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COMPRARÉ UN ESPOSO.

COMPRARÉ UN ESPOSO.

Status: Terminada
Genre:Completas / Matrimonio contratado / Posesivo / Dominación / Matrimonio arreglado / Mujeriego enamorado / Enfermizo
Popularitas:538.5k
Nilai: 4.6
nombre de autor: Regina Cruz C.

Dalia es una mujer de carácter fuerte, a sus 23 años ella está dirigiendo la empresa familiar, su abuela que es la persona a la que más respeta le pide que se casé, pues quiere tener nietos. Dalia no está de acuerdo pero para complacerla decide casarse, aunque no será con cualquiera. Debe ser con alguien que ella pueda manejar.

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Capitulo 10

... Unos minutos después los tres ya están trabajando, Dalia se da cuenta de que no son tan inútiles cómo pensaba. El tiempo pasa y todos se ven cansados, estiran sus brazos y se tallan los ojos.

— Voy por un postre. Muero de hambre. — Luna se levanta.

— ¿Dalia quieres algo? — Pregunta Renato.

— No. — Los tres compañeros se van a ordenar.

— No imaginé que trabajar con esa lindura sería tan difícil. — Se queja Joel.

— Es sería, insoportable.

— Dejen de hablar mal de ella.

— ¿Por qué la defiendes? ¿No vez como nos trata? En lugar compañeros parecemos sus empleados. — Se queja Luna.

— Posiblemente lo seamos algún día. Recuerda que su familia es dueña de las mejores empresas del país. — Habla Joel.

— Tienes razón. Por eso se porta tan insoportable. Se creé dueña del mundo.

— Ya basta. Estamos aquí para hacer un trabajo. No para juzgar el comportamiento de Dalia. — Renato se retira con lo que ordenó.

— El amor te vuelve idiota. — Dice Luna.

— Ya ví.

Renato vuelve a la mesa donde está Dalia.

— Te compre un frappé. — El lo pone de su lado.

— No es necesario que me defiendas de los demás.

— ¿Quién te dijo que?

— Se leer los labios. No mucho, pero si lo suficiente para saber que no hacían buenos comentarios sobre mi.

— ¿No te molesta?

— No. La verdad no peca.

— Pero si incómoda.

— A mi no. A mí me gustan las cosas claras. — Dalia le regresa el frappé. — Y creó que te he dejado claro que nunca habrá nada entre nosotros. — Renato vuelve a poner el frappé en la mano de ella.

— Y yo quiero dejarte claro que nunca voy a darme por vencido.

— Pierdes tu tiempo.

— Es mi tiempo. Y lo que haga con el no debe interesarte.

— Si vas a usar tu tiempo para cortejarme si me interesa. Por qué me cansa repetirte lo mismo siempre.

— Entonces no repitas lo mismo. Dime cosas diferentes.

— Mi opinión, y las respuestas nunca van a cambiar. No me interesas. Y nunca me vas a interesar. — Luna y Joel regresan. Ambos notan tensión en el aire y preguntan si pueden continuar, o si dejan el trabajo para después. — Decidan ustedes. Ahora pueden, recuerden que todavía no son mis empleados. — Ambos chicos se quedan perplejos y avergonzados.

— Continuemos. — Dice Renato y se sienta. La tarde se convierte en noche, de repente una lluvia muy fuerte empieza a caer, Dalia se pone nerviosa, sus manos tiemblan. Renato lo nota y le pregunta si tiene frío. A lo que ella niega.

— Ya falta muy poco. Yo termino el trabajo en mi casa y se los envío al correo.

— ¿Estás segura? — Pregunta Luna.

— Si. — Responde Dalia ya recogiendo sus cosas. Renato recoge las suyas y sale detrás de ella.

— Oye, espérate.

— Déjame en paz. Tengo que irme.

— Estás muy nerviosa, te llevaré.

— No.

— Dalia por favor. Olvida que soy un pretendiente. Piensa que soy tu empleado y acepta que te lleve.

— Está bien, pero no intentes nada.

— Te lo prometo. — Dalia le da las llaves de su auto y entra a la parte del copiloto. En el camino Renato sigue notando que ella tiembla. Así que enciende el aire acondicionado y en uno de los semáforos se quita la sudadera.

— ¿Qué estás haciendo? — Dalia se pone nerviosa.

— Póntelo. — Renato se lo pasa.

— No gracias.

— Por favor. — El de nuevo se la da. Dalia la toma y se la coloca. Un rato impacta a lo lejos y ella grita de miedo. Renato le toma la mano.— Tranquila. Todo está bien.

— Maneja más rápido. Quiero llegar a mi casa.

— Mi departamento está a unas calles de aquí. Si quieres...

— No te pases de listo. Llévame a mi casa.

— Por favor. Acepta quedarte en mi departamento. La lluvia está muy fuerte y es peligroso conducir. Tu casa está un poco lejos de la ciudad.

— Entonces llévame a un hotel.

— ¿Y si alguien nos ve? ¿Quieres escándalos?

— No.

— Por favor. Mi departamento es grande. Tiene dos habitaciones. Y si no quieres pasar la noche ahí, te llevaré a tu casa cuando la lluvia pare.

— Está bien. Pero te juro que si te pasas de listo te corto las manos.

