus alrededores y la vista de aquella terraza, y eran magnifica, cuando sus ojos empezaron recorrer el lugar llegaron hasta el lado donde estaba ese gran lobo blanco.

—Que hermoso es – dijo

—¿crees que es hermoso? – dijo la madre de Cleo.

—CLARO, lo es, ¿puedo acercarme a él? – pregunto.

Cleo miro a su madre y le transmitió

—Deja que se acerque – dijo

—Claro, puedes acercarte, pero hazlo con mucho cuidado – dijo la mama de Cleo,

A´kira se acercó lentamente, con mucho cuidado poso su mano sobre esa enorme cabeza y la acaricio, y acercándose un poco más fue metiendo sus manos sobre aquel hermoso pelaje blanco y suave, Cleo dejo que jugara un poco con ella, y luego de unos momentos se levantó, por lo que Akira quedo aún más asombrada por la altura de aquel lobo.

Cleo la miro y luego se marchó.

—Hey, ¿Dónde vas? – dijo A´kira un poco triste.

—Ha de ir a otro lado a echarse, pero realmente le agradaste, porque normalmente no deja que nadie se le acerque, excepto por mí y Cleo – dijo su madre quien nunca se había ido de ahí y la había estado observando, como Cleo jugaba con ella.

—Pero no quería que se fuera. – dijo A´kira.

—Ya tendrás la oportunidad de seguir viéndola, después de todos estarás aquí seguido por que eres la tutora de Cleo, y a todo esto ¿Cómo van las clases, no te ha puesto mi hija las cosas difíciles? – dijo la madre de Cleo

—Cuando escucho aquella pregunta la chica no evito sonrojarse un poco al recordar aquel beso que había pasado entre ambas.

—No señora, no lo ha hecho – dijo con la cabeza agachada.

—¿Qué pasa, porque te has puesto roja? – pregunto la madre de Cleo.

—No, no, no pasa nada- dijo la chica

—¿Segura que no pasa nada? – se escuchó una voz que salía de la puerta, y ambas miraron a ver para encontrase que la que estaba llegando era Cleo.

Se acerco saludo a su madre y luego se dirigió a la chica

—Me disculpo con la señorita Collins por el retraso – dijo Cleo.