— Tranquila. No soy un pervertido. — Renato cambia cambia el rumbo del auto y a los pocos minutos llegan a su departamento. Qué en realidad es el penthouse, con pisos de mármol, paredes perfectamente limpias, decorado con cuadros de pintores famosos y esculturas. Dalia no se interesa en eso, está más preocupada por llamar a su hermano. En casa contesta un empleado, Dalia le pide que le avisé a su hermano que se quedará en el hotel hasta que la lluvia se detenga.

— Está bien señorita. Yo le doy su recado.

— Gracias. — Dalia se da la vuelta y ve a Renato. — ¿Por qué me espías?

— No lo estaba haciendo. — Dalia se sienta en un sillón y se abraza así misma. — ¿Así que te da miedo la lluvia?

— Si le dices a alguien te corto la lengua.

— No tengo interés en difundir tus temores. Me gusta saber de ti, lo que nadie más sabe. — Dalia lo observa molesta, no es de su agrado que las personas conozcan sus debilidades. Pero en ese momento hay otra cosa que la tiene enojada, muere de hambre. — ¿Quieres algo de comer? — Renato parece leer su mente, cosas que la molesta.

— No gracias.

— Llevas horas sin probar nada.

— Es parte de mi dieta. Después de las tres no cómo nada. — Renato duda un poco. El llama a su empleada y le pide que prepare de cenar, está asiente y vuelve a la cocina. Un rato después a Dalia le llega un olor delicioso, ella lo inhala y se siente tentada a comer. Sin embargo su orgullo se lo impide.

— Señor. La cena está lista.

— Coloca dos servicios.

— Si señor.

— Ven Dalia.

— No gracias. Ya te he hablado de mi dieta.

— Deberías romperla por hoy, Mirta es una cocinera estupenda. Vamos, al menos prueba un bocado. — Ante la insistencia y su apetito, Dalia decide ir con el, La presentación en el plato es muy linda, y la comida se ve deliciosa, ella no duda en probarla.

— En verdad cocina bien. — Ella continúa comiendo hasta dejar el plato limpio, eso le saca una sonrisa a Renato.

— Parece que si te gusto.

— Tienes una maravillosa cocinera. ¿De dónde la sacaste?

— Ella viene de un pueblo de Oaxaca. No recuerdo el nombre.

— Discúlpenme, les preparé un chocolate caliente, para el frío. — Dice la mujer mientras deja dos tazas en la mesa.

— Gracias Mirna.

— De nada jóven, con su permiso. — Dalia huele el chocolate y buenos recuerdos llegan a su mente. Su madre solía prepararle esa bebida a ella y sus hermanos, les daba pan dulce que sumergían en el chocolate para comer. Claro que sí alguien los veía fingían comerlo de una manera más fina.

— Te ver hermosa cuándo sonríes. — Dalia regresa a su realidad y se pone sería. — ¿En qué pensabas?

— No es de tu incumbencia. — Ella toma un sorbo de su bebida y la deja sobre la mesa. — Gracias por la cena. Todo estaba muy rico.

— Fue un placer.

— La lluvia paro, creó que es hora de irme.

— Te llevo.

— No. Gracias. — Dalia sale del departamento y se encuentra con Mirna. — Cocinas muy bien, si el te despide no dudes en buscar trabajo en mi casa. — Dalia le da la dirección.

— Gracias señorita.

— Toma esto. — Ella le da una propina generosa.

— Señorita no puedo aceptarlo.

— Comí mejor que en cualquier restaurante caro. Aunque no lo aceptes lo dejaré aquí. Adiós. — Dalia se va del departamento.

1
Xiomara Mendez
Excelente
Xiomara Mendez
Bueno
Maricela Reynoso
Excelente
Jessamine Roque
me encanta q haya abierto los ojitos, y si corazón. que se case con Renato
Agueda Gpe Monroy Ceron
Excelente
Jessamine Roque
esa Dalia me cae muy pero muy mal , Renato muere por ella, ella hace q se ilusione el pobre Alonso. en q terminará esto. con quien quedará y a ella le tocará sufrir más por egocéntrica, malcriada . etc
Maria Cristina Vega
Excelente
Estela Pillado
Normal
Estela Pillado
Bueno
Nellys Bericote
excelente historia Escritora felicitaciones
Mery Paredes
Excelente
Ruby Baquero de Sánchez
Dalia es muy mala al desquitarse con el pobre Renato, que la ama tanto!
YUSMARYS CAMACHO
Muy malo
Tibisay Moreno
Extraordinaria Novela excelente trama me encantó muchísimo de principio a fin felicitaciones 👏🏼 😊 💕 🙌 ♥️ 👍
Belkys Natalia
fue por lana y salio trasquilao, jajaja, se te está cumpliendo el deseo de tú corazón ♥, aprovecha mijita, ahí luego se enamora de ti aayy Dalia no te acerques a la candela que te vas a quemar 🔥
Lesli Lima
Excelente
Fresia Herrera
Normal
Fresia Herrera
Muy malo
Eva Valdes
felicidades autora hermosa historia 🍀🥰☘️
Alejandra Vergara
No creo que sea lo que estoy pensando que Renato y Alonso son hermanos, debido a una infidelidad del Padre de Renato y esa niña pequeña por la edad sea hija de Alonso y por eso tiene un parecido a Renato, porque no creo que el haya engañado a Dalia si desia tanto amarla y la seguía día y noches por 4 años.
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